miércoles, 17 de marzo de 2010

Mas Allá de Mis Ojos



Autor: Chaotic Kittie
Serie: GRAVITATION
Genero: Angustia, Drama, Romántico
Clasificación: +16
Resumen: "Nadie valora lo que tiene hasta que se le va de las manos". Es un dicho que cierto escritor conoce bien, ahora luchará por recuperar el tiempo perdido.
Y con esta carta me despido de Ti, de mi corazón, de mi yo anterior.
A quien conociste, enamoraste y tuviste rendido a tus pies.
Ha quedado en el olvido…
Las segundas oportunidades existen"




Más Allá de mis ojos







Solo tuyo...



Ese inconfundible aroma que me hace

Sentir en lo más alto de mí ser...

Ese sentimiento al estar a tu lado...



Observar esa abrasadora mirada

Esos ojos ámbar que parecen fuego

Una tormenta de emociones

Me baña con su amedrentador caudal de sensaciones



He aquí! Mírame! Soy tu muñeco

Obsérvame… me vuelves loco!

Retenme en tus brazos



Eres el encantador de todos mis males

Mi salvador de este mundo vacío



Otra vez somos dos...

Solo dos... viviendo del otro

Disfrutando de su esencia...

Este paraíso lejano

Me envuelve...



Ahora! tenme entre tus brazos

No me dejes ir... mantenme a tu lado..

¿Suena tentador?

¿Crees en la provocación?





Pues acércate...

Compruébalo

Porque te estoy esperando..

Cada noche

Cada minuto

Esa sensación

Te pertenezco lo sabes...

Ahora ven a mí



Ahora! quédate conmigo...

Te espero a cada segundo

Porque ahora somos dos..

Solo dos en este pequeño mundo que hemos creado







Todo comenzó con una pequeña cita a la orilla de la playa, nos conocimos por vez primera teniendo una enorme compatibilidad en esos momentos… Al escuchar estas palabras que aún están grabadas en mi mente… Pensé que no podía haber hombre mas perfecto que tu, en ese instante me deje guiar por ti… por tu cautivadora forma de llevarme hacia tus redes… y estaba allí junto a ti… intentando conocerte a fondo, buscando una manera de acercarme como pudiera a ese preciado corazón… pero lamentablemente solo era una escusa para tenerte a mi lado… mi soledad me estaba embriagando, mareando mi esencia, y al fin habías llegado Tú soltando una pequeña esperanza cuando ofrecías el mundo a mis pies…





Creyendo una vez en tus palabras vacías comencé a bailar tu vals sin sentido… perdiendo el control de mi mismo… nos vimos muchas más veces,,, desde entonces comenzamos una hermosa relación según mis propias palabras…





“Tu estabas para mi y yo estaba para ti… eso era lo ideal ¿no?”





Lo que nunca supe… mas bien lo que nunca me digne a aceptar fue tu tenebroso daño anterior con tu antigua pareja a la que hasta el día de hoy todavía quieres… descubrí con el tiempo que jamás podrías olvidarlo, que él, ya que no puedo nombrarlo aun; estaría presente por siempre y para siempre, siendo mi fantasma… persiguiendo invisiblemente mi meta… arrancando toda mi certeza y subiendo a flote toda mi inseguridad…



Lo peor de todo esto es que cuando me di cuenta ya era demasiado tarde… estaba completamente a tus pies… pensando en ti a cada segundo… quería mostrarte que mi mundo podía proteger el tuyo… pero fue otro de mis errores…





“Creer en el mañana, en un mundo irreal en donde la felicidad podía otorgártela, era mi terrible ilusión”



Ahora solo puedo sentarme a ver cómo me olvidas en un rincón de este viejo bar, tomando un trago mientras recuerdo que en algún momento me sentí lo más importante… llegando a pensar que mi mundo perfecto era a tu lado…





“Mientras mis lagrimas caen… mi corazón se rompe a pedazos en un ciclo repetitivo en donde los miedos dominan todo y nada…”



Deje de ser yo mismo… Quizás cuando miro en el espejo esté la misma persona, el mismo físico, el mismo cabello de particular color, el mismo estilo al vestirse con mi toque infantil pero cómodo, aunque espera… mis ojos… mis ojos no son lo mismo… ya no brillan…



“Eh perdido todo ¿? Tal vez ¿?…”



Porque esa trampa ilusoria a la que llaman amor ya no está aquí… si; la arranque de mi corazón… ese sentimiento tedioso ya no aparecerá… se desvaneció… desde ahora solo queda mi mente… siendo la que comanda todo… tampoco siento odio eso es para personas que no pueden aceptar lo que paso… pues yo…la acepto con toda discreción… solo perdiendo algo que no servia de nada en mi interior… Nunca fui nada importante… como el objeto reemplazable de fábrica… normal, quizás hasta aburrido… pero que más da… porque esto me sirvió para darme cuenta que la soledad no es tan mala… y que perfectamente puedo vivir con ella…





Y te pido… en realidad te ruego que si quieres alejarte de mi… lo hagas ahora en estos momentos en los que pienso con la cabeza fría… en estos momentos en los que no hay resentimiento… en estos momentos que elimine el amor de mi vida… porque hay personas que no servimos para las relaciones de pareja… y una vez más se encargaron de restregarlo sobre mi…





“Ya sabiendo que esta es mi despedida… solo quiero decir “quiero que seas feliz”





Hay personas que pueden vivir así… y pues no dejo de ser una de esas personas… y si encuentras una hipocresía en esto mira mas allá de mis ojos… y sentirás que no hay mas verdad que la que te nombro con mis labios…esos que besaste alguna vez… y los que te dicen mis manos… al escribir estas palabras…





“Cada uno tiene su forma de ver la vida… de aprenderla… de practicarla…”





Soy de los que a golpes y porrazos, se dan cuenta de la verdad… cometiendo errores he llegado hasta aquí… no digo que sea lo mejor… pero mi manera de ver las cosas es así…





Siendo mi soledad mí resguardo del miedo…

Prefiero sentir mi inseguridad en la mayor soledad… porque mi conclusión es:

“No todas las personas pueden tener una pareja”…





Mi persona no es la excepción… mira a través de mis ojos.. Y sabrás que lo que te digo es la verdad de una vida de pesares… siendo el amor un sentimiento que ya no está…





“Se esfumo…Desapareció… Y No Volverá…”





Y con esta carta me despido de Ti…

De mi corazón…

Y de mi yo anterior…

El que conociste y al que enamoraste, y tuviste perdido a tus pies….





Esta es nuestra despedida….



Shuichi Shindou





“Nunca digas nunca… nunca repitas jamás… tampoco sueltes como si nada

Promesas que no cumplirás”





“Estas son las palabras que te hacen creer… enamorarte… ilusionarte…

Vagas palabras que miles de veces toman un sentido textual,

Pero que siguen siendo solo palabras"





Aceptación…





“Estas son las palabras que te hacen creer… enamorarte… ilusionarte…

Vagas palabras que miles de veces toman un sentido textual,

Pero que siguen siendo solo palabras"





...End...





Entre las palabras amargas, facilité el final a nuestra relación, aquella que había muerto hace tanto tiempo en realidad, gracias a los dos… Personas insignificantes que no supieron darse cuenta de la realidad, quizás yo mas que tu, pero que sentido tendría darnos culpa equitativa, ya no es necesario. Simplemente es en estos momentos en donde quisiera derretirme como el hielo, ese que poseías en tu corazón y que me costo tanto descifrar, y cuando creí que todo era perfecto otra vez la realidad me volvió a mi sitio, dejando atrás mis infantiles sueños, mis decadentes anhelos, encontrándome aquí.



Encontré el frío, la habitación solitaria, recordando viejos momentos como anteriormente, cuando leí la carta que hice, después de ello desaparecí de todos lados, la fama dejo de ser mi estilo de vida, al fin y al cabo, todo era por Ti… dejando mi despedida de forma cobarde me aleje de las persona que amaba, diciéndolo textualmente, me despedí de todos aquellos sentimientos. No volviendo a aparecerme en tu vida.



“Mis ganas de vivir… De entregarme… Y de enseñarte a amar sin pedir nada a cambió… serian suficientes para ambos…

Creí que haciéndote feliz todo estaría completo…



Y olvide lo más importante…

Que también… yo… como persona individual… debía encontrar mi propia felicidad… Entregándote todo me abandone a mi mismo… una y otra vez”…



Preguntándome me encuentro frente a esa pequeña ventana que iluminada por la tenue luz de la avenida, se hace visible todo aquello por lo que pasé, mientras los videos de mi memoria me acobardan… La primera vez que sospeche, de todo esto fue cuando encontré esa imagen, en donde te encontrabas tú perfecto, como siempre, en brazos de otra persona, conservando una cálida mirada llena de esperanzas esa que yo había intentado sacarte de mil y una maneras, pero que simplemente era imposible para mis nulos esfuerzos… según mis pensamientos de esa época aún así, sentí esas pequeñas ganas de seguir luchando por y para Ti, obstaculizándose a medida que pasaba el tiempo esa llama se apagaba, como aquella vela prendida a medias, que es lentamente derrotada por un solo suspiro; y con todo ello, los celos comenzaron a cegarme, a hacerme mas inútil, con el tiempo, perdiendo eso que te cautivo.



Te observaba, tan fuerte frente a Mi… haciéndote el muñeco de hierro, quien podía controlar cualquiera de sus emociones, puedes creer que como un estúpido me lo creí, haciendo que derrumbaras mis ganas; hasta que me di cuenta que eras tan débil, cuando llorabas como un pequeño entre los brazos de Seguchi, como aquella vez que estaba tras la puerta escuchando tu enorme secreto, que el amor de tu vida había sido asesinado por Ti, Eiri, y aunque nunca me lo mencionaste, trate de comprenderte, aún así el terror se fue apoderando de mi, otra vez, ahora era un muerto el que no me dejaba traspasar esa muralla. Suena tan frío que lo exprese con estas vagas palabras, pero ese terror fue tan real. Mis ganas de apoderarme de Ti, pasaron a ser mi obsesión, mi locura, mi extraña forma de amarte.



“Viendo hacia el frente, siguiendo a paso firme, Choque con mis propias ansias de que solo sea a mi a quien miraras… mientras tanto, sentía como te alejabas…

Paso a paso… siguiendo tú camino de soledad…

¿No ves como embargaste la mía también?

Haciéndola borrosa, quitando esa inocencia que aturdía mi forma de ver las cosas”…



Ha pasado un año desde que deje todo signo del Shuichi Shindou de antes, es extraño hablar de mi persona así, siento que soy un desconocido, ahora solo me esfuerzo por tratar de entenderme interiormente; aunque he dejado muchísimas cosas de lado. Mis ganas, mis amistades, la fama, el amor; porque siempre hablo de ese sentimiento doloroso, se supone que es un tema zanjado, que lamentable método de autoconvencimiento de mi parte, aún así no me juzgues por tratar de creerlo, es que simplemente así todo esta mas tranquilo.



“No busques a todo una explicación porque es difícil encontrarla...

Así, como es dificultoso abandonar cada pedazo del pasado, me encuentro haciendo el intento de sanar mis heridas…”



Pasando horas, por fin salgo a respirar el aire puro, esto se ha vuelto una digna rutina de ver; jamás creí que cada detalle importará tanto, al menos eso he aprendido a valorar a los largo de estos meses… Creo que estoy listo para ver a Hiro… Extraño su presencia a mi lado, se que también ha estado preocupado por mi, pero era necesario, y aunque el tiempo no ha sido suficiente para mi pequeño problema existencial, es hora de enfrentar si quiera el abandono de algo que aún valoro; la amistad…



“Sanando el desamor de mi alma, he arrojado a un baúl completamente todo…
Es hora de tratar de equiparar algunas de las cosas del pasado…
Esas que aún vale la pena rescatar, y volver a formar”…





Nada es igual

A como fue

Se nubla todo y ya no sé que más decir

Simplemente me tendré que conformar una vez más



Hoy ya no se porque tu

A veces ni siquiera me hablas como ayer

Y es mucho más raro de lo que jamás pensé





“Observando el cielo, volví a entender… que alejarse a veces daña a otros, cuando solamente piensas en Ti”…



He vuelto después de mirar aquellas páginas del recuerdo junto a un fiel amigo, por fin te vi. Después de tanto sentí esos calidos brazos inundarme del cariño del que me aleje, para sanar mi propia existencia; no reprochaste absolutamente nada, y nuestras platicas no han cambiado absolutamente nada, eres con la única persona que puedo ser Yo, después de haber cambiado y de no ser el mismo, de tener una esencia completamente diferente y que descolocaría a cualquiera, aun así tu estas allí como siempre, con esa figura que me da protección, Y hoy por fin he podido enfrentar a uno de mis temores; a alguien de mi pasado del que había arrancado, gracias a los miedos que acobardaron cada uno de mis sentimientos.



“Aun temeroso, de hacer contacto con algo del pasado, no me arrepiento de tratar de recuperar algo que deje estancado, y aunque este horrible sentimiento llamado amor, este tratando de desechar mi voluntad, se que no todo fue malo,

Solo quiero sanarme, desparecer esos angustiosos y obsesivos sentimientos,

Siendo otro Yo… que golpeado por la realidad ha vuelto a surgir”



Agradezco cada una de tus palabras, porque cada cosa que dices en mi mente queda grabada y aunque fuera pasajero, se que estarás allí, para recordármelo aunque no te haya dado señales de vida por un año completo, espero poder caminar contigo, no de la misma manera de antes, por que lo único que quiero es dejar atrás a ese horrendo personaje, con esa ingenuidad que trapazada cualquier muro, que hizo la ilusión aun mas dolorosa al chocar en la verdad, esa llamada Eiri Uesugi, y aún cuando escribo tu nombre se me estruja el corazón, aún así no quise preguntar por ti, sorprendió e mi querido amigo, el que me miraba calidamente extrañado.



“Y sentí en tus ojos saltar las dudas, aún así quise dejar eso para mas adelante cuando sea capaz de hablar de ello con toda claridad”



Dejando las palabras en tu boca, mire el mundo exterior como un pequeño con inocencia falsa que denotaste en mis ojos, ya no era el mismo, a lo que te diste cuenta sin chistar, solo me apoyaste de la única manera en que puedes hacerlo, siendo el amigo incondicional.



“Gracias Hiro, por estar ahí… con el Shuichi de ahora”





Nada es igual a como fue...

Se nubla todo y ya no sé que más decir...

Simplemente me tendré que conformar una vez más…

Lloraba cuando te conocí...

Ahora estoy intentando olvidarte…

Tu amor es una dulce desdicha…

Lloraba solo por conseguirte…

Ahora estoy muriendo porque te dejo…

Hacer lo que me haces a mí…



Shuichi Shindou…

.





Nunca dejes que todo escape…

A veces tu propio egoísmo te deja en soledad…

Y aunque el silencio sea amigo… siempre necesitas de otros para seguir adelante…



Deja de mirar como aquel niño de antaño…

Todo cambia…

Todo se desprende…

Todo vuelve a comenzar…



Aunque el amor sea el cruel sentimiento…

Que me destruyo… Hay otros que no es precioso que tenga que olvidar…





Respirar profundo en soledad.

…Mas Allá de mis ojos…

…Aceptación…






Prisionero





“Shuichi”



Estaba escuchando un pequeño susurro a lo lejos, mientras mis ojos comenzaban a abrirse lentamente entre la semi conciencia de esos segundos atrás; esa voz, que hipnotizaba mi mente, jugaba con mis acciones, haciendo mi piel de gallina, reacciones que nadie podía lograr además de Ti. El placer era ocasional, tocabas mi cuerpo explorándolo por completo lo que me hacia inmensamente feliz, era la primera vez que entregaba todo a alguien, y quien mejor que tu para ello; eso pensé.



Estaba sumergido entre tus brazos, bajo tu cuerpo se encontraba el Mio expectante ante cada uno de tus movimientos, nervioso ante cada reacción producida, temeroso del placer, entregado a la lujuria, que se disfrazaba tras la ternura en mis ojos; era tan fácil leer mis pensamientos a través de ellos, eso te satisfacía aún más.



Tomando una de mis manos la besaste con toda la parsimonia del mundo mientras yo sentí mi piel hervir con cada extremo roce tuyo; lamiste tus dedos sensualmente mientras yo no me perdía ningún detalle del fabuloso espectáculo; invadiste inmediatamente mi entrada con dos intrusos a lo que el dolor tenso mis músculos rápidamente.



“Eres muy estrecho Shuichi”



Te vi sonreír de una manera indescriptible para Mi, mientras mi sonrojo iba considerablemente en aumento posando una sonrojadas mejillas que acompañaban a mis violáceos ojos; Aprovechando mi distracción colocaste otro de tus dedos, moviéndolos en círculos, demostrando tu experiencia, rápidamente me tenias jadeando; rogando por que el contacto sea aún mayor.



“Shuichi que es lo que quieres ¿?”



Sonriendo me hablaste al oído rozando con tu miembro el mío, adrede para provocar mayores sensaciones, tan solo jadie una y otra vez, buscando el aire que robabas de mi alrededor a cada instante, rogando por mas, suplicándote, que quitaras mi virginidad, confesando que era todo tuyo. Eso solo hizo que con fiereza entraras de una vez por todas, volviendo mi vista nublada, tapando todo a mí alrededor encargándose mis otros sentidos de otorgarme las sensaciones necesarias.



“Shuichi”



Te escuche decir en un tono ronco, mientras el placer era extasiante, corriéndome un par de veces más que Tu, aumentando tu velocidad, yo con mi vista nublada con los ojos entrecerrados, aforrándome a tu cuerpo para obtener mas contacto con mis piernas sobre tus hombros, mi corazón latiendo como nunca antes, tu moviéndote a un mismo ritmo con tu cabellos pegado a tu cara, el sudor recorriéndote, y una imagen sensual digna de apreciar; te corriste dentro mío, para luego caer a un lado, y mi cuerpo se sintió como nunca hubiera imaginado, y sonreí ampliamente mientras te observaba.



“Te amo Yuki… “



Silencio fue todo lo que escuche después de eso, y me exalte, el mismo silencio que estaba sintiendo en ese momento, mire hacia el otro lado como buscando algo, eran pasada las cinco de la madrugada.





Cautivo



No solo has tomado estos ojos

Incluso, ya he tenido bastante con el peligro de la pureza

Convirtiéndose solo en tiempo e insanidad,

Laberinto que es inadvertido confusamente

La voz que te llama esta desbordante de amor

Y hace eco tristemente



Soy prisionero en el paraíso

Tú has perforado mi oscuridad

Soy prisionero en el paraíso



En la eternidad hay una luz que no sale

Acerca de la crueldad, hay un maravilloso amor el cual fue encerrado

Cada vez que te abrazo no puedo salir intacto

Esas yemas de los dedos me tocan, y se siente como el hielo, ah, tan frío…

Transmitiendo las cálidas gotas de mis mejillas, tomo la libertad



Cielo e infierno, después de tanto tiempo, cual será mi lugar ¿?

Es como si ya no lo buscara

Soy prisionero en el paraíso

Mi mentira se hace una verdad para ti…



Soy prisionero en el paraíso

Por la eternidad un sueño del que no despiertas

Es una cadena sin significado, es un deseo prohibido

Hasta donde esta bien llegar ¿?







“Yuki”



Repetí inconcientemente mientras buscaba algo con que distraerme, otra vez mi mente jugaba conmigo, recordándome una y otra vez lo inocente que había sido antes, escarbando de nuevo sobre mis recuerdos sellados, tras mi mirada opaca solo quedan eso; recuerdos, malditos recuerdos que me hacen sentir tan entupido.



Y en este instante me encuentro recordando mi primera vez, mientras me hundo entre ellos, todo por culpa de haberte encontrado ayer tan apático, con esa misma mirada fría y carente de algún sentimiento; alguna vez fuiste capaz de amar, aunque tengo esa respuesta, si lo fuiste una vez hace mucho tiempo atrás pero lamento decirme a mi mismo una vez mas que no fui yo el afortunado.

Pero en que estoy pensando, “afortunado”; por favor memoria deja de torturarme desde cuando haz estado allí, quien te crees, deja que mi corazón vuele de aquí, porque ya esta podrido, ya no siente; ¿? lo olvidaste¿?



“Es increíble, que con solo verte me hundes en un precipicio, y no puedo hacer absolutamente nada, además de seguir cayendo”



Había salido a pasear como muchas veces desde que me reencontré con Hiro, las pequeñas sonrisas se me escapaban a veces, olvidando mi soledad, olvidando al de antes y al de después, de mis Yo…



Solo siendo alguien que disfrutaba del pequeño momento junto a alguien especial; hasta que te encontré de frente a mi, realmente no me lo esperaba, un momento que he estado evadiendo durante un largo periodo se estaba dando ante mi, por una simple coincidencia, pero tu cara no cambio, y mis opacos ojos tampoco lo hicieron, no me explico como saque fuerzas pero no fui capaz de hacer ninguna expresión, absolutamente nada, había aprendido del maestro después de todo.



“Sonriendo amargamente, escape de Ti, una vez más, demostrándote que ya no era el mismo, volviendo al cambiado Shuichi”



Mordí mis labios, no tenia que mostrar ninguna debilidad, tan solo me había impresionado; quería tenerte lo más lejos de mí, y esta no era mi opción a seguir; aborrecía tenerte frente a mi, pero ni siquiera esa satisfacción seria capaz de darte, nada. Quédate con tu orgullo y déjame en paz, volví a pensar en gritarlo pero no, fui fuerte, estoy orgulloso de ello. Mire a mi amigo dando la vuelta, con mi voz tan fría como el hierro...



“Lo siento Hiro, te llamo otro día”



Dejándolos atrás volví a mis pensamientos, y deje escapar lagrimas para mi mismo, y la soledad me acompaño una vez más mientras silenciosamente mi sufrimiento era escuchado, no di la vuelta en ningún momento, no quise verlos, así que una vez que me perdí entre la multitud desesperadamente corrí hasta mi departamento encerrando mis memorias en el baúl de amarguras.



“La debilidad acecha una y otra vez, pero nadie seria capaz de descubrirme, aunque engañase todo de mi, nunca me tendrías de vuelta; porque ya no soy el mismo tan solo mi voluntad se perdió con el tiempo, en el espacio, y solo queda esto, espero con ansias que te hayas dado cuenta que ya no causas nada en mi interior, tan solo resentimiento hacia mi mismo, por ser débil a tu lado”



Volviendo a contornear escena tras escena, todos cambiamos hasta Tu… realmente no lo sé, pero por qué, es que todavía sigues robándote mi existencia, eres tan cruel Eiri; o más bien yo soy el único cruel aquí.

Aún así es mejor dejarlo allí, no quiero pensar más, solo dejarme llevar, con estos pensamientos entre a la regadera pasando el agua fría hasta mi interior entumeciendo mi cuerpo, despertando de los dolorosos recuerdos, abrí mis ojos una vez mas con la misma inexpresiva cara con la que te mire en algún momento en el día anterior, y esa sonrisa amarga volvió a aparecer, al menos había sido capaz de confrontarlo mejor de lo que esperaba.



“el tiempo pasa lentamente mientras ocupo mi mente en lo que he estado haciendo, escondiéndome de todo, sumergiendo mi alma en el silencio, cautivo, presa de mis recuerdos”



Vi mi día pasar lentamente, mientras me encerraba en aquel lugar, ya no tenia ganas de salir a ningún lado, me desconecte otra vez del mundo, apague la computadora que había usado hace muy poco, saque la línea del teléfono, apague mi celular, como en algún principio, no deseando que nadie molestase esta insoportable soledad.



He perdido el sentido de las horas, creo que hasta mi mente se desconectó, despertando de un dormir sin sueños, tras ese sillón que ha visto mis lagrimas tantas veces, desorientado me levanto viendo que ya son las seis de la tarde, sin duda las pastillas para dormir ayudan a que duerma profundamente, es algo gracioso de ver, soy bastante sano aun así me medico para poder dormir, que raro es el mundo.



“abre la puerta, se que estas allí”



Pare en seco al escuchar las palabras tras la puerta, no tengo idea hace cuanto tiempo estaba allí, tampoco me interesa, no abriré a nadie en absoluto. Cada vez me vuelvo mas caprichoso y egoísta, quizás me estoy pareciendo a lo que más aborrezco, pero ya no quiero entender nada, quiero estar en paz.



“Shuichi, abre la puerta”



Maldita sea que insistente, como sabe que vivo aquí, como sabe mi nombre, acabo de escuchar la voz…. Si, la voz de… Eiri… No puede ser, observo que la perilla se esta girando lentamente, no estaba preparado, ahora realmente no quería, tenia tantas ganas de huir en ese momento pero estaba paralizado, finalmente y con gran susto coloque el pestillo justo a tiempo, impidiendo la entrada de El.

Vuelves a intentar abrir sin ningún resultado, te diste cuenta que estaba aquí dentro y seguiste hablando con algo de exasperación en la voz, aun Asia, ya no era el mismo, no tenia porque hacerte caso.



“Vete ¡! Sal de aquí Eiri!”



Finalmente hiciste que hablara eres un terco, pero aún así no te dejare entrar, me ha costado tanto borrarte, no quiero verte otra vez, por favor déjame, ruego entre mis pensamientos mientras cierro mis ojos tratando de calmarme, preparándome con todo, si llegaba a pasar algo inesperado, pero nada. Ningún ruido, siento como te desplomas en la puerta golpeándola con fuerza, apretando mis puños soy incapaz de moverme; y observo la puerta desde unos metros.



“Shuichi….”



Silencio, es todo lo que puedo entregarte, mientras sigo apresado por los miedos, lo recuerdos, esta tortuosa situación de tristeza, y este corazón destruido por un fantasma, por tu fantasma. Ahora cierro mis ojos, imaginándote al otro lado de la puerta, escuchando cada movimiento, algo se desliza pero no soy capaz de abrir mis ojos, hasta el final cuando siento que se alejan, los pasos suenan en el suelo, estruendosos, cansados, al ritmo que solo tú puedes darle… Eiri.



