martes, 8 de junio de 2010

Darkness Deep



Titulo: Darkness Deep
Autora: Felina
Parejas: Yunjae, Yoosu, KenMin
Género: Slash, fantasía
Resumen: La guerra entre vampiros y licántropos está por desatarse, y con ello se revelarán nuevos secretos y despertarán discordias en medio de un mundo de misterio, codicia, lucha de poderes, lujuria… y amor… se revelará la Profunda Oscuridad de los hombres…
ADVERTENCIA: Lemon en la mayoría de los capitulo
Estado: Proceso







Darkness Deep Prólogo
Siglo 11 D.C.
Europa, Dacia
Noreste de la Península Balcánica

Los pueblos que ocupan los Cárpatos de la región han tenido que someterse a la voluntad del Emperador Trajano y convertirse en provincia Romana. Época de guerras por la expansión del Imperio Romano significaba una lucha constante de supervivencia y sometimiento; de entre todas las familias, la casta Tudor era una de las más fieras, perteneciente a los sármatas, un pueblo iranio, se opuso a la opresión que Roma imponía sobre sus tierras. Pero cuando la hermosa Lilandra, consorte de Nicolae Tudor, dio a luz al primogénito y único concebido, una maldición cayó sobre el linaje al nombrar al bebé con el nombre que varios Emperadores han ostentado ya, considerado entonces una burla a la causa que defienden, se rumora que una bruja los maldijo para vivir en la oscuridad y no encontrar nunca descanso.

Nicolae no le dio importancia a las palabras de su pueblo, más cuando Constantine alcanzó la adolescencia y comenzó a mostrar comportamientos perturbadores, ya nada volvió a ser lo mismo para los Tudor… y fueron relegados al Sur, hacia las mesetas de Transilvania, en donde el adolescente pudo vivir siendo quien era por naturaleza… una criatura nocturna que solo saciaba su sed en la sangre de animales salvajes… así nació el primer vampiro, una leyenda inmortal que aún está por contar su historia…

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Siglo V D.C.

El poderío del Imperio Chino se tambaleaba en su interior, trayendo como consecuencia la división en tres reinos. Más tarde, en tiempo de la Dinastía Sui, se logró reunificar una vez más al Imperio, aprovechando las discordias turcas que se sucedían en Asia Central, imponiendo así el dominio de esta zona. A tierras costeras del Mar de la China Meridional, una importante familia se veía en la necesidad de deshacerse de uno de sus hijos, un bebé que naciera con una extraña capa de pelaje animal, colmillos desarrollados y la necesidad inmediata de morder. El Terrateniente Zhang cabalgó a medianoche con la luna llena en esplendor hacia las montañas al interior del Imperio, sin tener el valor para dar muerte a su propio hijo a quien no podía llamar humano, lo dejó a la intemperie donde otras bestias salvajes le pudieran dar muerte, tan solo una manta con la insignia de la Familia cubría a aquélla indefensa criatura.


Años más tarde se hablaba entre los pueblos de los reinos a lo largo de toda China, de una criatura mitad hombre, mitad lobo, que cazaba en las montañas durante las noches cuando la luna resplandecía en el firmamento, una bestia que comía carne y aullaba con tal fuerza que su rugido hacía eco a través de colinas, cordilleras y surcaba los ríos haciendo vibrar la tierra.

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Con el pasar de las décadas ambas criaturas fueron adquiriendo mayor fuerza, dándose cuenta de que al morder a humanos, la sustancia liberada por sus colmillos entraba en el torrente sanguíneo de sus víctimas, y si éstas no morían desangradas se convertían en aquello que eran sus agresores.

Al principio a Constantine Tudor le desagradó saberse emulado por quienes consideraba solo su alimento, y habiendo descubierto que al exponerse al sol morían convirtiéndose en polvo, durante varias décadas las obligaba a ello, o se enfrentaba contra esos nuevos vampiros para demostrarles que él era superior a todos. Sin embargo, se dice que los primeros siete humanos mordidos e infectados por su maldición, sobrevivieron a su ataque, más no se menciona razón alguna en los diversos manuscritos conservados con el pasar de los siglos.

Por otro lado, el hombre-lobo, pronto autodenominado licántropo, gustaba de propagar su condición salvaje infectando a hombres fuertes y mujeres hermosas, procreando con ellas hijos propios que nacían con su misma maldición. Proclamó su derecho a ser parte de los hombres importantes en el Imperio Chino durante la Dinastía Song en el siglo IX, puesto que había seguido de cerca el actuar de quien fuera su familia, los Zhang se habían convertido en nobles que ejercían la política al interior del Castillo del Emperador. Infundiendo miedo se hizo de algunas tierras y dirigió tropas que arrasaban con todo cuando se lo proponían. Para entonces, durante las noches de luna llena, las montañas y pueblos pequeños eran dominio Lycan… territorio de diversión para Zhang Jintao…

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Durante los siglos XII y XIII, los movimientos en Asia y Europa con los diversos imperios y pueblos buscando poder e independencia o sometimiento de otros, vampiros y lycans coincidían y se enfrentaban en sangrientas batallas por el dominio de determinados territorios. Se dice que solo una vez Constantine y Jintao estuvieron frente a frente, y la pelea que libraron fue tan terrible que otros vampiros y licántropos salieron huyendo asustados por el despliegue de su poder, de su fuerza, habilidad y el fulgor de sus miradas acentuador por el clamor de sus desgarradores gemidos… el mito reseña que no hubo un vencedor, pero que acordaron respetar ciertos límites territoriales.

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Con el transcurrir de los siglos y la repentina desaparición de Constantine y Jintao en el siglo XVI, vampiros y licántropos comenzaron a formar clanes que reinaban en determinadas regiones y naciones. No fue sino hasta mediados del siglo XIX que comenzaron las disputas entre las especies, luchando por obtener dominio sobre la otra, convirtiendo a los humanos ya no solo en su alimento, diversión o nuevos transformados, sino también en herramientas para hacerse de poder político y económico…

Entre los clanes de vampiros uno de los más importantes es el linaje Kim, residen en Seúl, Corea. Presiden el Consejo de Sangre, concilio de los 7 Grandes, los primeros vampiros convertidos por Constantine Tudor.

De los licántropos, la casta Zhang continúa gobernando, ahora bajo el mando de Yiang, el hijo menor de Jintao, el más ambicioso y cruel, al que ninguno de sus hermanos y hermanas pudieron contener nunca. Astuto y calculador, aprendió de grandes estrategas a lo largo de los siglos.

