viernes, 26 de febrero de 2010

Dulce Reencuentro


Título: (Dulce) Reencuentro...
Autor: Feefi!
Pareja: JaeMin
Género: Lemon
Estado: Terminado



¿ Qué Crees Que Estás Haciendo...?



Se detuvieron para mirar el paisaje: la playa estaba hermosa, el sol aún no tocaba el mar, pero el cielo ya comenzaba a tornarse rosado. Siguieron con su camino y luego de unos minutos se encontraron con la cabaña. Al abrir la puerta vieron a Kumi, quien ya tenía su maleta abierta en un sillón y llevaba su ropa a una de las piezas.

- ¡Jae… llegaste! – gritó Kumi cuando lo vio. Corrió a sus brazos y lo besó tiernamente
- Aah… te extrañaba tanto – le contestó Jae mientras la abrazaba y le besaba el cuello – él es Yunho, el amigo que te conté que vendría – dijo apuntándolo -. Ella es mi novia, Kumi
- Jae me ha hablado mucho de ti – dijo Yunho saludándola.

Se sentaron a conversar en uno de los sillones sobre el viaje y todo lo que harían durante el mes de vacaciones que les quedaba. Jae sacó un cigarro de su bolsillo y lo prendió.

- Ya te he dicho que odio que fumes, ¡Apágalo!
- Yo siempre le digo que deje de hacerlo – dijo Yunho –, estoy de acuerdo con Kumi.

Jae, sin siquiera mirarlos, se levantó y se dirigió a la puerta para fumar afuera, pero se topó en el pasillo con un niño. Tenía cara de dormido y el pelo desordenado.

- Ah, él es mi hermano, Changmin – dijo Kumi al darse cuenta que había llegado -. Lleva durmiendo desde que llegamos.
- Ho-hola… - saludó Changmin mientras un poco avergonzado se ordenaba el pelo.

No conocía a Jae, pero al verlo pensó que sus ojos eran muy bellos y que tenía una mirada muy tierna. No quería dejar de mirarlo. Sacudió la cabeza, no podía pensar así del novio de su hermana. <<. ¿Qué crees que estás haciendo, Minnie? .>>, pensó mientras de a poco comenzaba a sonrojarse y desviaba la mirada.

- Ese enano fuma, dile que te acompañe.

Jae sacó su cajetilla y le ofreció uno, dedicándole una pequeña sonrisa. El pequeño acepto uno y ambos salieron de la cabaña.

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Cuando quedaron solos, Yunho miró fijamente a Kumi. La encontraba hermosa, aunque estuviera con su mejor amigo, no podía dejar de imaginarse todas las cosas que quería hacer con ella. Kumi tampoco podía dejar de mirarlo, su mirada era demasiado penetrante, y por muy incomoda que se sintiera, le encantaba la sensación. Los dos sentían como de a poco sus cuerpos se iban acalorando. Yunho empezó a acercarse peligrosamente a ella con una sonrisa perversa y la mirada fija en sus labios. Kumi se levantó muy agitada y se dirigió a la cocina. Muy nerviosa sirvió un vaso de jugo, no sabía que hacer para terminar con aquella situación.

- ¿Quie-quieres tomar algo… Yunho? – su voz estaba muy temblorosa.

Volteó para ver porqué no le contestaba y se lo encontró de frente. La rodeó por la cintura, se le acerco a su cuello y le dijo:

- Lo único que quiero es esto.

La miró intensamente a los ojos y la besó. Ambos se entregaron sin pensarlo, Yunho recorrió por completo su cuerpo mientras ella no podía evitar soltar fuertes suspiros que se ahogaban entre beso y beso. Yunho desesperado por tener más, y sabiendo perfectamente que ella no se resistiría, la subió a la mesa de la cocina. Ahora se estaban rozando completamente, mientras ella jadeaba moviendo sus caderas y el la apretaba cada vez más fuerte contra su ya casi completa erección.
De pronto se cayó un vaso haciendo un gran ruido y rompiéndose en mil pedazos, lo que hizo que por fin se separaran. Enseguida sonó la puerta abriéndose por lo que Kumi rápidamente se puso a limpiar y Yunho se sentó en el sillón.

- ¿Qué paso, hermana? – preguntó Minnie entrando a la cocina.
- Nada, solo se me cayó un vaso – respondió muy cortante y sin mirarlo.

Jae la ayudó a recoger los pedazos de vidrio y cuando estuvo todo limpio, comentó:

- Hoy, por ser nuestra primera noche, deberíamos hacer una fogata en la playa.

A todos les gustó la idea y comenzaron a preparar todo: la leña, la comida… y el alcohol.



Yo nunca, nunca.....


Ya en la fogata, el ambiente estaba muy tenso. Yunho y Kumi no se dirigían la palabra y Min se sentía algo intimidado por la presencia de Jae, por lo que apenas hablaba.

- Iré por mis cigarros…tómense algo ustedes tres, para que entremos en confianza por lo menos – Jae se levantó y se dirigió a la cabaña

Yunho miró a Kumi nuevamente como la primera vez, ella comenzó a recordar todo lo que había pasado hace un rato y sintió como nuevamente su cara comenzaba a acalorarse. Rápidamente desvió la mirada pensando que su hermano podría darse cuenta de algo.

Cuando empezaron a tomar, Minnie comenzó a sentir los efectos del alcohol rápidamente, ya que era su primera vez.

- Si te sientes mal… n-no tienes que se-seguir, Changmin – lo rodeó por los hombros con uno de sus brazos. Los otros dos seguían en silencio.
- No te p-preocupes, Jae… yo-o puedo a-ún con u-uno más – la cabeza le daba vueltas, pero aún estaba conciente de lo que ocurría, lo que le hacía sentir algo avergonzado.

Jae prendió otro cigarro y se lo fumaron a medias.

Después de muchas risas y unos vasos más, Yunho sin pensar mucho en lo que hacía, los calló y propuso:

- ¡Ya s-se a que podemos jug-gaar! El q-que haya hecho alguna de las cosas que y-yo diga, tiene que tom-marse el vaso al seco, com-pleto!… - todos aceptaron, aunque Kumi se asustó un poco por lo que podría salir de la boca de Yunho –. Yo nunca, nunca… he sido infiel.

El silencio que se formó fue eterno… demasiado incomodo para Kumi, y Yunho no paraba de mirarla desafiante, pero Jae no se dio cuenta de esto, ya que estaba pendiente del pequeño Changmin, que afortunadamente para los otros dos, rompió el silencio:

- M-me… siento demas-siado mal… quiero irme – trató de levantarse pero no pudo, cayó nuevamente sentado.
- Si, es mejor que nos vayamos a la cabaña – dijo Kumi apresuradamente -. No quiero que mi hermano se enferme por nuestra culpa.

Todos subieron rápidamente, Jae llevó en sus brazos a Minnie, ya que no era capaz de mantenerse en pie.


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Al entrar a la cabaña, antes de que Jae pudiera dejar a Minnie en el sillón, éste le dijo al oído:

- Necesito ir al baño… p-por favor.-

Jae lo llevó y apenas entraron, el pequeño ya sin poder aguantar las nauseas, lo botó todo. Jae se quedó acompañándolo y le acariciaba la espalda.
- Me siento demasiado estupido… perdón.-le dijo el pequeño mientras se levantaba.
- No te preocupes – le contestó con una sonrisa mientras le lavaba la cara – todos hemos pasado alguna vez por esto.

Lo secó y lo cargó nuevamente para llevarlo a su cama. Minnie ya no era capaz ni de abrir los ojos.

- Espero que mañana… no te rías de mí – dijo ya bajo las sabanas de su cama.
- No lo haré – Jae se acostó a su lado y le comenzó a acariciar la cabeza esperando a que se quedara dormido – Oyasumi – le susurró al oído y le besó la frente. Al verlo tan mal le daban ganas de quedarse toda la noche cuidándolo, aún en ese estado el chico le parecía muy tierno.
- Mmmm…buenas noches – Min, sin abrir los ojos, se acercó y le dio un rápido beso en los labios. Luego cayó dormido.

Jae se levantó de la cama sorprendido y casi corriendo pretendía salir de la habitación. Se quedó un instante más observándolo desde la puerta de la pieza, era raro pero no sintió asco, ni desagrado, ni nada…sólo algo extraño en su espalda. Era tan pequeño, tan indefenso, sentía que tenía que protegerlo; y sobre todo quería quedarse ahí solo para verlo dormir, le encantaba la expresión de su carita. Aunque no podía entender como era posible que ese niño le hiciera sentir de esa manera, no quería sacarle los ojos de encima, a pesar de lo que acababa de ocurrir…a pesar de que probablemente aquel niño era gay.

De pronto, un extraño ruido lo despertó de todos esos pensamientos. Se dirigió rápida y silenciosamente a ver qué era lo que ocurría, y quedó completamente petrificado al encontrarse con aquella escena.


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La ropa interior de Kumi junto con las poleras de ambos estaba tirada en el piso. Yunho tenía los pantalones por las rodillas y Kumi estaba sobre él gimiendo cada vez más fuerte. Ella abrazada a él se movía de arriba abajo mientras él recorría su cuello y pechos con sus manos y lengua. El sillón ya se empezaba a humedecer con el sudor de la pareja y el acto ya parecía estar de acabar cuando ambos notaron la presencia de Jaejoong, quien no era capaz de tener reacción alguna frente a lo que sus ojos veían. Se separaron y comenzaron a vestirse rápidamente. Jae, sin decir una palabra dio media vuelta y caminó a su habitación. Kumi salió corriendo tras él.

- Jae, lo siento… Jae, ¡escúchame!… - Él, sin mirarla ni mostrar ningún tipo de reacción continuó haciendo su bolso -. Jae, por favor… no sé en qué estaba pensando… yo… no lo sé… Jae… - la chica rompió en llanto.

Pero Jaejoong no se detuvo por nada y salió de la pieza, cruzándose en el marco de la puerta con Yunho, quién no era capaz de decir nada, ni siquiera de levantar la mirada.
Jae paró un segundo frente a la pieza de Minnie, no quería irse sin decirle adiós, pero aún así siguió su camino.
Cuando por fin salió de la cabaña, Kumi trató de detenerlo sujetando uno de sus brazos, pero él se soltó bruscamente.

- Por favor, Jae… no te vayas.
- “Yo nunca, nunca”… te lo hubiera hecho, Kumiko – le contestó sin voltear -. Esto se acabó… para siempre.

Antes de subir al auto, Jae miró a la pieza del pequeño Changmin, quien había despertado con los gritos y llanto de su hermana y veía lo que ocurría desde la ventana. Se miraron un instante en el que Minnie sólo sonrió tímidamente con su mano apoyada en la ventana. Jae le devolvió la sonrisa entre lágrimas y luego bajó la cabeza.
Changmin fue el único que lo vio llorar esa noche.







Mmmm, deberías…

Para Jaejoong el resto de las vacaciones fueron eternas. Lo único con lo que podía matar el tiempo era preparando las cosas para su último año de colegio <<.Estudios, tareas, terminar bien el año…es todo lo que te tiene que importar. Nada de mamonerías.>>

Ahora solo quedaba una noche antes de empezar las clases, y por nada del mundo quería ver a Yunho <<…ese idiota.>>, pero ya no había nada que hacer.


A la mañana siguiente le costó mucho levantarse, pero finalmente logró salir a la hora. Pasó a buscar a un amigo que vivía cerca.

- Jaejoong!!! Tanto tiempo!!! – gritó su amigo desde la puerta, agitando ambas manos en el aire para saludarlo.
- Jajaja…tarado, tan temprano y tu tan alegre. Súbete y te llevo a clases - le contestó.

Al subir al auto, Choonie lo abrazó muy feliz y le pregunto sobre su verano, pero
Jae no tenía ganas de hablas del tema.

- Y, Jae, ¿Supiste que Yunho ahora anda de novio? – dijo haciéndose el interesante.
- Si, ya lo sabía… - contestó fríamente y con voz algo apagada.
- ¡¿Quéee?! ¡¡Creí que era el único que lo sabía!! ¡¡Aish!! - se lamentó – ¿Y sabes con quién? Porque no me ha querido decir.
- Esta con… - suspiró – Kumi…
- ¡¿¡¿KUMI?!?! ¡Aaah! No lo puedo creer… ¡Y como pasó algo así!
- Pregúntaselo a él - Jae sonaba algo molesto, por lo que Yoochun no quiso insistir.

El resto del viaje fue en silencio.




Al entrar a la sala ya estaban todos. Jae pasó por el lado de Yunho, quien lo miró algo impaciente, pero Jae simuló no haberlo visto. Se sentó en algún puesto vacío y se puso sus audífonos. De pronto vio que Yunho se le acercaba. Sintió que la sangre le hervía, pero solo se limitó a negarle la conversación con un solo movimiento de cabeza.

- O.O!! Porqué no le hablas a Yunnie!!- le preguntó Yoochun, quien se había sentado a su lado- acaso TAAAAAN mal quedaron??
- Si…
- ¿Por qué no me dices qué pasó?- notó como cada vez su amigo se iba entristeciendo más y más.
- Ya te dije que le preguntes a él-subió el volumen y se acostó en su mesa dándole la espalda.

<<.Aaaaah .>.<. Joonie eres tan difícil! Cuando será el día en que hables de lo que sientes!!! .>>




Ya a la salida, Jaejoong se paró a un lado de la entrada del colegio y se decidía a prender un cigarro, cuando alguien lo choca por la espalda. <<.Aaah, pendejos!...>>

- Lo siento! Iba leyendo y yo…Jae?!-lo reconoció.
- Min? Qué haces tu aquí!?-otra vez sintió esa cosa extraña en su espalda. <<. ¿no debería acaso ignorarlo?.>>.
- Me cambiaron de colegio.- ya no aguantaba la vergüenza- lo siento pero estoy algo atrasado para mis clases de ingles y me queda algo lejos, nos vemos!
- Aah, pero no hay problema yo te llevo-<<. Qué haces!!.>>

En el viaje Changmin apenas habló, Jae le intimidaba y más aun en uniforme. <<. se ve taaaan bien, aah! Pero qué piensas!..Uuf sólo faltan dos cuadras, dos cuadras….>>

- Y, enano? Cómo terminaste después de la playa? Jajaja seguro no recuerdas nada- Jae no supo porqué de alguna manera quiso saber si Min recordaba aquel beso.
- No, nada…pero no quiero hablar de eso, es muy vergonzoso…no recuerdo NADA… -ahora que lo pensaba, sólo podía recordar el estado en el que lo vio Jae. Su cara hervía OTRA VEZ frente a él…
- Deberías. -<<.cállate imbécil!!!.>>. Jae se dio cuenta de lo que acababa de decir y miró hacia delante desconcertado, no tenía idea de porqué reaccionaba de esa forma al estar frente a ese niñito.


Changmin se bajó muy pensativo del auto. ¿De verdad había algo que recordar? <<.Si tan sólo recordara algo más que la cabaña entera dando vueltas....>>

- Adiós, Jae. Nos vemos.- cerró la puerta, seguía sumido en sus pensamientos.

Y de pronto imágenes comenzaron a aparecer…muy lento y entrecortadas: ese último vaso, su hermana MUY ebria <<.tan sueltita que me salió….>>, él en el baño de cabezas en el inodoro, él acostado junto a Jae, el…<<.Beso!!!!!...Un beso!?... Pero si es completamente imposible..>> El corazón se le detuvo un segundo, sintió que las piernas le fallaban; cómo algo así se le había olvidado!…

Se volteó para buscar la mirada de Jaejoong dentro de ese auto, sabía que sólo el cruzar UNA mirada con él le diría si todo lo que recordaba fue real o un sueño esa noche…aunque no sabría con qué ojos mirarlo después, en sus recuerdos no era Jae precisamente quien lo besaba.

