lunes, 18 de enero de 2010

69



Titulo:69
Autor:shiroi_no_okami
Genero:Angustia, AU, Romántico
Pareja:-
Clasificacion:ATP






En un rincón olvidado de aquel oscuro desván, en una mesa polvorienta y antigua, como todo lo que había en aquel cuarto, alguien de cabello sucio y vestimenta antigua, llena de polvo, estaba sentado.

Un chico curioso se acercó a aquella personita. Al tocar su frío cuerpo, ver cómo brillaba su piel a la luz de la linterna y notar que, por mucho tiempo que hubiera pasado, estaba perfectamente, supo que no era humana. Encendió la luz y descubrió en el regazo de aquella muñeca una pequeña llave. Embrujado por su belleza, se acercó a la muñeca y la desnudó, encontrándose, en el lado del corazón, un agujero. Metió la llave y empezó a girar hasta que no pudo más. Sacó la llave y la volvió a vestir.

Unos segundos más tarde la muñeca empezó a moverse lentamente. Finalmente abrió los ojos, con una mirada perdida, miró al chico que le había despertado. De repente, empezó a cantar una bella canción de idioma desconocido. El muchacho, ya encantado con esa belleza, se enamoró completamente al escuchar su maravillosa voz. Le tendió la mano y suavemente le dijo:

-Tienes una hermosa voz, yo ya no puedo cantar. ¿Te importaría cantar para mí?

La muñeca parpadeó confusa sin dejar de mirar al ojiazul que le observaba con ternura y tranquilidad...


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- ¡Shu-chan! -Se colgó del cuello del pelirrosa.
-¿Ryuichi-sama?

El mayor se despegó de él dejando que se girara, cuando lo hizo le besó tiernamente en los labios. El menor se sonrojó ante tal gesto, Ryuichi sonrió, le encantaba cuando se sonrojaba.

-¿Qué haces aquí, Ryuichi-sama? La cena todavía no está lista.
-Es que Kuma-chan y yo nos aburríamos mucho. -Dijo con ojos llorosos y cogiendo a su osito en brazos.- Te echábamos de menos y venimos, te escuché cantar y no pude evitar besarte. -Le robó otro beso, Shuichi se sonrojó más.- ¡Juguemos na no da~!
-Pero tengo que terminar la cena, luego jugaremos.
-¿De verdad? ¿Y a qué jugaremos? -Se acercó provocándole.
-Ya lo verás. -Sonrió misteriosamente.- Y ahora a terminar la cena.

Shuichi se dio la vuelta y siguió cocinando, empezó a cantar una melodía. Sabía que a Ryuichi le gustaba mucho escucharle cantar. El peliverde, por su parte, miraba a su pequeño amor moverse al son de la canción que el pelirrosa había inventado. Tenía una voz realmente hermosa, una voz angelical que le hacía tranquilizarse y olvidarse de todo. Una sonrisa nostálgica se posó en sus labios al recordar lo sucedido esa misma mañana.

=======================Flashback==============================

Se encontraban en la cama, las sábanas cubrían sus cuerpos desnudos. Uno se encontraba dormido con la cabeza recostada en el pecho del mayor. …ste, le observaba maravillado, toda la belleza del mundo estaba concentrada en aquel pelirrosa. Le besó el pelo. El menor se revolvió, abrió los ojos lentamente cuando se encontró con unos ojiazules que le miraban sonrió dulcemente. Le dio un apasionado beso.

-Buenos días Ryuichi-sama. -Sus ojos brillaban llenos de amor y admiración.
-Buenos días Shu-chan.
-Mmm ¿qué hora es? -Miró el reloj- ¡Qué tarde es! Hay que desayunar.
-¡Noo! ¡Juguemos!
-Hay que desayunar que con la tripita vacía te cansas antes.

Ryuichi se cruzó de brazos indignado. Shuichi se dio la vuelta para coger la ropa. Fue entonces cuando lo vio, una grieta en la esbelta y perfecta espalda del pequeño. No era muy grande ni parecía muy profunda pero aún así, no pudo evitar que el corazón se le encogiese y se llenara de
preocupación.

-Shuichi...
-Dime. -Le respondió sonriendo como siempre.
-Yo hago el desayuno. -Se levantó, le dio un beso en la frente y se fue a la cocina.

=======================Fin Flashback==============================

-¿Pasa algo? -Le secó una tímida lágrima que recorría lentamente su mejilla.
-¿Eh? Perdón Shu-chan es que mi tripita rugió. -Poniendo pucheros.- Y Kuma-chan no puede más
-Tontoo me asustaste. -Puso pucheros también, que al segundo cambió por una sonrisa.