La guerra entre vampiros y licántropos está por desatarse, y con ello se revelarán nuevos secretos y despertarán discordias en medio de un mundo de misterio, codicia, lucha de poderes, lujuria… y amor… se revelará la Profunda Oscuridad de los hombres…










Darkness Deep Cap 1


LA VIDA EN LAS PENUMBRAS

Siglo XXI, 2009
Tokyo, Japón

Es una de las principales avenidas de la capital nipona, en el Distrito Shinjaku, un chico que conducía un Audi color rojo intenso tenía movilizada a la policía de tránsito que le perseguía a alta velocidad, esquivando con dificultad autos y motocicletas que transitaban cotidianamente por la carretera. El conductor del auto rojo ese Daijiro Katoh, perteneciente a una de las familias accionistas del Imperio Sony… su motivación para ir manejando con tal imprudencia: el sabor de la adrenalina circulando por sus venas…

El joven de 23 años sonreía divertido en tanto cambiaba la velocidad y pisaba el acelerador hasta el fondo, viendo apenas las luces de los autos que deja atrás al pasarles por un lado zigzagueando en la autopista. El sonido de las sirenas de las patrullas resonando tras de sí, cortando el viento de la medianoche con su ruido ensordecedor y agudo, alertando a los conductores que en su intento por hacerse a un lado terminan por convertirse en un estorbo más. Katoh viró a la derecha, obligando el frenar abrupto de otros automovilistas, los neumáticos dejando la huella humeante sobre el asfalto, retomando la carrera hacia ninguna parte en específico, tan solo por el afán de divertirse sin medir las consecuencias de sus acciones… el color rojo del semáforo en la esquina siguiente se activó, la gente comenzando a cruzar la calle con confianza… Daijiro pisando el freno…

……………………………………

Ogazawara Kenryu iba en la parte trasera de una ambulancia, haciéndose cargo de uno de los desafortunados heridos que resultaron en aquél accidente… un hombre con los costados fracturados, una fuerte contusión en la cabeza y muchos rasguños por todo el cuerpo, la sangre emanando de algunos cortes profundos… líquido rojo que tenía un aroma que comenzaba a trastocar los sentidos del joven paramédico de 24 años… y una extraña sensación le inquieta desde hace un par de días cuando conociera a un apuesto muchacho en un antro del barrio…

……flashback……

Por fin su muy merecido día de descanso, el chico de cabellos desaliñados en tono castaño llegó junto a sus compañeros que le esperaban fuera del que es actualmente el más popular antro de la ciudad…

- creen que nos dejen pasar?... – porque era uno de esos lugares en los que se debía tener mucha suerte para ingresar…

- anda, Ryo, usa tus superinfluencias… - bromeó uno de ellos, el aludido infló el pecho orgulloso e inmediatamente sacó su móvil para llamar a alguien. Eran cinco en total… y no muchos minutos después consiguieron entrar, para gusto del pelicastaño por una muchacha que es amiga de la hija del dueño y que está interesada en su amigo Ryo…

El ambiente era sensacional, con ese toque de misterio propio de los clubs europeos, los láseres plateados parpadeando en la pista, hombres y mujeres bailando al ritmo de la música electrónica con movimientos sensuales, cuerpos muy pegados, algunos unidos en fogosos besos, chicos y chicas no solo divirtiéndose sino buscando ligar. El retumbe de la música era en realidad hipnótico, y las miradas que se cruzaban con la del chico de iris grisáceos le parecían particularmente insinuantes…

- vaya que tienes pegue, amigo… - se burló uno de sus amigos, internándose luego en la pista en un parpadeo, que ni siquiera le dio tiempo de responder a su comentario, bailando sugestivamente con una chica claramente de rasgos occidentales…

- bailas? Guapo… - escuchó una sensual voz femenina en su oído, atrás del ojigris se encontraba una linda japonesa con un conjunto muy provocativo que le sonreía coquetamente…

- no, gracias… - sonrió cortésmente y luego se perdió rumbo al bar. Sentado en uno de los bancos de la barra y con cerveza en mano, Kenryu comenzó a observar todo alrededor…

Hasta que su mirada topó con aquél muchacho de semblante serio, casi enfadado, como si no quisiera estar ahí, sentado en una de las mesas en la zona VIP del antro, rodeado por hermosas mujeres que parecían buscar su atención pero a las que ignoraba. A ojos del pelicastaño, era un chico más o menos de su edad, apuesto, delgado, ojos intensos, facciones varoniles y un aire intelectual que quedaba demarcado por su forma de mirar y el gesto de sus labios…

Ogazawara se sintió estremecer cuando aquéllos ojos se cruzaron con los suyos, hipnotizándole… y de un segundo a otro ya el chico estaba frente a él, en silencio, mirándole con sus pupilas color miel… como quien indaga lo que se esconde en una mirada…

- te conozco?... – cuestionó el chico, su tono inquisitivo peculiarmente agradable a oídos del ojigris… como el encanto hipnótico de la noche…

- no lo creo, tengo buena memoria para los rostros… - sintió otro estremecimiento cuando el chico lo recorrió de pies a cabeza con la mirada… no estaba acostumbrado a ser el observado, solía ser él quien ligara con algún atractivo muchacho… - Kenryu… - se presentó, sonriendo al tiempo que extendía su mano…

- ChangMin… - motivado por una empatía nunca antes sentida hacia un mortal, el chico aceptó el apretón de manos que su interlocutor le diera, sintiendo un peculiar chispazo correr por su cuerpo… - porqué me observabas?... – el ojigris se encogió de hombros…

- tal vez porque eres el único en todo el antro que no parece estar divirtiéndose… - se puso de pie, quedando aún más cerca del chico de cabellos oscuros, quien no se movió ni un ápice ni despegaba su mirada de aquellas pupilas grises… - hay algo que pueda hacer para que sonrías, ChangMin… - cuestionó con un dejo de picardía en su voz…

El morocho le miró dubitativo, definitivamente había algo en ese chico que le inquietaba… le tomó la mano y tiró de él para salir del lugar, pasando entre las decenas de personas que seguían en su propio mundo… Al morocho le siguieron tres hombres de cerca de 30 años, su guardia personal. Y una vez afuera, ChangMin arrastró a Kenryu a un callejón…

- no es seguro que andes ahora por las calles… - porque no tenía dominio alguno sobre los clanes de vampiros de Japón… - deberías volver a tu hogar y no salir por las noches…

- de qué estás hablando?... – cuestionó divertido el ojigris… acaso ese chico cree que habla con un niño, o qué?