“No pude hacer nada, porque aún controlas mis emociones, siendo el amor una irrazonable arma de matanza, me encuentro aquí incapaz de hablar”



Pasando los segundos todavía no abro mis ojos, quiero respirar todo el aire que pueda, como si estuviera siendo robado una vez más de mis pulmones, de mi existencia, y enmarcando mi departamento, miro la puerta de color oscuro, bajando mi mirada hacia lo que se había deslizado hace unos segundos. Mas que anonadado me acerco con cuidado, como un gato astuto atrapando algo de desconfianza, abro la pequeña nota y las lagrimas comienzan a rondar mi cara una vez más en aquel día, en el que me acompañaba el asombroso silencio.



“aunque escapes de Mi, te encontraré, una y otra vez,

Porque me perteneces como la primera vez;

Y mientras más te escondas,

Más excavaré.”

Yuki



“No entiendo porque te empeñas en seguir este juego, ahora que me rendí,

Esperas que vuelva a confiar, estas loco, y yo lo estoy mas, por guardar este mensaje”







Todo se vuelve completamente tranquilo

Envolviendo al cielo y al sol que quema mi cuerpo

Estas desapareciendo

¿Qué es lo que estoy buscando en mí errar?

Para mí, completamente solo…

Dentro de esos fríos ojos que están abrazando el odio

Aún si te desdeñas a ti mismo el dolor no desaparecerá

Abraza la eterna tristeza…

Tu nombre que cantaba para mí

Se lo ha llevado tranquilamente el viento



Shuichi Shindou





Es tan difícil reencontrar el pasado…

Pero no olvidaré, que ya no soy el mismo,

Que todo esta disuelto y lo más importante.

Que el amor, se disperso y no volverá.







Tiempos desorientados

…Mas allá de Mis Ojos…

…Prisionero…









Inesperado.






Son las seis de la tarde, he vuelto a despertar como si de un hábito se tratase, ansioso por recibir algo, más bien a alguien, pero nunca te confesaré que cada día he esperado tus notas como si de una fiel propuesta se tratasen; es tan solo que esta situación es tan irreal que mas que la realidad, parece un tonto sueño a los que mi antiguo yo, estaba acostumbrado.

Observando una a uno los movimientos del minutero, el tiempo pasa conforme mis nervios se apoderan de mi, este triste sentimiento me esta haciendo volver a caer, una vez más.



Cuando aprenderás Shuichi Shindou, a no caer ante el sufrimiento del pasado.



Y otra nota se posa bajo la puerta, ante la imagen del silencio acompañando tan extraña escena, parpadeando un par de segundos me quedo inmóvil mientras apenas respiro por el miedo a ser descubierto; es que simplemente quiero dejar de pensar en Ti, pero la cruel realidad me sigue perturbando.

Ya no estas aquí, esta vez solo dejaste la nota y te fuiste, nada se escucha y me siento libre de la telaraña que me aprisiona como si yo fuera el insecto que trata de zafarse de esta trampa, esforzándome por escapar, huir lo mas lejos posible, sin conseguir absolutamente nada más que acoplarme, aún más que en un principio.



Perdido entre renglones encontré mi cerebro

buscando en los cajones que contiene mi cuerpo

luchando por palabras que no entiendo ni siento

supongo que esta lucha ya no tiene remedio



Giró la perilla de la puerta lentamente, para asegurarme que todo ya esta en calma… pero algo me dice que no la abra, vuelvo a girarla lentamente haciendo muy poco ruido En ese instante siento como se gira por completo; y la palidez acompaña a mi rostro casi tanto como al tuyo cuando junto mis ojos con los tuyos, al no estar la muralla que nos separa; estas esperando como un felino a su presa.



Me descoloca verte allí, había estado esperando este momento quizás ¿?... mi corazón no puede evitar el latir con fuerza cada vez que te acercas a mi, pero ni lo intentes ya no soy ese idiota; ya no soy el iluso. Mi inconciente me hace alejarme paso a paso mientras siento tu voz; y siento ese choque eléctrico en mi cuerpo… es por esto que escape esa vez… porque sabía que mi voluntad es tan débil como aquella porcelana.



“Shuichi”


Esas palabras que entre sueños me hacían recordarte; en este momento las escucho tan cerca, ya casi no hay ningún tipo de distancia entre nosotros, esto es lo que estaba evitando con todas mis fuerzas porque ya no soy capaz de cargar, con todo lo que conlleva amarte.

Las infidelidades, el amor de tu pasado, la frialdad con que me miras, la inexpresiones en tu rostro… ¿?alguna vez vi una sonrisa sincera de tu parte ¿?...

Todas esas preguntas que me herían cada noche cuando te dormías a mi lado; volvieron a dominar mis sentimientos, es por eso que me aleje. Se suponía que tú tampoco te interesaras en buscarme, pero creo que herí tu orgullo de hombre perfecto; al fin y al cabo es como si te hubiera rechazado… No podrías dejarme tan solo por respetar la poca dignidad que alcance a salvar de nuestra turbia relación, de amargos pesares… yo solo quería guardar algún que otro momento dulce a tu lado, y lo demás olvidarlo como si se tratara de papel viejo que se recicla después de ser utilizado varias veces, así es como me siento en este momento y es todo por este maldito sentimiento que aun corroe en mi espíritu.



Ahora tan solo siento tus labios sobre los míos con esa hambre que te caracteriza, con esa hambre que vuelve loco, y me llena de éxtasis, ya mis fuerzas no existen te lo dije, no quiero amarte Eiri; pero porque entonces sigues humillando a este corazón, quieres acabar con cualquier rastro de orgullo, quieres aplastarme como a una rata, pues ya lo hiciste deberías estar tranquilo y marcharte… pero en estos momentos no me das espacio para reprochar tan solo puedo caer en tus redes una vez más… mi querido escritor…



Dormido entre canciones que me quitan el sueño

me diste la esperanza de encontrar algo nuevo

no lo pude encontrar

ganando la partida sin ganar en el juego

dejando que la nada sin querer haga el resto.



Estas demostrando que siempre seré tuyo, que en cualquier instante puedes pararte frente a mi y deshacer cualquier sea mi decisión, no respetas nada de mi, es verdad mi dignidad se ha ido por un tubo… pero esta será la ultima vez que me entregue a ti, quiero dejar de pensar solo por este día dejare que mis deseos, mis sentimientos, mis locuras… te demuestren que este sentimiento que esta desgastado aun esta aquí, aunque sea para satisfacerte… pero ten presente la ultima vez….



Siento tus manos, esos dedos largos y perfectos, hondando en mi piel, haciendo un contraste completamente diferente, ante mi epidermis caliente, tus dedos fríos; mientras nuestras miradas se cruzan por un par de segundos, a los que prefiero esquivar… ya lo se aunque estoy permitiendo que una vez acabes con todo no será lo mismo… eso espero… no caeré….



Tratas de buscar mis labios, te paseas por mi cuello y desesperadamente buscas nuevamente mis ojos, pero no te daré espacios a mirarlos porque no quiero contemplar esa gélida mirada que me deja sin aliento, que me congela completamente, ya que mis ojos no son capaces de calentar, menos ahora, ya no son capaces de transmitir sentimientos… se han ocultado al igual que tus emociones… en un ataúd vespertino que no esta dispuesto a desaparecer por ningún motivo…



La distancia ya está marcada, no finjas que todo ésta como antes, solo te hago un maldito favor que pagare caro mas tarde…

Una a una nuestras prendas se van quedando en el olvido mientras siento como soy llevado hasta el sofá, aún recordaba tu cuerpo pero cierro mis ojos sin querer observar esta vez solo utilizaré mi tacto, recorro tu pecho semidesnudo mientras como si se tratara de algo diario te despojo de ella, sin que tu pares de recorrer mi cuerpo con tu boca…



Perder el tiempo, perder el control

solo por un momento jugando a ser Dios

perder tu tiempo perder mi control

arrancando otra vez mi deseo por ser el mejor.



Creo que han pasado unos minutos y ya nos encontramos desnudos mientras el cielo esta oscureciendo, ahora observo hacia la ventana mientras siento tu cuerpo sobre el mío, tu miembro entre mis piernas, el sudor acompañado de ese sin sabor del sexo; ahora tu gimes cerca de mi oído y no puedo evitar enrojecer mientras los suspiros salen solos… debo admitir que este momento lo extrañaba, este era el único momento en donde no pensaba en nada más que nosotros dos…



“Aunque en algunos momentos no sienta más que fría espontaneidad quiero engañar mi visión, cegándola de cualquier ente, nada más que estas formas, que hieren y se acumulan se escondan; en una parte recóndita de este maltrecho lugar”





Debo admitirlo una vez más…

Que esto me dolerá en algún momento, y al llegar el clímax siento como mi corazón se aprieta en mi pecho, al fin y al cabo cuando el sexo se acabe nosotros también y será hasta la próxima cuando a este ingrato rubio, le den las ganas de volver a olvidar entre mis brazos… al menos sirvo para algo… quizás una vez más mi voluntad se doblegue ante tu presencia… nadie sabe lo que puede pasar, más si mi ser completo esta tan acabado…



Me corro, manchando tu cuerpo y el mió haciendo que mí entrada se tense también, y después de unas cuantas estocadas que me llevan hasta lo más alto, te vienes dentro de mi cuerpo… Nuestras respiraciones son agitadas, pero esta distancia que es tan poca nos aleja completamente…



“Nuestros mundos son completamente distintos, no se en lo que piensas, y tampoco tengo las fuerzas para averiguarlo”



Siento tus labios en mi frente, y me descoloco completamente haciendo que por primera vez la duda se refleje en mis ojos, y veo esa expresión de arrepentimiento, que hace que mi mundo se venga abajo, pero esta decidido, se muy bien como embaucas a la gente con tu pequeño y frágil mundo de cristal rodeado por una coraza de hierro….

No puedo creerte Eiri esa es la verdad… la confianza es la que ya esta acabada….



“Vuelve a mi lado… Shuichi…”



No se si fue una orden, o un ruego hacia mi persona pero no pude más tenia ganas de abalanzarme y llorar frente a Ti, recriminarte todo lo del pasado y perdonarte, como si el Shuichi anterior me hubiera dominado por unos segundos, pero eso era imposible…

Espere a que salieras de mi, mientras mi respiración volvía a la normalidad… divise mi ropa por el lugar y me pare, hasta recoger mis boxers en silencio… ese que últimamente acompañaba mi vida bastante seguido, un silencio tenso e incomodo; que solo fue roto por un suspiro de enfado de tu parte, nunca fuiste de quienes tuviera paciencia…



No te mire en ningún momento, estaba serio con esa cara que tu mas de alguna vez me mostrabas… abrí la puerta y respirando pesado al igual que tu me dispuse a decirte las palabras que nunca creí posible decir.



“Eiri, ya tuviste suficiente ¿? Te di lo que buscabas, ahora márchate y no vuelvas”



Te me quedaste viendo con cara de perplejidad y por primera vez pude leer lo que querías decirme sin que hables, porque al fin y al cabo tu boca era traicionera y siempre decía escuetas palabras hirientes…. Volví a suspirar con pesar y cerré mis ojos…



“Ya no soy el idota inocente Eiri, ya no vivo de las ilusiones”



“Al menos mírame cuando lo digas, mocoso…”





Y te observé, saque las ímpetu de algún lugar que no conocía, y deje que mis ultimas fuerzas se fueran en aquella mirada llena de decisión y resentimiento, si así me dejabas en paz y vivir para olvidar; solo quiero disfrutar en algún momento… eso es todo lo que pido… ya tuve bastante soportando a tu lado… he madurado….



Ahora buscabas tu ropa algo molesto mientras te vestías y pasabas tu mano derecha por tu cabello; trate de memorizar cada una de tus expresiones, también habías cambiado quizás, no se si para bien o para mal, pero al fin y al cabo todos lo hacemos… deberías aceptarlo Eiri…



Lamento que la solución no llegase a tiempo

una mirada triste provocó enfrentamiento

cruzando las palabras que ahora llenan mis textos

al lado de la clave que he guardado en secreto.



Sentí que volviste a acercarte a mi, con esa mirada gélida que me dañaba tanto y luego sonreíste con ironía, es por eso que no creo ninguna de tus palabras… y en ese momento me abrazaste… como nunca… sentí como otra vez el Shuichi de antes quería escaparse, pero no te abrace, soy terco… lo aprendí de ti… y susurraste a mi oído…



“Voy a recuperarte, se que fui yo quien te perdí… y quiero recuperarte, mi baka”



Y te fuiste… se cerro la puerta y me deje caer en aquella pared fría con las manos sobre mis rodillas y mi cabeza gacha, otra vez yuki habías vuelto a desmoronar mi mundo con tan solo unas palabras… extrañas pero que hondaban en este iluso.. Raro… y falso corazón de cristal….



Si contigo voy bien pero sin ti mejor

Aunque suelo quedarme con la peor opción

si los días no pasan y las horas me matan

al no saber qué hacer lo llaman esperanza

si no veo el miedo pero siento sus garras

si tengo la intención pero no las palabras

si la luna es mi sol, mi sonrisa una tregua

y el amor una excusa para escribir novelas.



Shuichi Shindou





Perdiendo el Control, estoy aquí

Otra vez has demostrado tus caprichos.

Deja este corazón aquí, en Soledad;

A veces la esperanza solo es un juego dañino





…Muros invisibles…

… Más Allá de mis Ojos…

Inesperado.






Reencuentros.


La luz artificial del foco de la habitación se prendió molestando a mi vista violeta de una forma espantosa, entrecerré los ojos refunfuñando por lo sucedido como un pequeño. Hiro rió estrepitosamente al escucharme reclamar y se acerco, dándome un beso en la frente.

“Sigues siendo infantil Shu…” Esas fueron sus palabras escoltadas de una preciosa sonrisa, le abrace rápidamente botándolo en la cama, mientras reíamos; realmente le extrañaba mucho, siempre ha sido un gran apoyo para mi.
“Vamos Shu, saldremos esta noche a divertirnos” El se levanto al rato mientras me cargaba como a un saco de papas

Lo observe con disgusto en mis expresiones, no tenia las ganas suficientes; desde ese día que se había aparecido Yuki, me encontraba como un animal asustado en su refugio, sin ser capaz de dar un paso fuera de la casa. Me arrojaste en el baño alegando que debía bañarme y arreglarme, suspire resignado… Supongo que es lo mejor salir un rato a distraerme… Observe en el espejo mi rostro magullado en aquellos días y delinee mi mejilla en el reflejo; sonreí al escuchar la voz de Hiro nuevamente apresurándome; y al final hice lo que el me dijo.

Unos pantalones y una polera ajustada se encontraban sobre la cama, las había elegido para que me las pusiera, me apresuro aun más saliendo a toda prisa del que era mi hogar.

“Esta noche será perfecta, Shuichi”.- Esos ojos llenos de confianza me reconfortaban. La moto salió disparada mientras yo disfrutaba de la velocidad, el viento nos pegaba a la cara refrescando el ambiente.

“Blue Queen“, Se mostraba ante mí después de una larga carrera por la carretera, la música llegaba a mis oídos y mi cuerpo pedía moverse al ritmo, hace mucho ya, que no salía por estos lugares. Me largue a reír al recordar la última vez que aparecía por ahí, hablando sinceramente, de lo poco que me acordaba aquella noche.

“Aquella noche fue la ultima vez, que me deje humillar”

No tenía nada decidido, me la había pasado llorando en silencio en la soledad de aquel apartamento que compartía con Eiri, pero no le daría en el gusto; Así que sin avisarle a nadie salí a divertirme por ahí llegando a uno de mis lugares favoritos, que no visitaba desde que estaba saliendo con el rubio.
Agarré una chaqueta, mientras bajo ella llevaba una polera sensual, unos pantalones de tela delgados que se holgaban en mis curvas; si piensan que quería engañar a Eiri pues tendrían toda la razón, estaba alterado, desgarrado, solo.

Me pase por el lugar sonriendo falsamente mientras me acercaba a la barra a tomar algún bocado, varías veces me invitaron a bailar, pero no había aceptado hasta cuando una persona de forma amable y educada se gano a mi lado invitándome un trago.
Animadamente hablábamos sobre trivialidades, todo era ameno, fuimos a bailar, yo con las mejillas sonrojadas por el trago y él, verdaderamente no recuerdo; comenzamos un flirteo de miradas inocentes, salvajes, quien sabe, no recuerdo con exactitud; su cara ya estaba muy cerca de la mía, quizás a centímetros, pero la corrí por inercia no quise llegar más lejos, no pude… y la imagen del rubio se poso en mi mente; ni siquiera podía pagarle con la misma moneda.
El chico amable lo dejo pasar, luego de eso decidí que iría a la barra, el me acompaño por unos minutos, luego se retiro prometiendo regresar. Entretanto, con bastante alcohol encima, me emborrache por completo quedando en un estado inaceptable…
Mi celular sonaba ruidoso mientras apenas le escuchaba; salí del local mientras torpemente contestaba. De ahí no recuerdo nada, se me borró por completo la película, según lo que me contó Hiro me encontró en una esquina de la calle llorando por no poder borrar ni por un segundo a Yuki; y me llevó hasta su casa.
Esa fue la última vez que nos vimos, después de que yo decidiera desaparecer por un tiempo; llegar a ese estado por alguien lo encontraba tan humillante, quizás después de todo, mi amor solo es una obsesión….

“Que iluso he sido”, moví mi cabeza negativamente sacando todos esos recuerdos.
Mientras mi amigo me tomaba de la mano. Me agarré a la espalda de Hiro mientras reíamos sonoramente, y entramos al local nocturno que se encontraba llenísimo, aquella noche.

Cerré los ojos por unos momentos y respire hondamente. “Ahora a disfrutar, Shuichi” Me hable a mi mismo dándome ánimos, pedimos algo en la barra mientras nos sentábamos a observar el ambiente un rato; un vaso de vodka se tomó Hiro mientras yo solo un jugo, había dejado el trago hace tiempo, le tenía algo de miedo aún.

Luces, música, personas moviéndose frenéticamente, parejas en algunos rincones; todo se mezclaba, se hacía una sola cosa. Nos invitaron a bailar a los dos, unos conocidos de mi acompañante, pero negué con la cabeza mientras le decía que vaya a disfrutar de las pistas, sonriéndole ampliamente. Le observe mientras mas recuerdos se agolpaban en mi mente; como había sido posible dejarle tanto tiempo abandonado, al igual que en otras ocasiones, había hecho un par de cosas mal, una de ellas haber dejado a Hiro abandonado por pensar solo en mi; pero en fin eran cosas que no iban al caso.

Dejé mi bebida por ahí mientras salí a la pista, subía y bajaba al lado de Hiro de forma loca y eufórica; mis movimientos eran precisos, aunque era un cantante y lo hacia bastante bien, según algunos. Siempre había llamado la atención el como se movía mi cuerpo en el escenario y sobre todo en las pistas de baile.

“Un catalizador de energía natural, la música es mi pasión después de todo”

Estaba perdido entre sonrisas, luces y el calor del momento, hasta que alguien salto sobre mí Gritando. “Shuiiiiiiiiiiiichiiiiiiiiii” Sentí como caía al suelo entre medio de la pista, mientras un cuerpo sobre mí me miraba a los ojos, así estuvimos un momento sin decir nada, mientras veía como la cara de esa persona pasaba de una expresión aniñada a una llena de seriedad.

“Sakuma San” Susurré más para mí, que para él; mientras se paraba y me daba la mano alegremente de nuevo, y se aferraba a mí en un gran abrazo. “Te extrañe, Shuichi baka, como despareciste así…” mi ídolo desde la infancia se encontraba allí, inflando las mejillas de una forma muy cómica; aún no entiendo porque Hiro aún dice que nos parecemos tanto, aún mas ahora.

Los mire atónitos, luego de parar de bailar en el centro de la pista, Hiro me tomó de la mano mientras Ryuichi nos seguía de cerca. “Sorpresa” Me dijo Hiroshi cuando estuvimos mas alejados de la música, había sido todo planeado por este granuja y no me había dicho nada, infle mis mejillas también haciendo berrinches por no avisarle antes; después de un rato de hablar de cosas sin importancias aparecieron K-san, Tatsuha, y otros amigos.

Me la pasé bien esta noche, aunque nadie comentó sobre mi larga y repentina decisión, todos se encargaron de hacerme pasar una noche especial. Después de todo aún no perdía todo por completo, después de todo, aún me quedaban muchas cosas por la que seguir luchando.

“Aún no entiendo como fue que llegue a pensar que eras lo único importante en mi mundo”

A veces nos segamos ante todo, dejamos de valorar los pequeños detalles, y nos dejamos guiar por ese profundo sentimiento de decepción, sin mirar a nuestro alrededor por completo, siendo egoísta una vez más.

Acabamos la fiesta riendo y comentando sobre nada en realidad, solo reíamos, y volvimos a mi “hogar” junto con mi amigo, quien se quedo en casa acompañándome. Nos cambiamos rápidamente y el me abrazo acurrucándome en sus brazos, había olvidado cuando dormíamos juntos, sintiendo el calor de sus brazos, la seguridad, la protección, el apoyo de alguien especial.

El tiempo paso rapidísimo cuando abrí los ojos, sentí un aroma desde la cocina, Hiro estaba cocinando, me emocione y salte sobre él sin tener cuidado, me golpeó con suavidad fingiendo molestia mientras me amenazaba con que tenía que esperar hasta que este todo listo.

Me deje caer en el sillón mientras tanto, y observe de reojo un baúl de color negro, que para mí no era nada desconocido, después de todo allí tenía todas las cartas que Yuki dejaba en mi puerta, durante este ultimo tiempo…
Abrí aquel Baúl y tire todas las cartas por el suelo, tomando la primera que había caído bajo mis pies, quería a verlas quemado, pero no pude, así que antes de hacerlo las leería una ultima vez… y Así me dispuse a leer, la extraña forma en la que Eiri se estaba comportando conmigo…

Shuichi Shindou

Momentos que quedan intactos,
Prisiones y cadenas invisibles…

Corazones rotos…

Amistad, Amor, placer…
Cada palabra tiene un significado
Una abreviatura

Una forma diferente de sentir.



…Preparación…
Más allá de mis Ojos
Reencuentro.












Pequeñas palabras.







“Aún lo amas, aún ese cruel hombre sigue allí… ¿No habías dicho que lo olvidarías definitivamente?...” Mi subconsciente me citaba, algo completamente cierto, me lo repetía una y otra vez mientras tomaba esas dedicatorias entre mis dedos temblorosos.

La primera que leí, fue la primera que llegó a mi puerta después de volver a verlo.





“aunque escapes de Mi, te encontraré, una y otra vez,

Porque me perteneces como la primera vez;

Y mientras más te escondas,

Más excavaré.”

Yuki



Con su perfecta caligrafía, observe cada detalle de las notas, eran pequeñas papeletas, blancas, su aroma era inconfundible, quizás demasiado romántico para alguien como él. Si!, en algún momento llegue a dudar que fueran de Eiri, que era una burla hacía a mi; pero ese perfume es único e imparable, su esencia estaba plasmada en aquellas dedicatorias, o como se llamen…



Tome otra al azar entre tanto, mi corazón latía rápidamente haciéndome escuchar el propio eco, como si mi alma gritase por escuchar más, para sentirse querido por aquel sujeto.





“Nunca he valorado mi alrededor, es más hace mucho es que me dejaron de importar.

Pero puedo escribirte, sin mentir… Sin dejar que mis palabras secas te hieran,

Que me enseñaste lo que es necesitar de la compañía, de TÚ compañía.

Permíteme recuperarte y que desees nuevamente estar

Entre mis brazos, baka.”

Yuki





Todo era tan irreal, una triste sonrisa apareció en mis labios mientras apoyaba mi cabeza en mis piernas, sosteniendo otra nota, que aún no quise releer, el piso estaba repleto de papeles blancos, yo sobre ellos sentados en pijama; mientras el olor de la cocina entre dulce y salado, se entremezclaba por los diversos lugares.

No pasó mucho rato, Hiro apareció de la nada abrazándome por la espalda, nos quedamos, no se exactamente cuanto tiempo así, mientras el ruido del hervidor resonaba llenando el vacío del silenció.



“Parece que ha cambiado” Susurro, mientras yo sonreía de forma extraña, él cambiar, se refería a Eiri, no lo creo pero tampoco le dije nada me quede allí callado pese a que le había escuchado claro.



“Shuichi, yo te apoyaré en todo, solo no vuelvas a dejarme…” se despegó de mi, mientras caminaba a la cocina, supongo que a apagar el ruidoso hervidor; antes de eso le tome del pantalón girándome, le observe desde abajo con los ojos llorosos, lamentaba tanto el haberme ido así…

Las palabras que quería decir, se quedaron en mi garganta mientras el se agachaba y me desordenaba el cabello. “Shu, aún sigues usando el mismo shampoo”… Solo eso bastó, y yo entendí que no necesitaba pedir disculpas, que todo estaba bien, y que el realmente estaba a mi lado.



Tomé otras de las papeletas entre mis manos, mientras las que había leído, las colocaba sobre la mesa con cuidado, sin el deseo de estropearlas aún.





“Atrapado en la bisagra de un mundo, casi imaginario

Plagado por incesantes métodos de búsqueda.

Quiero tenerte a mi lado una noche más...

Aunque sea una ruda invitación….serás mi presa esta noche...

Mientras nuestros cuerpos juegan entre el villano y la víctima.

Sin parar volveré el mundo de cabeza, para los dos.

Trabajemos en un amor pasional, en un amor mutuo, un amor inocente.

Cualquiera esta bien para Mí, Mientras tu seas el de al lado….

Tómalo como propuesta indecente… O como te plazca.

No lo olvides, espero por Ti.”

Yuki.





“Es increíble, que hasta sin estar presente, te robas toda mi atención”



Seguí viajando entre las notas de mi alrededor; al menos había unas veinte; tiradas desordenadamente; no las había leído bien antes, ya que la rabia, la confusión, y miles de indescriptibles sentimientos, hacían que mi miedo a enterarme de lo que decían, por sobre todo, darles un sentido, que quizás no fuera el correcto, porque las palabras pueden ser mal interpretadas en muchos casos; sí, debo confesarte que mi miedo a que me este haciendo ilusiones es tanto, que busco cualquier justificación, para encontrarle razones a estos actos, porque me niego a creer que sea… amor.



Hiro volvió a aparecerse ayudándome a ordenar, luego me golpeó suavemente; mientras leía en voz alta otra papeleta.