El auto ya no estaba.

- Ahora recuerdo, Jae…










¿Acaso no te cansas?


Al día siguiente no se habían visto en toda la mañana, y Jae inconcientemente lo había buscado en cada rato libre que tenía, lo que lo traía algo decaído.
<<.no, esto no me deprime, no me deprime, no me….>>

- ¿Andas buscando a alguien? Uuuui tienes una carita!!- Choonie lo despertó de su intento por convencerse.

- No es nada, yo solo…

Entonces lo vio: sentado a un lado del quiosco, con el pelo aun mojado por la ducha después de gimnasia, concentrado en su almuerzo…
Sin pensarlo comenzó a caminar hacia él.

- Pero Jae!.. Qué...?
- Iré al casino en un rato, nos vemos allá! –le dijo mientras caminaba.

Yoochun se quedó mirando como su amigo se alejaba, se preguntaba en que andaba metido ese otro…cuando de pronto le hablan desde atrás.

- ¿Por qué lo miras tanto? O acaso quieres que me ponga celoso…
- Aaaay Su!!! No seas tonto!!- se dio vuelta y lo vio tan cerca que le dieron muchas ganas de besarlo- Su no te acerques tanto, en el colegio no te portes así conmigo.- trató de hacerse el serio pero ambos sabían perfectamente que eso no era lo de él, por lo que yoochun rió y luego le contestó – sabes que no me aguanto si te tengo tan cerca.
- Es la idea, así te darán ganas de acompañarme a la sala vieja de artes…
- ¡¿Otra vez!?...¡Pero si aun no es jueves!
- Porfiiiiiiiiii

<<.Aaai ya puso esa carita…aaaaah no me aguanto! Concéntrate choonie concéntrate, concéntrate...cons…aah qué mas da.>>
- Esta bien, vamos.
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Jae se sentó al lado de Changmin, el pequeño lo notó pero fingió lo haberlo hecho.

- ¿Cómo estas?- preguntó el mayor. Min se demoró mucho en contestar, masticó lento y pausado antes de tragar y articulas sus primeras palabras.
- Ahora me acuerdo de lo de aquella noche, Jae.-contestó sin dejar de mirar su ya no muy apetitoso almuerzo.

Jae de alguna forma había esperado ese momento, había esperado que algún día Min se acordara. Y ahora que ese momento había llegado no sabía como reaccionar, no sabía que decir…sólo atinó, inconcientemente, a levantar la mirada del pequeño tomándolo por el mentón, pero éste forcejeó y se lo hizo imposible.

- No me atrevo a mirarte Jae…nunca creí que algo así me pasaría y menos contigo. Nunca me hubiera atrevido a hacer algo así de no haber sido por todo lo que bebí. No se qué fue ese algo de ti que me hizo desde el principio querer besa…olvídalo, estoy siendo demasiado sincero contigo.


Se levantó y se alejó caminando, Jaejoong lo siguió en silencio y con algo de distancia. El pequeño entró a la sala y Jae cerró la puerta tras él, sólo ahí Changmin supo de su acompañante.

- Tenemos que hablarlo, Min- Tenía el corazón en la garganta.
- No lo creo- simuló ordenar algo, nunca había interpretado de aquella manera el desinterés, fue su mejor actuación.- fue una estupidez de mi parte, estaba demasiado ebrio y no volverá a pasar…así que es mejor que no volvamos a tocar el tema.-tomó aliento y esperó una respuesta, sólido como nunca.
- Si así lo prefieres- Jae dio media vuelta y salió de la sala. <<. otra vez quedando cómo el imbécil, ¿acaso no te cansas?.>>.

Caminó rápido, furioso pensando en cómo había sido tan estupido de intentar forzar al chico a que hablara de aquello que al parecer no había tenido importancia alguna después de todo…

¿Y para él acaso la había tenido? Pedazo de niño que lo confundía de aquella manera, no encontraba la razón por la cual siempre terminaba sintiéndose así de ridículo y absurdo. Sacudió la cabeza y se dirigió al casino, procurando olvidar aquel incidente…pero algo en su interior se lo impidió y regresó a aquella sala.

Changmin, que hace unos segundos había estado haciéndole un enérgico frente a Jae, ahora se encontraba sentado ya que sus piernas no lo podían sostener. Estaba tratando de digerir lo que acababa de ocurrir, cuando nuevamente sintió la puerta. Levantó la mirada y se encontró con Jae parado frente a él, quien hasta se había sorprendido a si mismo de lo rápido que avanzó.

Antes de que Changmin pudiera respirar nuevamente, Jae le tomó la cara con las manos y lo besó. El beso fue rígido, pero al mismo tiempo muy cálido. Ninguno de los dos podría decir con exactitud cuánto duró, pero al momento que sonó el timbre para entrar a clase, Jae notó que estaba arrodillado frente a Min y seguía con las manos en su rostro. Fue entonces cuando se separaron.

Se levantó con dificultad, tratando de volver a la realidad. Cuando ya estuvo de pie le dedicó una mirada fugaz al pequeño entre los demas chicos que ya habían comenzado a entras a clases y así como lo había dejado la primera vez, salió de la sala sin decir más y dejando a Min con mil interrogantes más que hace algunos minutos atrás.

Jae no entró a clases y se fue a la sala de profesores, donde sabía que, aunque a escondidas, podría fumar tranquilo. De todo lo que a él concernía en ese minuto, fumar era lo único que podía hacer con calma o por lo menos con un grado de ella, ya que su pulso se había puesto horrible. Por más que trataba no lograba aclarar sus pensamientos, para su sorpresa nuevamente sentía todo menos asco y el arrepentimiento le llegaba más cuando pensaba en el no haber dicho nada luego del beso que al pensar en el beso como tal…ni se dio cuenta cuando terminó su cajetilla, y sin aun haber tomado aun ninguna decisión…

Changmin por su parte ni siquiera se tomó la molestia de abrir algún cuaderno para fingir que escuchaba la clase, pero lo que si tomó fue una excelente decisión, ya sabía que postura tomaría frente a aquel “niño-problema”.

A la salida se cruzaron, Jae lo miró de reojo algo nervioso pero el pequeño ni siquiera se inmutó.
<<.Tranquilo Jae, que mañana empieza el juego.>>








Sólo por hoy…


El paso al siguiente día pasó desapercibido para Jae, el tiempo ya no era algo fundamental, sus todavía desordenados pensamientos ocupaban su cabeza por completo.

Ahora se encontraba en el baño terminando de lavarse las manos, cuando por el reflejo del espejo vio a Min entrando. Procuró concentrarse al máximo en secarse pero no pudo evitar contar y sentir cada paso que daba el menor hacia él. <<.No te pienso mirar, no te pienso mirar.>>

- Hoy iré a tu casa- se lo dijo con los labios casi rozando los de él y tan cerca, que Jae creyó que iba a caer desmayado por la falta de oxigeno.
- No voy a estar, lo siento- no tenía idea de donde había sacado ese coraje pero lo aprovechó de todas maneras.
- Esta bien.-dijo sin inmutarse- ¿y te veré para el almuerzo?
- Lo siento.- soltó como única respuesta y salió del baño.

Cuando cerró la puerta, Changmin se sonrió a si mismo en el espejo. <<.Travieso…>> Por un segundo le sorprendió darse cuenta de cómo se estaba comportando, pero luego admitió que le gustaba. Por otro lado, esa actitud era algo momentáneo y él lo sabía. <<.Sólo hasta que te des cuenta que te gusto.>> Suspiró satisfecho aun mirando su reflejo y luego se marchó a clases.
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JaeJoong estaba sacando el cuaderno de su casillero para la siguiente clase cuando Yunho se le acercó.

- Jae, tenemos que hablar no quiero que esto quede hasta aquí.-dijo expectante.
- Si…mañana- Jae dio media vuelta y caminó a su puesto sin siquiera mirarlo. Tenía la cabeza demasiado ocupada como para hablar con Yunho y menos para procesar sus palabras.

Estaba a punto de sentarse cuando por fin digirió las palabras de su antiguo amigo.
<< ¡Qué! Que idiota soy…no quiero hablar con el mañana, ¡Cómo se me ocurre decir semejante estupidez!>> Pero no estaba entre sus opciones devolverse y aclararlo.

- Ohh! Pero que te ha dicho!!! CUENTAME!!!- Para variar Chunnie había estado espiando.
- Nada importante. Escúchame Chun:-Dijo cambiando rápidamente de tema- tengo algo así como un problema, por lo que hoy pasaré la tarde en tu casa, ¿bueno?
- Aaaay Joongie pero yo ten…-Yoochun planeaba juntarse con Junsu por la tarde, pero su amigo sonaba tan complicado que prefirió ayudarlo. <<.Me va a matar!.>>- Esta bien. No te preocupes, puedes ir…Pero me llevas en tu auto eeeh!! Mas te vale!!
- Cómo quieras- se sintió aliviado…algo.

Alguien había observado aquella conversación de no muy lejos y algo celoso: Junsu.
<<. ¿Qué no piensan dejar de hablar y prestar atención?...Tarados.>>
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Tocó para el recreo de almuerzo y Jae se quedó en la sala. Se comió el sándwich que se había preparado y durmió todo lo que no había podido la noche anterior.
Yoochun esperó a Junsu para irse con él a almorzar, pero éste tenía otros planes: se lo llevó directo a la famosa y vieja sala de arte.

- ¿Sabes lo celoso que me pongo cuando hablas tanto con Jae, verdad?- Dijo mientras le daba suaves besos cerca del oído y jugaba con las mangas de su camisa.

Yoochun no le contestó. Junsu era muy tierno y de hecho se parecían demasiado en la forma de ser, pero cuando se ponía celoso y algo sexual era muy serio. Pero a su novio no le molestaba, le gustaba de vez en cuando tener ese tipo de “problemas” de pareja.

Junsu le puso el pestillo a la puerta y volvieron a lo suyo. Yoochun comenzó a besarlo lentamente en un principio mientras Junsu de a poco desabotonaba su camisa…era su parte favorita. Obviamente los besos se fueron intensificando y los jadeos se hicieron evidentes a medida que iban sintiendo más y más la piel y el cuerpo del otro.

- Tendré que esforzarme para que me perdones el que no nos podamos ver esta tarde-digo separándose unos segundos de su amante para luego ahogarlo nuevamente con un apasionado beso.

Ni enojarse ni conversar el tema era una opción para Junsu, quien ya estaba a medio trabajo de desabrochar su pantalón. Yoochun ya tenía el suyo en las rodillas. No era muy diestro por lo que Su siempre hacía todo el trabajo.

La erección ya era evidente en ambos. Puerta con llave, poca luz, todo el recreo por delante: era perfecto para seguir. Cada vez se acercaban más, necesitaban estar cada vez mas apegado al otro, más dentro del otro.

- Ah, Su…- Junsu había metido lentamente la mano por su ropa interior y comenzado a masajear su miembro.

La delicadeza y al mismo tiempo intensidad de los movimientos de Junsu hacían que un agradable escalofrío recorriera su espalda, haciéndolo perder la cordura. Totalmente poseído por el placer, Chun atrajo a su novio más hacia él y con sus manos lo recorrió por completo mientras lamía y jugueteaba con su oreja. Los jadeos de Junsu lo excitaban aun más, al cual no le gustaba mucho hacer ninguna clase de ruidos pero le era imposible resistir aquellas manos y aquella respiración sobre él. Ya estaban completamente desnudos <<. así no manchamos el uniforme.>>, cuando tocó el primer timbre. Ahora sólo les quedaban diez minutos. Apenas lo escucharon, Junsu se dio vuelta y mientras abría el condon que habian dejado en la mesa,Yoochun lo agarró por las caderas. Hace un par de meses que ya no era necesario que Chun preparara con su mano a Junsu antes de entrar en él… ya se había acostumbrado, eran demasiado activos.

Ya estaban casi en su limite por lo que las embestidas duraron sólo algunos minutos antes de ambos llegaran a su climax, en eso eran expertos…siempre terminaban juntos. Chun se quedó unos segundos más dentro de su novio mientras recuperaban el aliento. Finalmente comenzaron a vestirse.

- Te perdono- dijo Junsu mientras abrazaba a su novio, ambos rieron en lo bajo.
- Te aaaaaaaaamo- contestó Chun sonriendo mientras jugaba con su pelo.
- Aun así eres un tarado!! Yo te quería para mi hoy-lo miró fingiendo un puchero.
- Pasado mañana si quieres hasta te puedes quedar en mi casa.
- Eeeeh!-gritó, aunque despacio, mientras lo abrazaba más fuerte.
- Aaaay con esas caritas tan lindas que pones, me convences de todo!!!!-puso cara de enojado. Junsu le sonrió nuevamente, lo besó y salió de la sala sin decir nada más, dejando a Chun bagando en sus pensamientos.

Llevaban tres años juntos, pero sólo hace 4 meses que habían tenido relaciones por primera vez. Yoochun temía que cuando esto ocurriera su relación sólo girara en torno al sexo y perdieran todo su encanto. Pero para su felicidad no fue asi, ambos siguieron igual de juguetones e infantiles, y eso lo hacía demasiado feliz, aparte se tranquilizó mucho cuando Junsu le contó que compartía los mismos miedos de él. Eran tan felices y se amaban tanto, que los padres de ninguno de los dos había tenido problemas con la relación, incluso entre ellos se llevaban muy bien.

El timbre de entrada a clases lo despertó de su lindo sueño despierto.
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A la tarde, cuando llegaron a la casa de Chunnie, se quedaron en la terraza mientras éste se comía sus cereales y Jae se fumaba su típico cigarro de las cinco y media. Tenía su mirada perdida en el humo.


- Me vas a contar qué es lo que te ocurrió?? O acaso quieres que me quede sin saber nada??-Preguntó el dueño de casa impaciente con la boca llena.
- Deja ordenar un poco mis ideas y te cuento.- se quedó en silencio y luego de un par de argollas de humo prosiguió.- No puedo creer lo que me esta pasando ni lo que estoy a punto de decir, pero no me queda otra necesito contarlo…-Chun lo miraba más impaciente que antes- Bueno, el hermano de Kumi se cambió a nuestro colegio.¿Lo has visto?-su amigo asintió con la cabeza- no se qué me pasa con él. Me hace hacer cosas tontas, o por lo menos así lo siento después de que pasan. Aveces siento que me acosa pero no me molesta solo siento algo extraño en la espalda. Cuento corto: en las vacaciones él me besó una noche que habíamos tomado demasiado y cuando el recordó lo ocurrido…me dieron unas ganas irresistibles de besarlo yo y no pude aguantarme-la cara de asombro de
Yoochun era indescriptible <<.No lo puedo creer!! Jae hablando de sus sentimiento…y hacia un hombre O.O…bueno en realidad…un niñooooooooo!!! IN-CRE-Í-BLE.>>, Jae siguió su relato- Y ahora no se que hacer. Debería ignorarlo pero algo dentro mio me lo impide. Hoy dijo que iría a mi casa y por eso te pedí venir.- se quedó en silencio.
- Yo creo que no deberías escapar de lo que sea que tengas que aclarar con él- <<.Uuuuy aunque yo creo que se encnataaaaaaan!!.>> Jae sólo se encojió de hombros y terminó su cigarro.