- puede ver en tus ojos que eres especial… - aunque no lograra comprender exactamente la sensación de esas pupilas… y algunas sombras comenzaron a moverse por los altos muros de los edificios que conforman ese callejón… La guardia del morocho dándose cuenta de aquéllas presencias…

- príncipe, debemos irnos… - informó uno de ellos, el ojigris vio a los tres hombres desenfundar armas…

- quién eres?... – cuestionó, ahora, sorprendido…

- escúchame, debes irte, Kenryu… - el morocho se dio la vuelta dándole la espalda al ojigris, mostrando entonces sus largos colmillos al tiempo que sus ojos se tornaban de un color azul claro… mirando hacia esas imponentes sombras de las que podía distinguirse claramente el peculiar brillo de los iris caninos en la oscuridad… - vete!... – ordenó, pero el ojigris solo se quedó observando a aquellas criaturas emerger de la oscuridad… - llévatelo… - ordenó entonces el morocho a uno de sus esbirros…

Ogazawara ni siquiera pudo negarse, porque el sujeto lo tomó del brazo con fuerza, tanta que casi sentía que se le cortaba la circulación, y lo llevó casi a rastras fuera del callejón, corriendo por la calle, otras sombras, de menor estatura que las anteriores, pero igual peligrosas para el pelicastaño…

- Príncipe ChangMin, está usted lejos de su territorio vampiro… - un hombre corpulento con largas uñas en los dedos de sus manos y los ojos cubiertos por completo de negro, sonreía amenazante hacia el morocho…

- hasta donde yo sé, tampoco es territorio lycan, así que puedo ir y venir por donde quiera por todo Tokyo… - mostrándose seguro y confiando en su propia destreza, ChangMin no se dejó amedrentar…

- tienes razón… por ahora, pero vale más que se cuide, Príncipe ChangMin, porque cuando el gran Zhang Yiang ruja ni la casta Kim sobrevivirá a su poder…

Entonces ese hombre y los otros tres que le acompañaban se transformaron en bestias de imponente presencia, con una altura superior a los dos metros, pelaje oscuro, hocico canino con filosos colmillos, rugiendo con una fuerza estridente que surca las calles alrededor; un frío viento sopló de pronto y en lo alto podía verse una hermosa luna plateada que podría coronar una bella escena romántica y no ser testigo de una próxima batalla entre licántropos y vampiros… ChangMin y sus dos guardias también gimieron con ese peculiar sonido que nace en sus gargantas cuando su naturaleza vampiresa gobierna sus voluntades; y les crecieron un poco más las uñas de las manos, y sus armas estaban apuntando directamente a sus oponentes…

- la tregua aún es vigente… - se escuchó una voz femenina… una bella mujer pelirroja, de ojos verdes y tez clara emergió de entre las penumbras detrás de los licántropos… - pero no aplica a provocaciones…

- nadie está provocando nada, Lady Lorna… -

- y por ello vamos a tranquilizarnos todos y continuar, la noches es joven aún… - la pelirroja simplemente hizo un gesto con la mano y sus licántropos retrocedieron perdiéndose nuevamente en las penumbras, trepando por los muros mientras aúllan como los lobos… - no se confíe demasiado, Príncipe ChangMin, no todos los clanes lycan respetan la tregua… - dicho lo cual, la mujer dio la vuelta perdiéndose en la oscuridad de la noche…

- hay que irnos… - el morocho escuchó a la distancia disparos, y recordó a Kenryu, por lo que corrió por el camino que antes el ojigris y uno de sus guardias tomaran… a unas cuantas calles vio a Kenryu agachado a lado de una persona tirada en la acera cerca de una callezuela…

El ojigris no había podido evitarlo cuando el guardia personal de ChangMin le dejara solo por ir tras un par de vampiros que habían atacado a uno de los amigos del pelicastaño, mordiendo su cuello… presionaba la herida, pero la hemorragia no paraba, la sirena de la ambulancia ya se escuchaba no muy lejos de ahí; sus manos cubiertas de sangre intentaban en vano evitar lo que venía a continuación…

- descuida amigo, vas a estar bien… - pero entonces el chico comenzó a moverse como si estuviera teniendo convulsiones…

- ya es tarde para él… - reconoció la voz de ChangMin hablarle, parado a su lado…

- tarde?... – el ojigris se colocó a horcajadas sobre su amigo, tratando de controlar los espasmos que sufría… el guardia del Príncipe regresando con ellos…

- fue mordido… infectado, será mejor que te alejes de él… - el ojigris le miró confundido… - ahora!... – el morocho tomó al pelicastaño por el cuello de la chaqueta, tirando de él hacia atrás con una fuerza que Kenryu no creía el morocho tuviera… - que nunca escuchas…

Lo siguiente que Kenryu observó creyó solo pasaba en las películas de ciencia ficción… su amigo que estuviera casi muerto, se levantó de un impulso atacándole directamente en el cuello, donde sus colmillos alcanzaron a rasgar su piel sin llegar a enterrarse en ella, y escuchó una especie de gemido salir de su garganta cuando, literalmente, fue ejecutado por uno de los guardias de ChangMin que disparó en su corazón…

- qué demonios… - murmuró el ojigris, consternado por lo que acababa de ver… - vampiros?....

- será mejor que duermas… - escuchó que le decía el morocho, una nube de humo fue rociado en su rostro, y luego se le nubló la vista…

Y cuando volvió a abrir los ojos ya estaba en la cama de su departamento con los primeros rayos de sol colándose por su ventana… traía puesto el pijama, su ropa estaba desordenada en la silla a lado del computador en su habitación… sus manos limpias…

- que sueño más loco tuve… aunque… ChangMin fue un toque muy atractivo… - sonrió suavemente, deseando que no todo lo que recordaba haya sido solo un sueño… esperando volver a verle…

……flashback……

Y sin embargo no había podido nadie explicar la repentina desaparición de su amigo, pero como no han encontrado rastro alguno de su paradero, ni un cuerpo que demuestre su muerte, aquello continúa en un misterio que el pelicastaño ha tratado de ignorar en vano.

La camilla fue bajada de la ambulancia, el Hospital estaba recibiendo a los heridos del accidente automovilístico que ya había cobrado una vida en el instante que sucediera, no era del todo común tener tan activo el servicio nocturno…

- sus signos vitales se estabilizaron, pero ha perdido demasiada sangre… - Kenryu explicaba a enfermeras y médicos que ahora se encargarían del paciente…

- Ogazawara… - lo llamó un compañero médico que esperaba por otra ambulancia en la entrada de Emergencias…

- Nao… - se sacó los guantes ensangrentados tirándolos en el recipiente correspondiente a disposición… - esperando por acción?

- la ambulancia debe estar por llegar, ya escucho la sirena… - sacó un sobre del bolsillo de su bata blanca…- me pidieron que te entregara esto…

- quién?... – se inquietó, tomando entre sus dedos un sobre sellado al estilo medieval, con cera roja derretida y un sello que desconoce grabado en la misma…

- no lo conozco, era un muchacho delgado, alto, de ojos claros, color miel tal vez…

- ChangMin… - murmuró sorprendido… y en alguna medida emocionado… no lo había soñado entonces? Pero si es así… - qué diablos es lo que está sucediendo?