“Amargo sabor reconoce mi boca,

Este pulcro silenció me atormenta,

Ya no parece el de antes…

¿Hace cuanto me acostumbre a tu figura?

No me quites lo que es Mío.

Ya que desde que te entregaste a Mí

Eres de mi propiedad.

Yuki.





“Este idiota” farfulló Hiro, sin más saco las cartas y las volvió a colocar en el baúl. “Es suficiente” me miró con los brazos cruzados por unos momentos, tomando el baúl bajo la mesita de centro que tenía la sala de estar.



Tomamos desayuno tranquilos, en silenció, lo que acotó Hiro diciendo que caería una tormenta ya que yo estaba demasiado silencioso; le gusta molestar, después de calmar la atmósfera el se excuso, dejándome solo en el apartamento, con una pequeña advertencia.



“Siempre se puede dar una segunda oportunidad”, sonrió de lado y se marchó, dejándome con las palabras en el aire, realmente me conoce tan bien, o es que mi cara quizás lleva escrito algo que no vi.

Sacudí mi cabeza un par de veces y suspiré hondo; ocupé mi cabeza todo el día en ordenar mi casa, que hace días ni siquiera había tocado; rompí un par de tasas, quemé la comida, aún no soy bueno cocinando debo confesarles, pero en fin lo de siempre, aunque mi vida estaba marcando mejor que hace un tiempo, al menos podía sonreír.



Enfoque mi vista en el espejo que tenía mi sala, y me observe fijamente con una sonrisa en los labios.



“Confiésalo Shuichi, es por él que estas feliz”





Si mi conciencia esta tratando de hacer ver algo que no es, es mejor que desperezcas en este instante, cerré los ojos con enojo, por hablarme mentalmente y cuando ya vi la hora era bastante tarde; me senté en el sofá algo cansado por todo el ajetreo del día, estire mis músculos, y me dí un baño, realmente lo necesitaba, tomé el shampoo de fresas, mi favorito por ese aroma dulce y hasta repugnante.

Las gotas una a una caían, mojando y purificando mi cuerpo, o al menos así lo sentí mientras tanto recordaba una frase, de hace mucho tiempo.



“Tu aroma se mezcla con el mió, que molesto.”



Escuche en mi cabeza la recreación de su voz, y me reí; a veces era un niño que hacía berrinches por nada ese día me enfade, me tenía hasta la coronilla, verdaderamente nuestras ultimas discusiones comenzaban por cosas sin importancia.



“Pues báñate en otro lugar, si tanto te molesta”



Estaba aburrido de dejarme dominar por él, de pedirle disculpas hasta de tener que respirar a su lado; estaba cansado En estos momentos me pregunto si abras cambiado, de verdad. Me gustaría que así fuera.





.Termino de bañarme, giro la perilla y me coloco la toalla alrededor de la cintura, seco mi cabello rápidamente, mi cuerpo tiembla por el frío que hace, es más el cambio de temperatura del agua caliente, lo hacía aún más helado. Acabe viendo la Televisión, unos videos viejos de Bad luck en donde estaba en su punto máximo, comencé a cantar también, hace tiempo es que no me salía la voz con emoción. Al sonido de rage beat inunde la habitación de un mágico tiempo, al menos para mí, me sentí bien y lleno de sentimientos, capaz de interpretar los sentimientos de la canción.



Me encontraba emocionado cantando, cuando tocan la puerta, esperando que no hayan escuchado y en un desliz, abrí la puerta de golpe sin revisar quien seria; encontrándome con el rubio petulante delante de mis ojos. Automáticamente trate de cerrarla pero el cuerpo y la fuerza de Eiri, fueron notables, no supe como pero nos encontramos sentados en el sofá, a un extremo del otro, en donde unos días antes habíamos intimado. Mis mejillas se tiñeron de un tono carmín cuando pensé en ello.



“Solo fue sexo” Me reproché mentalmente por estar pensando en esas cosas; ensimismándome, olvidando a quien tenía al otro extremo hasta que entré en caída, mirando de reojo ocultándola detrás de mi flequillo, por donde aún caían gotas de mi cabello mojado. Se estaba riendo, observándome fijamente, eso me hizo avergonzarme aún más; y las palabras hirientes y sarcásticas que iba a usar en el momento se paralizaron antes de ser maquinadas, y no pude articular palabra.



“Ya se lo que estas pensando…”



Susurro petulante acercándose peligrosamente, ahí fue cuando reaccione y retrocedí todo lo que pude, tratando de ver por donde escaparía esta vez; pero derepente volvió a su lugar apoyando su cabeza en una de sus manos sin parar de mirarme.



“Sigues siendo un enano pervertido”



Sonrió melódicamente, relajado; si era la primera vez que le veía de esa forma; infle mis mejillas y me crucé de brazos mirando hacia la tele, que aún pasaba el concierto de hace tanto tiempo. El tampoco dijo nada más, y respeto el silencio, que para mi ya se estaba haciendo incomodo.



“¿Me tendrás todo el día aquí?”



Levantó una ceja rompiendo de nuevo con mis divagaciones, al sentir su voz autoritaria no dude en pararme dirigiéndome hasta la cocina para servirle algo, pero antes de llegar me gire hacia su lado, dándome cuenta de la estupidez que estaba apunto de hacer.



“¡Hey! Eres libre de irte cuando quieras”



Comenté tajante, por su actitud, pero más aún por la mía, y me quede esperando con los brazos cruzados esperando que se largará de una vez por todas, pero en vez de eso se paró con sonrisa burlona, intimidándome, tan solo un poco, acorralándome contra la pared que daba con la cocina, sentí su respiración tan cerca, nuestras esencias se volvieron a mezclar, controlando mi corazón lo aleje con mis brazos estirándolos, para que la distancia se haga mayor.



“No te voy a hacer nada, Baka”



Su voz sonaba seca pero sus ojos ámbares mostraban amabilidad, tengo que confesar que me dieron seguridad, después se alejo buscando en el perchero una chaqueta negra, me la pusó sobre los hombros y me jaló hacía afuera del departamento.



“Vendrás conmigo”



Eso fue lo único que dijo, sonaba como una gran orden, proteste todo el camino hasta que me tiró sobre su auto sin nada de cuidado. Sin decir nada más, se subió al auto, lo encendió y partimos, realmente no se con exactitud donde, ni porque, solo sé que estoy al lado de un pedante, al que aún no puedo sacar de mi vida, y que no entiendo porque esta haciendo todo esto.



Me preguntó las razones,
De cada uno de tus actos…

Encontrándome solo con más dudas

Sigues inundando mi ser;

Es lo único que puedo afirmar con

Absoluta seguridad.



Shuichi Shindou.



Nunca sabremos hasta donde

Somos capaces de entregar…

Nunca veremos con exactitud

El deseo de nuestro compañero…

Solo sabemos que nada en este mundo

Es imposible…



…Deseable…

Más Allá de mis Ojos.

Pequeñas Palabras.









Agridulce





El auto de Eiri, iba a una velocidad impresionante, siempre le ha gustado la velocidad, y esto se notaba sobretodo cuando estaba frente al manubrio; cerré mis ojos creo que ya me estaba mareando, nunca había sido muy fanático de la rapidez.

Volví a abrirlos mientras el auto seguía tomando prisa, vi pasar la ciudad hasta que la dejamos atrás; volví a reaccionar… íbamos en su auto…



“¡bájame! No quiero estar aquí…”



Le dije algo preocupado, más bien ofuscado por su actitud; mientras el me observaba de reojo sin perder el control del automóvil, volví a protestarle, no le daría en el gusto, no quería estar con él, el terror empezó a hacerse más y más grande; mientras veía pasar todo, ahora solo se veía la fría y desolada carretera…



Esto extrañamente me recordó a nuestra cita al parque de diversiones, como un De javu; con la única diferencia en que ya no estábamos juntos; eso llevo a preguntarme que rayos hacía allí, últimamente todo estaba transcurriendo fuera de mis manos, fuera de lo que yo tenía planeado, fuera de mis decisiones… Sin ninguna lógica convincente.



Algo en mi corazón se oprimió, el sentir el abandono, que Eiri se iría en cualquier momento en el que yo estuviera desprevenido; me hacía tener miedo.



“No que lo tenías superado Shuichi” Otra vez mi conciencia me hablaba, con esa voz seca que me hacia reaccionar, no importaba eso ahora, solo debía dejarme ir y ya está.



Sentí que el auto disminuía su velocidad, parando a un lado, tuve la esperanza que de una vez por todas me dejaría en paz; incluso pensé que con todo mi berrinche me sacaría a patadas de su auto, en realidad es lo que tenía planeado. El señalizador hacía un ruido que hacía juego con mi pulso, pestañee un par de veces, mientras me preparaba para el mal humor de este tipo.



“¡Shuichi!”



Trague saliva, aunque desease eso, siempre esa cara de asesino frío me atemorizaba de sobremanera, me encogí de hombros tratado de agarrar valor, me siento como un pollito recién nacido, que absurdo.



Pasó sus manos por su cabello, sin mirarme aún… Se estaba controlando, quizás contando hasta un millón para calmar las hirientes palabras.



“¡Diablos Shu!”



Comentó ofuscado golpeando el volante, respirando hondo me observó a los ojos, aunque sus expresiones estaban endurecidas, el trataba de hacer lo posible mientras una mueca de desagrado aparecía en su rostro. Debo decir que me dio miedo, pero al ver el intento por controlarse reí a carcajadas; todo se me olvidó sin poder parar de reír, él siguió conduciendo.

Al final mis intentos no fueron suficientes, nada es suficiente.



“No puedo hacer nada contigo, Yuki, simplemente estas allí, aún no puedo cerrar este ciclo vicioso; ¿Por qué tantos intentos? ¿Qué estas pensando?”



Todas mis preguntas pasaban en conjunto, abultándose en mi cabeza, explotando en el cerebro, sin dejarlas salir, me siento cansado; esto era lo que quería evitar, comencé a cerrar mis ojos; no importa nada, necesito un respiro.



La cabeza aún me da algunas vueltas, no se cuanto tiempo he estado así; pero no deseo abrir mis ojos, sería aceptar mi derrota, y mi orgullo es demasiado. Cuantas veces soñé con todo esto; con esa mirada transparente que mostraba aquel hombre que se robaba cada suspiro de mi persona…

Quizás las fantasías están jugando conmigo, me estaré volviendo loco…



“la ingenuidad ya no está conmigo, eso no lo olvido”



Apreté algo suave con mi mano con bastante fuerza, estaba durmiendo, y debía despertar esto no me estaba haciendo nada bien; yo mismo me estoy torturando, me ordené abrir mis ojos, pero sentía tan pesados mis parpados. Me sentí más intranquilo, como era posible todo esto, no lo sabia con exactitud; me aferre aún más; no se con exactitud a que… espera es alguien; a lo mejor estoy borracho.



Mis ojos se abrieron, estaba asustado a lo mejor había cometido una estupidez, y quizás donde estoy… desorientado me levante de golpe, estaba en una cama bastante cómoda, giré mi vista aún abrazado a alguien…



“Yuki…”



Soy un idiota, como voy a estar soñando, pero entonces si cometí una estupidez, volví a suspirar soltándolo, eliminando todo contacto, ya no sintiendo esa fuerte espalda, esos brazos a mi alrededor, que hace un momento se aprovechaban de la situación; ese aroma tan peculiar haciendo que me maree aun mas… todo se entremezclaba.



“Baka, despertaste ya… ¿Estas bien?”



Bufó algo confundido por mis acciones, realmente se estaba tratando de controlar; aunque supongo que no le era fácil, pues si para el, lo es, para mi es aun mas difícil todavía.



“¡Uhm! ¿Dónde estamos?”



Me desperecé haciendo sonar mis huesos, la tensión me estaba matando, y estaba aún más nervioso por múltiples razones, con ninguna justificación coherente, que diera respuesta a mis dudas.



“No te preocupes, estamos a las afueras de la ciudad”



Mi mirada se perdió unos momentos por aquel ventanal que daba a las orillas de un hermoso lago; era temprano ya, el amanecer brillaba en aquellas aguas cristalinas, magnifico, es como puedo describir todo ello.



“¿te agrada, Shu?”



Sentí sus manos pasar hasta mi abdomen, su cabeza se apoyo en mi hombro, mientras sus palabras, con esa voz grave, danzaban en mi oído; acomodándose con esa perfecta escena de amanecer.



“¡Es hermoso, Gracias Yuki!”



Me abalancé sobre él girándome para abrazarle de forma infantil, apunto de darle un beso en agradecimiento, por un momento no lo pensé, se me había olvidado todo, es como si hubiéramos estado juntos todo este tiempo; pero volví a reaccionar a tiempo y me separé, golpeando mi cabeza mentalmente.



El idiota este, sonrió triunfante, había vuelto a aparecer el otro Shuichi, con el que podía hacer lo que quisiese, manipularlo de formas inimaginables, moví mi cabeza tratando de volver en mí.



En todo este año, yo había crecido en muchos sentidos, aunque mi corazón lo haya despojado de cualquier síntoma de debilidad, las otras partes lo habían cubierto.

Comencé a leer más, traté aprender en cocina, lamentablemente nunca sería bueno para ello, mi vocabulario se había extendido; e incluso podía hacer una crítica o opinión constructiva sin ayuda de nadie…

Tanto necesitaba demostrarme a mi mismo que no era un Baka, que me obsesione con todo, aprender era lo único que hacía en casa; incluso mi color de piel estaba más pálido, si Eiri había herido de muchas formas mi persona…



“¿Shuichi? ¿Has comido bien?”



“Si”



Le mire de reojo, tratando de intimidarle ya que no necesitaba su lastima, ni su preocupación falsa; no sabía lo que estaba tramando pero lo descubriría de alguna manera; además he aprendido a aprovechar las oportunidades, es lo que voy a hacer.



“Eiri, no me dejaré intimidar por Ti, ya no soy cobarde”



Me cargó en sus brazos sin decir nada más, se resignó a que mi actitud seguiría igual, me sentó en la silla, por fin pude ver que estábamos en una casa de campo bastante modesta, algo fría pero aún así muy bien decorada.

Vi la mesa puesta con exquisito desayuno; que muy pocas veces podía disfrutar; últimamente mis comidas eran instantáneas.



“Come rápido, saldremos más tarde”



Todo pasó muy rápido, no me di cuenta cuando ya había caído en sus redes, después de ese día todo se volvió algo especial, y lleno de mis deseos más profundos.

Desde el primer día trate de esquivarle; los días pasaban sin que me de cuenta, cuando ya era la noche, me sentía tan cansado que dormía como un tronco.



Las cosas han dado un giro inesperado, que he estado tratando de controlar, el primer día Yuki hizo muchas cosas, tenía todo planeado, una magnífica cena a la orilla del lago, fuegos artificiales, y un sin número de cosas románticas, que me hacían soñar.



Con cada día que pasa, se me hace más difícil controlarme, el ha sido tan irreal, tengo mucho miedo, ni siquiera he sido capaz de preguntarle el porque; quise alejarme de su figura, de sus constantes intentos por regresarme a como era.



Ha pasado una semana exacta de que estamos aquí, le he preguntado a Yuki, si volví a llamarle así, tengo que controlarme; cuando nos iremos, si sigue así el terminará doblegándome por completo; ayer estuve apunto de hacer algo completamente tonto.

Cada detalle que él tiene conmigo, me derrite un poco más, mi corazón ha estado latiendo de una manera intensa; es tan fácil despertar cosas que creía inexistentes…



He estado leyendo un nuevo libro que encontré por ahí; trata de una prostituta de oficio, que es obligada a trabajar en ello por una mala decisión que tomo en el pasado; aunque ella es bastante elocuente, sufre mucho; por un momento me sentí como ella… que idiota y soñador sigo siendo…



Suspiró mientras acabo la última pagina de aquel libro, tuvo un final feliz después de todo; y unas pequeñas lagrimas me acompañaron, haciéndome reflexionar miles de cosas, el libro cayo con torpeza al suelo, y Yuki apareció detrás de la puerta, no se hace cuanto estaba allí, pero esa sonrisa preciosa se me esta haciendo adictiva.



Se agachó a la altura del sofá y me secó las lágrimas de forma delicada, nos miramos por un par de segundos; mientras todo desaparecía a mi alrededor, como la primera vez que le conocí, tan frió, tan lleno de nada; quizás realmente has cambiado Yuki.

La atmosfera se volvió única, luchando contra mis demonios interiores, dejé paso a lo que había estado escondiendo, cerré mis ojos y pude sentir esos labios perfectos, con sabor a tabaco de marca, esa que era única e inconfundible para mí; me entregue a ese momento, su lengua se hacía paso buscando la mía con tranquilidad, el dulce de las fresas que había comido se mezclaba, y hacia las sensaciones agridulces, como muchas de las cosas que habían pasado.



Al fin y al cabo, así podía definir nuestros encuentros, como la mezcla agridulce; siempre con tragos agrios que se acompasaban con la dulzura que muy pocas veces salía a flote.

Después de todo, eres el único que puede hacer girar mi voluntad…



¿Seré capaz de darte otra oportunidad?



Con esa duda en mi mente, paso el tiempo mientras sentía tus brazos a mi alrededor, sin llegar a nada en concreto solo un acto que Deseé tanto tiempo, y que al fin se hacía realidad.

Ya no estaba soñando, todo aquello estaba pasando, con esa originalidad que solo el pedante de Eiri podía darle, pero aún así con ese romanticismo que transmitía el ambiente, así lo sentí…



Y mientras la brisa entraba por la ventana, el cantar de los pájaros y ese precioso sol anaranjado, traspasaba las ventanas de la casa de campo, invitando a recordar este lugar por siempre, cada detalle, debía quedar en mi mente, no tan solo visualmente, tenía que usar todos mis sentidos para no arrepentirse de nada en aquel entonces. Todo era ideal para que mi corazón por fin diese un respiro… al fin me sentí tranquilo… Junto a esa persona que hacia mis contradicciones latentes, mis dudas una locura incesante, y mis sentimientos una marejada de corrientes sin un rumbo fijo…





No se que será real de todo esto

A lo mejor, mi corazón esta nublando

Todo mi ser…



Siento como mis fuerzas se doblegan,

Quizás mi corazón estaba clamando a gritos,

Tu atención, tu amor…



Serás capaz de entregarme lo que necesito,

Supongo que ya no puedo hacer demasiado,

Solo observar desde aquí

Tratando de mantenerme firme

Para no caer…





No ser capaz de creer



No ser capaz de separarme

No ser capaz de pensar



Nada tiene un seguro…

Pero quizás quiero lanzarme por el risco

Sin saber donde parar…

Solo disfrutar.



…Intentos...

Más Allá de tus Ojos

Agridulce.







Comunicación.




Hace horas que había llegado a casa; el teléfono estaba lleno de mensajes sin importancia, al menso esta vez había llamado a Hiro, no quería que se preocupe, ya me amenazo y no estoy dispuesto a conocer la furia de mi amigo.

Tiemblo un poco al imaginármelo enojado, es difícil colocarlo de esa manera, pero aunque pocas veces, le he visto así.



Sentí que ese aroma no se disipaba de mi lado, acaso había quedado prendado a mí, así al menos parecía, ni su esencia me dejaba, me acurruque buscando calor, ese que tanto necesitaba, tenía la espalda destapada al parecer, pero no quería abrir los ojos.

Me encontraba sentado en el sillón solitario, era temprano, trataba de digerir toda aquella semana vivida, y las últimas palabras de Eiri, al irse.



Después de ese hermoso dibujo primaveral que recuerdo cada vez que cierro mis ojos; decidí que era hora de volver… demasiada irrealidad para mí, se me estaba dando demasiado; no podía aceptarlo así de fácil.



“Eiri, Quiero ir a casa”



No le rogué, fue una orden pero no completamente demandante; tan solo le estaba dando a conocer que era mucho para mí, me acerque a la ventana e inspiré profundo.



“¿Nos vamos?”



No sonreí, pero tampoco me enojé, el Shuichi actual había aparecido, controlador, manipulador, incluso ocultando todo nerviosismo, para entregar una paz que creía borrada del mapa al estar cerca de él.

A regañadientes mi rubio acompañante aceptó, tampoco es como si le hubiera dejado opción, se sentó en la cama, mientras disfrutábamos del silencio; y con esas orbes miro su cajetilla de cigarros, consumiendo lentamente aquel adictivo humo; me fijé en cada una de sus expresiones; llegando a pensar, que tenía frente a mí, a la creación perfecta.

Recuerdo que eso mismo pasó por mi mente al verle la primera vez, cuando coqueteaba con ese suave aspecto seductor, ese apetitoso sentir carnal, esa movilidad absoluta, mientras esos dedos finos y largos, bailaban de aquí allá haciendo poesía a cualquier cosa que tocasen….



“Nada es perfecto, ni tu, ni él” mi conciencia racional, que se generó en este año puso mis pies en la tierra, al rato salimos de la cabaña con Eiri bastante molesto.



“Ya no eres el de antes…”



Dijo sin avisar, más lo vi como un acto de pensar en voz alta, que un reclamo; pero me sorprendió un poco escucharle decir ello, no porque no supiese de mis cambios, si no que me pareció que le molestaba mi cambio.



“Lamento decirte, que todos cambiamos Eiri”



Asintió con un gruñido, aunque creo que estuvo de acuerdo conmigo, al menos eso pienso, o a esa conclusión he llegado. Últimamente doy mucha vuelta a mis cosas, que ridículo.

Las calles de la ciudad con esa gran iluminación ya se veían venir, mientras nosotros aún no lográbamos mantener una conversación fluida, tampoco es que la quisiese; no quiero responder preguntas, aunque pensándolo de alguna manera, Yuki no es de las personas que preguntan. Reí para mis adentros mientras me fijaba que mi conductor estaba con la atención puesta sobre mi.



“¿Qué?... Mira hacia delante si no, nos mataremos”



Le hable preocupado, con la velocidad que tomaba el auto, y él, colocando atención en otra cosa; que sin inmutarse se divertía ante mis expresiones.



.”Quizás no has cambiado del todo…”



Susurró pedante, mientras sabiendo que tenía la razón, se estacionaba a las afueras de donde estaba mi “querido” hogar.

Bajamos del auto, y el “amablemente” me llevó hasta la puerta de mi edificio, ese idiota terco me tomó del brazo ya que yo estaba haciendo de las mías para que se largará ya.



“Shuichi, no quiero escuchar de tus labios Eiri, nunca más.”



Ya estaba dándome órdenes, ni siquiera lo pedía por favor que falta de educación, pero antes que le alegará, me enjauló entre la puerta y su cuerpo. Mientras tanto su cara se acercaba, mirándome sensualmente, su nariz choco con la mía en un acto de provocación evidente. Abrí mi boca de forma intuitiva mientras trataba de hacerme uno con la puerta; sus labios seguían allí, sin tocarme pero extremadamente cerca, mientras sus ojos me miraban…
Sus encantos me estaban haciendo bajar la guardia, escuche su voz a lo lejos, mientras yo me obligaba a mantener el control, como un susurró, como la brisa chocando contra mi piel.



“Shuichi… Yo te A…”



Eiri trataba de decir algo, pero no salía y yo estaba medio perdido entre mis cavilaciones, se besarlo o dejarlo así, mis ojos se posaban en sus labios carnosos, quería tenerlos entre los míos otra vez, pero escuche con más atención; que estaba tratando de decir… No tengo idea…



“Shuichi yo te… te…”



“¿Me?”



Le anime a seguir mientras rompía un poco más de distancia, nos separaba un centímetro; mientras mi curiosidad por lo que iba a decir me comía por dentro.

Ahí reaccionó, y se puso firme mientras rozaba mis labios de forma lenta, casi sin sentirlo; sabía como hacerme caer en su juego.



“Yo… Quiero que vuelvas a mi Lado.”



Estoy seguro que en un principio diría algo diferente, pero quizás mis ideas están demás, igual sus palabras me sorprendieron enormemente. De golpe las echó encima, cayendo en contra de mí, como un balde lleno de agua fría.

Frunciendo el ceño, me separé de mi acompañante descolocado.



“¿Y para qué?, para volver a verte perdido en otro lugar,¿fuera de mí alcance?”



“Para ser como un cuadro, al que tienes allí de adorno…”



“Ya no E-i-r-i, ya no puedo…”



Lo había soltado por fin, todo lo que pesaba el estar a su lado, aunque fuese con pocas palabras, tratando de no quebrarme, tratando de sonar fuerte. No por nada, había separado mi alma de la suya, eliminando mi corazón, y creyendo extinguir mis sentimientos, mintiéndome a mi mismo.



“Ya no es así… “



“Shu… Lo siento tanto…”



Sí, el se estaba disculpando acercando sus brazos a donde yo estaba, en el suelo apoyado allí ya que mis piernas flaqueaban, había huido de él, por lo mismo, porque las verdades son las que más duelen, a decir verdad que ría ahorrarle todo ello. Pero estábamos ahí sacando trapos sucios al Sol, no dejé que me abrazará, yo sé que el había cambiado; con esas mínimas palabras…



“Esta bien, no tienes que disculparte…”



Desvié mi mirada, mientras trataba de recobrar las fuerzas, esas que estaban escondidas mientras el músculo que tornaba sangre a mis extremidades se paralizaba, latiendo lentamente.

No dejó que me separará, se aferro a mí, sentí su calor y quise cerré mis ojos; ya no lloraba, verdaderamente estaba más ligero.



“Quiero luchar por Ti; pero para eso debes volver a mi lado.”



Ahí estaba susurrando e imponiendo condiciones, pero él al fin y al cabo era así… Pero es tan difícil confiar.



“Simplemente, no puedo…”



Negué con la cabeza, mientras el no me dejaba ir de sus brazos, al fin sus labios capturaron a los míos; mientras las palabras estaban de más, acepté el beso, dejandole entrada, sus manos hábiles se aferraban más y más, y yo est6aba allí, amarrandolo a mi, con ganas…



“Vuelve conmigo…”



Me paró del suelo, dejándome pensar, no me presionó, ni siquiera se aprovecho para tener una noche de sexo, como primeramente había pensado, tan solo esta allí, rogando por una oportunidad.