El resto de la tarde sólo comieron y estudiaron alguna cosa sin importancia. No volvieron a tocar el tema, ya que Jae le pidió a su amigo no hacerlo. <<.Sólo por hoy.>>.
Jae volvió a su casa a eso de las nueve de la noche, lo suficientemente tarde para salvarse de la visita del menor, aunque una parte muy escondida en él lo lamentaba pero procuraba no hacerle caso.
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Al entrar a su pieza tiró su mochila a un rincón y pretendía tirarse a su cama agotado cuando entonces lo vió: jugando con su colección de CD’s. El pequeño se volteó y lo miró con una expresión dificil de interpretar pero ciertamente acenchante.

-Te dije que vendría…









Que te hayas quedado…


Jae seguía mirando embobado a Changmin. No podía creer que, en efecto, SI lo había ido a ver. El pequeño ya había vuelto a jugar con los CD’s. Jae se acercó algunos pasos sin despegar de él la mirada.

- ¿Qué haces acá?-le preguntó el mayor tratado de no alterarse más de la cuenta. Rodeó su bien limpia y ordenada cama de dos plazas.
- Veía tu colección de CD’s…-contestó Min sin mirarlo- lo tienes todo muy ordenado. Jae negó con la cabeza desconcertado.
- ¿Qué haces acá? ¿Por qué viniste? Te dije que no estaría.
- Pero acá estas, y te dije que vendría.

Jae estaba entrando en la furia, le gustaba tener todo en orden. Aquel intruso había dejado su polerón tirado en el suelo, sus zapatos por otro lado, un paquete vacío de papas fritas sobre el velador y, lo que más sacaba de quicio al mayor, tenía los pies sobre su escritorio.

- Sería capaz de golpearte en éste minuto…mira cómo tienes mi pieza!!!!- En ese minuto Min saltó de la silla y se arrodilló arriba de la cama para quedar frente a Jae, quien de pronto sintió que su grito se ahogaba muy dentro de su ser.
- No, no serías capaz- Min lo miraba serio, con unos ojos muy profundos.
- ¿Ah no?- Jae trató de parecer igual de molesto pero esas palabras salieron sin siquiera la mitad de coraje que las primeras.- ¿Y por qué sería?- frunció el seño pero ni con eso fue capaz de intimidar al pequeño.
- Porque sé que en vez de golpearme preferirías estar besándome.

Ambos quedaron en silencio. Se miraron durante un largo rato, cada uno esperando una respuesta del otro. La nueva personalidad que había adoptado Changmin estos días ahora se encontraba en su trasero. De pronto su mirada se volvió totalmente sincera, y Jae lo notó. El mayor volvió a sentir esas ganas de protegerlo que sintió aquella noche en la playa, esas ganas de quedarse junto a él en ese silencio que envolvía toda la habitación. <<. Changmin yo….>>. Pero entonces sus pensamientos fueron interrumpidos y no precisamente por palabras: el estómago de Min rugió desaforado y el pequeño llevó rápidamente sus manos a él tratando de ahogar el sonido, muy avergonzado. Las emociones recién vividas le habían hecho olvidar el hambre que tenía. Los dos comenzaron a reír.

- Te prepararé algo- Jae se levantó. Min avergonzado sólo fue capaz de asentir con la cabeza sin levantar la vista. Antes de encaminarse a la cocina pasó su mano por el cabello del menor. Al salir de la pieza sonrió para si.

Changmin se quedó en la habitación tratando de asimilar lo que acababa de ocurrir. <<.Esto no hubiera pasado si no hubiera sido tan arrogante.>> Se estremeció al pensar en cómo había actuado, se sintió algo idiota y avergonzado. Idea que cambió cuando pensó en su evidente resultado: ahora Jae sabía cuál era la posición de Min, y que también sabía de lo que esto se trataba.

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Estaba desesperada, había perdido la cuenta de cuantas veces lo había llamado pero su hermano no le contestaba. Caminaba de un lado a otro.

- Aaah este pendejo…
- Kumi no te preocupes-su novio trataba de tranquilizarla un poco- él no es de esos que se meten el problemas y lo sabes, quizás anda con algún amigo y se le pasó la hora.

Ella miró a Yunho con una mirada fulminante, no fue necesario que le dijera que se callase para que él entendiera que tenía que hacerlo. <<. Si mis padres llaman ahora, estaré frita.>>

Siguió paseándose y llamó unas cuantas veces más. Frustrada tiró el celular a una mesa y se dejó caer en el sillón del televisor junto a su novio. Miraba la televisión y pero sin prestar atención alguna. Tanta alteración la había dejado exhausta, pero no pensaba en dormir. <<. No pienso cerrar UN ojo hasta que le ponga las manos a ese pequeño infeliz….>>

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El pequeño estaba a punto de entrar a la cocina cuando algo llamó su atención, se quedó parado y entonces escuchó cómo Jae cantaba. Entró y lo vio revolviendo unos huevos y a ratos usaba la espátula como micrófono y bailaba un poco. <<.Wow….>> Se quedó observándolo, el canto del mayor producía algo en su interior y no quería que ese sentimiento se acabara, lo que sólo ocurrió cuando Jae se dio cuenta de su presencia.

- En un segundo estará listo- dijo Jae volviendo a su tarea y haciendo como que nada pasó.
- Cantas muy lindo-le contestó mientras espiaba en qué trabajaba el mayor.-Eso se ve delicioso.-Sin decir más y sin esperar respuesta alguna se sentó en la mesita ubicada en el centro de la cocina y continuó observándolo expectante.

Cuando por fin Jae hubo terminado, armó la mesa con gran agilidad, se sirvió un vaso de jugo y se sentó al lado de Min, quien rápidamente empezó a tragar.

- Jae, ¿vives solo?-rompió el silencio con la boca un poco llena.
- En teoría no, pero mis padres llevan siete meses en Canadá y no llegarán hasta mitad de este año-suspiró- yo me quedé para terminar bien el colegio. Pero ya estoy acostumbrado.
- Me alegro…<<.que te hayas quedado...>> Te entiendo-le contestó luego de haber terminado el plato- Mis padres viven viajando.
- Si, lo se

Entonces ambos recordaron por medio de quien se habían conocido. Min fue quien rompió ese diminuto pero tóxico silencio.

- Maldición es tarde. ¡Me va a matar! No le avisé nada –se levantó y le dio un fugaz beso cerca del labio- Gracias por todo –dicho esto le sonrió y partió a la habitación en busca de todas sus cosas.

Jae aún a estas alturas tenía las ideas revueltas, pero si tenía los sentimientos un poco más aclarados como para admitir que esos sorpresivos actos de Min le gustaban. Partió detrás de él hacia la pieza, se detuvo en el marco de la puerta y veía como el pequeño corría de un lado a otro para alistarse. <<.Te pasa por desordenado.>>

- Si quieres te voy a dejar –le dijo- Pensándolo bien lo haré, no te dejaré elegir a ti. –su tono fue serio pero algo burlón
- Paro Jae, si me vas a dejar…vas a…. –el pequeño lo miró algo aturdido y negándole con la cabeza volvió a su tarea de amarrarse los zapatos. <<.No te haría bien….>>
- Me preocupa más que llegues a salvo que un posible mal rato que pueda pasar. –le contestó muy seguro, cosa que sorprendió al menor.

En silencio y rápidamente ambos se dirigieron al auto, Jae lo puso en marcha. A Min le gustaba ver a Jae manejar, ver la forma en la que pasaba los cambios hacía que le gustara más. Jae notó que lo observaba pero mantuvo la vista fija en la calle.

- Mañana si estaré en mi casa- dijo mientras detenía el auto frente a la casa- por si quieres darte una vuelta.
- Mmmm...mañana jueves…tengo clases de ingles.
- ¿A qué hora terminas?- preguntó Jae algo esperanzado. Mientras manejaba hasta había armado planes para el día siguiente.
- A las seis… ¿por qué?
- Entonces te paso a buscar –Le sonrió y subió los seguros para que Min pudiera al fin bajar.


Min iba caminando tan concentrado hacia la puerta pensando en la excusa perfecta, que no notó que Jae también se había bajado e iba un poco más atrás de él.

- ¡¿Dónde estabas!? –fue la “calurosa” bienvenida de su hermana.
- Yo… -no se le había ocurrido nada. Las palabras de Jaejoong de hace un momento lo tenían en las nubes.
- ¡Respóndeme!!!-Kumi se disponía a agarrarlo por el pelo casi cegada por el enojo cuando entonces intervino quién ella menos imaginaba.
- Estaba conmigo – le dijo Jae fríamente, apareciendo por un lado de la puerta –no era necesario el escándalo.

Kumi quedó muda.

- Nos vemos mañana –Jae se dirigió a Min –cuídate, ¿eh?
- Hasta mañana Jae –entró a la casa sin mirar a su hermana.

Kumi seguía atónita, no podía creer lo que acababa de pasar. Jae posó su mirada en Yunho que seguía sentado y miraba toda la escena aún más sorprendido que Kumi. Dió media vuelta y se marchó, sin decir nada.

- ¿Qué hacías TU con…-la desconcertada joven se volteó mientras cerraba la puerta, pero su hermano ya no estaba.









No quiero...no quiero...




Jae llegó a su casa y antes de entrar ya tenía un cigarro en la boca. Se quedó pensando hasta altas horas en lo ocurrido. Curiosamente el encuentro con Kumi no le había producido nada comparado con lo que él esperaba. No le dieron ganas de decirle todo lo que sintió en el tiempo que siguió cuando rompieron, ni quiso golpear como nunca a Yunho al verlo ahí. Ahora esos dos le eran insignificantes y le aliviaba mucho haberse dado cuenta de eso. Rió para sí mismo cuando se dio cuenta -y admitió- que el responsable de que otros sentimientos ocupaban su cuerpo era Changmin. Ya no tenía nada que hacer, aquel pequeño le gustaba. Suspiró

<<.me rindo...>>



Lo que tenía despierto a Changmin en cambio, eran los planes que dijo tener Jae para ellos dos. Pero quizás ni siquiera hablaba en serio. <<.Y yo acá calentándome la cabeza...jajaja.>>. Entonces escuchó que alguien abría la puerta, supuso que era su hermana. Se hizo el dormido.



Kumi se quedó observándolo en silencio. A Min le pareció escuchar un distante sollozo pero no lo supo con claridad ya que a los minutos cayó dormido.



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- ESTABA EN TU CASA CUANDO LLEGASTE????????- Chun y Junsu miraban a Jae con los ojos como plato mientras él les contaba todo lo ocurrido.

- Y qué más pasó!?-Preguntó Junsu.

- Nada más…-se sonrojó al recordar las osadas palabras del menor-…no pasó nada.-iban a empezar las clases- Me iré a dormir a tu puesto “Su”-con tono burlón- así podré dormir, te puedes sentar al lado de Yoochun.

- Pero al almuerzo no te libras de contarnos lo que no pasó eeeh!!-le gritó Chunnie mientras éste se marchaba.



Pero Yunho tenía otros planes para ese recreo. Apenas sonó el timbre agarró a Jae por el brazo y sin soltarlo lo llevó a la oficina que él sabía estaría vacía. Changmin los vio pasar: celos. Pero en un segundo se transformaron en preocupación, ¿en qué podría terminar ese encuentro? Decidió ir a espiarlos.



- Jae, en verdad lo siento mucho-comenzó a hablar apenas entraron, Min escuchaba del otro lado de la puerta.- es lo más estúpido que he hecho en mi vida, yo…nunca quise que las cosas terminaran así entre nosotros..-Jae sólo lo escuchaba, era el típico sermón que alguien, y en especial Yunho, daba para ser disculpado. Pero no se molestó en interrumpir. La verdad poco le importaba- Pero la verdadera razón de por qué te pido disculpas, es porque en tres semanas me iré a Estados Unidos con Kumi a estudiar danza, y no quiero irme sabiendo que sigues enojado.



-Y Min se va con ustedes!!?-desesperado, sin hacerle caso a todo el discurso anterior. Changmin era todo lo que le importaba.



-Hasta donde yo sé, si...Pero Jae por favor necesito que...-no pudo seguir hablando, Jae ya había salido de la oficina, muy rápido.-No se lo digas a Min!!!-gritó.



No podía soportarlo. Min se iría y el no podría hacer nada<<.no quiero...>>. Salió casi corriendo en dirección contraria a donde se encontraba Min, por lo que no supo que estaba ahí. Min se había quedado congelado, él no sabía nada. Si se iba dejaría de ver a Jaejoong y ya le había empezado a importar demasiado como para dejarlo. <<. ¿Acaso para eso son mis clases de ingles? Pues no pienso seguir yendo...No quiero irme, no quiero, no quiero....no quiero!.>> Se fue antes de que el moreno lo viera. Le rodaron algunas lágrimas pero las secó de inmediato, no había tiempo para llorar.

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En la mitad de la hora Jae lo sacó de clases, la profesora cayó fácil con algún tonto pretexto de "necesitan al alumno nuevo en rectoría". El temple de los dos estaba muy bajo, pero ninguno quería demostrar lo que ya sabía. ¿Orgullo? No, era simplemente el hecho de no querer arruinar el momento que compartían.



-¿Que pasa?-preguntó Min. El mayor comenzó a caminar.

-Sígueme-lo miró por encima del hombre, aún no lograba esconder por completo la pena.



Se dirigían a la salida. Jae planeaba salir del colegio, como había estacionado en la zona de profesores no hubo ningún impedimento - portón sin guardias. El pequeño sólo lo seguía.



- a dónde vamos, Jae.

- Ayer te dije que te tenía una sorpresa- sentimientos escondidos, ahora podía hablarle con toda naturalidad. Hasta le dio una leve sonrisa.



<<.Pero era hasta después de mis clases...>> Entonces recordó que ya no iría, no hizo más comentarios. Sabía, y sentía, que salir antes del colegio a escondidas era riesgoso para él: alumno nuevo y por ende condicional; pero había algo que no dejaba rechazar la sorpresa por muy peligroso que le resultara. Claramente la razón era el joven sentado en el volante.



El camino fue en silencio, algo ya típico de ellos dos. Jae había tomado una decisión: Aprovechar al máximo el tiempo con "su" pequeño, sin dejar que el hecho de que se fuera le quitara el ánimo. << .Si antes no encuentro como hacer que se quede, claro...>>

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-¿Y de quién es la casa?- Preguntó el pequeño cuando el auto se detuvo.

- Ahí no tarado, es aquí- Apuntando por su ventana.- Es esta plaza, es mi favorita y te la quería mostrar.



Era una plaza gigante, entre dos calles. Tenía mucho verde; árboles, arbustos, pasto. También había juegos, que estaban llenos de niños jugando y alrededor bancas en el camino de arena que rodeaba los juegos donde se sentaban quienes los cuidaban. El sol de la tarde que recién empezaba e daba un toque melancólico, romántico, casi como sacado de un cuadro. Hace tiempo que Jaejoong pasaba ahí sus tardes libres, cada que tenía la oportunidad se escapaba y se acostaba en el pasto a pensar, dibujar, algunas veces incluso escribía y otras simplemente dormía una siesta con las rizas de los niños como una agradable melodía de fondo. Con pocas personas había compartido este pequeño secreto- para qué mencionar que Kumi era una de esas pocas <<.y fue un error.>>- pero sentía que Min tenía que ser parte de él, y que sentiría lo mismo al encontrarse ahí...había notado que el estar cerca de Changmin le producía la misma sensación de paz que aquel lugar, claro que más fuerte y venía acompañada de indecisiones e inexplicables corrientes de sentimientos.



-¿Te gustó la sorpresa?

-Este lugar me encanta Jae -suspiró

-Podemos venir cuando quieras...-le dedicó una sonrisa.



Pero para Min ese "para siempre" tenía tiempo límite. Tres semanas.