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Seúl, Corea
Palacio del Este (Changdeokgung)

Pasando por los amplios pasillos, el Adalid del Clan Kim, Won Dae, caminaba molesto a la Sala Principal, las grandes puertas de madera hicieron un ruido seco al ser empujadas con tal fuerza que se estamparon contra los muros laterales…

- cómo es posible que no puedan cumplir una orden tan sencilla como mantener a mis hijos en la ciudad… - espetó con tono fuerte, y hacer enfadar a uno de los vampiros más poderosos no era buen augurio, por lo que su lacayo iba tras él temblando de miedo… - sabes por lo menos dónde están?... – frenó dándose la vuelta para encarar al otro, la fiereza marcada en esas pupilas que ahora lucían un color azul claro intimidaron aún más al sujeto…

- la Princesa Chae Yun está en Londres, el Príncipe ChangMin en Tokyo, y… - carraspeó nervioso, temiendo por su propia vida…

- y Jaejoong?... – cuestionó con tono más severo, tomando por el cuello a su lacayo…

- perdió a su guardia personal, Mi Lord… - sintiendo cómo esa mano presionaba más fuerte en su cuello, el hombre solo esperaba seguir vivo después de esa noche… - aún lo buscamos…

Won Dae masculló un tanto más molesto… porque últimamente su primogénito y heredero al Clan se había vuelto más rebelde, desapareciéndose cada tanto en la búsqueda de algo aún en desconocimiento de su padre…

………………………………………………

Distrito Yongsan-Gu

El apuesto muchacho de tez morena corría velozmente por las calles del barrio, uno de sus objetivos se negaba a ser alcanzado y corría desesperado tratando de dejarle atrás, pero Yunho conocía mejor que nadie toda la ciudad, cada imperfección en las aceras o la cantidad exacta de metros entre calle y calle, los grados que constituían las vueltas de toda esquina… y por supuesto, los posibles atajos a tomar…

Saltó al techo de una de las modestas casas, con una agilidad que ante cualquiera pudiera parecer increíble pero que el moreno poseía por naturaleza… así como su refinada puntería, desenfundó un arma que portaba en la espalda, cañón medio y un cartucho que dispara estacas de metal y no balas… sonrió de medio lado al tener visión desde su posición del sujeto que seguía corriendo a un par de calles hacia el noreste cuesta arriba; Yunho presionó el gatillo, la estaca recorrió a gran velocidad cortando el viento esos cerca de 100 metros, incrustándose desde la espalda en el corazón del vampiro, que en cuestión de instantes quedó reducido a simple ceniza después de haber sido consumido por el fuego de su condición sobrenatural. Volvió a enfundar su arma y saltó de nueva cuenta a la acera, el sonido de sus botas con casquillo de metal hizo eco en el silencio de la madrugada…

- no aprenden… - murmuró con una sonrisa autosuficiente cuando al apenas haber avanzado una calle, tres vampiros más aparecieron frente a él, mostrando sus filosos colmillos y largas uñas que eran como cuchillas finas…

- llevaremos tu cabeza al mejor postor, Diurno… - habló uno de ellos con seguridad, los tres sonriendo confiados…

- nunca faltan los idiotas ignorantes… - el moreno esperó por ellos, permitió que lo rodearan e incrementaran su confianza… - esto será rápido y muy doloroso para ustedes…

Los tres vampiros comenzaron el ataque casi a la vez, dejando apenas espacio para no golpearse entre ellos pero buscando dañar a Yunho, que siendo más hábil que ellos evadía cada uno de sus ataques con facilidad, sin dejar de sonreír, disfrutando de la frustración marcándose en las facciones de los otros. Ni puñetazos ni patadas conseguían impactar contra el moreno, que ya había roto la pierna de uno y dislocado el hombro de otro, en tanto el tercero sacaba una pistola que comenzó a disparar al instante, una de sus balas alcanzó a rozar el brazo izquierdo del Diurno, pero unos segundos después la muñeca del vampiro fue atravesada por una daga, que a su vez fue clavada en un muro, soltando por tanto la pistola…

- argh!.... maldito!... – porque a pesar de ser un vampiro, el dolor era punzante, intentó sacarse el puñal, pero…

- me han dicho peor… - disparó una segunda estaca que se clavó justo donde el moreno quiso, el vampiro gritó al sentir el fuego consumir su cuerpo… y el mismo destino encontraron los otros dos sujetos, que pretendiendo tomar ventaja de su aparente distracción al matar a su compañero, le atacaron simultáneamente lanzándose sobre él… pero los reflejos de Yunho eran por mucho mejores y su experiencia superior…- es casi aburrido cuando la presa es tan débil… - guardó una vez más su arma y caminó hasta el lugar donde su preciada motocicleta había sido dejada…

Vio las luces encenderse en las casas vecinas de la calla donde las cenizas de los vampiros eran arrastradas por el viento y supo que era hora de partir. Encendió el potente motor de su moto y partió rumbo a su “casa” dejando una estela de humo producto de la velocidad de sus llantas. Condujo a gran velocidad por las solitarias calles del distrito, antes de llegar a las avenidas principales más transitadas, y notar activo el receptor de la señal del sistema de seguridad de su “casa”…

- solo alguien pudo burlar el perímetro… - aceleró un poco más, el fragor del escape de su moto resonaba por la avenida…

Un edificio de fachada descuidada, con la pintura de los muros gastada e inclusive sucia, la cortina de metal se abrió cuando el moreno digitó un código en un pequeño teclado en medio del tablero de su moto. Antiguamente la estructura, de tan solo una planta, había sido destinada para albergar oficinas gubernamentales, pero hace una década un misterioso incendio lo consumió todo y fue abandonado, hasta que Yunho compró el terreno y lo acondicionó internamente con tecnología de punta para le rastreo de vampiros, así como la creación y el mantenimiento de armamento que él mismo diseña o mejora, para cazarlos. Dejó su motocicleta en un garaje casi a la entrada, donde también había un par de autos y una motocicleta más. Entró y notó que todo estaba como lo había dejado, pero era claro que había alguien ahí… porque reconoce esa presencia donde sea, nadie le inspira esa sensación más que…

- Jaejoong… - el muchacho de ojos café oscuro estaba recargado en el filo de una de las mesas de trabajo del moreno…- qué haces aquí?

- el famoso Jung Yunho, Diurno cazador de vampiros, carece de modales… - sonriendo con picardía, el Príncipe Kim caminó hacia el moreno con su característica sensualidad remarcada por su vestimenta, unos pantalones negros de cuero entallados a sus piernas, una camisa de seda y gabardina a la altura de las rodillas, su blanca piel resaltaba con ese atuendo y el color oscuro de sus largos cabellos lacios…

- y lo dices tú, que entraste sin mi autorización en mi casa… - el moreno estaba dejando en el lugar correspondiente sus “herramientas de trabajo”, ya se había desecho del arma de su espalda y las que llevaba en los costados de sus muslos… pero sintió las manos del pelioscuro palpar su cintura desde atrás hasta alcanzar el seguro del cinturón modificado que porta cápsulas de anticoagulante…

- tenía ganas de verte, Yunho… - susurró en su oído en tanto sacaba el cinto de la cintura del moreno y lo dejaba sobre otra de las mesas… - para ser un cazador, estás muy quieto sin representarme una amenaza… - soltó con voz sensual, sus manos acariciando el pecho del moreno por encima de ese peculiar chaleco de piel sintética …