“Viendo tu figura, esa espalda ancha, y esos cabellos al viento…
Sentí una opresión, una marejada de sensaciones, me hiciste comprender…

Siendo una débil esperanza… que quizás, a tu lado esta vez sería feliz”



No creo en milagros, pero al fin siento que fuimos sinceros con nosotros mismos, aunque nuestra forma de comunicar las cosas este a una distancia enorme de lo ideal, has avanzado mucho Yuki, esa es la verdad.



Sintiendo que debes hacerme flotar, el miedo a que me dejes caer nuevamente es inmenso; pero a pesar de todo ello, de que mis demonios estén carcomiendo mi alma aún, mi corazón no duda en salir…



Mientras ese silencio extraño, grita de júbilo, esa felicidad extrema esta invadiendo cada célula, cada rincón, y ya no siento nada de soledad alrededor.



“es hora de tomar una decisión…”



Me paré del sillón asomándome por el barandal de la terraza, que se encontraba llena de polvo, mientras una vez más el sol acunaba mis ser, tomando aire grite como nunca, nadie transitaba a esa hora de la mañana…



“¡¡Al Diablo con Todo!!”



Así mi corazón quedó tranquilo, mi alma en paz, y mi cuerpo volvió a crecer, era hora de avanzar, mirar hacia delante, y quizás dar una valiosa oportunidad, para él mismo.







Tratar de ver con ojos de Papel

La hora de dejar a un lado

Miedos, locuras, infamias

Todo tiene su principio y su final.



No se trata de perdonar

No se trata del olvido

No se trata de extinguir todo.



Se trata de seguir avanzando

Me ha costado tanto darme cuenta.



Shindou Shuichi.





Nosotros controlamos el mundo

Ese es el mejor pensamiento

Para alguien que decide

Toma decisiones propias…

Y termina con un ciclo…



Es la voluntad.



…Corazonadas...

Más Allá de mis Ojos

Comunicación






Mi pasión





Frente a la puerta en la que vi desaparecer toda una vida, indiviso un ciclo, me encuentro de nuevo; no entiendo como puedo mantenerme firme, este sentimiento se expande…



La sangre fluye en mi interior lentamente, casi la siento a cada paso que da por cada uno de sus conductos, espesa y leve, se encuentra brindando calor y ansiedad.



La mano de Yuki en mi hombro me hace reaccionar,

Me observa preocupado, mi cara lo decía todo, esto es doloroso para mí, demasiados recuerdos, esos momentos se desplegaban en mi mente, como un gas encerrado, formando una presión tormentosa en mi cuerpo.



“Bienvenido a casa”



Susurra mi acompañante cuando entramos, con la mayor “amabilidad” posible, vamos no pidan milagros.

Me quedo observando todo el lugar, tal cual, como en una vieja fotografía se encuentra aquel departamento, que hace tanto tiempo no veía.

Comencé a caminar lentamente adentrando en aquel lugar, era como descubrir los pasillos escondidos que tenía, guardados.



Nuestra fotografía se encontraba en el estante del rincón, pase por cada una de las paredes de la casa, delineé el diván con mis dedos, como congeniando con la casa por completo…

Me acerqué al gran ventanal, siempre había valorado esa hermosa vista hacía la ciudad, abrí las cortinas, Yuki aún tenía la manía de tener todo a oscuras.

Olvide a mi acompañante, por varios minutos, el no se molestaba en hacer ruidos; es más, observaba con curiosidad lo que yo me encontraba haciendo.

No quise tomarle atención, y seguí mí recorrido una a una en todas las habitaciones.



Mis cosas, todas ellas estaban en donde correspondían, dándole un toque especial, como si yo viviese ahí; aclarando bien, como si nunca hubiera dejado aquella casa.

Llegue hasta el estudio, en donde Eiri trabajaba y se encerraba días enteros, escapándose de mí…



Me dí la vuelta sabía que allí no podía entrar…

Yuki dejó mis cosas a un lado y se encontraba en el umbral del pasillo observando, allí no llegaba la luz por lo que sus ojos se hacían de un dorado puro y brillante.



“Puedes entrar”



Dijo con su voz firme, haciendo que no le importase demasiado la situación, su forma de hablar siempre había sido una de las cosas que lastimaba mi ser, pero el era así.



“Así lo conociste, no exijas milagros” mi mente respondiendo a mis demandas internas, teniendo la razón nuevamente.



Moví la cabeza negándole, no había dicho ninguna palabra desde que habíamos llegado, pero mi garganta se sentía tan seca. Creo que en estos momentos no podría salir ni siquiera un monosílabo.

Mis labios tiemblan y dejo esa puerta maldita atrás…

Realmente sentí esto como un ritual de inicio, me sentí en paz con la casa, aunque aún no estaba preparado para afrontar aquel lugar, el que pertenecía al dueño de mis mayores temores…



No decíamos nada, todo en completo orden, después de haber dado mi recorrido.

Aún es raro estar aquí, me siento algo incomodo…



“¿Dónde dormiré?”



Solté derepente robándole la atención, me miro un par de segundos, haciendo que mi pregunta fuera demasiado obvia, antes de que dijera nada; lo paré en alto, no dormiría con él, eso ni loco.



“No dormiré en la misma habitación”



No yo me creí mis palabras, tan llenas de seguridad, espera estoy hablando yo; realmente no lo sé, a veces siento que mis trastornos de personalidad, deben darme mucho miedo, o al menos alarmarme…



“Claro que sí”



Me respondió tranquilo, como si estuviera convencido, que haría lo que él dice; entonces al ver esa forma me paré de donde estaba sentado unos segundos antes.



“Me voy”



Enojado escuchó mis palabras, no me importaba volver al lugar en el que estaba, una sonrisa se posó en sus labios entonces, y no me gustó para nada.

Se levanto tranquilamente dirigiéndose a la cocina, mientras yo tomaba mis cosas.



“No podrás regresar a ese lugarcito en el que estabas”



Me giré de golpe, dirigiéndome hasta la cocina mirándolo incrédulo, lo había planeado desde un principio, esa fue mi conclusión final.

Bufé por lo bajo, no tenia donde regresar, quizás ahora estaba firmando mi propia sentencia. “Manipulador” aún te gusta que todo salga a tu modo, eso me molesta.



Antes de que le contestara maldiciendo mi suerte, me abraza…



“Baka…”



“Esta bien, tengo una pieza que mande a arreglar para Ti”



Estaba jugando conmigo entonces, no entendía nada, me había costado muchos días decidirme; al final fui donde Hiro.

Primeramente me costó soltarle todo lo que había pasado. Mi independencia me asustaba, y a él también, por lo que después de unos días pude soltarme, y hablar sinceramente… Después de mucho… me encontraba allí…



Aún así no me molesto que jugara conmigo, después de todo, había pensado en mí, eso hizo que una sonrisa, difícil de describirles apareciera en mi rostro.



“Así te ves, más apetecible”



Susurró cerca de mi lóbulo izquierdo, haciendo que los tonos carmines en mis mejillas se hicieran visibles, al fin y al cabo, ese tono seductor que usaba cuando se lo proponía era imposible de ignorar.

Besó mis labios, y yo me deje hacer, sería un mentiroso si dijera que sus besos no me hacen volar y tocar el cielo…

Partió a la cocina, y preparo algo para los dos, me fije que el refrigerador se encontraba lleno, hasta había salido a comprar.



“Alguien viene a limpiar de vez en cuando”



Comentó rompiendo con mis pensamientos… “¿Tan fácil de leer soy?”, me pregunté al ver como el respondía a mis cavilaciones, de vez en cuando, descolocándome, tan solo un poco…



Retiramos los platos luego de probar la comida, realmente no tenía mucha hambre, así que no comí demasiado, al menos no se dio cuenta de eso…

Me ofrecí a lavar los platos, mientras escuchaba como se adentraba en su estudio nuevamente, tantos días fuera deben haberle pasado la cuenta, ya que tenía ojeras, y un aspecto algo somnoliento.



Decidí no molestarlo, al fin y al cabo me había acostumbrado a los silencios.



“Esperemos, que no vuelva a hacer lo mismo de antes” mi mente me repetía eso, mientras terminaba de colocar mis ropas en los cajones de la nueva habitación.

Tenía un aspecto bastante elegante, con ese toque que solo él es capaz de darle; según lo que me había dicho, la propia Mika se había encargado de decorarlo.



El cuarto de color blanco, jugaba con las cortinas de un rosa pálido, no recordaba este lugar, tiempo atrás solo era un diván, lleno de recuerdos y cosas viejas…

Y ahora una dulce brisa se estancaba por la ventana, haciendo volar el cortinaje de forma sutil, algunas fotografías y cosas mías… estaban allí



No se porque pero al acabar con todo sentía un vacío, creo que mi ser clamaba por la atención de aquella persona; antes de pensarlo me estaba asomando por la puerta sin hacer ruido.



El tecleo se escuchaba incesante, pareciera que Eiri estaba con toda la imaginación para trabajar en sus historias, siempre le había admirado por ese extraño afán suyo por entregar en las fechas exactas…



Era en lo único que podía ser profesional…

Algo que yo, no había sido nunca; quizás Yuki tenía razón; realmente no tenía madera para ser cantante; siempre dependiendo de aquella persona que clamaba con mi alma…

Al igual que en estos momentos, tenía unas ganas de escribir alguna canción…

Sonará ridículo pero de alguna forma esa persona que esta allí, es mi fuente de inspiración, debo aceptarlo.



Sin más salí sin hacer ningún sonido, por más que quisiera su atención, comprendía que el trabajo es algo importante, antes quizás, ese había sido uno de mis errores.

Los dos hemos hecho tantas cosas mal; debiendo pasar por pruebas innecesarias hemos llegado hasta aquí.



Fui a mi habitación, nuevamente, tomé un lápiz, una croquera, y comencé con mi creación, a lo que yo llamaba arte, lo que era maquinado por mi mente, y hecho por mi corazón, solamente con una fuente de inspiración…



Quizás no podría admitirlo en frente de alguien, pero mis ganas por cantar an vuelto a renacer, lo que me da coraje, es que sepa la razón.



“Tienes que tener ganar, pero por Ti, por nadie mas” Mi mente otra vez dándome fuerzas, e inculcándome independencia.





--------------------------------------------------------------------------------
“Miradas”



Más de alguna vez,

Veo mis manos a través del brillo lunar,

Percibiendo un brillo diferente...

Cada milagro es perdurable...

Preguntó a mi conciencia...



Hay muchas dudas en el interior

Puedes verlas a través de mis ojos...

Siendo un libro abierto esperando ser leídos...



Cuando te cautivo con la mirada...

¿No percibes la soledad que siento?

Entonces mis ojos también mienten...

¡No!, eso sería una locura...

No escuches a mis labios...

No veas mis acciones...

No percibas nada más... Que mis ojos...

Porque ellos te dirán la verdad

En cuanto a penas tu enfoque rose el Mio....



Mi boca te dirá.... "Aléjate! "

Mi cuerpo.... "Se escapará de Ti..."

Mi corazón... "Se esconderá”



Mis Ojos...

Te expresarán todo...

Mis dudas... mis miedos... Mi amor...



Abrázame, mientras ellos sigan diciéndote.. La verdad

Sométeme mientras se pueda, hasta que pierda la ilusión.

Ámame, o hazme creer que lo haces...



y... así tendrás... toda mi atención…

Hasta que el espasmo que tiene congelado Todo

Comience a trabajar, hasta ese momento seré devoto a Ti.



Coro:

Miradas de fuego

Miradas de Hielo

Capaces de hacer un tormento

Capaces de hacer un secreto



Nuestras mentes son las que juegan

Pidiendo a gritos oportunidades…




--------------------------------------------------------------------------------



Dejé el lápiz estar en el suelo junto a mí, me eché hacía atrás apoyándome en el respaldo de la cama, me dolía un poco la espalda por la rara posición que había tenido mientras escribía.



Releí un par de veces nuevamente, haciendo algunos arreglos, y comencé a tararearla, lentamente en mi cabeza, para luego una melodia que salía de mi boca, comenzara a hacer el juego con la canción…



Había quedado satisfecho, aunque la canción, la hecho pensando en él

Ocupé la tarde en ello, me sentía un poco agotado así que tomando una pastilla para dormir; me tendí sobre la cama, cerrando los ojos lentamente…



No dándome enterado de nada más, que la melodía tarareándose en el interior de mi cabeza.





Este día fue totalmente agotador

Desconecté mi mente, después de aceptar la verdad.

Eres la fuente de mis males, de mis alegrías, de mi juventud.



Shindou Shuichi





Los ruegos no son siempre escuchados

Las situaciones no siempre entendidas

La Naturaleza no siempre vista…



Pero siendo como somos

Seres imperfectos

Estamos aquí…



Respirando

Viviendo

Sintiendo





…Mi pasión…

…Más Allá de Mis Ojos…

…Fuente de inspiración…





…Descubriendo…





Mi alarma mental sonó, avisándome que era la hora de despertar, mis hábitos al dormir no cambiaban por más que me medicara, cada día mi reloj corporal marcaba funcionamiento a las nueve de la mañana.



Sentí mi cuerpo pesado, abriendo los ojos completamente lucido

Me encontré de golpe con el pecho de Yuki; no sabía que estaba haciendo allí, se suponía que aquella era mi habitación.



Constatando que no estaba equivocado, doy vuelta la cara, despacio, sin despertarlo, pues me encontraba allí; así que lo único que se me vino a la mente es que habíamos hecho algo la noche anterior.

No lo recordaba, le miré por un par de segundos. Tan tranquilo, Tan angelical, Tan lindo… Mis manos se posaron en su cabello suave, el sol aún no traspasaba las cortinas, pero aún así esa piel blanca brillaba.

Reproduje por mi mente, todo lo que había pasado el día anterior, pero o ultimo que recordaba era la canción, que escribí.



Sin darle más importancia me alejé de su cuerpo, debía estar cansado así que no molestaría más.

Ordené el comedor, y limpie la cocina, no tenía demasiado apetito; así que no tome desayuno… a lo mejor si tocaba alguna cosa, la quemaba, o de plano hacía explotar la cocina.



Dejé algunas revistas que se encontraban en el suelo, en aquel mueble del pasillo, observe el final de aquel lugar, la puerta entreabierta; invitaba a que traspasase mis miedos, divisando el interior de ese territorio, que yo denominaba, como lugar maldito.



“Vamos no seas cobarde” Me alenté, más bien mi conciencia lo hizo, mientras mi cerebro daba la orden de avanzar. Lentamente me fui acercando hasta dar el primer paso en aquella habitación, que a primera vista parecía tétrica y oscura.

.

Luego de ello, entreabrí las ventanas, y encendí la luz, dándole mayor vida, el aroma a tabaco era inaceptable, pero era típico de aquel ángel que dormía en mi cama, sin una razón aparentemente lógica.



Observe los centenares de libros que tenía en aquel estante de madera; mientras varios autores ya conocidos para mis ojos, miraba a otros que ni siquiera imaginaría escuchar…



La computadora portátil se encontraba cerrada, y unos papeles a los lados le hacían compañía, habían al menos unas veinte hojas esparcidas por doquier, lo que llamo mi atención, fue la caligrafía, porque en primera instancia pensé que eran cartas de sus admiradores.



Tomé la primera hoja que sobresalía, escrita con esa pluma negra que Yuki utilizaba de vez en cuando para firmar cosas importantes…



La curiosidad me gano en aquel momento y sin pensarlo comencé a leer; para mi sorpresa algo que no esperaba encontrar….





--------------------------------------------------------------------------------
Baka:



¡Me haces falta!:



Créeme… que si estoy escribiendo estas palabras, verdaderamente es porque las siento; como no pude darme cuenta antes, de esas pequeñas pistas que me dabas; ahora que tengo tu carta de despedida entre mis manos siento como si el piso se desmoronará y me tragará por completo.



No encuentro los términos exactos, para este silencio que esta carcomiendo cada rincón, pero debo admitir que tengo la culpa de que llegáramos a estos limites.

Yo solo trataba de fingir que todo era humo, que cualquier sentimiento traspasaba, resbalándose en la superficie, esa muralla que se mantenía firme como roca, que te hizo tanto daño.



Shuichi debo confesarte que es desesperante no tenerte a mi lado, que cada segundo que pasa siento tu ausencia…
Se que yo mismo, fui el egoísta que arruino, lo que había cambiado mi perspectiva; Siento como si fuera un destructor, como un tsunami que no deja nada a su paso…



No me digas por favor que tus fuentes de energía se agotaron, porque mi pecho se hace añicos, acaso ¿consumí tanto de ellos?, tendría que haber pensado, que en algún momento se iban a desgastar. Pero no, esta terquedad absoluta, que hace que me convierta en un imbécil; no dejó que todo lo que sentía saliese a flote.



Soy un cobarde por dejarte ir de a poco, resbalando como el agua pura y cristalina hacia los charcos sucios, cuando ya no pedías mis atenciones, cuando quedabas ensimismado en tus silencios, cuando llorabas por las noches viendo mi cara…



Todo ello, lo deje pasar, y créeme que este personaje que he creado de la única cosa que se arrepiente es de haber dejado escapar a aquella magnifica persona, que lleno de vida este hogar vacío.



Extinguí tu luz de a poco, como aquella vea al final de la habitación, poco a poco la fui apagando, sin hacer esfuerzos por volver a encenderla.

Aunque estoy totalmente informado de ello, no puedo aceptar esta decisión que tomaste sin consultarme.



Han pasado un par de días, ni siquiera he podido tocar una de mis historias, todo se esfumo, y no puedo atraparlo; simplemente me siento como un inútil, he tratado de buscarte durante estas dos semanas, pero ningún rastro de ti he encontrado.



¿Dónde estas Baka? Necesito hablarte, necesito verte, necesito tocarte…



Se que cada palabra que sale de mis labios es un veneno incorregible, pero sabes como soy, no es tan simple ser sincero, al menos para Mí.
Pensándolo bien, ni siquiera una mísera vez te he dicho una palabra bonito, “Te quiero” se agolpa en mi mente tratando de demostrarlo, pero no puedo imaginarme diciéndola al viento.



Envidió esa virtud tuya, de demostrar todo, con tus gestos, tus acciones, tus palabras… ¿Tan mal te tenía Shu? ¿Cuánto daño estoy dispuesto a hacerte?



No lo sé, esas preguntas no tienen respuestas, menos si no estas aquí… ha pasado tan poco tiempo, que será de mi; si mis ganas desparecieron junto con tu figura la traspasar esa puerta…



¿Cuándo fue que te rendiste? ¿Cuándo fue que me abandonaste? Prometiste no dejar de amarme nunca; suena tan caprichoso, pero aunque te sorprenda, esos detalles han quedado grabados en mi memoria, y me los he creido, porque tus ojos, me lo decían…



¿Qué he hecho contigo, Baka?....



--------------------------------------------------------------------------------




Antes de acabar con la segunda hoja, unos ruidos me sacaron de mi asombro, decidí dejar eso donde correspondía ya que conociéndolo eso nunca debería haber llegado a mis narices.



Aún así, volveré a buscar lo que de algún modo fue escrito para mi persona; en lo poco que había alcanzado a captar; trate de analizar cada palabra…

No lo podía creer, estaba afuera del cuarto apagando la luz de forma rápida, habiendo dejado todo en su lugar, antes de encaminarme de vuelta al pasillo.



Pensé que Yuki me pilaría invadiéndole su espacio, y tuve mucho miedo, pero todo estaba mezclado, y era difícil descifrar lo que sentía en aquellos momentos, creo que lo primero que paso por mi mente, fue la incredulidad.



Decidí salir a dar una vuelta necesitaba pensar un poco,

No deseaba inmiscuirme en las cosas de él; aunque las ganas por saciar mi curiosidad y leer todos aquellos textos, me hacía tener las ansías de volver a ese lugar….

Por primera vez, sentía una especia de comodidad, y gratitud hacía aquel lugar, que no hace más de unos minutos, me parecía del terror.



Creo que el tiempo paso lentamente, vague por las calles, y me senté en aquel parque, esperando por algo quizás, quería enfriar mi pecho; porque estaba demasiado contento… Eiri al fin y al cabo había pasado algo completamente colateral, al momento de mi sufrimiento…

Por fin pude creer en todas las palabras que había dicho después de volvernos a encontrar; pero el Shuichi de antes estaba saliendo con demasiada soltura, y eso tampoco era bueno, para ninguno de los dos.



No traje ni celular, ni reloj, ni siquiera algo que me indique cuanto tiempo a pasado, pero el sol está dando con todo su calor a mi cara,

Lo mejor era volver…



Tomé las llaves haciendo algo de ruido, pero antes que pudiese abrir, Eiri miraba desde adentro. Suspiró al verme; estaba algo molesto.



“Se dio cuenta que estuviste en su estudio” Esa idea fugaz apareció en mi nmente, y el miedo me invadió, ya estaba esperando que me saque a patadas; pero en ves de eso hizo que entrara a la casa, con un gesto.



Esperé a que hablara, sin decir nada; mientras observaba su espalda.



“¿Dónde demonios te habías metido?”



Su pregunta me saco un poco de onda, haciendo que arqueé una ceja, y abra mis ojos violetas al máximo. – Contéstame – Pedió tratando de relajarse, mientras se giraba para verme.



“Pues, solo fui a dar una vuelta”



Confesé sin mayor pesar, diciéndole la verdad.



“Baka, pensé que te habías marchado… de nuevo”



Contestó para mi sorpresa con sinceridad, mientras tomaba mis mejillas, con sus dedos fríos que olían a tabaco y su crema de afeitar.



“Yuki, tranquilo… Estoy aquí”



Le abracé por la cintura, mostrándole afecto, esta vez sin miedo; había descubierto algo en el rubio que no conocía, pero que deseaba ahondar más a fondo.

Esperando con todas mis fuerzas, que está vez, no seamos egoístas, y hagamos las cosas de un modo que los dos estemos felices….



Decidiendo, que tendría que entrar a conocer, toda la verdad; seguí abrazandole, sin querer soltarlo.





Esta vez, he encontrado un motivo…

Una razón por la cual dejar de sentir miedo…



He descubierto un mundo que creía iluso

Solo un sueño, pero al fin y al cabo

La imaginación, está más cerca de la realidad.

Más de lo que muchos pueden llegar a pensar.



Shindou Shuichi.



Creemos que la suerte nos acompaña

Cuando nos toca como deseamos.



Pero más que suerte,

Es algo

Que está destinado,

Que ha sido ganado, por nuestro propio esfuerzo.





…Descubriendo…

…Más Allá de Mis Ojos…

…Sentimientos Colaterales…






…Coincidencia…







Me encontraba aburrido en el sillón observando la televisión; esta era la décima vez que cambiaba de posición, me puse de cabeza haciendo que mis pies quedarán en el respaldo, mientras las imágenes pasaban al revés, comencé a reírme solo.



Supongo que verdaderamente estoy aburrido; siento unos pasos y alzo mi vista, Yuki aparece de la nada mirándome con algo de molestia.



“Parece que lo de comportarte, te duro solo un par de días”



Otra vez con su maldito sarcasmo; hace dos semanas que estaba allí, tratando de no molestar, últimamente demasiado encerrado con sus historias, no tenía tiempo para otra cosa, quizás ya había conseguido lo que quería.



Entristecí al pensar esas cosas tontas; pero otra vez volvían esas letras a mi cabeza, desde que había leído ese fragmento, mi curiosidad me pedía más. Aunque ha sido imposible entrar a ese estudio feo, nuevamente.



Le veo comenzar a arreglarse al ver que no le hago caso, realmente ni escuche lo que me dijo, vuelvo a acomodarme ahora a lo largo del sofá mirándole atento.



“¿Yuki?”



Estaba decidiendo si era factible preguntarle, me contesta con un gruñido pero no le veo enojado. “Habla ahora o calla para siempre” Mi mente analizaba al rubio antes de tocar algún tema, aunque les haga gracia, realmente no necesitaba pelear con él; aprendí que si sabia leerlo, todo se haría más fácil.



“¿Dónde vas?



“¿Me estás controlando?”



Se gira hacia mi lado, acercándose hasta donde estoy, le miro desde el sofá atento a lo que hará, el se posa sobre mí, tomando mis manos con una de las suyas dejándolas sobre mi cabeza, mientras con la otra pasa delineando mi cintura.



Por un momento olvide su pregunta, si les confesará la verdad, a veces mi fuerza se van, y lo único que mi cuerpo pide es su contacto.



Me mira a los ojos, con ese brillo tan especial; mientras mueve sus labios.



“¿Y bien?”



Se queda así inmóvil, con su mano sobre mi polera.



“¿Quien sabe? A lo mejor”



Trago saliva ya que le estoy llevando la contraria, incluso siguiéndole el juego, con una mirada divertida enfrentó la suya, que es inquisidora.

Levanta una ceja volviendo a mover sus labios.



“¿Dónde dejaste a mi Baka?”



Me dice con tono insinuante, mientras su mano pasaba suavemente por mi pecho.



“Se escondió”



Con eso terminó la conversación, sin pensarlo la verdad, quizás tiene algo de verdad lo que dije, el me mira con cara de nada, mientras yo me pierdo en sus Ojos, me preguntó porque los ojos serán tan bellos, nunca engañan, pero así pueden herir mucho, son como un espejo, si sabes interpretarlos bien.

Delinea mis labios con su mano, que hace unos instantes torneaba mi cintura, luego de eso sale de la posición en las que nos encontrábamos.



“Shuichi… ¿Quieres acompañarme?



Esperó un par de segundos, creo que dudando, si en preguntar o no; a lo mejor solo está jugando conmigo, pero quiero saber donde va; asiento con la cabeza, mientras buscó mis zapatillas que estaban en un rincón.



Es raro que el me invite a alguna parte; salimos hasta el estacionamiento en el subterráneo del edificio. Lo veo fumarse un cigarro mientras me mira sin decir nada, espero algo confuso a que abra el auto, pero al final sigue de largo.



Ya me asqueó quizás debería haberlo dejado ir solo, suspiro hondo porque gana de nuevo mi curiosidad.



Le sigo de cerca tratando de no molestarlo, el avanza mientras; como muchas veces, le veo de espaldas lejos de mí; tan fuerte.

“Las apariencias engañan” es cierto lo hacen, con extraña hipocresía; hasta ahora me doy cuenta que este hombre no es más que un ser que necesita de muchas cosas, con esa extraña forma de ser; pero yo también necesito.