La tristeza que había desaparecido gracias a la compañía de Jae y a ese lugar tan lindo, ahora estaba a flor de piel. Se apegó al mayor, lo miraba profundamente. No se imaginaba cómo sería capaz de soportar la distancia. ¡Y quizás por cuánto tiempo! no podía especificar cuándo aquel chico se había vuelto tan vital para él, pero así es el amor: llega y sin saberlo ya está envuelto, carente de voluntad...completamente dependiente de él, ni siquiera eres capaz de comprender cómo era que vivías antes de que llegara.
Y había decidido entregarse a ese sentimiento, pero ahora...¡Dios, cuanto dolía! Las primeras lágrimas se formaron en sus ojos.



-N-no quiero irme Jae -se aferró más a su pecho, escondiendo su cara en el- Yo no...yo...te escuché hablando con Yunho- la respiración se le dificultaba.
-Mírame -le contestó el mayor haciendo lo imposible por no hundirse en la tristeza. Y aunque se le apretó el corazón cuando Min levantó la mirada, no se dejó caer- Escuchar detrás de las puertas es de muy mala educación -continuó, triunfando en el intento por sonreír- Nunca más, ¿Vale?

El pequeño asintió y ambos rieron -Min entre lágrimas- y entonces...se besaron.

Y ese beso fue más perfecto de lo que ambos podían imaginar. Sus labios encajaban a la perfección, como si hubieran descubierto que existían sólo para basarse entre ellos. Sus tímidas lenguas ahora se entrelazaban en un hermoso compás que hacía parecer todo el acto una danza, la más linda de todas. Respiraban muy despacio como si no les hiciera falta...en ese momento el beso lo era todo.

Cuando se separaron se miraron a los ojos, tímidos. Los dos tenían algo de experiencia en el amor y sabían lo importante que era la mirada luego del primer beso. y aquella era intensa, llena de significado, de sentimientos correspondidos...de amor.

Se estremecieron por la corriente de emociones. Jae lo tomó por la cintura y Min le imitó, quedando aún más cerca uno del otro. Respiraban el mismo aire, un aire dulce al parecer de ambos...

Dulce: esa era la palabra con la que se podía describir todo entre ellos, así se sentían los escalofríos, las sonrisas, los fugaces besos anteriores -e incluso los desconciertos que vivían después de estos-...y ahora la tarde recién vivida.



Se quedaron así unos minutos y luego se besaron nuevamente. Fue más corto que el anterior ya que Jae lo interrumpió para hablar.

-¿Sabes, Minnie? Creo que ya me gustas demasiado -no se soltaron.
-¿Crees? -Se recostó en su pecho, ambos miraron al cielo por un instante.
-No, estoy seguro -Se llenó de felicidad al asimilar que todo lo ocurrido era real al igual que todos esos sentimientos, que hoy vivía más que nunca.

Hubo un silencio, el mejor de los silencios. Los dos chicos estaban que explotaba por dentro de felicidad.

-Te quedarás siempre conmigo ¿verdad? -el tono de su voz, tan inocente y esperanzado pero al mismo tiempo triste, hizo recordar a Jae nuevamente esas ganas de protegerlo, de estar a su lado en todo momento, lo sentía tan indefenso y pequeño...todo lo que había sentido desde que lo conoció. Eso que lo había descompuesto antes dejándolo fuera de lugar, pero que ahora era su felicidad y su razón de ser. <<.Si, eso es lo que es...mi razón de ser, mi razón de vivir.>>

-Siempre, siempre, siempre. -lo besó y luego lo envolvió en un abrazo.

Se quedaron viviendo ese momento hasta que una voz ajena a su nuevo mundo los despertó de ese romántico estado...



-¿Jae?...¿Changmin? -ambos miraron algo aturdidos- tienen que salir de aquí ahora!!! Kumi anda furiosa buscándolos!...
-Yunho??? -dijo un Jae desconcertado- pero qué haces tu aquí...



¿Los andaban buscando? Jae miró la hora y se dio cuanta de todo el tiempo que había pasado. Se levantó y ayudó a Min a incorporarse. Se quedaron inmóviles sin entender nada aún.



-Apúrense, yo le diré a kumi que vayamos a casa y será mejor que te encuentre ahí Min...anda más alterada que nunca. -Lo seguían observando sin decir nada- Creo que sospecha lo de ustedes. -No se inmutó al decir eso.



Él se había dado cuenta hace ya algunos días que algo pasaba entre esos dos, conocía demasiado a Jae, pero no había querido ni decir ni preguntar nada...no le correspondía. Y Jae lo conocía a él también, por lo que entendió que de cierta manera lo aceptaba. Pero aún así no dejaba de mirarlo con recelo, las cosas entre ellos no estaban bien...y su comportamiento protector tampoco lo haría cambiar de parecer tan fácilmente, claro que en esos momentos no era su mayor prioridad...

Min seguía sin mostrar ninguna reacción.

-¡Vamos Jae! antes de que me arrepienta de lo que hago y le cuente...-su voz era firme pero claramente no era una amenaza.

El mayor llevó a Min casi en brazos a su auto. Cerró su puerta y partió. Solo entonces Minnie reaccionó.


-Yunho sabe...-no era una pregunta, sino una afirmación. Sus ojos reflejaban algo de miedo debido a eso.
-¿Tu hermana esta que te cuelga y tú te preocupas por eso? -Le preguntó calmado pero al mismo tiempo irónico.

Min se encogió de hombros.

-Tu tranquilo, no dirá nada, lo conozco -confió en él. Tenía que confiar en las palabras de su <<.¿novio?.>>

El camino se hizo eterno, a pesar de la velocidad a la que Jae iba manejando.

La verdad es que no era tan grave la situación si se comparaba a las otras tantas esperadas de noche y los retos que había tenido que soportar el menor. Pero ahora había algo distinto: era segunda vez que parte de la culpa era de Jae y su hermana sospechaba de ellos dos -si es que las palabras de Yunho eran verdad-. No sabía que le diría, y sintió cómo su rostro era incapaz de esconder esa angustia. Jae lo notó, trató de calmarlo un poco mientras entrelazaba su mano con la de él.

- Tranquilo, saldremos bien de esta -min le agarró más fuerte la mano- Te lo prometo.

Los dos suspiraron cuando doblaron por la calle de Changmin, aunque Jae era el más calmado. Recién ahí notó que Yunho iba tras ellos

Al pequeño se le heló el corazón al ver a su hermana apoyada en la puerta de su coche, con la mirada fija en ellos.

- SABIA que andaban juntos...-dijo Kumi tratando de contener la ira mientras los dos se bajaban del auto.









Sí que pasó



-Si, estábamos juntos.

Fue Jaejoong el primero en hablar mientras se acercaban a Kumi. Changmin sólo quería gritarle y decirle que lo sabía todo y que no tenía intención alguna de irse...pero prefirió el silencio hasta que lograra calmarse un poco.

-Mmm...-En eso se parecían los dos hermanos: si estaban enojados preferían calmarse un poco en vez de soltarlo todo sin pensar. Claro que no siempre funcionaba, Jae había sido testigo de varias escenas de su ex Novia.
-Lamento no haberlo traído antes -dijo el mayor mientras agarraba a Min por los hombros- Se nos pasó la hora –miró al pequeño y le sonrió.
-Si...-fue todo lo que este pudo decir, agachó la cabeza avergonzado.

Finalmente quedaron frente a frente. Quizás era por lo malo para mentir, o tal vez era por el torrente de emociones que no sería capaz de controlar si miraba a su hermana; pero Changmin no podía levantar la cabeza. Parecía muy concentrado en los zapatos de Kumi, ni siquiera miró cuando Yunho se acercaba a donde estaban los tres.

-Kumi no te enojes tanto -dijo casi sin aliento- sólo se les hizo tarde. No andaban en nada malo.
-Mi amor, ¿puedes llevarte a Changmin? -le contestó Kumi haciendo caso omiso a las palabras de su novio- Prefiero hablar a solas con Jae.

Yunho puso cara de "Lo siento" y le hizo una seña al pequeño para que lo siguiera hacia la casa. Antes de soltarlo, Jae se agachó hasta quedar a su altura, le besó la frente y articuló débilmente un "Te quiero, nos vemos" pero fue suficiente para que Min lo entendiera. Se levantó y esperó a que entraran a la casa para comenzar a hablar. Lo único que le interesaba de tener esa conversación era para entender hasta que punto era definitivo que Min se iba y así prepararse para lo que fuera que tuviese que hacer. Pero cuando abrió la boca para empezar, Kumi se le adelantó algo ofensiva.

-¿Así que ahora te gustan los niños?

-¿¿Perdón??- la miró con una mezcla de enojo y desconcierto.
-Eso, lo que escuchaste...-su voz era difícil de interpretar, parecía fuerte pero se podía entrever la inseguridad.

Jae miró el piso con una sonrisa irónica, plantó su mirada en ella sin cambiar de expresión para luego contestarle.


-Eres a la que menos le debería importar eso...-Kumi actuaba inmutable. Sonó como si estuviera cobrándole sentimientos por lo ocurrido hace casi dos meses, pero sólo lo hacía para ponerla en su lugar y provocarla. Continuó. -Además, Min ya esta grande como para saber qué hace de su vida...
-Pero eso ya no importa... -parecía aliviada de haber encontrado una buena respuesta- En unas semanas me iré con Yunho... y Min vendrá con nosotros.
-Eso aún no está decidido -le contestó inmutable. Dio media vuelta dispuesto a irse.

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Yunho entró a la casa con el pequeño, quién parecía algo decaído y aún no decía nada.

-No te preocupes, Min. No va a pasar nada...Y por lo "otro", estoy seguro que Kumi lo terminará aceptando.
-No es sólo eso... -al pequeño no le sorprendió que Yunho hablara así de lo suyo son Jae- ...es que...-dudó antes de continuar- ...hoy escuché cuando hablaste con Jae, y entenderás que no quiero irme.

Hubo un silencio en el que los dos sólo se miraron. Yunho trataba de formular una frase de aliento para el pequeño, pero no era muy bueno para esas cosas.

-Trataré de ayudarlos en lo que pueda -dijo un poco inseguro finalmente.

Min se limitó a asentir con la cabeza y luego partió a su habitación. El pequeño, a pesar de todo lo que había pasado, en esos meses había logrado conocer al nuevo novio de su hermana. Yunho era de esas personas que no son buenas ni malas, pero que simplemente se dejan llevar por todos sus impulsos, sin pensarlo. Por eso sabía que lo que acababa de escuchar no era para nada algo confiable, por lo que no se enojaría si no pasaba pero tampoco se esperanzaría. Que si luego, de eso dependiera su relación no los ayudaría y hasta podría llegar a llevárselo amarrado si Kumi lo amenazaba.

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Jae caminaba hacia su auto pero Kumi lo detuvo provocándolo con una nueva pregunta.

-¿Cómo que aún no está decidido? En eso tú no tienes voto...
-No me interesa lo que tu digas -le contestó mientras se volteaba- Tu y Yunho no me quitarán nuevamente lo que me hace feliz.

Kumi no contestó nada y Jae partió nuevamente a su auto. Era feliz otra vez, él sentía que nunca lo había sido tanto. No aguantaría que las mismas personas terminaran con todo eso. ¿Acaso ese era su plan? ¿Terminar siempre con su felicidad? ¿Acaso no le bastó con lo que le hizo el verano pasado? Quizás exageraba un poco, todavía quedaba tiempo y lo más seguro es que no se fueran para siempre. Pero el pequeño lo hacía sentir así, ya no podía estar lejos de él. A pesar de los pocos días que habían pasado desde que se encontraron, la conexión había sido instantánea y muy fuerte.
<<.Algo se me tiene que ocurrir.>>.

Cuando entró a su pieza sonó su celular: mensaje.

"Mañana haremos como que nada pasó, ¿verdad?", era Changmin.

"Si quieres olvidamos lo de tu hermana, pero lo de la plaza... SÍ que pasó. :)" Le contestó.

<<.Te quiero.>>
<<.Te quiero.>>

Ya era pasado media noche pero no era capaz siquiera de cerrar los ojos. Tenía la mirada perdida en el techo mientras pensaba. Sentía como si hubiera transcurrido mucho más que sólo cuatro días desde que todo empezó. Quizás eran demasiado precipitadas las decisiones que había tomado últimamente, pero sentía que hacía lo correcto y eso lo incitaba a continuar. Se sentía lleno de vida nuevamente después de haber dejado de lado casi todos sus sentimientos -aunque le había costado acostumbrarse a sus actitudes románticas y sin sentido racional de los últimos días- y por nada del mundo quería que esa sensación se terminara. No dejó que los pensamientos de pérdida ocuparan su cabeza, en vez de eso comenzó a recordar algunos momentos vividos con Min para así alimentar la plenitud y felicidad que ese pequeño le hacía sentir...sin darse cuenta cayó dormido en el más dulce de los sueños.

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Viernes. Al fin terminaría la semana y podría descansar. Para llevar sólo una semana de clases se sentía agotado: colegio nuevo, gente nueva, Jae, y ahora lo del viaje...
Antes de ponerse a pensar en eso saltó de su cama y se metió a la ducha. Allí dentro pensó en cosas que lo abrumaban menos, como el trabajo que debía entregar el lunes -que ya lo tenía casi listo, como siempre-, el correo que debía enviarle a sus padres para que supieran de su existencia y el almuerzo que tenía que prepararse... Nuevamente Jae a su cabeza. <<.Aquel recreo de almuerzo.>>, rió al recordar esa vez que Jae lo había besado en su sala de clases, era increíble todo lo que había pasado en sólo cuatro días...

Salió de la ducha y preparó sus cosas. Cuando llegó al comedor su hermana ya se había ido, por suerte le dejó dinero para transporte. Se disponía a correr para poder alcanzar el primer bus, pero cuando salió de la casa, alguien lo esperaba sentado a un lado de la puerta...

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¿Se puede morir de un ataque de felicidad? Jae sentía que su corazón no aguantaría mucho tiempo latiendo a ese ritmo y menos con los nervios que le recorrían el estomago cada cierto rato. No pensar en los problemas le había salido muy fácil, y la tarde del día anterior lo traía en las nubes. <<.Estoy hecho un mamón....>>. Hasta se había levantado más temprano, incluso le había dado el tiempo de fumarse su típico cigarro mañanero -el que siempre tenía lugar en la sala de profesores- en la terraza de su casa. Era increíble la cantidad de energía que tenía, se sentía hiperactivo. Prendió la radio y cantó todo el camino al colegio. Pasó por la casa de Yoochun -tenía muchas ganas de contárselo todo, hasta se sentía un poco como él con el exceso de todo - pero ya estaban todas las luces apagadas y las cortinas de la pieza cerradas. <<. Junsu debió haber pasado antes.>>. Se le hizo un segundo hasta que estaba en la puerta de la sala. Abrió y sólo vio un bulto acostado en tres bancos y con la mochila de almohada. Se acercó y era Junsu, ¿quién más dormiría tan acurrucado como un niño y abrazando a un...¿polerón?..? Estaba tan escondido casi que no se podía saber bien qué era, Yoochun alguna vez le había comentado que si no abrazaba algo no había forma de que se durmiera...entonces en un arranque de sana maldad agarró el polerón y se lo quitó. Junsu saltó como un bebé asustado y miró rápido en todas direcciones.

- Aaaah Jae tonto!-le contestó mientras se fregaba los ojos y lo miraba con cara de enojado- quería seguir durmiendo!! Malo.

Le sacó la lengua, gesto que le recordó mucho a Yoochunnie. <<.estos dos son iguales.>>, pensó Jae mientras reía.

-Pensé que te habías venido con Chunnie -le dijo mientras le tiraba el poleron de vuelta.
-Yo creí que me lo traerías tu…-le contestó Junsu aun sin despertarse bien.
-mmmmh...