El día pasó lentamente, Shuichi se comportaba igual que siempre, reía y cantaba con gran alegría. Se podía decir que hasta estaba más feliz que de costumbre. El mayor, en cambio, pensaba en hablar lo sucedido con el pelirrosa pero, ¿qué le diría?¿Cómo? Por muchas vueltas que le diera no encontraba las palabras.

El tiempo pasaba. El peliverde intentó hablar con él, pero el otro evadía el tema poniéndole excusas tontas o contándole cómo le había ido ese día. Sin tener en cuenta eso, ambos estaban bien juntos. Ryuichi le trataba con mayor dulzura de lo normal, lo que al pequeño le hacía muy feliz. Pero la felicidad no dura para siempre y todo cambió. Sucedió lo que ambos sabían que iba a pasar desde que se conocieron...

Una mañana, el mayor se despertó sobresaltado al notar que a su acompañante le costaba respirar. Se acercó a él, le alzó un poco, para ver si mejoraba, y le hizo abrir los ojos.

-Ryu...Ryuichi...sama... -Forzó aquellas palabras el pelirrosa.
-No hables Shu-chan, tengo que llamar a un médico.
-No... no pasa nada. -Sonreía.

[R] Mientras dormías, estabas envejeciendo. Parece que te cuesta respirar. Llorando y riendo, eres la misma de siempre, pero parece que te cuesta respirar.
Tu despeinado cabello hace que mi corazón se acelere...

Ryuchi le miró, miró su sonrisa y le abrazó. Debería llorar pero no podía, las lagrimas no querían salir y lo agradecía. Desde que le conoció supo que lo suyo no iba a durar mucho, quizás su amor no debería haber existido. Pero aún así le amaba, fuera lo que fuese, un hombre o una muñeca, Ryuichi le amaba tal como era.

Envejecer... No es algo malo, de hecho, es bueno. Nadie puede decir que no sea bonito. Yo te prefiero así. Te amo.

-Shuichi, te amo. -Le beso tiernamente.
-Ryuichi...sama...

Shuichi le miró mientras lloraba. Poco a poco trozos de su piel iban cayendo. No quería morir así, quería seguir con aquel hombre que le despertó y le sacó de aquel oscuro desván. Amaba a Ryuichi y no quería apartarse de él. Intento moverse, pero a penas podía.

[S]Gracias por cuidarme y acariciar mi corazón con tus preciosos dedos. Siento que te hayas enamorado de mi. No puedo moverme, no puedo conectar mi cuerpo con mi mente. Quiero amarte más, quiero estar más cerca de ti. Siempre que pienso en eso, mi cuerpo grita.

Shuichi seguía llorando, Ryuichi le volvió a abrazar, le intentaba calmar diciéndole que estaba bien, que no se iban a separar, que aunque él muriera seguirían estando juntos. El menor intentó empujar al mayor para poder mirarle a los ojos pero no pudo. Aún así, el peliverde entendió el gesto y le miró.

-Shu-chan...
-Ol...vi..dame...

Me dijiste que estaba bien pero, ahora se ha acabado. Estoy contento porque mostraste amor a algo antiguo como yo. Olvídame.

Ryuichi no podía creer en lo que su pequeño le había dicho, ¿que le olvidara? ¿Cómo podía hacerlo si es lo mejor que le ha ocurrido en la vida? Miró confuso a
la muñeca que tenía como amante, que a penas tenía la mitad del cuerpo más o menos entera.

-Shuichi...
-Prome...te..me...que... serás... feliz... -Intentaba respirar, pero cada vez le costaba más.- Con otro... al igual.... que.... conmigo...
-Shuichi no puedo...
-Por....favor...

Ryuichi asintió levemente, Shuichi sonrió. Antes de que sólo quedaran miles de trozos de su cuerpo, Ryuichi le besó por última vez. El beso duro unos pocos segundos, y poco tiempo más tarde del pelirrosa solo quedaron trozos.

Pero por favor, sé tan feliz como lo fuiste conmigo con otra persona ¿de acuerdo?

Ryuichi cogió muchos de los trozos del que fue su amante durante tantos años, abrazó aquellos trozos y empezó a llorar. Recordó todo el tiempo que pasaron
juntos. Cuando se conocieron, las veces que Shuichi cantaba para él, las veces que jugaban con Kumagoro, que era un regalo del pelirrosa para el mayor.

Se levantó de la cama, y todos los trozos de aquel muñeco que tanto amó los guardó en una cajita. Después cogió a Kumagoro le besó en la frente y se tumbó en la cama abrazado a él mientras lloraba desconsoladamente...

-Shuichi... Seré feliz como tú me lo pediste pero no te olvidaré, no puedo ni podré nunca porque te amo. -Abrazó más fuerte al conejo rosa.- Adiós mi amor...






FIN




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