Deseo, añoro, quiero; todo, cualquier cosa que me de, yo la recibiré, eso siento…



Tan perdido iba entre mis cavilaciones que choco de lleno con Eiri, me sujeta del brazo para que no caiga, solo así no pierdo mi propio equilibrio.



“Fíjate por donde vas”



Que descarado fue su culpa por parar sin avisar, después de eso, antes que le de la contraria me besa sutilmente, en medio de la calle; con los autos pasando, con la gente alrededor, no le importó nada.



“Esto es raro” lo siento como un pequeño sueño, que se va a desvanecer en cualquier momento y del que me estoy desvaneciendo poco a poco.



Pero justo cuando pienso que está a punto de desaparecer, sus brazos fuertes me toman, y me guían, dando lo que necesito a su original manera.



Me rodeo por los hombros, mientras seguíamos avanzando, no se para donde vamos, pero hemos estado caminando hace bastante rato. Le observo con expectación mientras pasa el tiempo, tratamos de comenzar una conversación fluida, al menos tenemos más en común de lo que teníamos antes.



Inconcientemente en todo este tiempo he estado tratando de agradarle a Eiri, tomando atención en los gustos de él; en sus novelas, en noticias, en su mundo. Es inevitable que hasta sin pensarlo he estado trabajando, por y para él.



Soy como su esclavo, lo peor es que me he dado cuenta, y aún así estoy aquí.



No había tomado atención, pero mucha gente nos queda viendo; al menos hemos venido bien abrigados para que nos reconozcan, pero sobre todo porque la tarde está media fría, tanto que la brisa cala en los huesos, antes de salir los dos nos colocamos un abrigo.



Creo que hemos estado media hora andando, no sabía que a Yuki le gustase caminar, pero en fin mejor ni pregunto. Terminamos entrando a supermercado pequeño, que queda a unas diez cuadras de su apartamento.



Tan solo, para comprar un par de cigarrillos y unas cervezas, realmente no le entiendo, aprovecho entonces porque mi cara no se despega del mostrador de unos cuantos pasteles, pero es que se ven deliciosos.



Me quede pegado mirándolos no se cuanto rato, hasta que alguien se me acercó pronunciando mi nombre, pensé que era Yuki pero al girarme vi a alguien que no conocía.



Asentí al escuchar mi nombre, a lo mejor era alguien que no recordaba, y creo que acerté en eso.



“¿No me recuerdas verdad?”



“Lo siento…”



Movió la cabeza, mientras se acercaba y me besaba en la mejilla, ahí ya me asusté; ya que no tenía ni la más minima idea de quien era, busque y busque entre mi mente, pero nada aparecía.



“La verdad es que ha pasado mucho tiempo, soy Kyosuke, de Blue Queen, ¿Recuerdas?”



Una imagen pasó por mi cabeza, y luego de ello caí en cuenta, había sido el chico amable, que había estado acompañándome aquel día tan degradante.

Me disculpé muchas veces ahora le recordaba, verdaderamente se parecía mucho a Yuki, en contextura y en sus expresiones, aunque su pelo estaba un poco más largo, siendo de un color negro puro, que combinaba en perfecta concordancia con sus ojos.



Quede con la boca abierta; aún me recordaba, no sabia donde meterme en aquel momento, ni siquiera me di cuenta de la mirada de Eiri, que estaba en caja pagando sus cigarrillos.



“Si, ya recuerdo…”



Desvié mi mirada por la incomodidad del momento, jamás pensé en volver a encontrarlo, es mas ni siquiera le recordaba.

El no le hizo mucho problema, e incluso se movió, pensé que se iría y me dejaría ahí, solo. Pero en vez de eso, se acercó hasta la vitrina y compro varios pastelillos los mismos que estaba viendo antes.



Me los entrego con una gran sonrisa, realmente quedé encantado, jamás pesé en que sería tan amable; antes de que pudiera agradecerle, Yuki se acercó y me jalo del lugar; supongo que ya no le volveré a ver, nuevamente.



“espero nos veamos, nuevamente”



Escuche su voz cuando iba saliendo y como su mano se agitaba despidiéndose; yo aún estaba algo perdido, siendo jalado por mi acompañante. Después de un rato de caminar, el me observa, pidiendo explicaciones, a lo que yo solo me encojo de hombros.



“¿Quién era él?”



“un amigo!



Fue lo único que se me ocurrió responderle, mientras sentía sus brazos acorralarme, su cuerpo más cerca de mí, sus labios robándose los míos, su aire invadiendo mi espacio.

Respire recuperando el aire, y después de eso, Yuki tomó un taxi, y nos fuimos a casa, sin decir una palabra…



Llegamos al departamento, aún sin decir nada, le miro algo nervioso, su carácter estaba peor que hace un rato, inconcientemente tiemblo, sintiendo el frío.
Observé los pastelillos, volviendo a sonreír, nunca me imaginé encontrarlo nuevamente, después de todo ese día había servido de algo, me alegre por eso.



Saqué uno de la bolsita, probando un bocado, deleitando mi paladar con ese cremoso sabor a fresas.



“¿Quieres?”



Le ofrecí al verlo viéndome con esa cara; extendiendo mi brazo para pasarle el pastelillo, pero en vez de eso, jaló de mi brazo; haciendo que la bolsita cayera a un lado, antes de mirar la bolsa, Yuki levantó mi mentón, y probo la cremosa sustancia que quedaba en mis labios de forma sensual.



Fue la primera noche, después de las varias semanas que estaba acomodado en su casa, que Yuki me tocaba de forma demandante, acorralándome, en la pared de la cocina; mientras los pastelillos yacían olvidados a un lado,
Los besos de Yuki, me hacían viajar a lugares desconocidos, sin poder volver a la realidad; y sin paciencia, sin planearlo, tan solo, dejándonos llevar aquella noche, acabamos los dos en su habitación, como muchas veces en el pasado.





No puedo explicar todo a mi alrededor
Aunque razones hayan muchas,

Aún no encuentro las verdaderas.

Quizás podría darlo todo por Ti…

Hasta mi alma, una vez más…







Esperando que cada minuto

Esperando que cada momento
Esperándote a Ti



Me encuentro

Tratando de explicar

Lo que no tiene ninguna lógica.



Soy tu esclavo,

Eres mi amor…





…Coincidencia…

…Más Allá de mis Ojos…

Celosa Esclavitud







…Hecho…





La cocina estaba a oscuras en aquel momento, ni siquiera nos habíamos molestado en prender las luces, me encontraba allí sintiendo su cuerpo sumamente cerca, su respiración inundarme, su aura marearme continuamente.

Sus dedos fríos se deslizaban por sobre mi ropa, aún con mi abrigo puesto, el tomaba mis besos sin pedir permiso, demandando ese toque personal, haciéndome sentir de su propiedad.

Poco a poco, el fue despojándome de mi abrigo, deslizándolo de manera sensual por mis brazos, haciéndolo caer en el suelo de forma delicada; mis ojos se paseaban en cada una de sus acciones, mientras mi mundo giraba en cámara lenta solo pudiendo regresar torpemente, algún que otro acto.



Mis manos caían a los lados siendo delineadas por sus dedos, que no dejaban de vagar entre mi figura, ese choque eléctrico se intensifico a medida que las manos de Yuki se metían por la polera que era lo único que cubría mi torso moreno.

Inconcientemente me enlace a su cuello, besándole tiernamente cerrando mis ojos en el proceso…

Aquel beso, una mezcla incesante de muchas sensaciones, me inundo…

Su lengua recorría mi cavidad, mientras la mía comenzaba una jugarreta por el mando de aquella posición, sin planearlo.

Sentí la humedad de ese sabor extraño, pero terriblemente original, cada vez que probaba sus labios, esa forma de adicción me dominaba, queriendo cada vez más, borrando cualquier rastro de soledad, inseguridad, o como se llamase, solo estando ese fuerte amor, que aún, se mantenía rígido dispuesto a luchar por no desaparecer.



Yuki lamió mi mejilla sacando la mancha de pastel que quedaba, sin dejar rastro del regalo echo por Kyosuke, con increíble apego me abrazó por la cintura, haciéndome sentir su miembro ya despierto…

Lo rozó junto al mío de manera propia, lenta y tortuosamente, acercándose y alejándose, chocando sobre las telas de nuestras ropas que aún nos acompañaban, pareciendo doloroso y excitante, mientras los gemidos eran acallados en su boca, muriendo en la garganta del otro…

Ninguno de los dos hablaba, mientras los besos, cada uno más fogoso que el otro, complementaban el descontrol al que podíamos llegar en estas largas sesiones, de insaciable sexo.



“Sexo” repitió mi subconsciente, tratando que tome el toro por las astas nuevamente mientras las bocanadas de aire no se hacían esperar, tratando de que mis propios pulmones alcanzaran el imprescindible aire.

Antes de que gesticulara algún gesto de voluntad, Eiri ya me tenía a su merced, dejando todo de lado, conciencia, pensamientos, recuerdos…

Un animal salvaje llamado instinto era el que se presentaba dejando guiar mi núcleo por sus propias corazonadas.



Ahora sus manos vagaban por mis nalgas, sosteniéndolas firmemente, obligándome a tornear mis piernas a trabes de su cintura, haciendo nuestro contacto aún más cercano, siendo separado por esas delgadas telas, que dejaban ver a todas luces, de la voluntad que tenía en aquellos momentos, por entregarme una vez más…



“Te vuelve loco” volvió a pronunciar mi mente, mientras el sonrojo en mis mejillas aumentaba considerablemente, al igual que el calor en mi cuerpo, cerré los ojos nuevamente, sintiendo mi cuerpo en un viaje incesante de vueltas que no acababan jamás…

La suave superficie en la que me depositó me exaltó un poco, haciendo que mis ojos con ese opaco color aún, que a veces atisbaban un toque de brillo, se abrieran de forma desmesurada; estábamos en la habitación de Yuki…

Ese cuarto que ha sido presa de tantas cosas entre nosotros dos…



Nuevamente sentí que despacio se acercaba, con ese toque sensual, mientras sus cabellos rubios se apegaban a su cara por el sudor causado previamente, se posicionó sobre mí.

Si les digo la verdad aquella imagen me he dejado cautivado haciéndolo ver como un hermoso ángel… mi salvación perdida…

Sus manos se ganaron a los costados de mis hombros, sus piernas a la altura de mis caderas, sus ojos se cruzaron inmediatamente con los míos, quemando mis entrañas, con ese dorado fogoso, sin poder ser apaciguado por el cristalino color amatista.



El tiempo pasaba mientras el candente sabor de aquella noche, se hacía cada vez más incontrolable, mis manos se posaron en su pecho desabotonando su camisa blanca, uno a uno los botones, iban cediendo mientras su cara se perdía en mi cuello produciendo espasmos, y un cosquilleo intenso, las lamidas y mordiscos alrededor, solo me hacían estremecer mientras yo trataba de centrar mis acciones, para terminar sacando sus ropas, tirando lejos aquella camisa llena de sudor…

Dibujé su pecho, con uno de mis dedos…



Ahora todo iba lentamente, pasando de la demasía a la ternura, esta sensación de misterio, de no saber que pasaría más adelante, se volvía más anhelante, sorprendiéndome del ajeno ángel que estaba enredándome en sus redes reiteradamente.



Las sabanas se arrugaban a nuestro alrededor mientras ya no sentía el frío bajo mi espalda, toda la habitación se había contagiado del calor corporal, incluso puedo decir que mi corazón calentaba cada rincón, latiendo precipitadamente en mi interior, por inercia toque el pecho de Yuki en el lado izquierdo mientras el ya se posicionaba entre mis piernas, por unos momentos se quedo quieto, esperando por lo que yo haría a continuación; pero para su sorpresa yo no hice nada, solo quería sentir su corazón latir igual que el mío, viendo si así podía saber que sentía mi amante… mi compañero…

El no entendía muy bien, en realidad se le veía algo apurado, ya que su palpitante erección pedía ayuda de forma evidente, pero aún así se quedo quieto, fijándose en cada detalle de lo que yo hacía…

Para mi sorpresa su corazón latía con la misma intensidad, y esa tranquilidad me invadió, se impregno en mí, haciendo que aquel acto me pareciese especial, como si nunca antes nos hubiéramos entregado el uno al otro.



Me observo por una última vez mientras yo entendía por completo su lenguaje cautivante, basado en pequeñas señas… sentí el miedo de aquel hombre, quizás solo sea mi imaginación, siendo esta la conclusión más lógica, aún así quise creer que aquélla persona que estaba allí estaba preocupada, por hacerme sentir un placer infinito, pero de una forma diferente a las anteriores… de una forma especial…



Ninguno de los dos habló mientras su miembro se extendía por mi entrada, empujando de golpe, mientras llegaba hasta el extremo, chocando contra mi próstata luego de unas cuantas embestidas, haciéndome sentir en el cielo…

Mis piernas se acoplaban al ir y venir de nuestras caderas, mientras el choque sordo hacia que mi pene se excitará aún más, doliendo en el proceso.

Recorrí su espalda para luego posicionar mis brazos, enterrando mis uñas, volví a sujetarme con desesperación en las sábanas arrugándolas, para seguir con el ritmo que manteníamos, sus gemidos roncos los escuchaba perfectamente, entre tanto, de mi boca los jadeos incesantes no se hacían esperar…



La plenitud del placer alcancé esa noche, me vine incontables veces, al igual que mi acompañante, nuestros cuerpos llenos de sudor adornaban la visión, acabe sobre el pecho de Yuki, sin quererlo, completamente agitado tratando de que mi pecho vuelva a su respiración normal, mientras cerraba los ojos.



“No quiero que termine” ese deseo se escapó en mi mente, vagando por mis pensamientos internos; pero la hora de consumar todo aquel acto había llegado, sintiendo como el cuerpo de Yuki se alejaba de mí, lo mismo de siempre, el se iría tomar un café, mientras me quedaba en la soledad del silencio.
Pero como muchas veces, desde que estábamos juntos, ese nuevo personaje me sorprendió, regresó luego de cerrar las cortinas, ya que los rayos del sol comenzaban a iluminar el ambiente…



Sin hablar se acercó, jalándome otra vez en la posición que nos encontrábamos momentos antes, desnudos, sudorosos, manchados completamente… Besó mi frente en un acto de confusión para mí, pero que recibí amenamente.



“Duerme, Baka… Buenas noches”



Escuche en un susurró mientras le observaba desde mi flequillo, sobre el con mis manos a los lados, una sobre su pecho…

La otra se mantenía en un costado, hasta que la propia mano de Yuki buscó la suya entrelazando sus dedos bajo las mantas, moví mis labios en ese instante chocando con sus ojos, para hacer varías preguntas, pero al final no fui capaz de nada…

Solo deseaba disfrutar de la plenitud de aquel momento, que más tarde se haría uno de mis mayores y preciados recuerdos.



“Buenas Noches, Yu-ki”



Susurré acurrucado en su pecho, mientras mis ojos se cerraban por el cansancio, ahora solo existía aquel momento en mi mente y con eso me dormí por unas cuantas horas…



Abrí mis ojos encontrándome con el cuerpo de Yuki, ahora de lado; supongo que nos cambiamos a mitad del sueño; aún así sus brazos estaban alrededor de mi cintura, y el seguía durmiendo en un profundo sueño.

De a poco, me libre de su agarre para no despertarlo, entre a la ducha, despejando mi mente, el agua corría por mi cuerpo mientras una súbita idea dominaba todo mi ser, era la hora de volver a aquel lugar a descubrir un poco más…



Luego de acabar con el baño rápidamente me envolví en una toalla, me coloque una polera holgada que me llegaba solo tapando hasta mi trasero, con los pies descalzos, me fui en puntillas hasta el final de aquel pasillo…



Suspiré hondo y moví la perilla, dejando ver la contraluz del sol que se hacía notar, entré sin ser llamado y comencé a buscar aquellas benditas hojas, que ya no se encontraban sobre el escritorio.

Su cuerpo iba de aquí para allá, entre los estantes, buscando minuciosamente, hasta que después de una media hora dio con las hojas, que se encontraban en orden, miró la primera rápidamente al igual que la segunda, leyendo la última parte en la que había quedado…
Su memoria lo tenía plasmada, cada palabra, cada letra que se mantenía allí, sentándose en el sillón de cuero negro, se hundió junto a auqellos sentimientos, que plasmaban el fondo ensimismado del rubio…




--------------------------------------------------------------------------------

¿Qué he hecho contigo, Baka?....



¿Dónde estas? Han pasado ya tres meses, es decir doce semanas, no se cuantas horas, desde que me dejaste sin avisar, aún no puedo botar aquella carta que dejaste al final, aún no puedo botar aquellos sentimientos hacia a ti.



Hoy me he sentado en el living, mientras ojeaba en la televisión; justamente han dado uno de tus conciertos, te imagine a mi lado, te quise sentir nuevamente, aunque fuese ese ruidoso tono cuando hablas de cosas sin sentido, no sabes cuanto he rogado porque estés aquí una vez más.
Pero nada de lo que quiero últimamente resulta, porque me siento como la victima, si al fin y al cabo otra vez fui el villano, quisiera poder reclamarte algo Shuichi, sin embargo, eso sería tan absurdo, como una cómica tragedia…



Me siento viejo Baka, me lleno de recuerdos y no salgo ya de casa, solo sé que las segundas oportunidades en la vida son imposibles, pero esa esperanza… ¿una esperanza? Te preguntaras, pues si, lo que yo muchas veces te critique por encontrarlo un sentimiento débil, para la gente cobarde, es lo mismo que me mantiene buscándote; tratando de esperarte, porque he hecho muchas cosas, errando en casi todo, solo para darme cuenta que no existe una persona que pueda reemplazarte.



¡¡Eres Mio!! Eso no cambiará…



Ahora que lo pienso cuando invadiste mi vida, me enseñaste muchas cosas, que aunque nunca te dije las tenía allí grabadas, mi grave error nunca hablar sobre lo que pienso… pero es que a veces eres terriblemente exasperante, y apuna si preferiría eso, antes que este frío y lúgubre abandono.



Me enseñaste que no es bueno el que te ayuda

Sino el que no te molesta



No puedo creer que el tiempo pase, siento que mi corazón te es fiel hasta en suños, porque a pesar de reanudar tu marcha solo, me tienes esperándote…

Sin embargo, no solo me conformaré con ello, no me rendiré, porque esta vez me toca luchar a mí, por recuperar lo que por idiota perdí.



Me enseñaste entre otras cosas a vivir

Me enseñaste que una duda puede más que la razón.



Extraño esa extraña fuerza que te movía como un torbellino a escarbar entre todo para saber de mí, ese interés inhumano, que por más que trate de dañar, de hacer volar, nunca fue capaz de salir, impregnándose una y otra vez, como un imán…



Pero fallaste mi gurú

Se te olvidó enseñarme que hago si no estás tú

Me enseñaste de todo excepto a olvidarte



A pesar de haber aprendido muchas cosas, me hciiste más vulnerable, lo que menos deseaba ser, lo que más criticaba desde el fondo de mis resentimientos es en lo que me convertí, porque te volviste una bendita necesidad, porque eres tan importante como el oxígeno que aspiro…



¡¡Solo quiero encontrarte para poder hacer las cosas de una forma diferente!!



He pasado tantas horas, arrepintiéndome

Pero se que al final no saco nada, si tu no lo sabes, aunque me cueste decirlo trataré de demostrarte todo lo que has logrado aflorar en mi corazón, porque yo te…



Esta vez lo dejaremos hasta aquí…



¡¡Te extraño Baka!!


--------------------------------------------------------------------------------




Me quedé en el sillón incapaz de seguir leyendo, era como mi propia droga, aquella que alimentaba cada rincón de mi curioso ser, pero que si observaba y comprendía en exceso sería como una sobredosis…

Decidí salir de allí con cuidado, dejando minuciosamente cada cosa en su lugar, me di la vuelta saliendo por el umbral, terminando por sentir el sonido de la puerta cerrándose, al mismo tiempo que escuchaba la voz de Yuki, haciendome saltar exaltado.



“¿Shuichi donde estás?”



Escuché claramente su voz mientras salía de la habitación, me corrí un poco hacia atrás tratando e disimular, aunque fue imposible.



“A – Aquí”



Susurré casi sin que me saliera la voz, mientras el me observaba tratando de leer mis expresiones, no sabía donde meterme, si supiera que estoy leyendo lo que escribió…

Trago saliva mientras huyo hacia la cocina, el por mientras, se dirige al baño refunfuñando…



Suspire aliviado, al no haber sido captado por los ojos inquisitivos de Eiri, mientras recogía aquellos sabrosos pastelillos que se habían ido al olvido el día anterior, saco los que quedan tratando de salvar alguno, pero era completamente imposible, teniand los pies de Yuki marcados, imagino que fue un accidente, al estar tan perdidos entre los dos… Recordando la noche anterior vuelvo a botar aquella bolsa completamente sonrojado…



Una pequeña nota blanca aparece, lo que llama mi atención con un pequeño mensaje de mi recién conocido amigo, la curiosidad llamo a mi puerta otra vez, ese hombre llamaba mi atención, por algo extraño, pero aún así titubeé si guardar o botar aquel papel… releyendo me quede unos minutos en cuclillas mirando al suelo.



Te esperaré mañana en el parque, frente a Blue Queen a las siete

No te asustes, solo quiero conversar

Manami Kyosuke



Seguí dándole vueltas al asunto, al fin y al cabo no tenia nada de malo que saliese con él, por un rato… Después de todo en algún momento el fue sumamente amable conmigo.

Antes de que decidiese algo Yuki se apareció por la puerta de la cocina, mientras yo escondía aquella notita, el frunció el ceño, pero no dijo nada, se dispuso a preparar un café, mientras mis gestos me acusaban.



“Baka, ¿Qué me estas escondiendo?”



Tu voz sonó por todo el lugar, mientras yo realmente no sabría que responder a tus demandantes dudas… mientras los minutos pasaban, y una sonrisa nerviosa se aparecía en mi rostro, mientras comenzaba a darme calor, siendo que solo una polera era mi vestimenta en aquella anormal tarde.



Tiempo, es lo que se necesita

Momentos, son los que se viven

Voluntad, es de lo que carecemos.



Shindou Shuichi



Parando en seco

Aferrando cada victoria

Guardando cada sueño

Invirtiendo en cada espacio



No creyendo que la realidad

Sobrepasa mis ansías



¿Hasta cuando?





…Hecho…

…Más Allá de mis Ojos…

…Ángel perdido…






…Sonrisas…





Esa tarde agarre mi bufanda y una chaqueta de mezclilla, cubriendo mis hombros y torso, siendo lo bastante discreto para que nadie conociera al ex vocalista de Bad luck

Tomé un lápiz antes de salir, escribiendo una nota de forma tranquila, la dejé delicadamente sobre la mesita que tenía el teléfono, y luego me dispuse a salir.

Observé aquella notita entre mis manos, con nerviosismo la guarde en mi pantalón y me dispuse a salir, posteriormente de todo, solo era para conversar, y Yuki no había estado en desacuerdo.



Después de que entrara por la cocina, y se pusiera a indagar en cada uno de mis actos; no pude mentirle, al fin y al cabo, no debía esconder nada, no venía al caso ser poco sincero.

Observaba en ese momento, como el café caía de a poco, en la taza trasparente, que guardaba el elixir de mi amante para poder subsistir, suspiré mientras le acercaba la nota, sin inmutarme.



“No debes estar nervioso, Shu, solo es una nota” Extendiendo mi brazo, me dispuse a entregarle la pequeña hojita blanca que estaba entre mis dedos, el la tomo sin entender, que pasaba, dejando la cafetera a un lado, mientras su cuerpo se apoyaba, en la parte del lavaplatos, donde estaban algunos de los artefactos electrodomésticos…

Levantó una ceja, estaba pendiente de cada expresión, de cada signo, de cada movimiento que hacia mi rubio; últimamente era mucho más fácil leerlo, era más factible llegar a el, sentía que de a poco esa capa de hielo, que en algún momento creí intraspasable, se derretía de a poco, mientras yo recuperaba el calor en el cuerpo, haciendo que todo se deshiciera entre nuestras manos… Ante esos pensamientos mi corazón salto varias veces en mi interior, aprobando por primera vez mis tendencias, agarre mi pecho, mientras sentía un mareo extraño, no de enfermedad, sino de júbilo, de algo que alardeaba como perdido, allí estaba recordando que no todo es sufrimiento, que no todo es felicidad… que la vida es un pilar, que esta lleno de altibajos, que debemos saltar y traspasar…



“Creemos la soledad un aliado,

Pero solo es una ilusión de la mente, para no sentirnos completamente desamparados”



“Somos seres humanos…”



“…Estamos acostumbrados a vivir…”



“…En compañía de otros”



Al final soltó un gruñido, a lo que respondí abriendo los ojos para luego encogerme de hombros, es que verdaderamente no podía decirle, es un amigo, es un compañero, porque sería mentira… pero si era alguien que un momento que necesité ayuda, que sentí soledad, se dejo caer siendo amable… de alguna forma estaba agradecido, porque aún no conociéndole a fondo, me brindo apoyo en momentos oportunos.



“Haz lo que quieras”



Escuche decir, a Yuki desde la puerta, no supe en que momento se había alejado tanto, pero lo más probable es que fuese cuando tomé la nota entre mis manos nuevamente… Eso fue lo único que dijo para luego volverse a buscar su café que había olvidado sobre el mesón unos minutos antes…

Desapareciendo en el trayecto sin dejar rastro…



El tecleo de su portátil se escuchaba desde el pasillo, así que sin querer desconcentrarlo, ya no teniendo nada que hacer, decidí salir al encuentro de Kyosuke… Tiré con suavidad el lápiz a un lado, usándola de apoyo para que la hoja no se moviera del lugar…



Yuki: No quise molestarte así que preferí dejarte un notita…

Salí por unos momentos, espero que acabes tu trabajo.

Descansa no te sobre exijas ¿ne?

Besitos

Shu.



Tanteé mi celular en el bolsillo izquierdo, mientras guardaba las llaves, sin más me encaminé hasta la salida cerrando la puerta con cuidado, de forma suave… Creí haber visto los ojos de Yuki, antes de cerrar la puerta por completo, pero eso era imposible, unos minutos antes, había visto que estaba sumamente sumergido en su mundo de letras, de imaginación, un universo que antes era completamente inexplicable para mí…

Tranquilo me despedí del portero, un hombre ya entrado en edad, pero que tenía una sonrisa muy simpática, siempre que tenía algún chocolate pasaba a dejarle más de alguno allí…



Después de haber vuelto, el se coloco muy feliz, incluso me regalo una cajota de chocolates, que acepté gustoso, hay muchas personas buenas conmigo..