No quiso preocuparlo, no le dijo que no estaba cuando él pasó.... Miró a Junsu y éste se había vuelto a dormir. De seguro él y su desaparecido novio habían tenido "una noche larga" y simplemente estaba en su casa y se había quedado dormido...<<.¿En qué andaría metido?.>>







Sorpresa



-Hola...?- Min saludó al chico que ahora se levantaba para saludarlo.
-Hola! Changmin, ¿verdad?
-Si...-vio que llevaban el uniforme del mismo colegio, pero no tenía idea de por qué lo visitaba.
-Yo soy Yoochun, compañero de clases y mejor amigo de Jae -lo decía orgulloso, sonriendo de oreja a oreja- vine porque tengo que hablar contigo de algo muy importante -Min puso cara de preocupación- No, no es nada malo... lo que pasa es que mañana es su cumpleaños y quiero hacerle algo sorpresa. Ya hice prácticamente todo, pero necesito de tu ayuda para que me funcione y OBVIO tienes que estar ahí...¡Y no te pongas mal si no lo sabías!-se apresuró al ver que el pequeño ponía mala cara- El odia celebrar esas cosas, por eso no lo cuenta. Pero los 18 son importantes -puso cara de presidente dando un discurso- por lo que quiero que esta vez sea diferente. ¿Qué me dices?

Chunnie esperaba la respuesta con una gran sonrisa. Min apenas lo conocía pero su personalidad tan infantil lo hacía sentirse cómodo, era como estar tratando con un niño menor que él.
Claro que ayudaría para que el cumpleaños de Jae resultara, eso no había por qué pensarlo...lo único por lo que demoró la respuesta, fue porque se había puesto a pensar en lo extraño que era que a alguien no le gustara su cumpleaños. En realidad a él a veces le apenaba el que no estuvieran sus padres o no lo llamaran ese mismo día, pero por lo menos tenía a su hermana a su lado, y supuso que entonces que esa era la razón.

-Que cuenta conmigo en lo que quieras, siempre y cuando me cuentes todo en el...¡que se nos está a punto de pasar! -dijo semi bromeando y los dos corrieron a la parada.

A Chunnie se le hizo corto el viaje para todo lo que tenía planeado y lo que quería contarle al menor.

-ah! y Min, Jae nunca ha ido al departamento de Junsu... así que puedes inventarle que es la casa de un tío o algo, déjaselo a tu imaginación- Le dijo antes de separarse y que cada uno se fuera a su sala. Min asintió con una sonrisa y se despidieron.

Cuando Yoochun entró a la sala corrió feliz a sentarse al lado de su novio, pero entonces vio la mirada desesperada y fulminante que le propinaba Jaejoong desde su puesto.

-Lo sieeeeeento mi amor... prometo que sólo será por esta hora!!!

Junsu había notado lo desesperado que andaba Jae por lo que no le puso mala cara.

-En el almuerzo eres mío -se limitó a susurrarle
-hhhm, indecente - le contestó también en un susurro. Fingió desinterés y partió donde Jae.


Siempre le había sorprendido la capacidad de su amigo para hablar, escuchar la clase y tomar apuntes al mismo tiempo -los cuales siempre eran completísimos-. Él sólo se limitó a escuchar la historia... de todas formas en la sala de fotocopias él con los cuadernos de Jae ya eran famoso, hasta le hacían precios especiales.

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A la hora de almuerzo, los cuatro -Jae, Junsu, Min y Yoochun- habían comido juntos en el patio al lado de la cafetería. Fue entretenido pero apenas Chunnie terminó su último bocado él y su novio desaparecieron rápidamente dejando solos a los otros dos.

-Jae..? -el pequeño era consciente de lo mal mentiroso que era, por lo que había aprendido sus líneas de memoria. Se aventuró a continuar- ¿Qué harás mañana?

-Mmmmh nada en realidad, ¿por qué?

-Es que quiero que salgamos, tengo muchas ganas de ir a tu placita mañana, y después podríamos ir a comer algo -sonrió- tengo ganas de comida chatarra.

<<.Bien.>> Le había salido con total naturalidad.

- Iremos entonces, todas las veces que quieras.

El resto del recreo se quedaron tirados en el pasto mirando el cielo, cada uno perdido en sus propios pensamientos pero sin dejar de disfrutar el que estuvieran uno al lado del otro.

Cuando terminaron las clases, Min prefirió que Jae no lo acompañara hasta su casa ya que quizás su hermana seguía alterada y si habían más peleas lo más probable es que no pudiera salir al día siguiente. Casi llegando vio el auto de su hermana estacionado afuera. Al entrar vio a Kumi en la cocina.

-Mira, enano, hice un pie de limón -dijo mientras cortaba un pedazo y lo ponía en un plato para su hermano.
-¿Y tú no estabas tan enojada? -la miraba extrañado.
-Decidí que ya no. Porque en poco tiempo, nada de esto va a importar -dejó entrever en las últimas palabras un poco de su sentimiento de victoria.
-Me parece perfecto.-le contestó inexpresivo, agarró el plato y se fue a su pieza.

Estaba comiendo tirado en su cama cuando le llegó un mensaje:
"Mañana te dejaré una llamada perdida cuando ya puedas llegar donde Su <.3 (Estoy tan emocionado con todo estooo! jeje :3!)" "Saldrá todo perfecto :)", le contestó. Estaba feliz de que pasaría prácticamente todo el día con Jae, pero le alteraba pensar que todo ese tiempo estaría escondiéndole lo de la sorpresa. Él lo catalogaba como "omitir datos", no como estar mintiendo... lo que no quería decir que para eso sí tuviera talento. <<.¡El regalo! mierda....>> Se le había olvidado lo más importante, no podía creer lo descuidado que había sido. Rápidamente se puso a pensar en qué podría ser...en el segundo se le vino a la mente la conversación que tuvieron en la plaza y la posible -y pronta-separación... y así entonces quiso regalarle un librito con 18 mensajes para él en cada página. No era la idea más original ni nada pero era lo que le nacía regalarle. En la portada, luego de haber escrito todo, dibujó una caricatura de Jae junto a él, ambos sonrojados y sentados en el típico patio del almuerzo.

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Al día siguiente Jae pasó a buscarlo un poco antes de la hora acordada y se fueron a la plaza. Jae actuaba igual que otros días y Min escondía bien los nervios. Parecía que a los dos les faltaban algunas horas de sueño de la noche anterior, porque conversando abrazados en el pasto de pronto cayeron dormidos. Antes de caer profundo en el sueño, Min escuchó a unas señoras cerca de ellos hablar de "lo descarado que era que dos hombres actuaran así en público" -ya que ambos estaban acostados abrazados por la cintura y tan cerca que sus labios casi se rozaban -, pero en esos minutos nada le podía importar menos.

Jae se despertó primero, observó a Min dormir...así era como se veía más indefenso, más pequeño. Acarició sus cabellos suavemente hasta que el pequeño despertó.

-Eres tan lindo -dijo Jae mientras le besaba la frente, Min suspiró-...nuestra primera siesta -rió bajito-.
-Si..-se recostó en el pecho del menor.

En esos momentos odiaba tener que estar preocupado de algo más. Miró de reojo el reloj.

-Y ¿a dónde quieres ir?
-A ninguna parte...estar así es mejor que un montón de comida chatarra...

Se quedaron así hasta que de pronto sonó el celular de Min. El pequeño saltó del susto.

-¿Qué pasa? -le preguntó Jae mientras Min miraba su celular.
-Es que...-se había quedado en blanco. <<.Piensa. ¡Piensa en algo!.>>- Se me había olvidado, un tío se cambia de casa y me pidió ayuda para embalar -dijo lo más natural que pudo- ¿Quieres ayudar?
-Bueno, pero estas seguro que no molestaría??
-Mejor si nos ayudas -sonrió. Le sorprendió lo creíble que había sonado.

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Cuando llegaron y subieron al departamento, la puerta estaba entreabierta. Min entró seguido por Jae, Todo estaba muy oscuro.

-No me odies por esto...-susurró el pequeño, ahora dudando de cuál sería la reacción del cumpleañero.

Pero no hubo tiempo para que reaccionara.

-¡SORPRESA!

De pronto todos estaban sobre Jae, quien estaba atónito por toda la situación. La verdad es que nunca le habían hecho nada parecido y para su sorpresa, le agradó mucho. Chunnie se acercó a él cuando ya lo habían soltado.

-No te enojarás con nosotros, ¿verdad, Jaejoongie? -Puso cara de niño bueno.
-Depende...¿de qué es la torta? -Bromeó Jae con tono serio.
-Merengue lúcuma-Le siguió el juego con en ese tono.
-Entonces...no.

Rieron, se abrazaron y Chunnie le entregó su regalo. Era un sobre. Jae lo abrió y puso los ojos como platos a leer lo que decía la tarjeta. Sin decir nada más, Yoochun se alejó de él sonriéndole. Min se le acercó.

-Feliz cumpleaños. -dijo sonriendo algo avergonzado entregándole el regalo.
-Gracias -le devolvió la sonrisa.

Vio el dibujo de la portada y leyó la primera página:

"Feliz cumpleaños, espero no me odies por ser cómplice ^^
Sólo no lo leas entero en un día, para que funcione =P
... ha sido la mejor semana de mi vida <.3" -Se que es demasiado mamón pero... -Es perfecto -le interrumpió- me encanta. -Abrazó a min y le besó la frente- Ven. Lo agarró de la mano y lo llevó a la terraza donde estaban Yoochun, Junsu y otros compañeros, quería presentárselo a todos. Estaban todos afuera conversando, cuando de pronto alguien grita el nombre de Jae desde la puerta de entrada... Malditos celos -JAEJOONGIEEEEE!! -Seung....SEUNG RI!! Los dos jóvenes se abrazaron muy emocionados mientras todos los miraban. -Oye tu no te preocupes...-le dijo Chunnie a Min cuando se dio cuenta que el pequeño trataba de esconder sus celos, mientras miraba- son amigos de infancia, casi hermanos... Changmin sólo se limitó a sonreír un poco desganado. Seung Ri y Jae se conocían desde siempre, prácticamente se habían criado juntos. Pero cuando cumplieron los 13 -Jae era unos meses mayor- Seung Ri había tenido que mudarse a la parcela de su abuelo cerca de la playa por problemas económicos. Desde entonces eran mínimas las veces que hablaban y menos las que se veían...el trabajo de uno, los estudios del otro, la distancia...todo les había hecho difícil el seguir igual de unidos. Pero sin duda el cariño seguía, pasara el tiempo que pasara siempre seguirían tan unidos como siempre, apoyándose en lo que fuera. Jae lo llevó a donde estaba el resto y lo presentó muy entusiasmado. -Y tus padres han estado bien??-dijo Jae más adentrada la noche y cuando su amigo ya se sentía en ambiente con el resto. -Perfecto, hace unas semanas mi padre abrió un pequeño restaurante...pero le ha ido excelente -contestó. Jae abrazó a Seung Ri para felicitarlo. <<.Malditos celos.>>, Min no había tomado tanto como para mostrar algún tipo de reacción pero si lo suficiente para por lo menos admitirlo mentalmente. Por otro lado había notado un brillo extraño en la mirada de Jae, y no poder descifrarlo le revolvía un poco el estómago. Y todo eso se le puso peor cuan fue Jae quien se ofreció a llevar a Seung Ri de vuelta a casa.

-Min no te preocupes...cuando vuelva te llevo! -le gritó antes de salir.

Había aprendido su lección en el verano por lo que sólo bebió lo necesario como para que sus sentimientos no molestaran. Junsu y Chunnie intentaron relajarlo un poco.

-Cambia la cara enanito -le dijo Yoochun sonriéndole- Seung Ri es demasiado hétero...yo lo intenté hace algún tiempo.-lo último lo agregó susurrando mientras Su entraba a buscar otro trago.
-Jae igual lo era hace unos días...-lo dijo más para si que para Yoochun.

<<.Mal intento.>>

-Bailaaaaaaaaaaaaar! -por suerte interrumpió Junsu.

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A medida que bailaban, el alcohol comenzaba a tener efecto en Changmin. Después de un rato, se dejó caer agotado en una de las sillas.
Alguien lo sorprendió por detrás.

-¿Quieres que te llave a casa, Changminnie? -le dijo Jae al oído aunque en verdad prefería no llevarlo a ninguna parte y quedarse con él.

Un trago más y Min se le tiraba encima sin pensar...lo tenía tan cerca. Para disimular su cara de "Te quiero, ¡ahora!" fingió mirar el reloj aunque ya sabía cual era la respuesta.

-No...aun no -contestó.
-Que, ¿ya se van? -gritó Yoochun mientras se acercaba de la mano de Su. No esperó respuesta- ¡Queeeedense! Hay camas suficientes!! -sonrisa malévola.
-Mmm......no se si...
-¡Por mi no hay problema! -le interrumpió Min, devolviéndole la sonrisa los otros dos.

A Jae no le quedó más que también asentir.

-¡Bien! -celebró Junsu. <<.Jejeje...>>- iré por algo de tomar...para!!

Yoochun partió con él.

-No se si deba tomar más -admitió el menor.
-Déjame ver...-le dio un fugaz beso en los labios- vodka naranja, sin duda preparado por Junsu...Mmmm, la experiencia personal me dice que puedes con uno más -sonrió satisfecho.
-Wow...

En ese momento se acercó un grupo y Jae los fue a despedir a la puerta. <<.Por suerte se alejó.>> pensó Min, nuevamente le habían venido esas ganas de comérselo vivo...

Llegó Junsu y le acercó el vaso, el pequeño se encogió de hombros y lo aceptó haciendo caso al consejo del mayor.

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Todos se habían ido y estaba moderadamente ordenado.

Repartición de piezas.

-Y aquí duermen ustedes -señaló Chun.
-Pero sólo hay una cama...-replicó incomodo Jae.
-Y es suficiente, ¿o no? -le guiñó un ojo y se fue- Susu me espera, Buenas noches!

Jae no pudo decir nada, cuando se volteó hacia la pieza se encontró con Min sacándose los pantalones y metiéndose entre las sabanas. El mayor tenía razón, había podido aguantar un trago más. Min aun pensaba, pero la razón se encontraba muy lejana a sus pensamientos en ese momento y dormir con Jae no le producía ningún tipo de problemas. El mayor lo imitó y se acostó a su lado sin decir nada. La situación en algo se parecía a aquella noche del verano, lo que a Jae le trajo recuerdos. Luego de apagar la luz del velador, pasó su mano por la cintura del menor y lo acercó a él. Por un minuto dudó si dormía pero al notar lo acelerada que estaba la respiración de este decidió seguir. Lo besó tiernamente, saboreando sus labios por completos y al mismo tiempo apretándolo más contra él. El alcohol en la sangre de Min hizo que se desinhibiera en un segundo, no dudó en profundizar el beso y comenzar mover su cuerpo junto al de Jae haciendo que este perdiera la compostura también. Agarró la pierna del menor y la puso sobre su cintura, ahora sus genitales se rozaban por completo. Se revolcaron en la cama tocándose desesperadamente, entre pequeños gemidos y tratando de buscar el dominio sobre el otro. Finalmente Min sucumbió bajo los forcejeos de Jae, quien agradeció la existencia de bóxers que le hicieran tan fácil acceder al sexo del menor. Lo agarró entre sus manos y comenzó a masturbarlo.