- no disfruto cuando la presa se entrega por sí sola, me gusta cazarla… - clavó su mirada en los ojos del pelioscuro, sin hacer nada por evitar que lo siguiera tocando deslizando sus manos ahora por sus brazos, sacándole el chaleco para colar sus manos por debajo de su playera con estampados dark… - para ser el Príncipe del Clan que más recompensa ofrece por mi cabeza, estás muy entretenido solo tocándome… - el pelioscuro sonrió mirándole con lascivia, dando un paso más cerca del moreno, pegándose a él y llevando sus manos al cuello de Yunho… - sé lo que quieres… y no voy a dártelo…

- oh, porqué no, Yunho… - hizo un pucherito muy tierno con mirada inocente, sin que ninguna se moviera de la posición en que se encontraban… - he sido un buen chico… - movió sus caderas frotándose contra el moreno, que parecía no inmutarse pero sin duda reaccionaría esas insinuaciones…

- si tienes ganas de sexo, ve y busca a un idiota con el que puedas hacer lo que te venga en gana… - finalmente el moreno apartó al pelioscuro, tomando las manos que jugaban con el cabello de su nuca para separarlo completamente de su cuerpo…

- no me gusta acostarme con cualquier idiota… me fascina sentirte a ti… - sonriendo con aquélla picardía que enciende bajas pasiones, mirándole con deseo, sacándose sensualmente la gabardina y dejándola suavemente en la misma mesa donde depositara anteriormente el cinto y el chaleco del moreno… - acaso el cazador no quiere probar su presa?... – se recargó en el filo de la mesa, sin apartar el semblante deseoso, abriendo ligeramente sus piernas… tentándolo a ceder, pasando sus propias manos por su cuerpo acariciando seductoramente su pecho por sobre la camisa, deslizando lentamente sus dedos hacia abajo bordeando su entrepierna semidespierta que tan bien resaltaba en su pantalón… - no me deseas ni un poquito, Yunho… - murmuró seductor, mordiendo su labio inferior…

El moreno miraba el espectáculo casi como un témpano… uno que se derretía rápidamente ante el fuego crepitante de un volcán de pasión como lo es Jaejoong. Yunho sabía que el pelioscuro era capaz de autosatisfacerse delante suyo hasta conseguir encenderlo y envolverlo en su seducción… si tan solo no hubiera caído en su red por primera vez hace algunos años, tal vez ahora no se sentiría tan excitado al ver cómo comenzaba a desnudarse desabotonando la camisa de seda sin apartar esa lasciva mirada de él…

El pelioscuro sonrió cuando el Diurno finalmente reaccionó tomándolo con fuerza por el trasero mientras ataca sus labios con un lujurioso beso, Jae enredó entonces sus piernas en las caderas de Yunho… y a los dos segundos sintió cómo era dejado sobre la mesa y un sonido llegaba a sus oídos al tiempo en que sentía el frío metal del cañón de un arma en su sien, y los labios del moreno se apartaban…

- no esta noche, Jae… - murmuró con esa desquiciante sonrisa autosuficiente, y el pelioscuro movía las pestañas como niño bueno…

Era tal vez eso lo que encantaba al Príncipe Kim, uno de los motivos por los que volvía a él, buscando en sus renuencias el empuje para no hacer de sus noches una burda monotonía preparándose para gobernar los linajes de vampiros de todo el país… porque en las negativas que el moreno le mostraba encontraba algo indescriptible que lo motivaba, que le hacía darse cuenta de que más atractivo le resultaba… de que más lo deseaba… y tal vez no era mero deseo carnal, porque a pesar de su faceta sensual y provocativa, el corazón le latía acelerado y temblaba bajo su mirada… le emocionaba saber que Yunho no está dispuesto a ceder a sus encantos, pero que probablemente algo más fuerte crece entre ellos… un lazo invisible que lo hace sentir nervioso y casi vulnerable…

- vete ya, o no pensaré demasiado en presionar el gatillo… - el cañón se deslizó viajando por el contorno de su rostro hasta quedarse en su pecho, ahí donde su corazón late con el ritmo que solo la cercanía con el moreno impone sobre ese músculo vivo que hasta hace algunos años creía era incapaz de sentir…

- soy una presa paciente, Diurno… - se mueve hacia delante para bajar de la mesa, el moreno a su vez retrocede un paso… pero aún siguen cerca… muy cerca…

- y yo un cazador firme… - observa al pelioscuro acomodar sus ropas y colocarse la gabardina sin dejar de sonreírle sensualmente… - vale más que tu padre se cuide, porque mientras más ofrezca por mi cabeza más cerca se pone de la punta de mi espada…

- lo sé…

……………………………………………

Distrito Gangseo-Gu

A límites del Río Han, el distrito se levanta como una de las zonas más tranquilas de la capital coreana. Alberga una de las construcciones más grandes e imponentes por su estructura de fachada antigua, similar a la de los Palacios construidos por la Dinastía Joseon en el siglo XI… sede del grupo Sentinella…

Guarecida por altos muros de piedra y una sola entrada frontal, el Palacio Sentinella es custodiado las 24 horas por vigías en distintos puntos del complejo… es, casi impenetrable…

Un joven de cabellos castaños y ojos color marrón estaba recostado en su cama de una de las habitaciones del ala oeste, las puertas de la enorme ventana abiertas, el fresco viento impregnado de rocío soplando desde el exterior, moviendo suavemente las delgadas cortinas, la recámara bañada tenuemente por los rayos de la luna brillando en el cielo despejado… Kim Junsu escuchó un ruido venir de las sombras en la esquina más allá de la ventana, e inmediatamente tomó la pistola de balas de plata bajo su almohada, se incorporó lentamente, escudriñando con sus ojos humanos las penumbras de su habitación…

La bestia emergió de la oscuridad, pero el castaño titubeó al ver su mirada penetrante, por lo que no reaccionó a tiempo para evitar que su mano fuera apartada…

- soy yo… - volviendo a su forma humana, el licántropo se mostró ante el castaño, sonriéndole con aquella premura que consigue que a Junsu se le erice la piel… sobre todo cuando al transformarse le deja ver su desnudez, porque le resulta una tentación inquebrantable…

- Yoochun… - apenas lo nombra cuando sus labios son tomados ansiosamente por los del joven de cabellos color azabache, alto, de cuerpo atlético y ojos profundos como el negro de una noche sombría…

Uno más de esos tantos besos llenos de pasión que el pelinegro a dejado en su boca desde que iniciaron esa peculiar relación clandestina… porque nadie espera que un centinela se acueste con un licántropo… Que el cazador guste de su presa…

El lycan llevó sus manos al pronunciado trasero de su amante, presionando con un poco de fuerza arrancando un jadeo del castaño, obligándole a romper el beso…

- te necesito… - murmura el pelinegro con voz varonil, subiendo la playera del castaño por su torso…

- aquí es peligroso… - susurra Junsu, pero aún así levanta sus manos para permitir que la prenda sea retirada de su cuerpo…

- me gusta el peligro… - asegura con voz ronca, besándole una vez más con el ahínco de días enteros deseando sentir esa húmeda lengua jugando con la suya, esos labios danzando a su ritmo, esos brazos acariciando su espalda, ese cuerpo pegándose al suyo compartiendo ese ardiente calor que los envuelve…