En eso se me vine la imagen de Hiro, ayer le había llamado por la mañana, decidiendo que nos juntaríamos un día con Sakuma san, tengo ganas de hablarle a todos los chicos…

Tarareaba una canción de mi ídolo mientras a paso acompasado disfrutaba del ambiente, el sol ya no era tan escandaloso, aunque me gustaba verlo brillar, con majestuosidad, también de vez en cuando me apetecía un atardecer frió, sin tanto brillante por todos lados…

Aunque aquel día me sentía radiante…

Baje la mirada, siendo sincero conmigo mismo, la forma en que nos miramos con Yuki ayer, me hizo olvidar toda cuanta duda existía en mi corazón, fue tan calida su grafía… que hasta creí estar con otra persona…



“Aún te amo Yuki, mucho más que antes”



Susurré mientras algunas hojas verde anaranjadas paseaban a mi lado, danzando con la brisa, que hacía de vez en cuando tuviera escalofríos, arregle nuevamente mi bufanda, mientras seguí avanzando…

Saqué el celular, observando la hora, el reloj digital de mi aparato marca las seis y cincuenta minutos, me apresuré un poco más, mientras observaba aquel parquecito, bastante lindo…

Algunos niños se encontraban con sus madres, disfrutando de la infancia, de esos pequeños detalles que solo los niños saben apreciar; aún había, diez minutos de adelanto, así que me senté en uno de los juegos…

Desde pequeño llamaba mi atención, disfrutando de aquellos días…

Esta vez sin girar, aquel juego tenia una base central, rodeado de sillas alrededor, consistía en que varias personas se ganaban en los extremos mientras otro le hacía girar con fuerza…

Recordé la vez en que con Hiro jugamos hasta colocarnos enfermos, con el vértigo y los mareos posteriores, reí calidamente, mientras mi infancia me embriagaba…



El juego comenzó a rodar inesperadamente, haciendo que por un momento pierda el equilibrio, pero mis reflejos actuaron rápido y hicieron que me aferre a varios fierros; seguía dando vueltas pero más lento, divisando a quien esperaba al frente de mí sentado con una linda sonrisa.

Su cabello desordenado caía graciosamente, su mirada amable y sus manos firmes, hacían una extraña combinación.



“Hola Shu”



Saludó con una de sus manos mientras seguíamos girando, uno frente al otro, haciendo que el paisaje se viera distorsionado, solo observándole a él con total claridad.



“Hola Kyosuke”



Respondí con la misma energía que el contagiaba en sus gestos, mientras cerraba mis ojos, sintiendo más fuerte los mareos, al final el decidió parar el juego, hace mucho que no hacía algo así…

Se paró de su lugar, ofreciéndome de apoyo su mano, para que no perdiera el equilibrio, aún sentía que giraba… aún así no la tome, no era una chica en busca de ayuda, tampoco alguien débil, solo era yo, podía solo… además hace tiempo que había aprendido ello…



“Shuichi, llámame kyo, ¿Si?”



Le miré de lado mientras nos acercábamos ahora a una de las bancas…

Ni siquiera se había molestado, después de todo no me estaba obligando; después de todo, el si es bastante particular…



“Está bien”



Respondí sinceramente mientras acabamos en una de las sillas; como me había imaginado, dejé caer mi cuerpo, mientras el hacía lo mismo, no dijimos nada por un par de minutos, ese silencio no me gustaba, la verdad es que me tenía incomodo.



“Gracias”



Dije de pronto, sin pensarlo aunque el entendió perfectamente, a que me refería, acarició mi cabello de forma fraternal mientras sonreía nuevamente, era tan fácil sacarle sonrisas tan lindas, se parecía a Hiro en ese sentido…



“Te ves mejor, eso me alegra…”



Se pauso unos momentos cerrando los ojos, mientras volvía mirar hacia el horizonte…



“Aquel día… estaba preocupado, te fuiste así nada más”



Soltó sin reproche, era verdad estaba tan borracho que ni eso recordaba con facilidad, aún así agache la cabeza, como pidiendo disculpas… Esos días habían sido tan dolorosos, ahora los veía tan lejanos, aún así cada vez que lo recordaba, o alguna que otra dañina imagen se venía a mi cabeza, se me encogía el corazón…

Esa tarde seguimos conversando hasta que la luna se hizo presente, mientras las estrellas y sus constelaciones agobiaban el cielo... El me contaba historia sobre ellas, mientras maravillado las contemplaba, deseando alcanzarlas…

Se parecían mucho a Yuki… porque eran brillantes, difíciles de alcanzar, aun así hermosas, y dignas de admirar… después de todo yo admiraba a aquella persona, siendo como era, aún después de todo…

Observé la hora, y me paré de pronto, se había pasado muy rápido, era hora de irme, Kyo entendió enseguida.



“Espero que se repita, ¿vale?”



“Sip”



Me sentía pequeño a su lado, pero no me disgustaba, había sido muy agradable tener aquella compañía, me despedí tan solo con la mano, mientras corría desesperadamente, antes de ello, me giré para despedirme con una sonrisa…

Pero mi sorpresa fue grande cuando ví a Yuki, parado fuera de su auto fumando un cigarro…

Devolví mis pasos, hacia atrás, ya que le había visto de pasada al ir tan rápido corriendo, entonces cuando me paré y le vi con su abrigo negro, imponente, sus ojos me hicieron tener algo de ansía…



“¿Eiri?”



Solo atiné a decir su nombre pronunciando incrédulo…



“¿Hace cuanto estaba allí? ¿Por qué estaba allí? ¿Era real lo que estaba viendo?”

Las preguntas se agolpaban, una a una, en una hilera que no terminaba, mientras me acercaba hasta quedar a unos pasos de él…



“¡No!, Yuki”



Susurró mientras yo terminaba de creer a quien tenía al frente, era sin duda mi rubio… sin querer lo toque, alcé mi brazo acariciando su mejilla, el estaba a la salida del parque, con la iluminación a medio alumbrar…

Dejó que le tocase un par de segundos… en silencio, en armonía, porque con Yuki los silencios, eran terriblemente cómodos, “¿desde cuando se ha vuelto así?” Verdaderamente no tengo la respuesta en mi memoria…



“Vamos a casa, baka…”



Tomaste mi mano, y me subiste al auto, mientras yo asimilaba en camara lenta, todos tus actos, comenzando a repasar tus acciones, recordando tus cartas, esa que leía en secreto… ahora tenía más ganas de saber que pasaba, porque creo que esa es la razón de que pueda leerte con más facilidad…



“He descubierto un lado diferente en ti…



“…He conocido una forma de leerte sin preguntar…”



“…He aceptado que tienes tu propia forma de hablar,

Sin decir palabra”



No pregunte nada, tampoco dijiste alguna cosa, nos fuimos en silencio, mientras una sonrisa que divise a través del reflejo de la ventana adornaba mi cara, había recuperado por fin aquella alegría, porque la razón de mis penurias y de mis alegrias, sigues siendo tu, Eiri Uesugi.





Dime lo que verdaderamente amas

Cuéntame entre secretos, lo que estimas

Confiésame cada secreto que tengas…



Shuichi Shindou





Sin palabras, sin susurros…

Aprender a ver a través del interior

Es un don que muy pocos valoran,

Siendo premiados quienes aprenden;

Por sí solos…



…Sonrisas…

…Más Allá de mis Ojos…

…Sorpresas con sabor a miel…








...Mujeres…





¡Lo odioooooooooooooooooooooooooo! ¡Lo odio! ¡Lo odio! … ¡Las Odio!

El muy idiota se deja coquetear así como así, en frente de mis narices,

Salgo a paso rápido de aquel restaurante al que habíamos decidido ir después de ese extraño encuentro en el parque.

No puedo evitar hacer rechinar mis dientes, mientras las lágrimas quieren salir, el Shuichi de antes esta volviendo demasiado rápido; no me gusta.



“No me importa lo que haga…”



“No me importa”



“No”



Me cansaba de repetirlo al viento, mientras mi cabeza estaba gacha, es que cada mujer que se le acercase debía coquetearle de aquella manera, eso es inaudito, no lo acepto.

No me importa parecer un niño, no me interesa que el crea que soy infantil, pero es que no puedo estar seguro con tanta arpía alrededor…



Ni siquiera vino a buscarme…



Volteo a ver hacia el camino por el que he transitado, voy sin chaqueta encima, con los ojos algo aguados, un aura increíblemente maligna…

¿Qué más podrías pedir?...



Todo comenzó luego de que pararas el auto en un sitio que no conocía; me arregle la bufanda para que el frío no entrara sin mi permiso; te acercaste y me observaste por largo rato, mientras tratabas de decir algo, estoy seguro. Al final nos besamos, tomaste mi cintura, mientras entrecruzaba mis brazos por tu espalda, nos quedamos así unos minutos…



“Vamos a comer”



Se separó de mi, al final esperando que lo siguiese, abrió su propia puerta, mientras ante mis ojos se dejaba ver un lindo hotel… Con la boca abierta, y totalmente hipnotizado por el lugar, me quede parado como un idiota…

Tomó mi mano, jalándome hasta el interior, ya que, si no me equivoco, me estaba hablando mientras yo le ignoraba olímpicamente, lo que le molesto un poco…

Hasta ahí todo era perfecto…



Cada rincón de ese lugar despedía un aura de elegancia, me sentí pequeño al lado de todo ello, pero no era la hora; creo que esta vez sería sincero con Yuki…

Deseaba disfrutar cada minuto que me diera de su tiempo…



Mucha gente había allí, enseguida me di cuenta que varias miradas se posaron en mi acompañante, arpías venenosas, que esperaban el momento perfecto para atacar, nunca hubiera imaginado que tener enemigos era tan fácil…

Recién había entrado, ni siquiera les conocía, y ya eran mis enemigas desde que di el primer paso…



“Yuki…”



Susurré bajito tratando de hablar con él para qué saliéramos de allí, pero antes que pudiera hacer nada, una de las mujeres se acercaba cariñosamente a Eiri.

Ese escote tremendamente efusivo, su cabello cayendo por doquier, ese color de ojos que sobrepasa a cualquiera que haya visto, una serpiente en piel de corderito, yo diría en piel de Yegua…

Se restregaba contra Eiri, rozándolo con sus grandes pechos, mientras le besaba en la mejilla; me mordí el labio inferior tratando de aguantarme



“Hola cielo, me has tenido muy abandonada”



Le decía a Yuki mientras hacia un extraña expresión de tristeza; recriminando por lo malo que había sido con ella al no haberse acordado si quiera.

Lo deje pasar esta vez, mirando a Yuki desde el flequillo que tapaba mi visión, el le era indiferente, pero aún así me sentí ignorado, así que sin decir una palabra le tome del brazo y lo lleve hasta una de las mesas…

El no dijo nada, y yo tampoco… Hasta que vi la carta… Me la quitó de la manos, muy seguro de si mismo… hace mucho tiempo atrás, el me había llevado a uno de estos lugares; pero como mi ignorancia sobrepasaba los limites, no pude ni siquiera entender que era lo que me estaban ofreciendo…

Me sentía avergonzado de mi mismo otra vez, sentía como si fuese algo que no estaba en el mundo de Yuki, como un objeto raro, pero esta vez no sería así, tomé otra carta, mientras el mesero se acercaba, lentamente revisé el contenido, y de forma educada pedí lo que deseaba comer…



Mire a Yuki de reojo, complacido conmigo mismo por haber aprendido algo nuevo, algo que sorprendía a aquel hombre que tenía en frente…



“¿Cuándo aprendiste inglés, ¿Baka??”



Preguntó luego de pedir su propio plato, y salir un poco de su ensimismamiento; mientras encendía un cigarrillo, colocándolo como de costumbre en la comisura de sus labios para aspirar ese humo, negro y feroz…

Un rato más tarde otra mujer llegó a su lado.



“¿Yuki Eiri?”



Preguntó con un tono de voz inocentón…



“No lo estas viendo acaso…”



Esa maldita forma de ser, que les hace cautivar a cada una de las mujeres que estaba a su alrededor, con ese aire frio e imponenete, que solo él tiene… otorgandole ese aire de misterio, esa sensualidad, esa forma de ser tan peculiar…

Pero eso solo es a primera vista, el es un tipo complejo, estas locas solo quieren una noche con él…



“Que honor conocerle”



Dice ella tratando de llamar su atención, todas las mujeres tienen esos provocadores escotes, me pregunto para mi mismo, mientras no aguanto las ganas de decir algo…



“Bueno ya lo conociste, ahora si nos disculpas… estamos cenando.”



Lo digo rápido, de forma concisa aún así amable, con esa sonrisa angelical que me caracteriza, ella se da cuenta de quien soy, luego de aguantarse para ser educada, da media vuelta y se va; mientras yo tomo un pedazo de pan que esta en la bandeja y lo coloco agresivamente en mi boca.



“¿Qué?”



“Nada”



Su sonrisa, me plasma en la cara, que ha descubierto mis celos, aún así desvío la mirada, molesto por los hechos; instantes después, la comida llega a nuestra mesa.



Disfruto de aquel postre que pedí, al menos lo intento, mientras mis ojos se desvían a cada minuto chocando con los ámbares de quien se encuentra al frente, me muerdo el labio, y vuelvo a colocar otro bocado en mi boca…

Dejando residuos en mis labios, y una parte de mis mejillas… primeramente no me doy cuenta, pero al momento en que se va acercando lentamente, no puedo evitar dejar de mirarle, estaba a unos centímetros de mí, con sus manos apunto de pasar por mi piel…

En eso llega la misma mujer del principio, con ese exuberante traje nuevamente, rompiendo nuestro momento de intimidad…

Yo suspiro exasperado, pero el ni siquiera se inmuta viéndole de la forma mas campante que puede existir…

Ahí me sentí miserable, me hervía la sangre por dentro, y mi circulación se estaba cortando por la tensión que ejercía con cada minuto que pasaba…

Ella se le acercó lenatamente, de forma sensual, moviendo sus labios carnosos, dandole un pequeño beso que a penas rosó los labios de Eiri…

Yo me paré inmediatamente, enfurecido, sin medir nada…

No me controlé; etsab enojado, demasiado como para pensar, el Shuichi de antes me dominó.



“¡¡¿Quién te crees?!!”



Le grite alterado mientras Yuki sonreía..

¡Si! El sonreía triunfante mientras se me escapaban varias palabras dirigidas para ella..



“Sabes, mejor dile a ella que se quede contigo”



Al decir esas últimas palabras mi voz se quebró, pero no miré para atrás, la silla dio un par de vueltas, quedándose luego en la misma posición sin lograr a caer.

Choqué con uno de los meseros pero no me importó; solo tenía ganas de gritar, de sacarme esos celos, esas inseguridades que afloraban, que se escondían, que volvían a nacer, para luego creerlas desaparecidas…

El tiempo seguía pasando a mi alrededor, tenía frío, estaba sin mi celular, no tenía donde ir; finalmente decidí volver al apartamento que compartíamos juntos, no tenía porque escapar, por ultimo dormiría en el sofá como muchas otras veces lo había hecho.



Ni siquiera recordé que tenía una pieza aparte, pero es que la rabia me estaba carcomiendo…

Llegue al lugar, observe al conserje quien me saludo con la mano, yo solo la moví de forma poco animada, mientras el se acercaba a desordenarme el cabello en forma cariñosa…

No dijo nada, pero aún asi me saco una sonrisa; volví y subí por las escaleras sin querer llegara mi destino aún; cuando por fin llegue me di cuenta que no traía nada, llaves, celular, todo estaba en mi abrigo… que se encontraba olvidado en aquel lujoso hotel…

Decidí humillarme, tocando el timbre, pero nada… No se escuchaba ningún movimiento; ninguna luz encendida, lo más probable es que estuviese con esa mujer…

Por eso no le había seguido, quizás ahora la estuviera besando apasionadamente en aquél lugar…

Un espasmo me recorrió mientras muchos otros le siguieron, estaba llorando porque aquellos celos me estaban destruyendo la confianza que estaba construyendo de a poco… me hice bolita en la puerta; apoyando mi cabeza entre las piernas, me otorgué un poco de calor…



Antes que me quedará dormido… con los ojos algo rojos, y las lágrimas secas… sentí los brazos de alguien que me abrazaba de forma cariñosa, sin hablar, el calor de su cuerpo me embriagó; sin querer levantar la vista…

Estaba avergonzado de mi , por comportarme de forma infantil…

Aquella persona me abrazo más fuerte sin decir nada; no estaba seguro de quien era, solo tenia la convicción de que si levantaba la vista me verían frágil como alguna vez lo estuve, y eso era lo que menos deseaba…

Me preparé mentalmente, respirando hondo, lentamente comencé a subir la vista, encontrándome con…



“El telón muestra una vida

El fiscal denomina una condena

Yo tan solo muestro que mi amor por ti crece…

Así como mi inseguridad aún persiste….”





Bórrala

Atala

Mantenla lejos de mí

Por favor sígueme a cada paso,

Cumple mis deseos…

Demuéstrame que eres tan solo mío…





…Mujeres…

…Más Allá de mis Ojos…

…Inseguridad perpleja…








…Sentimiento Confeso…





“Shu…”



Me abrazó aún más fuerte reconociendo su voz, era Yuki quien me estaba estrechando entre sus brazos, solo baje aún más la vista, mientras el trataba que le viese a la cara, sabía que esto llevaría a una gran reprimenda por comportarme de aquella manera.



“Shuichi mírame”



Su voz resonaba, la cabeza me dolía un poco, tenía frío, estaba un poco triste y defraudado por mi manera de actuar; no le mire tampoco, y el se quedo un rato en silencio, mientras pensaba en que hacer.

Al final termine siendo cargado, me deposito en el sofá, luego se perdió por el pasillo, trajo dos cafés y una manta, con la que me envolvió…

Me atrajo hacia a él, y por primera vez después de todo el mal rato le vi, estaba tranquilo, me miraba de forma seria, pero no se encontraba enojado, su cabello estaba alborotado, su camisa algo desordenada, como si hubiera corrido una maratón.



“No crees que deberíamos hablar, Baka…”



Me observó con ternura, mientras yo me refugiaba en la manta al lado derecho del sillón, mientras el se sentaba en el otro extremo.



“No lo sé”

Respondí temeroso como aquel niño, que escondía sus fechorías, por miedo a aceptar sus culpas, por miedo… siempre por ese miedo infinito que carcome el alma, que justifica tantas cosas, siendo cruel conmigo mismo.

Me jalo despacio, con paciencia suspiro, tratando de sonar lo más blando que su tono le daba, sus brazos rodearon mi cuerpo por sobre el cobertor, que me refugiaba del frío; quede a expensas, mirando por la ventana, mientras el por detrás apoyaba su cabeza en mi hombro derecho…



“Te estuve buscando…”



Confesó por fin luego de estar lidiando, con el mismo, para poder hablar con claridad, mis sentidos necesitaban claridad, necesitábamos comunicación porque pese a todo, aún no lográbamos ser sinceros con las palabras, aunque miles de nuestros actos dijesen lo que sentíamos el uno por el otro…

Hasta que no escuchemos, los demonios internos de cada uno, renacerían, estarían allí, esa era la propia verdad de todo esto…



“Yuki”



“Tengo tanto miedo…”



Susurre colocándome un poco de lado para apoyarme en sus mechones rubios, nuestros cabellos se mezclaron haciendo unas pequeñas hebras de dorado y rosado, dándole un toque especial, haciendo un contraste único… como nosotros…



“Somos dos…”



Me costó primeramente entender lo que decía, por lo que me quede en silencio, eso acaso… significaba que el también tenía miedo, era posible pensarlo, llegue a preguntarme mientras mis ojos se cerraban, ardían un poco, por lo que los deje descansar.



“¿Por qué?”



Pregunté, ya que si el no me lo decía, tendría que entrar en conjeturas, adivinanzas, análisis, y no tenía las ganas, ni la cabeza como para hacerlo…



“Por lo mismo que tú…”



No sabía que significaba esa respuesta, inseguridad, tristeza, celos, cual de todas la opción podría ser, mi mente empezaba a trabajar nuevamente, por necesidad, con esa energía que me daba el plus, a tratar de descubrir diversas cosas de ambos…



Se movió un poco ahora apoyándome en su pecho, mientras esa combinación de colores se desvanecía… acarició mi cabello, mientras yo mantenía los ojos cerrados, sus manos estaban frías, pero sentía un calor recorrerme.



“Lo siento…”



Digo al fin sacando ese peso de encima…

Aquel culpa que me esta comiendo, por dejarme llevar…

Por ser tan infantil… Por quererle tanto…



“Está bien”



Responde con simpleza, mientras deja de hacerme cariño en el cabello, ahora delineando, con la yema de sus dedos, las lagrimas secas que marcaban mis mejillas, mientras tanto, tome su mano derecha, acariciándola también… este era un pequeño juego de notificación.

En donde los dos nos descubríamos, nos volvíamos vulnerables…



Me giró, mientras nos observamos otra vez, con la devoción de dos enamorados ¿Quizás?... No importa mucho, ahora estábamos de frente, mientras nuestras manos viajaban chocando entre si, conectándose, la una con la otra, se entrelazaron mientras comenzábamos a mover los labios.



“¿Estaremos haciendo bien?... dándonos otra oportunidad…”



Pregunté, hablando bajito, pero sin dejar de verle, de tocarle, mientras el apretaba mis manos, ante la pregunta.



“Si”



Instantáneamente esa respuesta me invadió, ni siquiera la pensó, solo la dijo, convincente, imponiendo su razón ante mis dudas. Ahora fue el quien hablo…



“Shu… ¿estas arrepentido de habérmela dado?”



Su pregunta no sonó recriminánte, ni curiosa, solo se encontraba expectante, vi la incertidumbre en su mirada…

Negué con la cabeza, no estaba arrepentido, solo es que el miedo, no dejaba pensar a mi cabeza, no dejaba sentir a mi corazón, no me permitía decirle las palabras correctas a la persona que estaba en frente.



“Yo te amo, Yuki, incluso más que antes”



Le mire con algo de dolor, entremezclado con un sabor nuevo para mí, como si fuera la primera vez que me enamorará, sentí la emoción de un quinceañero al confesar su amor, dejando libre su ser, naciendo de nuevo…



“Te amo mucho…”



Volví a susurrar, nos e lo había dicho en todo el tiempo que estaba aquí, nuestras manos aún seguían unidas al frente de nosotros, entrelazadas, mientras temblaban, sentía su pulso, y el sentía el mío, el juego traspasaba cualquier muralla…

Esto es nuevo para los dos…



“Entonces confía en mí…”



“No cometeré el mismo error dos veces…”



Se refería a nuestra ¿relación?...
Yuki realmente estaba cambiado, me ilumine de nuevo…

Nos seguimos acercando ahora besándonos, por todos lados, menos en los labios, sentí su boca, en mis mejillas, pasearse por mi lóbulo, por mi frente, mi cuello, caminando por mi clavícula, produciendo un cosquilleo intenso…



Luego de ello, repetí el mismo acto, aforrándome a la esencia, al aire, a las partículas que se movían alrededor de Yuki, porque el era como el Sol, mientras yo era un planeta girando a su alredor…

Luego de eso volvió a taparme con la manta, mientras me acercaba más a su cuerpo, se quedó a mi lado, olvidando el liquido que reposaba en aquella mesita, cerré mis ojos mientras escuchaba la voz de Yuki, antes de sentir el cansancio de golpe…



“Shu…”



Susurró cuando yo estaba por dormirme, comprobando que aún me encontraba despierto… entonces después de eso suspiro por un rato, espere paciente, porque sabía que luego de ello diría algo…



“Te amo, baka”



Esas palabras se repitieron muchas veces en mi interior, esa frasee staba grabada, mientras yo lentamente desviaba mi mirada, para encontrarme con la suya, algo somnoliento…

Estábamos ahí, solos, en aquella noche de silencios..

Con la melodía de nuestros cuerpos acompañándonos, mientras sus brazos me aferraban de mi cintura, a su cuerpo bien formado…

Fue cuando me robaste la mejor sonrisa de todas, mientras cerraba mis ojso por el cansancio, me levanté un poquito deposité, un pequeño beso en tus labios, volví a tenderme en tu regazo… para luego susurrarte…



“Te amo…Yuki”



Me dormí con una sonrisa en mi rostro, mientras tu velabas mi sueño, cuando esas palabras fueron escuchadas, mi corazón volvió a latir, dio un vuelvo, salio de mi interior, y volvió a entrar, gritaba de júbilo…

Los celos se habían desvanecido al fin…



Y aquella noche sentí, que todo estaría bien…

Que si yo estaba ahí amándolo con locura, y el estaba aquí amándome con devoción…

Las oportunidades servían… Sentí que todo a mi alrededor volvía a girar, como un carrusel que se enciende… todo empezó con un nuevo comienzo…



Y una frase cargada de peso, de sensaciones, de algo que añoraba…

Se dejó caer, se vislumbro, y se quedo en mis recuerdos, en mi alma, en mi cuerpo…



Sigamos soñando,

Llamando alegría a nuestros sentimientos,

Sigamos implorando al afecto,

Nosotros mismos nos perdonaremos

Sólo por ser, amor.



Shuichi Shindou.



Los sueños son únicos,

Pero la realidad es aún más especial…

Sobre todo cuando lo que deseas se cumple.

Lo que añoras se vuelve un sutil viento

Las palabras son al fin y al cabo…

Lo únicas que sirven para plasmar los sentimientos.





…Sentimiento Confeso…

…Más Allá de tus Ojos…

…Te amo…







Intercalando





Abrí mis ojos lentamente, sentía un calor sutil recorrer mi cuerpo, cuando sus ojos se posaron sobre mí, Yuki estaba mirando con intensidad como yo me revolvía entre la cobija y su cuerpo.



Se tomó el cuello haciéndolo sonar de una forma horrible, yo solo pude aguantar ese ruido sordo que llegaba a mis oídos, suspire, desemperezándome, sin recordar primeramente, porque estábamos ahí.