-Aaah...Jae...-jadeó el menor.
-¿quieres que pare? -le contestó y luego devoró nuevamente sus labios, esperando que la respuesta fuera una negativa.
-No...aaah me encanta...sigue...mmmh

Las palabras salidas de la boca del menor excitaron más a Jae. Estaba tan extasiado moviendo su mano y besando el resto del cuerpo del menor que no sintió cuando este lo despojó de su ropa interior...sólo lo notó cuando sintió la mano del menor en su sexo también.

-Aaah...siiih

Changmin, aprovechándose de un descuido del mayor, se volteó y quedó sobre él, aun masturbándolo. Lo miró con cara de deseo. Empezó a besar sus orejas, el cuello, el pecho...Su mano se detuvo y entonces Jae entendió qué pretendía, no pensó en quejarse...esta vez él no era el experto. Bajó por su abdomen dejando el camino de su lengua bien marcado, jugueteó con su ombligo haciendo que Jae soltara una excitada risa.

Estaba a punto de tocar por primera vez el miembro de Jae con sus labios....cuando entonces alguien toca a la puerta.

<<.Mierda...>>, ambos pensaron en ignorarlo y seguir, pero la voz de Chunnie se escuchaba algo desesperado.

-Jaaaaaaaaaaeeee!! Miiiiin!!! Despiertaaa!!...Por favor!

Min trató de levantarse e ir a la puerta, pero no fue capaz. Con todo lo ocurrido no había notado cuánto le estaba afectando el vodka ahora.

-Tranquilo -besó su frente, sus labios aun estaban húmedos e hinchados- voy yo.
-Jaejoongie! Me pasas una toalla de ese mueble?-apuntó a un lado de la puerta- Junsu bebió d-e-m-a-s-i-a-d-o!
-Y para eso tanta urgencia!! -le dijo entregándole la toalla.
-¿Y con qué pretendes que limpie? -Hizo un gesto infantil de asco-Waaaakala! -entonces se fijó bien en Jae- Oye!! si te da calor saca las sabanas en vez de desnudarte!...Promiscuo -fingió un desprecio mientras se iba, como si no supiera a que se debía la falta de bóxers.

Avergonzado Jae se devolvió a la cama...para encontrarse con Minnie durmiendo.

-Mejor así, pequeño. Quizás no era lo que querías ahora...-se puso ropa interior, le acomodó la ropa a Min y se acostó a su lado.








¿Qué quieres que piense?


-Aló?

Changmin no reconoció esa voz.

-Jae? -preguntó.
-No, soy Seung Ri...Jae no puede contestarte ahora, lo siento.
-Ah...bueno no importa. -Era notorio que sí importaba.
-¿Qué necesitabas? -a pesar de lo mucho que lo odiaba en ese segundo, Min tenía que reconocer que su voz era muy tierna y hasta amigable.
-<<.De ti, nada.>> Quería pedirle a Jae que me acompañara a ver lo del viaje. Pero no importa...nos vemos.
-Nos ve...-cortó.

Min se acostó de espaldas en su cama y tiró el celular a un lado. La semana entera habían estado distanciados y esto no ayudaba en nada. Entre ellos la cosa estaba extraña desde el día siguiente al cumpleaños. Jae se lo había llevado volando a su casa ya que tenía que "estar temprano en la casa de Seung Ri". Al pequeño le costaba entender los pensamientos y la actitud de Jae. Por un lado era jueves y ni un solo día lo había llevado a casa, en los almuerzos nunca hablaba y si lo hacía era de Seung Ri y los planes que tenía con él; definitivamente tenía la cabeza en otra parte y no dejaba que Min formara parte de eso...pero por las noches, siempre le mandaba un mensaje de buenas noches y dándole gracias por lo que escribió en el libro...<<.¿Qué quieres que piense?.>>.
Sacudió la cabeza, se levantó, buscó su bolso y partió a hacer las cosas del viaje. Se había controlado demasiado bien la semana entera como para dejarse hundir ahora, pronto hablaría con Jae y lo enfrentaría...eso ya estaba decidido.

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-Uuuf parece que me fue bien -dijo Jae cuando se encontró con Seung Ri- Qué pasa, ¿por qué esa cara?
-Te llamó Changminnie -contestó con voz acusatoria-, sonaba mal.
-...
-Si no te apuras con esto, no habrá servido de nada, Jaejoongie -el temple de Jae cada vez estaba más bajo- No pongas esa cara, sólo nos queda lo último y ya podrás estar con él. Vamos.

Jae siguió sin decir nada, la situación lo consumía por completo. Sabía que estaba siendo injusto con Minnie pero tampoco quería decírselo todo, si no funcionaba no se perdonaría el ver al pequeño con los sueños rotos. Pero su amigo tenía razón, si no se apuraba lo perdería de todas formas.

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Min tocó el timbre y esperó.

-Holaaaaaaa!!! -corrió a su encuentro-.
-Hola Chunnie -le contestó claramente menos emocionado que el mayor- Necesito un favor...-dudó la última sílaba-.
-Lo-que-quie-eras! Hoy no tengo naaaaada que hacer.
-No se si sabes lo del viaje...-Yoochun asintió- Necesito hacer un montón de papeleos de los cuales no se mucho y quisiera que....me acompañaras -dijo lo último casi susurrando-.

<<.Y Jae no está??.>>. Pero decidió no preguntar. Puso cara de "yo no se nada. Bueno, vamos!"

Terminaron cuando ya estaba anocheciendo.

-Te parece si le pedimos a Susu que nos lleve a comer algo??? -preguntó Yoochun, notó que Min dudaba- Por favoooor!! Que muero de hambre!! aaaah..mueroooo..aaag!

Changmin rompió a reír descontroladamente.

-Bueno, bueno, bueno! Sólo si dejas de actuar así -continuó riéndose-
-Vaaaamos, vamos, vamos!

El auto de Junsu era un convertible, compraron un poco de cada dulce existente incluyendo helado, y se quedaron en el auto conversando un rato.

-Y Jae no te acompañó?? -le preguntó Junsu cuando ya iban de camino a la casa del pequeño.
-No, andaba en no se dónde con Seung Ri...-trató que sonara lo más natural pero se notó el despecho en sus palabras.
-Pero si le dijimos que lo hiciera ayer!! -contestó Junsu, más para Chunnie como tratando de pedirle explicaciónes-.
-Aaah?
-Nada, nada...no se de que hablas Susu..! -de un sólo disimulado golpe en la pierna el tema se acabó-.

Min se dio cuenta que algo pasaba, pero no tenía los ánimos como para tratar ese tema. Lo dejaron en la puerta de su casa. A pesar de las pocas horas de sueño, la noche se pasó rápido. Al fin sería viernes, nuevamente había sido una semana agotadora.

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-Min....-lo detuvo en el pasillo, tragó con dificultad- ¿Te llevo a casa hoy?

Sabía que no había sido la mejor persona estos días, y la mirada del menor no hacía más que recordárselo, y eso lo mataba. Tenía que arreglar todo antes de que fuera demasiado tarde.

-¿Puedes?...-el corazón se le aceleró al contestar. Había hecho esfuerzos por no perder la tranquilidad frente a Jae y creía que lo tendría controlado pero no era así. En el corazón sentía como si fueran a romper...sentía que quizás Jae no estaba listo o segura para estar con él, y aunque pensar así lo hacía pedazos, tenía que prepararse para lo peor.

-Puedo y quiero...-le hubiera gustado no haber sonado tan sincero, eso le hacía peor.

Min se había imaginado ya esta situación: Jae hablándole algo arrepentido y él -supuestamente- actuando frío y calculador para darle a entender que tanto no le importaba...aunque claramente no era así. Pero ahora que lo tenía frente a él, le costaba seguir con claridad el plan que había ideado.
-Nos juntamos en el estacionamiento entonces -Todo rastro de reproche desapareció en él al escucharlo. Se volteó antes de que el mayor pudiera notarlo-.

Jae suspiró y fue a guardar sus cuadernos a su casillero. Cuando lo abrió algo cayó a sus pies: el librito que le había regalado para su cumpleaños. Lo abrió en la página 12, se había acostumbrado a leer dos por día.

"El momento de despedirnos siempre llega demasiado pronto.
Me gustaría pasar más de sólo un día contigo"

Un escalofrío le recorrió la espalda y luego se transformó en un vacío en el estomago. ¿Así era estar enamorado de verdad? ¿Así se sentía? <<.Enamorado de verdad…>>. Se dejó caer y escondió su rostro entre sus brazos, primera vez que se dejaba llorar.
Sintió que alguien e sentaba a su lado. ¿Junsu?

-¿Sabes? Con Chunnie pasamos por algo parecido...-comenzó a acariciar su pelo- Después de la primera vez que nos besamos, me demoré cinco meses en aceptar mi sexualidad, lo que siento por él y lo que vendría a estar juntos...Cinco meses! Y míranos ahora!!! Estamos mejor que nuuuuunca -lo último lo dijo más para él que para Jae y le dio palmaditas de ánimo en la espalda, Jae se secó las lagrimas y lo escuchaba- Mira, si el enanito siente lo mismo que tu entonces saldrán bien las cosas! -sonrió confiado-.
-Gracias Junsu.

<<. Pero he sido yo quien le ha hecho dudar de lo que siento...y quizás el tiempo ya se me ha pasado…>>, pensó. Pero mejor se quedó con las palabras de su amigo, sino volvería a llorar y no quería. Junsu se levantó y le ofreció una mano para ayudarlo.

-Vamos a clases??-

Jae tomó su mano, se levantó y partieron a clases.

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Cuando terminó todo, se encontraron en el estacionamiento. Esperaron dentro del auto, hablando de cualquier cosa, hasta que la salida estuviera más despejada. Ambos se sorprendieron al notar que la facilidad para hablar entre ellos seguía intacta aun...aunque ahora con un dejo de distancia.
Apenas Jae encendió el motor, sonó su celular.

-Ho-hola...ahora?? No, no puedo!...mmm, no dile que iré mañana a primera hora...No, no puedo...por fav...
-JAE, LUEGO DE TI VIENE ALGUIEN MÁS!! LO SIENTO, PERO SI NO VIENES AHORA ENTONCES NO SERÁ NUNCA! GOMENNE!
-Ok...

Cortó, tiró el celular al asiento trasero y pegó la cabeza al manubrio. Min abrió la puerta para salir pero Jae lo detuvo por el brazo.

-Min..Lo siento...Seung...Es algo que necesito hacer. Ahora no puedo decirte de que se trata. Te juro que es algo importante -se le quebró la voz- se que no tengo cara para hacerlo, pero te pido que confíes en mi.-comenzó a llorar-.
-No me gustan los secretos, Jaejoong-inmutable, pero con todo a punto de explotar- ¡mira cómo me tienes! ¿Qué quieres que piense? Acaso no...-<<.te das cuenta que también los celos me matan?.>> no quiso terminar la frase. Aguantó para no llorar- Estar así me hace mal...
-¿Y crees que yo estoy muy bien? -dijo acelerado <<.Si tan sólo pudiera decírtelo todo…>>. El agarre fue cediendo poco a poco-.
-Pues que hayas pasado la semana entera con Seung Ri haciendo quizás qué, no me lo demuestra..-listo, confesó sus celos. Lo que le hizo peor, sus ojos se humedecieron- Así no era como me imaginaba que sería, Jae...

Hubo un silencio entre los dos, mirándose directo a los ojos. Con las palabras del menor se habían roto los dos corazones. Quedaron indefensos contra la mirada del otro, por un segundo hasta pensaron en besarse, en perdonarse todo y hacer que el dolor se detuviera. Sacudieron la cabeza al mismo tiempo.

-Lo se, y es por eso que quiero arreglarlo...Mañana paso por ti, ¿Bueno?
-Bueno -el pequeño se bajó del auto y comenzó a caminar, sin mirar atrás-.

Eso era justo lo que no quería: volver a ver esa mirada destrozada en Min. Lloró amargamente hasta que logró controlarse. Metió la mano en la guantera y sacó un sobre.
Buscó su celular y marcó.
-Chunnie? Si, no, estoy bien...quería saber...tu regalo de cumpleaños, puedo usarlo este fin de semana??...Perfecto, iré por las llaves hoy en la noche o mañana en la mañana a más tardar...ok, nos vemos. Adios.

"Vale por un fin de semana en mi casa de la playa.
Junto a Min, OBVIO!!
^___^Feliz Cumpleañoooooooos!!!

Chunnie<.3" Por qué, por qué, por qué... El viaje fue de dos horas, le hubiera tomado treinta minutos menos pero en su estado era mejor conducir despacio. Cuando estacionó el auto ya no estaba llorando, pero sus ojos lo dejaban en evidencia. Resignado pasó a la casa de Seung Ri. -Hola, desgraciado -Saludó a su amigo cuando le abrió la puerta, entró sin preguntar-.-Adelante -se burló Seung Ri-. No podía decir que conocía la casa a ojos cerrados, pero sí la había visitado un par de veces. Saludó a los abuelos y partió al baño, casi sin hablar con su amigo. -¿Has traído todos los papeles? -Le preguntó a Jae mientras se lavaba la cara-. -Si...-Suspiró- hoy...cuando me llamaste estaba con Min. Creo que nunca habíamos peleado así Seung...Quizás todo esto no valga la pena.. -Naaaaaaaaada de eso -interrumpió- Anda, rápido antes de que pierdas la hora...no te doy tiempo de dudar -lo empujó asta sacarlo de la casa- Luego me cuentas como te fue. Adios! ---------------------- -¿Por qué andas con esa cara, enano? -le preguntó Kumi cuando abrió la puerta- -Por nada -cortante- -Peleaste con Jaejoong?? -se burló- Procura ponerte en la buena, si no quizás ni te vaya a despedir al aeropuerto. -sonrió hacia un lado triunfante al lograr que la inmutable expresión de su hermano cambió-. -Estamos perfecto, Kumiko. Gracias por preguntar. -dijo calmado. Pero la verdad era que estaba a punto de explotar de histeria, ¿Cómo era que Kumi sabía siempre dónde apuntar? Se encerró en su pieza y se puso a fumar por la ventana. Cosa que le relajaba mucho...aunque en estos minutos el humo le recordaba mucho a Jae. Vagó por sus pensamientos hasta que alguien entró a su pieza. -Me iré con Yunho este fin de semana, volveré el lunes. Prepara tus cosas que queda menos de una semana para irnos. ¡Y cuidado con quemar el piso enano vicioso! -Lo último lo escupió antes de salir-. Kumi llevaba insoportable la semana entera. Seguramente eran celos o algo por el estilo, pero Min tenía claro que nunca admitiría nada...Por suerte no estaría el fin de semana. No se dio cuenta cuando ya eran casi las doce e iba en el sexto cigarro. Sonó su celular, era un mensaje de..<<.JAE!?.>>.

"Estoy en la puerta de tu casa... "

Aunque si primera idea fue dejarlo esperando hasta que se aburriera y se fuera, no pudo hacerlo. A los dos minutos le estaba abriendo la puerta. <<.Aaaarg!!.>>.

-Hola...
-Minnie, -le costaba hablar, y más aun por la expresión seria que tenía el menor- ¿te...quieres ir conmigo a la playa?

Si, demasiado directo. A Min le entró la rabia. ¿Acaso no se acordaba de lo de esa tarde? ¿Cómo creía que podía preguntarle algo así y luego esperar un "Si"?. <<.Estas loco...>>.
Jae sentía que el corazón le subía a la garganta y luego le bajaba hasta los pies cada vez que Min exhalaba sin responderle.
Lo que tenía que hacer era muy sencillo: "No Jae, no quiero salir contigo" y cerrar la puerta.
Tomó aire para decirlo, pero cuando estaba a punto una puntada en la boca del estómago lo hizo detenerse. Lo intentó de nuevo, pero le pasó nuevamente...Entonces entendió.