Y Yoochun no puede evitar volver a él cada tanto desde la primera vez que lo hizo suyo, porque en Junsu ha encontrado ese algo que le hace sentir un poco más humano… porque en su vida como lobo solitario no había otro motivo en sus días más que matar a tantos como pudiera de su especie, buscando ese único objetivo por el que no ha renunciado a su inmortalidad, llegar hasta Zhang Yiang y darle muerte por haberlo convertido en la bestia que se ve obligado a ser sobre todo en noches de luna llena…

El castaño es recostado sobre su cama, su desnudo cuerpo se estremece al sentir la desnuda piel de su amante chocar contra la suya cuando se coloca sobre él besándole con encendida pasión, deslizando sus calientes manos por cada palmo de su cuerpo…

- ahh, Yoochun, ahh, mhh… - gimió un poco más fuerte cuando su erección fue apresada por las diestras manos del pelinegro…

- eres mío, Junsu… - acota con tono posesivo, llevando una de sus manos hacia atrás, introduciendo un dedo en el pasaje íntimo del castaño…

- aahhh… - gimió con un dejo de dolor, pero deseoso de que pronto sea el miembro del lycan el que ocupe su intimidad…

Desliza ese dedo con rapidez dentro y fuera de su entrada, ansioso por sentirse estrechado por sus paredes, de sumirse en la sensación delirante de ser uno con él, por lo que no puede evitar meter un segundo dedo y apenas unos segundos después el tercero. Y Junsu gime ronco cuando percibe las uñas del pelinegro acariciando su entrepierna, mandándole esas corrientes eléctricas que consiguen un nivel de excitación avasallante…

Y un grito es apenas ahogado en medio de un lujurioso beso cuando Yoochun le penetra de una sola estocada certera y profunda, siente que su cuerpo se estremece y las piernas le tiemblan, pero pronto las enreda en su cintura cuando es embestido con un ritmo rápido, y no le extraña que el pelinegro le tome las caderas con fuerza y que su vaivén salvaje le haga sentir que casi lo parte en dos… porque le encanta, le da un placer indescriptible, le fascina que gima su nombre, que le bese con fuego… que entierre suavemente sus dedos en su piel hasta ocasionarle ligeras heridas y su sangre caliente corra en pequeñas gotas por los costados de su cintura…

A ambos les gustaba ese ser uno con que se entregaban cada que se veían, Yoochun aceleró sus embestidas, gimiendo casi como lo haría un lobo salvaje, sintiendo cómo Junsu se aferraba a sus hombros y gemía en su oído… y cuando llegaron juntos al orgasmo, el pelinegro dio una estocada tan profunda que el castaño sintió que se le nublaban los sentidos… pero sonrió complacido al sentir la esencia de su amante en su pasaje, al sentir la lengua del pelinegro lamiendo un poco de su semilla en su torso, para luego desviarse a su cintura donde lamió el hilillo de sangre de esas furtivas heridas que sus uñas ocasionaran…

- tengo que irme… - porque el sol estaba por despuntar… - pero volveré a buscarte, Junsu ah… - un último beso dejado en sus labios…

- ten cuidado… - porque no quiere ni imaginar que sea capturado por los suyos… o peor aún, asesinado… el pelinegro simplemente le sonrió, se apartó de su cuerpo, trepó a la ventana, y ante los ojos del castaño se transformó en el licántropo que es, aullando con fuerza para luego lanzarse desde esa altura, cerca de tres pisos hacia abajo… - idiota… - murmuró preocupado el centinela, apresurándose a vestirse… el alarma resonando en todo el Palacio…

Todos se movilizaron en busca de algún lycan que haya osado intentar entrar, pero después de minutos de búsqueda, nadie encontró nada, ni un solo rastro de licántropos alrededor del perímetro… Junsu estaba junto a su equipo conformado por cerca de seis muchachos de entre 22 y 30 años de edad, reunidos en una de las salas del complejo…

- porqué estás sudado?... – le preguntó uno de ellos, porque a pesar de todo, la movilización no era para tanto, porque Junsu era el único que sudaba ahora… el sujeto, de nombre Gerard Howleth, de nacionalidad canadiense, no congeniaba del todo con el castaño, era alguien que solo trabajaba con ellos como mensajero de la sede americana de Sentinella… alguien que guardaba un importante secreto que podría ocasionar grandes problemas más tarde…

- porque ejercitaba antes de la alarma… - respondió seguro el castaño… además, quién diga que tener sexo no es ejercicio, es porque nunca lo ha hecho…

- parece que solo fue una advertencia, algún clan de lycans nos hace ver que está presente y nos reta… - habló un tercer hombre, líder del equipo…

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Hong Kong, China

Gran Imperio Financiero de Asia, la ciudad es el tercer centro comercial internacional, uno de los mejores puertos naturales del planeta, y el segundo aeropuerto mundial en tráfico de mercancías… es por tanto el eje central de los movimientos estratégicos de Yiang, y desde donde comanda los clanes de lycans…

El apuesto hombre de 27 años en apariencia mortal, abandonó la cama de uno de sus departamentos, una hermosa chica de cabellos rubios descansaba envuelta entre las sábanas. Yiang se colocó el bóxer y salió al balcón, ya el manto nocturno comenzaba a levantarse y el astro sol comenzaba a nacer en el horizonte…

- duerman ahora vampiros, porque pronto no tendrán más noches que ver… - sonriendo con seguridad, el licántropo rugió con fuerza al tiempo que la luna se ocultaba y el día daba comienzo…









Darkness Deep Cap 2
SECRETO DE SANGRE



Ser un licántropo tenía ventajas sobre la raza vampira, porque podían moverse durante el día con la normalidad de un mortal común y corriente… y ello también le significaba mayores oportunidades para planear, para investigar aquí y allá, para indagar en el pasado mientras desarrollan una vida funcionando en la sociedad, que ajena a la naturaleza salvaje de criaturas nocturnas, vive en una cotidianeidad burda y autómata, donde los mayores logros se obtienen cada tanto, pero levantarse al amanecer no le representa otra cosa que rutina y trabajo…

Pero cuando humanos sin mayor habilidad que atender el teléfono en la recepción de una importante empresa, o entrega el periódico a temprana hora del día, o llevar la contabilidad de un Jefe que ni siquiera repara en su persona salvo para exigir lo que por principio de cuentas es responsabilidad suya; tienen la oportunidad de hacer cosas increíbles, de convertirse en el vehículo, la fuente o el enlace para una raza superior como los vampiros… simplemente no se le puede dar una negativa, porque cuando has presenciado con tus propios ojos la magnificencia de su poder, solo puedes doblegarte a su voluntad y servirles… sabiendo que una recompensa vendrá al final…

Y el grupo Sentinella con ellos también tiene que lidiar…

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Seúl, Corea
Distrito Gangseo-Gu
Palacio Sentinella