Me senté a su lado, estirándome como un gato que recién esta buscando comodidad, mire hacia todos lados, observé las tazas de café que estaban sin consumirse, olvidadas del mundo, en aquella pequeña mesita de centro…

El color oscuro de las aguas me recordaba a muchísimas cosas, pero algo en especial… ¿lo había soñado?



Mire a Yuki, confundido, lleno de dudas, incapaz de mover mi boca para preguntar.

El me observó, sin sonreír, sin fruncir el seño, aumentando mi nerviosismo, quise apartar mis ojos entonces para pensar bien las cosas antes de hablar cualquier tontería que mi mente profanase…

Antes de que cualquier cosa pasará…

Yuki se acercó, impidiendo que mi vista se desvíe de la suya, sonrió con autosuficiencia, como muchas veces atrás le había visto…
me acomodo mejor sobre sus piernas, aprisionándome con sus brazos, robando mi existencia entre besos profundos y certeros, que degradaban mis ideas en el mismo instante en que su lengua se conectaba con la mía…

No podía ser mentira, esas palabras estaban allí, las podía sentir…



“Yuki…”



Susurré una vez lo observe con tranquilidad, estaba tan feliz que podría fácilmente gritar, reír, llorar, de una vez sin comprender cual sentimiento reinaría…

Aún estaba sobre el, así que se acurruco entre mis brazos mientras sus cabellos se enredaban en mis dedos, delineé su espina dorsal con el dedo, acariciándolo delicadamente…

Si esto lo hubiéramos hecho antes…

Esa pequeña idea cruzó mi mente; pero no podemos vivir del antes, es por ello que las segundas oportunidades sirven, no generalmente, pero en escasas situaciones, uno debe arriesgarse…



Y creyendo todo este tiempo, que mis esfuerzos habían sido el máximo, echando la culpa de mis desgracias a alguien más, siendo que la venda que ambos teníamos no nos dejaba disfrutar de la verdadera esencia de cada uno…

Es tan difícil, hablar de felicidad, pero más difícil es no creer que pueda alcanzarla, en este momento nada me parece imposible…

Siento como el Shuichi de antes, se mezcla con el de ahora, ya no soy dos personas, ni siquiera puedo separarme en pasado, presente, futuro, porque estaría no reconociendo uno de mis espacios… ahora soy uno solo, soy una persona completa.



Lo apreté con más fuerza, el no se corrió, no hizo nada, solo se quedo allí respetando mi silencio, acompañando a mi corazón con el suyo, que latía de igual manera.

Acaso… ¿he sido capaz de derretir el hielo?...
deseaba preguntárselo, pero otra vez decidí callar porque esas cosas no se preguntan se descubren…



Deshizo el abrazo luego de unos minutos, se paró llevándose las tazas consigo, luego apareció con una cerveza entre las manos, lo mire con reproche, mientras me iba a la ducha, debía despertar por completo…



Caminé por el pasillo, bajo la mirada precisa de la persona que amaba; me quede en la mitad de camino cuando observé el calendario, “día de los muertos”, aquel día en que Yuki cada año se perdía por una semana más o menos, en donde iba al alcance de la tumba de aquel personaje pintoresco que siempre me había atormentado.

Moví mi cabeza, no tenía que pensar en eso, si deseaba ir de viaje, yo lo dejaría después de todo, no deseaba obligarle a hacer una cosa tan cruel como olvidar a una persona, pese a que le hizo sufrir en el pasado… Seguía siendo importante, he aprendido que si amo a Yuki, tengo que amarlo con ese peso en la espalda, ya basta de miedos insanos que no me llevaran a ningún lado…



No me había dado cuenta que seguía allí, cavilando entre mis pensamientos, al final ignoré a Yuki, que se escuchaba más que lejos, metiéndome en la ducha…



El agua chocó con deliciosa calidez en mis poros, suspire mientras el vapor llenaba todo a mi alrededor, el agua era tan pura, tan cristalina, tan trasparente… enjaboné mi cuerpo cerrando mis ojos, despabile luego de unos quince minutos dentro, relajé mis sentidos, descubriendo todo, coloque una toalla a mi alrededor, volviendo a suspirar…

Abrí la puerta del baño, enfoque mi vista dando un alarido sonoro, mi rubio estaba ahí, sin decidirse a entrar; creo que también le pille desprevenido.



Luego de unos segundos, en los que me encontraba desnudo con la toalla celeste bañando mis pies, Yuki se agacho recogiendo la toalla, colocándola nuevamente a mí alrededor.

“¡baka!



Dijo tratando de sonar duro con sus palabras, era verdad mi grito había sido peor que el de una chica viendo una película de terror, pero es que enserio me asusto…



“Es tu culpa”



Un puchero acompaño a mi frase mientras le observaba con recelo… ¿por qué estaba allí?... nos quedamos sin decir nada, una vez más en esa mañana de tantos encuentros y desencuentros.



Decidí salir de allí no haciendo más drama, entre tanto Yuki seguía mis pasos de cerca; trate de ignorarlo, pero me era imposible, estaba comenzando a colocarme nervioso y se denotaba en mis torpes intentos por colocar mis ropas en su lugar.

Al menos ya había puesto mis boxers, vamos; es un gran avance, sobre todo si tienes los ojos dorados pegados a tu espalda…



“¿Yuki?”



Pronuncié temeroso…



“¡hum!”



Contestó, dándome paso a hablar mientras se cruzaba de brazos apoyado en el borde de la puerta de mi habitación.



“¿i…ras?”



Me atreví a preguntar, agachándome para colocar mis calcetas en su lugar, aprovechando de esconder mi mirada entre mis cabellos húmedos.

Creo que adivine de lo que quería hablarme, porque se quedo callado por un largo rato en el que coloque mis pantalones…

Ahora buscaba la toalla que estaba en el borde de la cama, lo refregué en mi cabello, aún sin escuchar ni un suspiro de su parte…



“¿Iras?”



Volví a repetir, dejando ver uno de mis ojos por el espacio que quedaba entre la toalla y mi cabello…

Le observe de frente aquella vez, el se acercó con una cara indescifrable…

Me quitó la toalla del cabello, para luego el mismo, comenzar a secarme el cabello con delicadeza.



“Si”



Respondió terminando con mi cabello, observándonos nuevamente a los ojos…



“¿demorarás mucho?”



No deseaba hacer una escena, sabía que esta fecha era especial, dolorosa, pero aún así con un sentido muy importante… Solo tenía ganas de poder ayudarle…

Negó con la cabeza, tomó aire por unos instantes, luego de ello volvió a mirarme…

Creo que últimamente a los dos nos falta mucho el aire por momentos…

¿Habremos olvidado como respirar?... Siento su dolor, sus angustia, su soledad… ¿por qué no lo vi antes?... toco sus mejillas para luego depositar un beso corto en sus labios, lleno de ternura, creo que más que enseñarme tu frialdad Yuki, aprendí a comunicarme dulcemente en el silencio que tanto te gusta…



Sonreí… y tú observaste…



Alejé mis brazos… y tú los alcanzaste.



Desvié mi mirada… y tú la volviste en tu camino.



Así era como dejaba paso a todo, estaba seguro de sus sentimientos, ya no necesitaba más pruebas, solo deseaba escuchar esa hermosa frase, tan solo una vez había bastado, para que mi confianza y esa devoción llegasen con energías nuevas, que nunca se acaban…



“Tu irás conmigo”



Pronunció una vez que me decidí a colocar mi polera, luego de pasar mi cabeza por la abertura del cuello, me gire dándole a entender mi duda.

No repitió nada, lo vi desaparecer con las últimas palabras…



“Partimos en dos horas”



Así fue, como me embarque en un viaje, temeroso, porque no supe en que estaba pensando Yuki, realmente aún no le entiendo por completo, pero quien conoce en total medida a otra persona… nadie, en ello está la magia de ir descubriendo nuevas sensaciones, si todo fuera predecible, la vida sería un escaso rayo de luz, con nada nuevo en el ambiente…



Nos embarcamos en el aeropuerto, sin más que un par de prendas que había alcanzado a guardar, aún no me tragaba que estaba partiendo a New York, nuevamente…

Recordé como la primera vez, había movido cielo y tierra para encontrarle, tantas veces luchando, tantas veces amarrándolo a mi lado, tantos esfuerzos, y ahora sentía que todo ello había servido de algo, que nada había sido en vano…

Que alguien en el más allá había escuchado mis plegarias nocturnas…

Yo no estaba pidiendo perfección, solo pedía que el amor que sentía fuese reciproco, que el cariño este intacto, que todo a mi alrededor pudiese girar, dándome esperanzas suficientes como para mantener con vida mi existencia…



Tomé la mano de Yuki inconcientemente, al momento de avanzar hacia la puerta de entrada, el la apretó con fuerza, las ansias nos comían a los dos, otra etapa que debíamos superar, porque así como el fantasma de Yuki Kitazawa lo perseguía a él, su transparente forma me acosaba de igual manera.



Íbamos hacia una nueva etapa que debíamos pasar, superando un nuevo obstáculo, partimos a la famosa ciudad en la que la niñez de Yuki se volvió un infierno, en donde mi adolescencia se volvió un temor incesante por recuperar a la persona que se había robado mi corazón…





Cada paso que damos,

Es una huella sin forma;

Cada mirada que desechamos

Es un grito de auxilio



Salvémonos juntos…

Es lo único que nos queda.



Shuichi Shindou.





Verás la figura de un fantasma

Sentirás la esencia de un indigente sin nombre

Perecerás para volver raudo a un camino

Lleno de esperanza…





…Intercalado…

…Más Allá de mis Ojos…

…Avanzando…








Infinito.





Estuve mirando desde lejos tanto tiempo que me mentalicé una imagen imponente, de alguien que ya no existía, es verdad ya no podía luchar conmigo, pero me paralizaba cada vez que pensaba en aquella situación,



En el encierro de Yuki…



Tengo tanto miedo, estoy en esta ciudad endemoniada enfrentándome a algo que nunca he visto pero que conozco de forma clara, me siento extraño, pequeño, sin embargo debo controlarme, ordenar cada una de mis ideas.



Bajamos en el Aeropuerto, la piernas me tiemblan no siendo capaz de dar un paso me quedo por varios minutos en la misma posición, estaba en shock viendo la figura de él avanzando lentamente.



En un instante sentí todo el peso en mis hombros, de pronto, ni siquiera podía hablar.



Sacudí mi cabeza hacia los lados, lo que menos necesitaba era ser un cobarde, había llegado tan lejos, era hora de avanzar, si no lo hacía en este instante, nunca podría sacarme este maldito mal que me esta carcomiendo por dentro.



Apreté mi pecho con mi mano empuñada, mientras observe a Yuki darse la vuelta con un cigarro entre sus labios, los que mire con interés mientras se movían, aspirando y exhalando el humo…



Sus ojos se posaron en los míos, seguí la ruta diáfana mirándole atontado…



Su palidez me encantaba, sus gafas oscuras acompañándole siempre, no dejando ver ese titubeo que presenciaba a su alrededor; me arme de valor, respire nuevamente y arreglé mi cara, posando una de las sonrisas más sinceras que le he dado a mi amado escritor.



“Solo puedo sonreír de esta manera a tu lado” eso quiero transmitirte, tu no dices nada, aún así se que me comprendes, caminamos por las calles hasta llegar al paradero.



Arreglo mi bufanda, ya que el frío cada vez es peor; siendo observado por Eiri con esa expresión intangible hasta que el transporte nos recoge, llegamos bastante tarde, me doy cuenta de ello al subir al taxi, ya que el reloj digital marca las veinte horas.



Dejé que Yuki hablara por los dos, ya que el sabía donde se encontraba nuestro hotel; llegamos sin problemas e inconvenientes, en realidad la hora paso volando, mientras mis ojos se posaban nuevamente en su figura, no se por cuantos minutos estuve viéndole, pero ya habíamos llegado al lugar indicado.



Cuando me di cuenta de ello, le agradecí al taxista en perfecto ingles, a lo que Yuki se volteo a mirar, realmente fue la primera vez en todo el recorrido que le vi desconcertado.



Lo jalé de la mano, hacia el lugar tratando de olvidar donde estábamos, al fin y al cabo, era un viaje en el que Yuki necesitaba de mí, no yo de él.



Agarro las maletas esperando a que le pagara al conductor, antes de que pudiera llevármelas, él, las tomo entre sus manos.



“Yuki, puedo llevarlas yo mismo…”



Alego en mi defensa mientras le sigo los pasos, a lo que el ignora mis palabras olímpicamente.



El lugar es bastante acogedor, nada de lujos ni exageraciones, todo, esta como me gusta, deseo pensar que esto lo hizo por mí, que tenía planeado invitarme desde antes.



“¿Yuki, quieres arreglar las cosas?” Mi mente grita por preguntarle, pero no me atrevo, solo le sigo desde lejos como siempre, como en aquellos tiempos que no podía sobrepasar esa muralla helada, aunque ahora puedo decir que por fin he alcanzado tu corazón.



“Baka, por aquí”



Me dice, llamándome la atención porque yo seguía derecho por el pasillo mientras el comenzaba a subir unas largas escaleras, siendo guiado por el botones junto a nuestras maletas.



Creo que me despisté por unos minutos, así que sin querer alegar asentí, corriendo tras sus pasos.



Le alcancé en la mitad de las escaleras, tomándole una de las puntas de su abrigo de forma inconciente, esas actitudes no desaparecían, infantiles y espontáneas, el solo se limito a observar de reojo, creo que me sonrojé, por un minuto volví a los tiempos en que lo añoraba con toda mi alma, sin poder alcanzarle.



“Shu, aquí es”



Paró en seco mientras el botones nos abría la puerta, una hermosa cama de dos plazas, se mostraba, acompañada de un hermoso ventanal que daba a un puente que no conocía, las luces hacían un juego exquisito, entramos entonces, mientras yo me acercaba a abrazarle por la espalda.



Sin pensarlo, me acerque aprensándole con todas mis fuerzas, sentía que él lo necesitaba, al ver que no me alejó, lo confirmé.



“Iremos enseguida, Shuichi”



Susurró al darse la vuelta, levantándome por el mentón, con seriedad nos miramos por unos segundos mis labios temblaron, los suyos se curvaron hacia abajo, pero luego de unos minutos le sonreí, logrando que el me responda de la misma manera.



Me besó y yo entrelace mis manos alrededor de su cuello, colocándome en puntillas, para aprovechar mejor ese sabor adictivo que me provocaba su boca, el tomó mi cintura mientras nuestras lenguas jugaban, finalmente cuando nos faltó el aire a ambos, nos separamos.



“Entonces, vamos”



Respondí luego de mirarle con determinación, así esa misma noche fuimos hasta donde se encontraba el mayor de mis miedos, el mayor de los pesares de Yuki, la mayor barrera que nos separaba,



Caminamos por largo rato, decidimos esta vez no tomar locomoción, llegamos alrededor de las once de la noche, cuando el día de los muertos estaba por acabar, mi corazón saltaba loco, ansioso por saber como reaccionaríamos, pidiendo auxilio Yuki tomó mi mano a lo que respondí apretándola con cariño.



No hablamos de nada en todo el trayecto, ninguno era capaz de dar curso a sus divagaciones mentales, divisé el portal del cementerio, sin conocerlo ya sabía cual era, antes de que llegáramos por completo al lugar, paré en seco haciendo que mi acompañante se gire en el instante, no tenía la fuerza necesaria pero si su atención.



Sus ojos ámbares chocaron con los míos, mientras los latidos de ambos marcaban los segundos, me acerqué de a poco, lentamente hasta estar frente a frente, tome su mejilla acariciándola con mi mano, traspasándole el calor que necesitábamos.



El colocó su mano sobre la mía entonces y por fin me dispuse a romper el silencio.



“¿Estas seguro Yuki?”



Susurré sin soltar el contacto de nuestras miradas.



“¿quieres entrar ahora?”



No quería verle mal, sabía que estas cosas eran pequeños filos que lo hacían sangrar por dentro, hubiera dado lo que sea por no verle así nunca; firme, su mirada sostuvo la mía.



Entonces entramos…



No me tuvo que responder porque ya lo sabía, teníamos que estar allí los dos.



Caminamos un par de pasillos entre tantas tumbas, sin embargo, como si lo hubiera soñado muchas veces, supe enseguida cual era la nicho de aquel fantasma denigrante



Leí las palabras que estaban grabadas en la lápida, mientras sentía como nuestras manos se soltaban y el se allegaba a mirar más de cerca, como si así, esa persona le pudiera escuchar.



“Esta será la última vez, que venga”



Susurró a la nada mientras yo escuchaba sin hacer ni un ruido, yo solo debía estar allí para apoyar a Yuki, estaba metalizándome, nada más tenía que hacer allí.



“Es hora de que nos perdonemos ambos…”



Susurró después de sacar otro cigarrillo de sus bolsillos, me mantuve firme mordiendo mi labio inferior, tenía unas ganas inmensas de llorar, aquel monstruo que me atormentaba se estaba yendo de a poco, junto con el dolor de Yuki, fue como que cada yaga que estaba en mi interior cicatrizase de inmediato, dejando solo la calma, una piel sana sin ninguna herida.



Sin contenerme las lágrimas silenciosas comenzaron a surcar por mis mejillas, haciendo que viese algo borroso, con mi manga comencé a secarlas para que mi acompañante no se diese cuenta, pero seguían saliendo.



Mi cuerpo sentía alivio, su manera de demostrarlo era a través de las lágrimas, sentí como si estuviese llorando por los dos, como si mi alma se hubiera conectado con la tristeza de Yuki provocando estragos.



Vi como bordeaba la superficie de la lápida en donde estaba la fotografía de aquel hombre, en ese momento me le acerqué lentamente mientras los sollozos se quedaban en mi garganta, sin dejarles salir le bese en la frente, el parecía un niño pequeño en busca de refugio, sin quitar su expresión firme, sin llorar, aún así pedía auxilio.



Entonces después de unos minutos, cuando el reloj ya marco las doce, mi acompañante se paró sin decir nada, secó mis lágrimas con sus manos y me beso, solo rozando mis labios.



“Adiós, Yuki…”



Escuché decir por último, le abracé con fuerza y volteándonos por última vez, dejamos atrás aquel fantasma que nos consumió por completo por muchos años, al fin sentía ligera mi espalda, aquel lugar ya no me parecía tan desagradable.



Era hora de mostrarle a Eiri, que todo esto había valido la pena, el estar conmigo, el haber pasado esto juntos solo nos hizo más fuerte, nos conecta, nos degrada, haciéndonos circular en una misma orbita.



Siendo polos opuestos hemos llegado a un equilibrio pleno, así lo siento, así te amo…



Salimos del cementerio, caminando nuevamente por las calles, Yuki mantenía su mano apresada a la mía, sin querer soltarle me apoye en su cuerpo un poco, aún seguíamos a paso lento.



“Te amo…”



Susurré sin mirarle antes de llegar hasta el hotel.



El tomó mi mentón nuevamente aquella madrugada me acercó a él, pensando que me besaría cerré los ojos, pero antes que lo hiciera susurró en mis labios, haciendo que su respiración chocase produciéndome un cosquilleo en el estomago.



“Te amo, mi Baka”



Solo atiné a sonreír sin abrir los ojos, finalmente nuestros labios se volvieron a encontrar en esa noche fría, en la que dejamos una terrible capa de oscuridad tras de nosotros, sintiendo del resplandor de un nuevo día, disfruté de aquel beso como si fuera el primero.





No necesito de nada,
Ahora que te tengo a mi lado
Aunque el espacio sea inmenso

Siento el universo cerca

Aunque el mundo gire lento

Siento el raudo movimiento



Shuichi Shindou





Un veneno con un único antídoto

Un llamado de auxilio silencioso

Un amor capaz de sanar todo



…Infinito…
…Más Allá de mis Ojos…

…Apoyo mutuo…








Suspiros de Invierno





La suave almohada de plumas me invitaba a descansar,
a disfrutar de una calidez inexorable y fundirme en un mundo de sueños; pero ni siquiera todo ello entregaba la calma para darme un relajo total.



Gire mi cabeza hacia el otro extremo de la cama divisando su espalda, que mostraba su piel blanquecina y bien trabajada por sobre las sabanas, su respiración era lenta pero podía estar seguro de que no se encontraba dormido.



Supongo que a los dos nos había abandonado el sueño.



Deje pasar el tiempo un poco más; sin mover mi cuerpo solo viéndole desde lejos para no hacer notar que me encontraba despierto, sobretodo por lo inquieto que me sentía a través de aquellos silencios y respiraciones acompasadas.



No aguantando mucho mi estado silencioso me acerco a él, su piel me llama a apresarla para no dejarla escapar,
si Yuki se diera cuenta de lo egoísta que podría llegar a ser cuando se trata de su persona, se sorprendería.





“Incluso de forma inconciente, siento la culpa de posesivismo”





Atravieso el tramo que nos separa juntando mis dedos, luego de estrecharlo entre mis brazos, me voy deslizando de forma delicada mientras se sorprende con mi acción.



“¿Tan sumergido te encuentras?”



Esa pregunta estruja mis pensamientos, no siendo capaz de escaparse por mis cuerdas vocales, decido sumergirla en el secreto de mi ser,

Me acercó aprovechando ese calor particular que despide tu cuerpo, deseando que así, te des cuenta que siempre estaré allí.

Aunque el “siempre” sea un acto imposible;

Si necesitara escucharlo soy capaz de decirlo sin pensar porque cuando se trata de su persona puedo volverme el más loco soñador.



Entonces he llegado a la conclusión

La verdad de mi alma es que nunca he dejado de amarle, ni siquiera aquella vez que nos despedimos, solo fue mi torpe voluntad la que flaqueo, mi inseguridad, la que fue tomando el poder, todo ello hizo que me diera cuenta de todo lo que pasaba a mi alrededor.



¿Acaso es tan malo soñar?

No lo es, solo debes tener cuidado cuanto de lo que sueñas puede llegar a ser verdad.

La realidad es una, la fantasía es otra…





“Yuki”



Le susurro antes de soltar lo que quiero decir,

Aunque no espero ni se respuesta cuando ya estoy volviendo a mover mis labios.



“Quiero Irme”



Caprichoso, así me siento en estos momentos en los que ruego como un niño.



No lo soporto, realmente no deseo estar aquí…

Me hace sentir culpable, el solo tenerlo a mi lado hace que lo sienta distante, hace que mi ser se sienta pecador, como si fuera una alevosía tenerlo solo para mí.

Soy un malhechor que empuja a este sujeto a seguir adelante, pero en ningún momento le dicho que desearía que se olvidará de aquel fantasma, jamás he querido ser su reemplazo… pero estoy equivocado.



“Si lo has hecho” Es mi propia mente la que me está condenando, refregando la verdad en mi cara y lo admito varias veces lo había añorado, quizás por eso me siento como un delincuente.



Lo apretó más entre mis brazos, él no dice nada pero vuelvo a aferrar mis brazos como ese niño chiquito que tiene miedo a algo que no existe, o quizás si, tiene miedo de sí mismo.



“Ya, no quiero estar aquí”



Despacio mi voz sale mientras escucho solo un suspiro como respuesta.

Su espalda aún sigue pegada a mi cabellera, mientras mis brazos aún se mantienen tensos alrededor de su cintura.



“No seas infantil”



Dice cansado, ni siquiera con tono recriminatorio, solo desgastado.





“¿No podemos irnos?”



Sueno tan odioso, estoy sorprendido de mi insistencia al igual que el,

Con la única diferencia es que yo conozco mis motivos tras esta fachada de desesperación.



Soy demasiado egoísta como para decirle que puede volver cuando quisiese
Y demasiado cobarde como para reconocer que me siento cruel de estarle obligando.

Aunque el nunca reconozca que lo hace por mi inseguridad, lo tengo más que claro.



Le veo alejarse de mi amarre

Rompiendo la cadena que había formado con mis brazos, ya no tengo ese calor alrededor, pero en vez de ello esos hermosos ojos color ámbar se pasean por todo lugar.



El tiempo seguía trascurriendo y su silencio, me hacía menos esperanzador.



Lo vi moverse por ahí para luego encender un cigarrillo apoyando su cuerpo en la fria superficie de la pared quedamos frente a frente,

Yo posado en la cama cubierto con las sabanas

El en el rincón de las paredes adornando el lugar con su seriedad impune



Nos miramos por un par de segundos, mientras el cigarrillo terminaba por desacerse por completo en su boca.



“Muy bien, nos vamos”



Voto el cigarrillo en un cenicero cerca de donde nos encontrábamos, busco sus pantalones bajo mi atenta mirada, mientras yo sorprendido volvía mi rostro siguiendo sus pasos altaneros.

No lo entiendo en absoluto; yo preparándome para sus preguntas y con simpleza acepta mis berrinches sin chistar, de veras que no le entiendo.



“Apresúrate, si no te quedas aquí”



Comenta al verme aún en la cama.



“¡Yuki!”



Contra ataco por su comentario arrogante mientras una sonrisa adorne mis acciones, no lo pienso dos veces y comienzo a buscar mis cosas rápidamente.



¿Cuándo será el día en todo sea perfecto?

¿Cuánto nos faltará?



Esas preguntas siempre se transforman en ecos de pensamiento

Deseo crecer para poder estar a su altura y comprender cada detalle, para que pueda controlar la incertidumbre, aquella que domina muchas de mis acciones haciendome un infantil sin causa.



No alcanzamos a estar ni veinticuatro horas, para cuando ya nos estamos marchando, la luz del sol recién comenzando a salir por el horizonte.



Aquel día en el que Yuki ya no volvería pero extrañamente no me sentía feliz.



Llegamos al aeropuerto, en aquel día que a penas y nos habíamos rosado;

Cuando por fin sentí la firme estructura de los asientos del avión, que nos llevaría a casa sentí la libertad que había sido apresada el día anterior

Lo cierto es que no puedo explicar como mi alma grita con tanta insistencia



No deseo ser avaro, pero cada vez que Yuki me entrega un poco más de él, la ansiedad me carcome desde mis entrañas, haciendo que mi ser pida más de su esencia,

Hasta hacerla completamente mía.



“Quiero inundarte por completo
Y ser el único en tu existir”



Mi mente me advierte que aquellos sentimientos no son buenos, pero mi corazón insiste en hacerlos surgir a la primera oportunidad en que florecen.