-Esta bien...-contestó con una mano masajeándose la cien con los ojos cerrados. No podía entenderlo, <<.por qué, por qué, por qué.>>. A pesar de todo no podía decirle que no, y en el fondo del corazón tenía la esperanza de que las cosas pudieran arreglarse con este viaje.
-Gracias Minnie!! No sabes lo feliz que me hace escuchar eso –dijo Jae hiperventilado, sentía que pesaba por lo menos 10 kilos menos – Si quieres…podemos irnos ahora, yo…pasé por mi casa antes de venir y traje todo…

Jae pensó que quizás el tener las cosas listas le molestaría a Min, se esperaba un “Aah, o sea que estabas seguro que iría?? Já que confianzudo, ya no voy contigo”. Pero a cambio de eso el pequeño asintió en silencio y en media hora ya habían partido.
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-Puedes dejar tu bolso en la pieza de la izquierda –dijo el mayor cuando ya habían llegado- Yo dormiré en la pieza de al frente.
Obviamente no le diría que durmieran juntos en la cama de dos plazas por mucho que quisiera, para que todo resultara bien tenía que ir despacio.
Casi a media noche se sentaron a cenar. En la casa había de todo para preparar –las veces que Chunnie invitaba a Junsu iban no precisamente a comer- y Jae se lució con unas pastas. La conversación no fue muy fluida, sólo hablaron de algunas materias y de que Kumi no estaba en casa y por eso había podido ir a la playa. Cuando le contó que Yunho había salido con Kumi por el fin de semana a Min le pareció ver un brillo algo extraño en la mirada del mayor pero no fue capaz de descifrarla. El pequeño se ofreció a lavar los platos mientras Jaejoong terminaba de arreglar sus cosas. Cuando terminaron los dos se tiraron al sillón, ni cerca ni lejos y mirando ambos al frente.
-¿Estas muy cansado? –preguntó Jae.
-Mmmh, no, ¿por qué?
-Quisiera mostrarte algo…serán sólo cinco minutos en auto.-Tenía planeado que fuera al otro día en la mañana, pero la distancia con Min lo estaba matando y necesitaba explicarle algunas cosas- Lo prometo
-Bueno, vamos.-lo dijo frío, pero la verdad es que sí le emocionaba de cierta manera lo que pudiera ser-.
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Jae paró el auto frente a una casa.
-¿Y de quién es la casa?- Preguntó el pequeño cuando el auto se detuvo.
- Ahí no tarado, es aquí- Apuntando por su ventana.- Es esta plaza, es mi favorita y te la quería mostrar.
Min recordó y entonces miró por su ventana pero sólo se encontró con más casas. Jae sacó unas llaves de su guantera y le hizo una seña para que lo acompañara. Min no comprendía de qué se trataba todo eso...lo siguió atento.
La casa era pequeña, había un aroma muy dulce y la iluminación le daba un toque muy acogedor. Era de madera y todos los muebles estaban en un tono naranjo pastel -casi blanco- que combinaba perfecto con los sillones. El living-comedor daba a un ventanal gigante desde dónde se podían ver las rocas en las que chocaban las olas. Por sobre uno de los sillones estaban colgados algunos dibujos, Changmin reconoció unos que había visto en la pieza de Jae esa vez que se había quedado esperándolo…ahora si que necesitaba saber qué era lo que pasaba y cuál era “esa” sorpresa. Miró al mayor con cara de “me explicas??”.
-Mmmmh, no entiendo, ¿en la casa de quién estamos?...-le preguntó al mayor cuando ya habían entrado.
-En la nuestra…o sea nuestra desde la próxima semana –expectante esperó la reacción de Min-.
-…QUE!?









Contigo...


¿Que sería su casa la próxima semana? Changmin sabía que tenía la boca abierta por el asombro, pero estaba demasiado emocionado y petrificado como para moverse. De alguna u otra manera sus ojos comenzaron a humedecerse.

-No te gustó, ¿verdad? -Jae se dejó caer en el sillón- Aah~ debí haberte contado antes...sólo creí que sería una buena sorpresa, lo siento. -estaba tan ocupado buscando la mejor excusa que no notó que el pequeño se acercaba a él.- Debí haber sabido que mi oportunidad ya había pasado, es lo más estúp...
-Jae! -Le interrumpió Min emocionado, casi al borde del llanto y tirándose a sus brazos- Cállate, esta perfecto. No puedo creer que hayas hecho esto por mi.-lágrimas- De verdad es tanto lo que me quieres...?

Jae asintió con un movimiento de cabeza y una sonrisa. Se quedaron en silencio unos segundos, contemplándose. Hasta que al fin el mayor hizo el primero movimiento, agarrando con ambas manos el rostro de Min y acercándolo a él. Aquel beso de reconciliación fue mejor que el que cualquiera de los dos había imaginado. Nuevamente el ritmo era perfecto, justo lo que necesitaban del otro para recuperar lo que habían perdido esos días. Ninguno de los dos controlaba el beso, todo era una perfecta armonía, que les pedía más del otro...estar más cerca del otro. Quizás era culpa de cuánto se habían extrañado pero no pudieron evitar comenzar a rozar sus cuerpos, reencontrarse. Min ahora estaba sobre Jae, apoderándose a su manera de la situación...con besos en el cuello y tocando cada centímetro del cuerpo del mayor con la punta de los dedos. Afuera había comenzado a llover pero para ellos la temperatura sólo aumentaba. La necesidad de sentirse cada vez más cerca los hizo deshacerse de sus abrigos casi de una manera desesperada, los nervios los hacían reír mientras torpemente tiraban de sus ropas. Cada prenda que se quitaban era un momento íntimo, más especial que cualquier otro vivido. Cuando ya estaban desnudos se separaron y se observaron, ya no había vergüenza, simplemente amor. Min se encontraba hincado sobre Jae, y el sentirse tan observado por primera vez en su vida lo hizo feliz. Jae pasó su mano por l cuello del menor, bajando por su tronco...hasta llegar a la cintura. Repitió lo mismo con la otra mano mientras seguían con la mirada pegada y, con ambas manos en los muslos de Min, se inclinó y recostó sobre el pequeño cargándose lentamente sobre él -entre sus piernas-. Min le besó el cuello y luego sus labios se volvieron a encontrar, tibios y húmedos. Pasó sus manos por la cintura del mayor y lo apegó más a él, su cuerpo le pedía más roce, más tacto y no podía reprimirlo. Jae a su vez comenzaba a soltar leves jadeos cada vez que sus miembros se tocaban peligrosamente, ahogó un grito cuando sintió la mano del pequeño en su entrepiernas, masajeándolo suave pero apretado al mismo tiempo. Él hizo lo mismo, ahora lamiendo su cuello y escuchando la agitada respiración de Min. La velocidad aumentaba y así mismo sus respiraciones y el volumen de sus jadeos. Jae por primera vez en su vida experimentó las ganas de sentirse dentro del menor, y aunque era distinto a todos los anteriores en su vida no pudo desentenderse de ese sentimiento. Se incorporó, tomó al menor de las caderas y lo sentó sobre él, siguieron besándose y respirando la esencia del otro. Con una sola mirada entendieron lo que seguiría. Aunque sería su primera vez, Jae sabía -en teoría- lo que dolía y por la expresión de Min dedujo que él también lo sabía. "No te preocupes", le susurró al oído. Levantó nuevamente a Min por la cintura y dejó que éste se acomodara. Lo soltó lentamente dejando que el pequeño se acostumbrara a la situación. Cuando por fin Changmin hubo dejado a Jae entrar por completo, se aferró a su cuello fuertemente, la sensación era extraña pero al mismo tiempo la más importante de su vida. En el momento que sintió que ya se había acostumbrado comenzó a moverse, lentamente. Al primer movimiento Jae sintió que el alma se le escapaba en un gemido, la estreches de Min le provocaba una excitación distinta a cualquier otra. Todo el acto fue calmado pero intenso, disfrutando el uno del otro...besándose, mirándose, acariciándose, respirándose...Al momento de llegar al clímax no fue necesario que Jae masajeara el miembro de Min para que terminaran juntos, simplemente pasó. Nada más hacía falta para demostrar que hasta sus cuerpos eran el uno para el otro. Cuando acabó, se quedaron en la misma posición, Jae aun dentro del menor.
Se amaban, y no había manera más pura que demostrarlo.
El mayor tomó a Min entre sus brazos y lo llevó a la que pronto sería la habitación que compartirían, ahí se recostaron en silencio aun desnudos, disfrutando al máximo aquel íntimo momento...aquel momento en que ni las palabras hacían falta, sólo romperían ese mágico momento. Se entrelazaron de tal manera que era imposible distinguir qué extremidad pertenecía a quién. Y así terminaron por dormirse.

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A eso de las siete de la mañana Min despertó. Jaejoong lo observaba.

-Te amo, ¿lo sabías? -le dijo el mayor mientras le quitaba el pelo de la cara-.

Min asintió, satisfecho y feliz. Bajó la mirada y notó que ambos estaban vestidos y tapados hasta la cintura. <<. Jae me vistió y todo...y siquiera lo noté…>> Una nueva caricia por parte el mayor lo despertó de sus pensamientos. Lo miró.

-¿Novios? -le preguntó-.
-Novios.

Jae saltó de la cama y salió de la pieza, cuando volvió a entrar lo hizo con una bandeja llena de comida. Min se incorporó y se sentaron los dos a comer.

-Te tenía preparado este desayuno por si aceptabas -rió-.

Luego del desayuno Min entró a la ducha mientras que el mayor ordenaba. Cuando fue el turno del mayor, Changmin se quedó mirando por el gran ventanal del living-comedor. Las nubes de la noche anterior aun no desaparecían por completo. Las olas se veían distintas de día, más claras y vivas, casi que anunciaban que la felicidad le había llegado, o por lo menos así lo sintió él. La brisa acompañaba a las aves que se veían pasar, movía las copas de los árboles tan sutilmente que a primera vista era difícil de notar. Min se dejó llevar por ese movimiento tanto así que llegaba a sentir que él mismo era a quién el viento rozaba. En ese momento Jae lo abrazó por la espalda.

-De verdad me gusta la idea de vivir aquí...-<<.Contigo...>>- Pero me angustia pensar que quizás no pueda ser...
-Entonces deja que te cuente cómo es que lo haremos, Minnie -le contestó Jae- para que veas lo posible que es.

Y en el viaje de regreso a la casa de Chunnie se enteró de cuál era el plan que había ideado Jae con sus amigos para escapar y cómo harían para vivir luego.

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Por la tarde se juntaron con Seung Ri. Ahora que toda la historia se sabía, el amigo de Jae se disculpaba con Min por cada mal rato que lo hizo pasar. El pequeño ya no sentía resentimiento alguno por lo que la actitud de Ri le causaba hasta un poco de risa.

-Minnie!! Mira te había comprado esto -le mostró una cajetilla negra- son cigarros con tabaco de chocolate -le dedicó la mejor sonrisa-...para que veas que no tengo nada contra ti!!

Min rió antes de contestar.

-Ya te dije que no te preocupes! -le dijo- Ya esta todo arreglado -igualmente le sacó la cajetilla de las manos y riendo les ofreció uno a cada uno. Luego de prender su cigarro, puso tono cerio y habló- Eso si, tengo una pregunta importante -los otros dos asustados pusieron los ojos como plato y cara de "¿y esto a qué viene?"- ¿Cómo prentenden que lo hagamos para salir cuando ya esté en el avión?
-Aaaah, eso -contestó Jae.

Sacó su celular y le mostró un mensaje de texto, era de Yoochunnie:
"acabamos de conseguirnos los trajes...Chán!~"

-No querrás que arruinemos la mejor de las sorpresas, ¿verdad? -Jae y Seung Ri se echaron a reír. Min se quedó pensativo. <<.Trajes??.>>










Si tú supieras



Apenas abrió los ojos, saltó de la cama. A pesar de la emoción había dormido toda la noche y estaba lleno de energía. <<.Hoy es el día.>>, pensó el pequeño. Esperaba con tantas ganas que fuera sábado, que el resto de la semana se le había hecho nada. Kumi de alguna manera había "logrado" asumir que ahora su hermano estaba con su ex-novio, aún así le restringía la mayoría de los permisos y le repetía una y otra vez que "¡para qué se ponen de novios ahora si nos iremos!". Pero ni con todas las imposiciones de su hermana, su ánimo se hubiera visto estropeado. No ahora que era más feliz que nunca, tenía a Jae y tenían su pequeño secreto- su hermosa promesa de amor: se escaparían juntos.

-Jae te busca, por lo menos péinate un poco...-Kumi abrió su puerta interrumpiendo sus pensamientos- y dile que te ayude a empacar -soltó una risita con un deje de maldad mientras se cruzaba con Jae en el pacillo-.

<<.Jajajaja, si sólo supieras...>>

-¿Min?- Preguntó Jae.

El pequeño había entrado al baño. Cuando salió, aun arreglándose el cabello, vio que Jae traía una bolsa.

-¿Y eso?- Le preguntó.
-¿Y tu no me saludas?- dijo actuando con despecho.
-¡Hola!- el pequeño, sonriendo le dio un fugaz beso en los labios y volvió a preguntar- ¿Y eso?
-Tu uniforme nuevo -Jae fue bajando el volumen temiendo ser escuchado y la posible explosiva reacción de Min. Pero el pequeño sólo miró algo desconcertado-. No me mires con esa cara, tu y yo terminaremos de estudiar -sonrió- ¿Qué, crees que te librarías?
-Y cómo...?
- Mis padres se ofrecieron a pagar mis estudios aunque los termine en otro lugar, y conseguí trabajo con el papá de Seung Ri para poder pagar los tuyos -puso cara de satisfecho-.

La cara del pequeño en un segundo había cambiado. Sus ojos brillaban, su mirada era intensa y de a poco su rostro comenzaba a enrojecer. Jae nunca había visto en él una expresión tan tierna, tan...enamorada.

-¿Qué pasa? -le preguntó tiernamente-.

El pequeño caminó hacia él y luego lo abrazó hundiendo el rostro en su pecho.

-Hiciste...y harás todo eso por mí -dijo Min más para él que para Jae-.
-Si...-le contestó mientras acariciaba su cabello- Mírame -el pequeño levantó la cabeza-, te amo.
-Yo también, Jae.

Se quedaron pegados en un dulce beso hasta que recordaron todo lo que debían hacer.
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-Chunieeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee!!
-¿Qué pasa? -contestó Yoochun saliendo del baño y metiendo su camisa dentro de su ajustado pantalón de tela-.
- La porquería de sierre no me sube...!

Yoochun no podía parar de reír mientras se acercaba por detrás a su novio.

- ¡Cómo quieres que te suba con ese traserote que tienes! -le contestó. Junsu hizo un fingido gesto de desprecio-.

Inconscientemente, y aun sin dejar de reír completamente, Yoochun comenzó a acariciar la espalda de su novio. Junsu sabía perfectamente en qué terminaban esos cariños.

- Chunnie! No podemos ahora! -ni él se creía lo que estaba diciendo-.
-Pero si servirá de ejercicio -rogó-.

Sin que pudiera darse cuenta Yoochun ya lo tenía tirado en la cama. ¿Por qué le era tan imposible resistirse? Trató de hablar mientras Yoochun le besaba el cuello y lo acariciaba pero su perfume lo mareaba y no era capaz de soltar una sola palabra.