El Equipo Táctico de Caza es comandado por Marek, sujeto de 30 años que ha estado en el grupo Sentinella desde los 15, es uno de los cazadores de licántropos y vampiros más experimentado, tiene cicatrices por todo el cuerpo que le recuerdan día a día la razón por la que deben ser exterminados. Dirige a cinco muchachos, a saber: Junsu, Gerard, Roxanna, Nínive y Jared, los cinco mejores elementos que él mismo reclutó de los diversos equipos del complejo dos meses atrás… su misión es cazar a Zhang Yiang y a Kim Won Dae, licántropo y vampiro más poderosos en los últimos tiempos, respectivamente… pero para llegar a ellos…

- Yiang es muy inteligente, cuando nosotros hemos dado un paso hacia él, ya nos tomó dos pasos adelante… - Marek tenía a su equipo reunido en una de las salas del enorme palacio, una pantalla les mostraba fotografías tomadas al lycan chino, también observaron videos e imágenes de operaciones que ha llevado a cabo… - siempre llevándonos ventaja; sin embargo, el Equipo de Acecho ha descubierto a uno de sus principales informantes… - una fotografía de un hombre de pelo cano, porte garbo y facciones duras… - el Historiador Gustav Anderson, 50 años, nunca se ha casado ni se le conoce familia alguna, pero tiene un enorme currículo de investigaciones sobre mitos y leyendas alrededor del mundo, naturalmente, con una fascinación especial por los hombres-lobo y vampiros… - la pantalla fue apagada… - el Equipo de Acecho no pudo acercarse a él, está bien custodiado por lycans, así que nosotros iremos en su búsqueda…

Junsu y los otros cuatro se pusieron de pie, tomaron sus equipos, corroboraron el óptimo funcionamiento de sus armas, ajustaron sus chalecos, se colocaron los dispositivos de comunicación y salieron todos rumbo a una furgoneta que los llevaría al Aeropuerto, desde donde saldrían en un jet rumbo a Alemania…

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Frankfurt, Alemania

Marek y su equipo tenían rodeada la Residencia del Dr. Gustav Anderson, había 10 o más licántropos custodiando cada posible entrada… pero el hombre confiaba en sus hombres. Movió su mano indicándoles el inicio de la misión y entonces todos comenzaron a moverse sigilosos por los alrededores…

Los licántropos pudieron olerlos, puesto que aun cuando no se transformen en aquéllas bestias imponentes, sus sentidos son más agudos que los de un humano normal; pero aquello no era un obstáculo para los centinelas, que moviéndose con agilidad y disparando sin dudar de sus armas con balas de plata, fueron derribando uno a uno a los lycans. No faltaron por supuesto los golpes fuertes de un enfrentamiento, o los ataques con armas de fuego que alcanzaron a herir superficialmente a más de uno; pero al final, Gustav Anderson fue llevado por el Equipo Táctico de Centinelas…

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Londres, Inglaterra

Chae Yun se levantó de la cama de aquél hotel en donde un apuesto hombre dormía profundamente, agotado después de haber cumplido con los deseos de esa hermosa mujer oriental que tan bien sabía brindar placer… la Princesa cubrió su desnudez con una bata blanca de seda y caminó a la ventana de la habitación, desde donde podía ver la luna plateada en el firmamento… sus finos rasgos eran más bellos bañados por la luz de la luna, y su piel blanca como la porcelana resplandecía con un encanto casi mágico, y al abrir la ventana sus largos cabellos oscuros fueron mecidos por el fresco viento de la madrugada…

- demasiado silencioso… aburrido… - por su personalidad seductora, a Chae Yun le encantaba el bullicio banal de la vida nocturna… pero al parecer esa noche toda la gente descansaba… - creo que me he equivocado de lugar, este lado del mundo es muy soso…

Regresó sobre sus pasos y comenzó a vestirse con aquél vestido blanco que poco dejaba a la imaginación y que atraía la mirada de cualquiera, calzado delicado de tacón alto, se retocó el maquillaje, peinó sus lacios cabellos en una coleta dejando algunos mechones caer en su rostro y salió de esa habitación, afuera le esperaban dos vampiros de su guardia personal, otros dos aguardaban en el lobby, y un quinto le abrió la puerta de una limousine que partió rumbo a algún antro de mala muerte como los que a ella tanto le fascinan porque encuentra a los tipos más atractivos y peligrosos, tal como le gustan a ella…

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Hong Kong, China

Yiang salió como todas las mañanas a atender sus negocios, lo que significaba que podía entrar en cualquier empresa, industria o compañía de todo Hong Kong, porque detrás de todo el poderío del Imperio Financiero de Asia bajo los nombres de importantes marcas internacionales o centros económicos de la región solo el suyo pesaba como verdadero dueño y señor…

En uno de los enormes rascacielos se encontraba una compañía nacional de Seguros y Bienes Raíces, y apenas el lycan pasó por el lobby, ya todas las mujeres alrededor se sintieron atraídas por su varonil presencia, perdiéndose en esos ojos profundos ojos oscuros, en esa pícara sonrisa que hizo a todas suspirar y sonreírle sensualmente en espera de ser invitadas por lo menos una vez a su oficina, donde sabían no solo atendía negocios…

Cuando llegó al último piso y entró a la amplia Oficina desde donde podía ver el Puerto Victoria y más allá el azul del mar, Yiang fue abordado por uno de sus lacayos…

- he sido informado de que hemos perdido al Dr. (por su grado como historiador) Gustav Anderson, ésta mañana un grupo de centinelas barrió con nuestra fuerza de defensa matando a los licántropos que tenían su custodia…

- y tienes una buena noticia para mí después de decirme tal estupidez… - siendo firme pero mostrándose sereno, el lycan se sentó en la majestuosa silla, perteneciente a un Emperador de la Dinastía Ming, traída desde la colección privada de un magnate inglés…

- se recuperó toda la información de la investigación de Génesis… - le mostró la pantalla de su computador personal en el escritorio… - logró construir su árbol genealógico por generaciones durante siglos… - en el monitor se veía una cadena de nombres que en momentos nada parecían tener que ver pero que pertenecían a una misma línea de sangre… - encontró al único descendiente de su estirpe…

- Ogazawara Kenryu… - leyó Yiang, sonriendo con suficiencia; el expediente del japonés se encontraba ahora ocupando todo el monitor… - vale más que ya hayas mandado por él y que me lo traigan vivo…

- Darius partió hace poco…

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Tokyo, Japón
Distrito Shinjaku
Departamento de Ogazawara Kenryu

La noche había caído una vez más en la capital nipona, y para el joven paramédico resultaba extraño llevar a ChangMin a su departamento… realmente era la primera vez que él llevaba a un chico a su casa, porque generalmente, y no que haya tenido muchas parejas sexuales, terminaba en una habitación de hotel o el departamento de aquél con quien háyase ligado… pero tratándose de ChangMin todo era simplemente diferente desde el momento en que lo conoció… lo que por cierto fue apenas hace cuatro días…