En todo el vuelo no soy capaz de verle a la cara dejándolo solo en un espacio enorme para no sentirme al descubierto de lo que siento, solo espero poder mostrar la perfección cuando se trata de él.



“Nadie es perfecto” Responde mi mente, generando un caos contradictorio.



Pronto estuvimos en casa; aproveche el instante y abrí las ventanas del lugar, necesitaba luz, aire, todo lo que fuera desvaneciendo cualquier energía.

Yuki solo observaba de forma disimulada, estaba seguro que las preguntas se le agolpaban en la cabeza, cada vez que me veía haciendo una acción contradictoria pero no lo haría, simplemente porque él podía controlar sus dudas y mantenerlas al margen.



“Deseaba que preguntaras, así podría haberme desahogado
pero como no hablas yo tampoco lo hago”





Mientras me movía ordenando el lugar, el caminaba hacia el estudio, no le pare aunque mis ganas no faltaban, seguí haciendo como si nada entre que mi cuerpo ni siquiera se veía ordenando todo lo que encontraba a su paso.



Luego de hora y media, todo estaba controlado, la verdad es que cada segundo se marcaba en mi mente en aquellos momentos; me paré entre el pasillo y el estudio de mi rubio.



¿Seria bueno entrar?



No lo sabía, aún así me adentre despacio asomando solamente mis ojos, él estaba iluminado por los escasos rayos de sol, me quede impávido ante su figura, seguí bajando por su cuerpo para verle mejor, entonces note que estaba arrugando unas hojas, junto a una fotografía, con dolor miraba casa cosa…



Lo supe en ese instante estaba pesando lo que sentía en un lado esa fotogfrafía con una dedicatoria en el borde, al otro lado aquellas cartas que me había escrito en momentos desesperantes; y no pude controlarme.



Abrí la puerta de golpe robando su atención.



“Eso, es mío”



Me apure hasta donde estaba, enojado, quitándole esas hojas de sus manos, las estaba destruyendo, no tenía derecho.

Luego me di cuenta, que yo no debería saberlo, pero ya era muy tarde.



Nos observamos sin decir palabras

Nos mutilamos sin poder tocarnos

Nos entendimos sin necesidad de dar explicaciones.



Reíste, para mi sorpresa, reíste como nunca lo había hecho, y me contagié de esa alegría que no había experimentado en todos estos días; porque esta felicidad era simple, imperfecta, pero al fin y al cabo la mejor felicidad que podíamos compartir.



“sabía que los habías tomado, baka”



“Bueno, yo…”



“No hay remedio contigo”



Me golpeaste nuevamente a lo que yo me alejé pidiendo disculpas.



“es mejor que te deje…”



Trate de escapar, nunca se sabía contigo, tenía que ser astuto tus cambios de humor son tan imprevistos como mi animo en estos momentos.

Antes de que pueda salir me apresaste entre tus brazos.



“Cobarde”



Susurraste por último, quedándonos así por un tiempo inalterable, en el que ya no podía controlarlo.



“¿hasta donde leíste?”



Su voz era intimidante, sabía que tenía que escapar, pero ya era tarde.



“Hasta la segunda hoja”



Cuando acabe la frase el me soltó dirigiéndose al escritorio tomó las hojas y se sentó cerca de la ventana, en un sillón de cuero negro, el mismo que yo había utilizado hace un tiempo atrás.



Y comenzó a leer mientras yo me quedaba parado, impresionado, anonadado, serían palabras pequeñas para describir lo que sentí.



Su voz grave embauco mis oídos con una suave brisa…





--------------------------------------------------------------------------------


Shuichi:



Ya no recuerdo tu figura exactamente, tu aroma ya no se siente alrededor, tus pasos ya no se escuchan por ningún lugar de esta casa abandonada por la mano de dios.



Y mi mente, aún sigue demacrando tu recuerdo a mi alrededor.



Shuichi, ¿habré sido capaz de acabar contigo?



Un año ha pasado ya, sin saber nada de ti, ¿acaso es verdad que dejaste amarme?



No lo deseo así, Shu vuelve a mí, vuelve a mí porque estoy desesperado, nunca fui capaz de decirlo en voz alta, pero ¡te amo!



--------------------------------------------------------------------------------




Hiciste una pausa; mientras un terrible choque eléctrico recorría mi espina dorsal.





--------------------------------------------------------------------------------


Te lo ganaste cada uno de mis sentimientos, cada una de mis intenciones, pero el cobarde que esta escribiendo no fue capaz de devolverte el favor, sin ser equitativo.



Ahora que veo hacia atrás, nunca he dado ni la mitad de lo que tu…



Cuando querías atención, cuando dejaba nuestras citas para después, cuando tu piel deseaba mi toque delicado…



Pero te prometo que si vuelves a mí, que si puedo recuperarte por completo, diré adios a todo, incluso a esa persona que nos atormenta a ambos ¿crees que no me di cuenta?

Como tus facciones cambiaban cuando se trataba de él; pero lo dejaré tan solo para que estés a mi lado.



Shuichi vuelve a mí, no soy creyente en ninguna religión pero rogaré a cada dios que haya sobre la faz de la tierra para que inundes mi mundo con tu pequeña sonrisa.





Vuelve Shuichi



¡¡Mocoso malcriado te necesito conmigo!!



Yuki Eiri



--------------------------------------------------------------------------------




Tomó aire y volvió su vista a mí, yo aún no era capaz de moverme, me di cuenta que aún necesitaba de la simpleza en su hablar para darme cuenta de lo que pasaba a mi alrededor.



“Nunca he dejado de amarte”



Grite necesitado porque me escuche, porque me ame, porque me consienta, arrojándome en sus brazos para acurrucarme en su aroma.



Entendí también porque se había despedido, y el peso en mis hombros se hizo más amplio, pero tampoco fui capaz de decir “ve cuando quieras” porque realmente no lo sentía.



El iba a decir algo más, pero justamente el timbre sonó, llamando nuestra atención perdida.



Se levantó mientras yo le seguía de cerca, era raro que el abriese la puerta así que era mejor que le acompañe.



Cuando la madera toco la pared, Kyosuke se vio al otro lado, yo mire a ambos hombres, sentí el ambiente tenso, tenía a dos personas que se tornaban poderosas tan solo con su presencia, no fui capaz de reaccionar, ni de moverme, allí estábamos.



Tres personas quien sabe porque razones se habían encontrado en aquellos días en que el invierno comenzaba a aparecer…







Debo estar soñando,

Es tan difícil creer en milagros

Tú eres quien me hace fantasear

El alma que necesito para completar

Mi propia cruz







Luz tintineante alrededor

Perfección incompleta en la superficie
Sentimiento culpable en el interior





Mientras más desechos se encuentren, mas se apoyaran





Mientras más inseguros se presenten, más lucharan





Mientras mas se amen, más lejos llegaran.





Así funciona la ley del universo.





…Suspiros de Invierno…

…Mas allá de mis Ojos…

…Credibilidad…











...Fantasma...







El silencio reino todo el ambiente, era como si el frío recorriese cada poro de mi piel, ellos solo se miraban pero todo a mi alrededor daba vueltas.



Tenía una sensación extraña; demasiado misterio para mi en aquellos momentos.



La puerta aún seguía abierta, el aire frió y sofocante hacia de las suyas, haciendo esa imagen aún más tétrica, me siento cobarde por algunos minutos.



“Lárgate”



Yuki rompió el silencio de forma agresiva siendo el primero en escucharse, con ira mal contenida, hacía que la batalla campal que imaginaba se diera en esos instantes, sintiendo que de un momento a otro todo iba a estallar.

No es que sea exagerado, pero aquella forma de mostrarse yo la conocía muy bien, peor que eso hace tiempo es que no le había visto.



“No lo haré”



Escuché decir desde fuera a nuestro visitante inesperado.

Kyosuke estaba tranquilo con una sonrisa entre los labios, antes que yo pudiese decir algo el ya había contestado.



Puedo confesarles que sentía un miedo atroz



“Creo que, no es buen momento”



Solté finalmente incomodo por todo el embrollo en el que se había transformado su visita.



“Ya lo oíste”



Musitó mi amado rubio tomándome por la cintura, rápidamente me jalo hacia su cuerpo, haciéndome sentir como un objeto, esto comenzaba a molestarme un poco; aunque entendía a Eiri; esta situación no me estaba gustando.



“No me iré, tenemos que hablar”



Me extraño la determinación que proyectaba presentí que era importante como para dejarlo pasar, y sin más me arme de valor; girándome hacia donde estaba Yuki.


Me observó enojado, con esos ojos de hielo que me atormentaban, mis labios temblaron por unos minutos y no pude hablar, solo le acaricié la mejilla con ternura, no podía decirles las cosas con total confianza, ¿Por qué? Si había avanzado tanto, la verdad es que aún le temía a algunas actitudes, pese a ello; el se quedo impávido.



“Solo un momento”



Rogué para que aceptara, para que sus ánimos se calmaran, para que admitiera mis decisiones, porque al fin y al cabo yo era una persona independiente.

Por más que estuviéramos juntos, por más que fuéramos pareja no le dejaría controlarme, el lo sabía, porque se lo he dejado claro.



“Has lo que quieras”



Seguía molesto pero tampoco separo su mirada de la mía, entonces le sonreí el había entendido ese era el paso para que hablemos, deposité un beso en sus labios; contento de haber conseguido lo que quería.



Suena raro pero Yuki ahora es un dulce, uno bastante particular que nunca termino de saborear, con un no se qué exótico que me hace descubrir nuevos sabores en el mismo; por eso le amo mucho más que antes…



Dio la media vuelta; dispuesto a irse para contener la rabia que aún sentía.



“Si gustas quédate, Eiri”



Kyosuke le había llamado por su nombre, entonces yo los miré extraño; sentí como si ellos se conocieran desde antes, porque Yuki se dio la vuelta como perdido entre recuerdos. ¿Acaso podía ser?; Aunque su impresión no duro mucho, yo estaba al pendiente de cada una de sus reaccione, de cada movimiento de sus labios, no lo sé, pero mi corazón saltaba admitiéndome cosas que no podría explicar.



“Confío en Shuichi”



Tajante afirmó viéndole a la cara, entonces kyosuke sonrió más amplio aún, ton solo estaba parado ahí como un adorno, en aquel tiempo sentí que no era más que un desconocido entre ellos dos, siendo que ellos nunca se habían conocido.



Yuki se quedó unos minutos más, esperando alguna respuesta pero tan solo hubo una mirada entre ellos que duró una eternidad para mí.



El adorno que era mi cuerpo fue mecido con delicadeza por ese pelinegro que se encontraba ahora con su atención posada en mí; me disculpe por mi estupidez y él me invitó a que fuéramos a dar una vuelta.

De inmediato acepté y así salimos del lujoso departamentos, yo con un suspiro a rastras y el con cara de melancolía, era increíble como sus facciones se dibujaban recordándome a alguien.



Su figura se apoyo en el fondo del ascensor, mientras colocaba las manos en sus bolsillos, yo me quede cerca de la entrada jugando con mis dedos, moviéndolos de aquí para allá, delineando los reflejos; sin tener las ganas de comenzar la charla.



“Eiri, se ve feliz”



Sus palabras me hicieron dejar de jugar con mis dedos, entonces se conocían pero en que momento; quería preguntar, necesitaba preguntar pero no hice nada.



“Es de él que quiero hablarte”



“¿de él?”



Esta conversación cada vez era más extraña, mas dudas para mí; pero decidí escucharlo, porque sus ojos me mostraban algo, una cosa que no podía descifrar pero que debía escuchar.



Antes de que nuestra charla comenzara a tomar forma el sonido de aviso nos despertó de un letargo en que los dos nos habíamos metido; acabamos saliendo al exterior, en donde el cielo nublado nos acompañaba.



Muy poca gente se mostraba por las calles, pero no caminamos demasiado ya que el aclaro que no tenía mucho tiempo.



“He venido a despedirme”



“¿Despedirte?”



Yo parecía una grabadora, repitiendo todas sus frases, pero es que me confundía primero hablaba de Eiri y luego que debía irse, ya no estaba entendiendo nada, por lo que lo mire desentendido de los temas que me hablaba.



“Hazlo muy feliz, Shuichi”



Al escuchar esas palabras, no desee interrumpir, no se porque pero entendía como su dolor era transformado en tranquilidad de a poco, un dolor que reflejaba su mirar, algo que entendía perfectamente ya que lo podía leer a través de sus actos.



“Te lo mereces, hazlo por los dos”



Con una sonrisa dijo lo último, me sentí ligero nuevamente, era como si esas palabras me hubieran liberado de cualquier culpa, como si yo también hubiera sido perdonado en aquel cuento en que no tenía nada que ver; ya no me sentía culpable con el fantasma de Yuki Kitazawa, ¿pero a que venía ello?



“No te sientas mal, tu estas libre de cualquier culpa”



Desordenó mi cabello; luego extendió sus manos hasta las mías, arrollo algo en mis manos y se paró mirándome por última vez, como si todo hubiera quedado saldado.



“Perdóname Shuichi, es hora de seguir adelante”



Beso mi mejilla y antes de que yo pudiera hablar el se había marchado, sin explicaciones, con muchas dudas en mi cabeza, gire mi cuerpo por donde se había ido él, pero ya no estaba en ningún lado.



Apoye mis manos arrolladas que mantenían algo guardado que aún no deseaba ver, y sin explicarlo pasaron varios minutos en las que mis ideas habían desaparecido, por una fracción de segundo me sentí sin un cerebro con el cual funcionar.

Finalmente me armé de valor, abriendo ese pequeño papel me di cuenta de la verdad.



¿Era correcto decirle a Eiri?



No estaba seguro pero no deseaba escondérselo, porque esto era importante, quizás no creería en mí, pero deseaba mostrarle que ya no debía sufrir más, que aquel a quien había llamado tanto, estuvo cuidando de su andar por mucho tiempo; hasta que fue capaz de seguir adelante.



Camine de vuelta pero decidí subir las escaleras, peldaño por peldaño fui mirando todas las manchas en el suelo, las marcas de diferentes cosas, vagando entre recuerdos, entre cosas que no tienen explicación. Llegué a casa y me dirigí hasta el estudio, le observe por un tiempo indefinido en el que el hacia una melodía estresante con sus dedos, lo llame con hilo de voz.



“Yuki”



El se giró y se quedo serio, preocupado por mi palidez momentánea.



“Baka ¿Te sientes bien?”



Asentí acercándome un poco más, extendí mis manos y el extrañado recibió aquel papel que tenía varios rayones, se lo quedo viendo por unos minutos y luego se volteo a mirarme haciendo su piel aún más pálida que el blanco de las cortinas.



Nos quedamos así por varios minutos incapaces de sacar conclusiones, incapaces de preguntar algo al otro, lo único de lo que estoy seguro es que Eiri reconoció la letra de él.



“¿Cómo conseguiste esto? Shuichi”



Habló golpeado, más bien choqueado, yo solo moví la cabeza porque un nudo en mi garganta me impedía decirle cualquier cosa. La verdad es que no se necesitaban explicaciones, en el fondo de nuestros corazones sabíamos que aunque estuviese muy fuera de lo que es real, lo habíamos vivido.



“Kyosuke, te dejo eso”



Susurré por lo bajo mientras Yuki no hacía nada, soltó el papel de sus manos entonces yo me abalancé a abrazarlo; los dos no sabíamos nada, solo teníamos que creer y seguir adelante.



Con el papel allí, nos dejamos convencer por una realidad increíble que no se podría creer fácilmente, pero en la que nosotros habíamos depositado nuestras esperanzas.







Eiri:



Mi querido Eiri has crecido tanto, eso me alegra; pese a todo deseaba pedirte perdón, se que es tarde para eso pero para irme tranquilo debía ser perdonado por ti; no deseaba partir sin despedirme de la hermosa persona que ha ocupado tu corazón.

Lo se, se todo lo que han pasado porque he estado velando por tu seguridad todo este tiempo; si te soy sincero ahora puedo irme en paz, me siento culpable de haberte defraudado hace tanto tiempo, pero ten presente siempre, que te ame demasiado, tanto que como humano que era, he pecado por desearte entre mis brazos.

Ya sabes que es hora de avanzar, tienes todo lo necesario y te deseo lo mejor, yo desde donde quiera que este estaré velando por los dos. ¡Cuida de Shuichi!...



Hasta siempre Eiri.



Yuki Kitazawa.







A Pesar a que hoy en día recordamos esa parte de nuestros días no sabemos cuanto de ello es realidad, solo tenemos la certeza de que su alma descansa en paz, y a nosotros; a dejado de perseguirnos ese fantasma de antaño.









…Plenitud…





Lleno de recuerdos encontraré nuestro rumbo

Si abro el relicario y observó al infinito;

Marcado por una estela de colores,

Hemos de abarcar lo eterno e inaudito.





El tiempo paso tan rápido que realmente me sorprende como todo cambia y se condensa, me parecen tan lejanos aquellos días en los que nada funcionaba; cada paso que damos es un avance inexplicable que a penas podemos notar.



La verdad es que si me preguntaran ahora sobre lo que paso hace seis meses atrás, les diría seguro de mi mismo, que agradezco enormemente haberme topado con este hombre testarudo, porque he crecido, y lo más importante es que lo he hecho junto a él. No les pintaré una historia en donde nuestros caminos han sido fáciles, eso sería estar soñando, aunque si comienzo a pensarlo el solo echo de tenerlo a mi lado significa ensueño.



Lo cierto es que la realidad ha favorecido a mi mundo.



Ya no tengo nada que contar, ya no hay nada que deba compartir porque me siento en entera plenitud, gracias a los dos.



Hace seis meses ya; que mis hombros no cargan ningún tipo de peso, la vida no es fácil pero he aprendido a luchar, a caer una y otra vez; a levantarme desde el suelo, a flotar en las tormentas de un naufrago, es incoherente decirlo ahora; pero si no hubiera existido una segunda oportunidad yo pensaría de una manera diferente.



Lo cierto es que no creo en el destino, pero deseo creer que el trabajo duro es recompensado de alguna manera, es más, estoy seguro de ello.



El observar su tranquilidad en estos momentos, esos gestos que se han suavizado aún más que antes, ese corazón que comienzo a descubrir de a poco, porque aunque pase el tiempo sigo encontrando nuevas facetas, lo cierto es que uno nunca termina de conocer a una persona, por lo mismo, lo más grato es irlo descubriendo de a poco, despacio; sin ninguna presión en particular.



Observo el reloj aquella mañana en que el sol me invita a darle mi energía a compartir mi felicidad con cada ser viviente, me siento tan libre siendo que estoy atado a Eiri. Ninguno depende del otro pero si estuviéramos por separado me sentiría vacío, realmente cuando encuentras a la persona correcta te plasmas a ella, ya no siendo individuos separados, sino una masa conjunta que vive en armonía.



Las seis de la madrugada, es hora de acabar con lo que empecé cuando todo acabo, cuando me libre de mis culpas, antes de irme a la otra habitación, aprovecho de besar sus labios en un toque sutil para no despertarle.



Tarareo una canción que me trae muchos recuerdos.



Lo cierto es que no he olvidado ninguna etapa de mi pasado, ni siquiera una pizca de mis errores, de nuestros pesares, porque me he dado cuenta que eso sería inmaduro. Para poder avanzar debes apoyarte en todo lo aprendido, entonces no sirve de nada cerrar etapas y olvidar, es mejor tener cada momento presente, sean malos o buenos; así ha sido siempre y eso no cambiará.





El olvido solo es una salida fácil;

Las salidas fáciles son solo mayores problemas

Los problemas son solucionados con la experiencia de lo ganado…





Después de darme una merecida ducha me dirijo hacia el estudio en el que trabajaré más adelante, he decidido volver a la música, a mi mundo, a Bad Luck; han sido parte de mi vida desde el comienzo.



Agarro las pinturas y comienzo a trazar las últimas líneas de un paisaje en la pared.



---

“Shuichi, este será tu lugar”



Recuerdo que dijo Yuki, el primer mes que cumplimos aniversario, lo cierto es que comenzamos completamente de cero, el aún no es un romántico empedernido y tampoco se lo pido, pero se que con estos pequeños gestos el se da a conocer.



Él es de esta forma, silencioso, testarudo, mi amado rubio…



---

“Yuki”



Grite unas semanas después de haber llegado hasta su estudio, se me había ocurrido una gran idea, deseaba hacerlo.



El me observo de mala gana, aún así me dio paso para escuchar lo que tenía que decir.



“Haré un mural”



Y así comenzó todo, consumiendo mi tiempo en aquella pintura comencé de forma torpe pero con paciencia, muchas veces tan solo avanzaba unas cuantas líneas; pero no era que la pintura fuera perfecta, nada de eso; lo que deseaba era plasmar todo lo vivido en mis años anteriores, para poder recordar siempre como llegué hasta donde estoy.



Y lo acabe, luego de medio año; estoy trazando la ultima línea, ahora puedo darme por satisfecho al observar aquel mural que ocupaba toda la pared.



No me había dado cuenta que Yuki lo estaba mirando desde atrás, hasta cuando poso sus manos rodeando mi cuello, mientras su aroma embriagaba mi sentidos y se mezclaba con el óleo de los lados.



Nos quedamos en silencios, aquellos que había aprendido a adorar con el tiempo, los que disfrutaba manteniendo su compañía, suspiramos al mismo tiempo para luego vernos a los ojos.





Nos perdimos tantas mañanas

La luz se volvía inexistente

Nos rendimos tantas veces

No había ninguna salida

Nos amamos hasta el cansancio

Descubriendo sentimientos escondidos



No hay más que decir

Hemos alcanzado plenitud





Sabía que era lo que pensaba, no tenía que decirlo ni yo tampoco.



Junto a aquel cuadro de atardeceres, las tonalidades rojizas, anaranjadas incluso grises se mezclaban, contando nuestra historia, el lo sabía porque al fin y al cabo esta pintura demostraban todos los que mis ojos padecieron a través del tiempo.



…Desde la triste agonía hasta la escabrosa felicidad….



--

“Feliz aniversario”



Pronunció al girarme para volver a tocar mis labios, buscando más contacto posó sus manos alrededor de mi cintura.



“Te amo”



“Han sido seis maravillosos meses”



Susurre para luego mezclarme con él, hundirme en esa desesperación de no encontrar el oxigeno, en esa locura infinita, en esa pasión desbordante, porque él después de todo este tiempo sigue produciendo aún más sensaciones escandalosas.





He descubierto el verdadero camino para amar, aunque es un sendero difícil,

Lleno de piedras; tiene una luz al final que conlleva a la pacificad.





Volví a disfrutar de su ambarina mirada, en la que me perdí, después de todo aquel atardecer también reflejaba su mirada, brillante y fría, única, esos ojos que solo toman color cuando me observan a mí, porque ahora se que Yuki es una persona frágil de la que debo cuidar, así como él debe ser conmigo.



Cada uno de nosotros es una pieza de porcelana que debe ser trabajada.



Le tomo por el cuello sonriendo como cada día en que agradezco al cielo tenerle nuevamente, el dibuja con la yema de sus dedos mi mejilla, por mi podrían pasar horas y no me aburriría de este contacto.



No estoy seguro si nuestra felicidad es completa, que si esto durará por la eternidad, lo único que puedo asegurarles con franqueza es que minuto a minuto, lo disfruto, lo mantengo y lo guardo, para jamás olvidar que como hemos amado, es la manera más difícil pero la más correcta para seguir hacia el futuro.



Nos envolvemos en sentimientos mientras el tiempo se paraliza alrededor, ha dejado de correr por unos instantes para los dos, es hora de volver a mi pasión.



Su hermosa sonrisa me ha dejado sin aliento, me jala hacia el haciendo que nos paremos, toma mi mano y luego me lleva hasta la pared en donde las pinturas ya estan secas.



Se coloca tras de mi haciendo que su aliento choque contra mi oreja.



Juntos comenzamos a trazar aquellas líneas que en algún momento dibuje solo.



Cada momento aparece en mi cabeza, y el se mueve con dulzura junto a mí, asi vamos rememorando nuestro libro de momentos.



“¿Seremos felices por siempre?”



Esa pregunta se me escapa cuando una de las líneas sigue el sol que está dibujado, el se queda callado pensando en la respuesta correcta, al menos eso me daba a entender.



“No lo sé”



Dice responder de forma sincera, es la verdad yo mismo lo he dicho, no podemos saber lo que pasará más adelante.



“¿Intentémoslo?”



Esa palabra sale de mis labios mientras me doy vuelta a verlo; lleno de confianza, apretando sus manos junto a las mías, dándole a entender que deseo probar, hasta que el limite de nuestras almas no pueda extenderse más, deseo seguir recorriendo mi camino aunque no sea seguro, pero junto a él.



El amor no lo es todo en la vida, pero si lo encuentras hay que aprovecharlos porque es lo más valioso que una persona puede tener.



¿Amor eres tan feliz como yo lo soy?



Espero que sí porque este mundo lleno de altos y bajos; esta adornado por tu figura, por ese aroma a tabaco y café, que me encanta, por esa piel blanquecina que se mezcla con las sabanas.



Choco mi nariz contra la suya observándole nuevamente.



“Baka”



Me sonríe nuevamente, dando paso a mis ilusiones, a mi ensoñación a una etapa más en donde debemos crecer juntos; hasta que el elástico que nos sostiene no sea más que otra herramienta en nuestro amor.



Dejémonos llevar por el paraíso, ese que me muestras con cada acto, el que te enseño con cada palabra.





Simplemente me he dejado llevar por la corriente, deseando que me guié por siempre me despido no teniendo más que agregar.



Somos una sola alma, Amor.





Si a la espalda me juzgan los demás

Y se abraza una duda a mi verdad,

Nadie es dueño de nadie, yo lo sé bien,

Pero me es imposible no adueñarme de Ti.

¡Vivamos Amor!


Shuichi Shindou





Un amor puesto a prueba

Un amor que traspasa fronteras

Un amor lleno de ilusiones

Simplemente, amor en total pureza.



Paraíso de mil colores

Lucero de desamores

Paraíso de mil placeres

Lucero de Menesteres.



…Plenitud…

…Más Allá de mis Ojos…

…Paraíso…





Fin







0 comentarios:

:a   :b   :c   :d   :e   :f   :g   :h   :i   :j   :k   :l   :m   :n   :o