-Aah...Chunnie -logró decir-.
-Qué pasa -contestó entre jadeos mientras comenzaba a hacer que cada centímetro de sus cuerpos se rozara. Junsu se volteó y quedó sobre él.
-Mmm...si sigues así harás que manche tus pantalones y aaah sabes que no puedo! -ambos entre movimientos torpes se apresuraron a rehacerse de ellos.-Mucho mejor- Miró a su novio de arriba a abajo- si, perfecto como siempre.
-No más que tú, Susu - Se volteó y quedó nuevamente sobre Junsu- Pero yo me hago cargo desde aquí.-dijo con una traviesa sonrisa.

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-Ah, Chun no contesta -Jae miraba enfurecido su celular.
-¿aún no piensas decirme por qué es tan importante que ellos vayan hoy? -ambos hablaban muy despacio mientras bajaban las escaleras con las maletas-.
-¡No! Sorpresa -alegó sin subir el tono-.

El pequeño estaba a punto de replicarle cuando detrás de él apareció su hermana. No se escuchó palabra hasta que los tres llegaron al auto y se encontraron con Yunho.

-Yo subo las maletas, ustedes cierren la casa -dijo este último-.

El resto pasó muy rápido: Cerrar todo, entrar en el auto, la carretera, aeropuerto. Los cuatro caminaban en silencio, Min apenas podía controlar su respiración de lo impaciente que estaba, y Jae le parecía tan sereno...eso lo inquietaba más. Mientras revisaban las maletas la preocupación del menor era demasiado evidente, sentía que cada que se acercaban al inicio del viaje todos sus planes se parecían más a un sueño.

-Tranquilo, Minnie, que todo nos saldrá perfecto-Intentó calmarlo Jae-.
-¿El qué? -Kumi lo había escuchado-.
-Aaah?-...
-¿Qué les saldrá tan perfecto, Jae? -esperó pero el mayor no dijo nada -¿Planeas algo?- Jae se quedó en silencio nuevamente- Te mato, Jae.

<<.Piensa, piensa.>>, repetía Jae en su cabeza mientras Kumi gritaba y movía sus brazos pidiendo explicaciones, empujaba a Yunho quien trataba de calmarla, y luego volvía a ellos.

-No seas ridícula, Kumi -al fin Jae reaccionó-. ¿Qué, crees que planeo escaparme con él o subirme detrás de ustedes en el avión? -Kumi ya no gritaba- esas cosas no pasan, Kumi. Son imposibles. Jamás funcionaría algo así, es ridículo -. Rió de una manera difícil de interpretar.

La misma expresión del día que le informó a Jae que se irían apareció en el rostro de Kumi, quien miró a Min triunfante. No sabía si era por lo real que habían sido las palabras de Jae o por vergüenza a actuar mal enfrente de su hermana y que los descubriera, pero Min no fue capaz de levantar la mirada ni un solo segundo.
Kumi rió por lo bajo y dio media vuelta para seguir con el asunto de las maletas.

-Perdón... - susurró Jae, pero Min creyó que había sido su imaginación.

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-Rápido Susu, métete ahí -hablaban despacio mientras entraban en el depósito de las maletas.
-Nos atraparán, Chunnie! No quiero! -lloriqueaba Junsu.
-Pues entonces encuéntrala rápido, potón. Yo veo que nadie se acerque.
-Potona tu abuela -reclamó mientras se revolcaba entre maleta y maleta.
-Apúrate, Susuuuuu! Busca la que tenga una cinta roja. Eso fue lo que dijo Jae.
-Aquí está! La tengo! La tengo! -ambos estaban eufóricos.
-Shhhh! Vamos, salgamos rápido de aquí, que la tripulación entrará en cualquier segundo!

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-Pasajeros del vuelo J-539, favor de dirigirse a la puerta de embarque número 19. Passengers from the flight J-539, please go to the boarding port number 19.

Kumi y Yunho ya habían pasado cuando Jae se despidió de Min.

-Recuerda escribirme siempre, ¿Bueno? -Min sólo asintió con la cabeza.- Que lleguen bien, te quiero mucho.

Quizás era por lo que había dicho Jae hace un rato o porque estaba a minutos de entrar al avión, pero Min estaba demasiado triste y sentía que era una despedida real. <<.No voy a llorar, no voy a llorar.>>, era todo lo que el pequeño podía pensar.

-Yo también te quiero -le contestó y luego entregó el pasaje para entrar al avión.

<<.No llores, no llores.>> seguía pensando Min, pero cuando se volteó mientras caminaba hacia la puerta del avión, Jae no estaba. Entonces fue cuando lloró, pero en silencio. Yunho se acercó a él y le acarició la cabeza.

-Tranquilo, enano -le sonrió-. No es como que no vayas a verlo pronto...

Si Min hubiera estado con sus sentidos funcionando bien, hubiera sospechado que Yunho algo sabía. Pero no fue así, solo le asintió con una sonrisa poco profunda.







Haz lo mejor que puedas...


-15-A...-repitió mientras se sentaba.
A Min le tocó pasillo. Se sentó sin reclamar por la ventana ni nada. Audífonos puestos, play y se sumió en sus pensamientos.
Le pesaba el estómago, se sentía torpe, ingenuo. Estaba sentado en el avión, motor encendido, maletas a bordo...y no había señal alguna de que se cumpliría lo prometido por Jae. ¿Acaso el mayor se había arrepentido a último momento y no le dijo nada? ¿Por eso le había dicho hace unos momentos a Kumi que no fuera ridícula?
La impotencia lo inundaba.
Quizás el plan no había funcionado por eso tan secreto de Yoochun y Junsu. Quizás Yunho había hecho algo. Talvez en realidad nunca iba a pasar. Tal vez Jae había inventado todo para que estuviera tranquilo y no hiciera problemas para irse, quizás pensando en que sufrirían menos al despedirse...pero era lo más cruel que le habían hecho nunca. Tan hundido en sus pensamientos que nunca supo que estaba llorando.
<<.Eres tan cruel...>>
Mientras todos estos pensamientos cruzaban su cabeza, en su reproductor sonaba Mr. Brightside-The Killers y aquella canción lo hacía sentirse más engañado...y las turbinas sonaban cada vez más fuerte.
-¿Te querías quedar con Jaejoong, eeh? Nunca iba a pasar- Kumi sólo lo molestaba por gusto, pero para Min era como si los hubiera descubierto hace tiempo y el único engañado al fin de todo había sido él.

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<<.Haz lo mejor que puedas...>>

Aclaró su garganta y le tocó el hombro para llamar su atención.

-Disculpe, joven -no recibió respuesta, volvió a darle golpecitos en el hombro- ¿Joven?
-¿Ah? -respondió mientras se quitaba uno de los audífonos y secó sus lagrimas. Aquella asistente de vuelo algo extraño tenía-.
-¿Es usted Shim Changming? -el tono era serio-.
-...-sólo pudo asintir, aun tenía un nudo en la garganta.
-Tenemos problemas con su equipaje.

Kumi escuchó y comenzó a preguntar, pero la joven hizo caso omiso a sus palabras.

-Necesito que me acompañe a cabina, por favor.
-Bueno -contestó Min -.
-Yunho, déjame pasar. Quiero acompañarlo -dijo Kumi tratando de hacerse paso entre los asientos-.
-No exageres, Kumi. A lo más se pasó unos kilos de carga, no va a ser nada grave -la calmó su novio-.

La joven de uniforme miró aliviada a Yunho y luego partió hacia la cabina seguida por el menor. Yunho miró hasta que ambos desaparecieron.

-¿Qué pasó con mi equipaje? -Desde atrás Min intentaba seguirle el paso-.

Pero la joven no contestó y siguió caminando. No entraron a la cabina, la joven se detuvo frente a la salida. Min sin entender mucho, sólo vio a un joven que coqueteaba con las demás asistentes de vuelo. Volvió a preguntar.

-¿Y cuál era el problema con mi equipaje? -Min comenzaba a inquietarse ya que la joven parecía haber olvidado que él estaba ahí de lo concentrada que miraba al otro joven que en ese momento se reía a carcajadas-.

En eso, el joven la mira y asiente con la cabeza. Acto seguido ella mira a Min y lo agarra por los hombros.

-¿Sabes lo que pasa con tus maletas? No están en el avión. -Min no entendía nada-.
-¡Pero cómo no van a estar aquí! -Kumi lo mataría si la había perdido-.

Era lo último que faltaba, lo de irse con Jae ya no funcionaría y para peor ahora habían desaparecido sus cosas. Todos sus recuerdos, fotos, regalos. Comenzó a desesperarse. La joven lo notó y trató de clamarlo pero le era algo imposible.

-Chunieeeeeeeee!! -gritó la joven- Hora de que te involucres!!!!
-Aaaah!? ¿Qué se supone que...-Min por fin lo había notado-...JUNSU!!!???
-Tu maleta esta con Jae -dijo Yoochun-.
-Aaah??- En un segundo el pequeño sintió que pesaba 10 kilos menos.
-Esa no es la manera Chunnie tonto! Lo matarás de un infarto!- alegó Junsu mirando al pequeño, quien estaba perdido en algún lugar de su asombro.
-No grites y vámonos!! Si no quieres que nos quedemos adentro..-dijo Chun agarrando a su novio y a Min arrastrándolos rápido a la salida.

Para Min, todo ese episodio pasó como una vieja película muda. Veía como Yoochun gritaba y Junsu lo hacía de vuelta, pero no escuchaba nada. No entendía cómo era que avanzaban tan rápido si sus piernas se movían tan lento. Y seguramente seguía llorando porque sintió la mano de Junsu pasar por su cara varias veces.
<<.Jae…>>- Era todo lo que podía pensar.

De pronto estaba frente a Jae, y sus piernas ya no pudieron sujetarlo. El mayor lo sujetaba en sus brazos mientras Min decía entre sollozos:
-Idiota, me ibas a dejar…me ibas a dejar…me habías engañado…el avión, los motores…tenía miedo idiota…
Y seguía llorando.

Evidentemente así no era lo que había pensado Jae. Pero Min era tan ingenuo y claramente tenía más miedo del que le expresaba a Jae. Y es que el pequeño lo amaba tanto y el miedo a perderlo no lo dejaba ver las cosas en realidad. Si hubiera dejado la mente más fría hubiera entendido que todo había sido para engañar a Kumi; pero sus miedos fueron más.
Jae entendió más que nunca cuánto debía cuidarlo y lo claras que debía dejarle las cosas.

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-¿Min?
El pequeño había dormido todo el viaje, y cuando despertó, se vio acostado y su lado Jae. Reconoció el lugar. El aroma dulce lo había relajado un poco pero seguía con muchas inquietudes. El mayor trató de tocarlo, pero lo esquivó.
-Te odio, Kumi quizás no se fue y ahora nos busca, nos va a matar. Y mueto me voy a tener que ir con ella.-lo miraba enojado pero Jae comenzó a reír- ¿Para ti es gracioso, verdad?
-¿Acaso crees que Yunho no la frenó? Lo teníamos planeado.-Seguía sonriendo-.
- ¿Y también estaba planeado que yo me sintiera así en el avión?- Lo dijo lo más enojado que pudo pero el recuerdo de ese momento se agolpó en su garganta y se escondió en el hombro de Jae para que este no lo mirara a los ojos y viera todo eso.- Esto no quiere decir que no te odie.-Min se quedó ahí.
-Min, perdón yo nunca me imaginé qu…
-Cállate…

Se quedaron así en silencio y luego de un momento Jae se atrevió a hablar de nuevo.
-Min de verdad perdóname…-dijo mientras ambos se movían para quedar frente a frente- jamás quise hacerte sentir mal, y menos así de mal…y Yunho le explicará todo a Kumi y nunca vendrá y le dejé una carta también para que sepa todo y no dejaré que te venga a buscar y…
Min volvió a callarlo, pero esta vez con un beso. Cuando se separaron Jae trató de besarlo de nuevo pero el pequeño lo interrumpió.
-Me amas? –le preguntó
-Demasiado.
-Aunque me vea horrible por haber llorado y dormido?
-Aunque te vieras horrible para siempre.
-Y si engordo?
-Engordaría contigo.
-Aunque tenga una hermana loca que lo más probable es que quiera matarnos ahora?
-Aun así.
-Y me amarías si…
-Min,-Jae quedó sobre él- aunque de viejo se te caiga el pelo te amaría…somos más que cualquiera de estas cosas, somos más que nuestras caras en la mañana o un enojo o un par de gordos…somos mucho más que eso y por eso te amo. Y si ahora me odias yo te voy a seguir amando, y si tengo que hacer merito para que me ames lo haré todo porque necesito que me ames…¿Me entendiste, pendejo? –Min asintió con la cabeza- Entonces dame un beso.

Las palabras quedaron rebotando en las paredes acompañadas del movimiento de las sabanas mientras se besaban.
Ya se conocían demasiado, pero las risas seguían apareciendo, y era porque cuando estaban juntos eran sólo ellos y nada los hacía más felices. Y ser felices era como un juego, un juego perfecto y hecho para ellos, un juego que nadie más nunca sabría jugar.
Para lo que venía, sus movimientos ya no serían tan torpes como la primera vez; pero los nervios se sentían igual, tanto que aun los hacían temblar.
Sacarse la ropa, acariciarse, todo ese momento era de ellos. Poco a poco empezaron a acercarse más, a sentir que sus besos eran cada vez más profundos, más húmedos, mucho más cálidos. Cada centímetro de sus cuerpos tocó al otro. A cada beso la ropa más les quemaba, sus cuerpos necesitaban estar juntos. Jae se detuvo y contempló el rostro de Min, era hermoso y ambos estaban llenos de paz; no habría nada que les impidiera amarse como lo deseaban, ya no existían más dudas, nada que no se hubiera dicho.
De a poco comenzó a quitarle la ropa contemplando cada centímetro desnudo del menor; y luego este hizo lo mismo. Mientras se miraban el deseo se hacía más fuerte, tan fuerte que terminaron por aferrarse el uno al otro en un movimiento brusco y desesperado. Hasta respirar les quitaba tiempo.
Ahora las ganas de tocarse se sentían como electricidad, y cada roce era una descarga eléctrica. No podían evitar acelerar sus movimientos, hacerlos más intensos, expresarlo con gemidos. A Min le dolía no poder estar aun más cerca de Jae, era una sensación indescriptible. Desesperados, se movieron sobre las húmedas sabanas hasta al fin quedar Min hincado sobre el mayor. Esta vez no necesitaban preparaciones previas, la ansiedad era demasiado. Sólo con saber que estaba a punto de entrar en Min Jae sintió que explotaría, pero se concentró, este momento tenía que ser el más perfecto de todos. El mayor se sentó y abrazó a Min para poder tener más contacto, lo necesitaba demasiado. Se miraron a los ojos mientras el pequeño de a poco dejaba que Jae entrara, estaban completamente extasiados.
Todo era perfecto como la primera vez. Sentían que no eran responsables del movimiento de sus cuerpos pero estos eran en perfecta sincronía, dándole a cada uno lo que necesitaba del otro.
Nuevamente no hubo necesidad de intervenciones para llegar juntos al clímax, era como si el clímax llegara a ellos haciendo la conexión mil veces más fuerte. Definitivamente sus cuerpos unidos en ese momento eran la mejor definición de ‘hacer el amor’.
Estaban empapados y eran felices. Y luego de ducharse lo volvieron a hacer. No podían siquiera sentirse cansados de tanto amor. Lo hicieron así la noche y toda la mañana. En Min ya no existían preocupaciones ni dudas; y Jae al fin entendía la plenitud del amor.

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A la mañana siguiente seguían desnudos, y después de contemplarlo mucho tiempo, Jae decidió despertar a su pequeño con un beso. Al abrir los ojos, Min suspiró y se echó a reír.
-¿Y tu de qué te ríes?
Y Min le contestó aliviado.
- Nos escapamos…




Fin

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