- quieres tomar algo?... – cuestionó entrando en su cocina, el Príncipe vampiro caminó hasta la estancia observando detenidamente el lugar, los retratos sobre el mueble en el muro lateral en donde aparecía el ojigris con compañeros de trabajo, amigos, amigas… ninguna foto que le pareciera de Familia… todo estaba en su lugar, lo que le decía que es un chico ordenado y limpio, muebles sencillos, una mesa ratonera de centro, una pantalla de plasma, DVD, equipo de sonido, películas de acción, pornos, música de jrock; comedor para cuatro, dos habitaciones a puerta cerrada… un departamento muy de joven soltero despreocupado pero centrado… - no soy nada del otro mundo… - la voz de su anfitrión lo sacó de sus pensamientos… - cerveza?... – cuestionó extendiendo una botella hacia ChangMin…

- gracias… - negó el morocho, sentándose luego en uno de los sofás, el ojigris dejó la cerveza que le ofreciera a su invitado sobre la mesa ratonera, sorbió un trago de la suya y la dejó junto a la otra… - no han cicatrizado… - llevó uno de sus dedos al cuello del ojigris, tentando la zona donde los colmillos de su amigo transformado en vampiro dejaran un rasguño al haber rasgado su piel…

- eso es porque no me los atendí… - sintiendo un escalofrío ante el tacto del morocho, el ojigris no evitó cerrar los ojos por unos segundos para disfrutar mejor de su toque… notando un calor nacer en la boca de su estómago…

- has tenido alguna reacción diferente ante la sangre?... – el morocho notó que el ojigris jadeaba ante su tacto y apartó inmediatamente su mano…

- de qué hablas, ChangMin… - movió la cabeza de un lado a otro espabilando esa repentina sensación de deseo que nació apenas el morocho tocara su piel…

- qué no lo recuerdas, a tu amigo transformado en vampiro…

- creí que había sido solo un sueño tonto que tuve…

- un sueño? Y crees que por un sueño yo estaría aquí, que te cité a esta hora solo porque sí…

- no pensé que había sido solo porque sí… - una sonrisa pícara curvándose en sus labios…

- qué carajo estás pensando?... – ofuscado, el morocho se puso de pie… aunque… en realidad, porqué motivo le había buscado? Era acaso el hecho de no haber podido sacarlo de su mente desde hace dos días, de sentir una inexplicable atracción, de presentir que es sumamente importante protegerlo, mostrarle el mundo de las penumbras…

- nada, ChangMin, tienes un carácter complicado, te lo habían dicho?... – un trago más de cerveza… - así que dime, exactamente para qué querías verme y porqué me pediste que fuera en mi departamento y no en algún bar o antro…

- te lo dije ese día, no es seguro para ti que andes por las calles durante las noches, en especial si es luna llena; además, necesitaba saber si te has sentido diferente desde ese día…

- es en serio todo eso de los vampiros? No es una broma tonta que mis amigos se hayan montado, y que vaya a resultar que eres un actor o algo por el estilo?

- te parece que soy un actor de quinta que se prestaría para hacer una estupidez como la que estás diciendo? Y sí, soy un vampiro, mira… - y dejó que su naturaleza vampiresa emergiera, sus ojos se tornaron de azul claro, le crecieron los colmillos… y al parecer de Kenryu, también lucía más atractivo con la piel pálida y los labios mas rojizos… - y ni se te ocurra preguntar si es un truco porque juro que te muerdo… - el ojigris no pudo contener una risa por sus palabras… pero Min ni siquiera sonrió…

- ok, ok, digamos que te creo… también recuerdo que esa noche dijiste que podías ver en mis ojos que yo era especial, de qué estabas hablando? Crees que soy un vampiro, porque puedo perfectamente exponerme al sol y no me reduzco a cenizas, veo sangre pero no tengo deseos de probarla… - el japonés se preguntaba internamente porqué estaba tan tranquilo hablando de aquéllas cosas que solo se ven en las películas de fantasía y ciencia ficción, pero por alguna extraña e inexplicable razón le resultaba algo natural… casi agradable, en especial por el simple hecho de estar con ChangMin, porque sencillamente no podía ignorar su atractivo y el deseo de tomarlo crecía a cada segundo que seguía ahí…

- no sé con exactitud porqué dije eso, pero es verdad… - sintió un ligero estremecimiento cuando el ojigris se puso de pie parándose frente a él, clavando su mirar en sus ojos…

- todavía no me queda claro nada de todo lo que estás diciendo, pero me alegra haberte vuelto a ver… - demasiado atraído por el chico, no podía evitar sentir deseos de acercarse más, de probar sus labios y acariciar su piel… el amor a primera vista no existe, cierto? Pero si el deseo carnal…

- porqué… - murmura el morocho, cediendo su naturaleza vampiresa y volviendo a tener una apariencia mortal…

- realmente me gusta más el color miel de tus ojos, va más contigo… - sus rostros acercándose, desviando su mirar a los labios del otro… deseándose mutuamente…

Y no hicieron nada por evitar el contacto de sus bocas, besándose despacio, tomando con suavidad el otro juego de labios… probándose sin prisa alguna, olvidando totalmente que apenas y se conocen, porque el deseo de sentirse era una fuerza inevitable que los arrastraba a seguir con más besos y otras caricias que poco a poco participaban de ese repentino encuentro íntimo…

ChangMin empujó a Kenryu obligándolo a sentarse en el sofá nuevamente, y luego le siguió el camino sentándose a horcajadas sobre sus caderas, compartiendo besos más apasionados, dejando que sus lenguas se encuentren y hagan una lucha por dominarse mutuamente, sintiendo que les arde el interior mismo, que los besos y caricias dejadas sobre la ropa no son suficientes… deseando ir más allá, sentir palmo a palmo la suavidad y el calor de la piel del otro… el ojigris entonces comenzó a bajar con sus besos por el cuello, lamiendo esa tez clara que se eriza ahí donde deja su estela húmeda de pasión. Las manos de ChangMin se movieron sigilosas por los hombros del japonés, jadeando porque su camisa estaba siendo desabotonada por las hábiles manos de su amante, besando lentamente cada trozo de piel al descubierto, succionando con suavidad. Y una vez que consiguió su objetivo de retirar cada botón, la prenda resbaló por los bien formados brazos del morocho, dejando al descubierto la parte superior de ese cuerpo que el ojigris tanto deseaba poseer hasta saciarse, como de una sed que no puede ser saciada salvo con una eternidad probando de aquél elixir dulce…

Y lleva sus labios a los pezones de ChangMin, depositando un corto beso en cada montecito que endurece al solo contacto con su aliento, el morocho arquea la espalda cuando son succionados uno a uno y lamidos con tal vehemencia que no puede pensar, solo sentir, dejándose llevar por un deseo que nunca antes había experimentado, porque a través de los siglos, él solo conoció mujeres, llegó a sentir atracción carnal por alguna, pero nunca… nunca nada como esto, el placer inmediato de ser tocado y besado por otro hombre, y era como si fuera cosa del destino, porque Kenryu era como una droga, era como la necesidad de beber la sangre… era algo a lo que no podía resistirse, que necesitaba… que le daba una sensación de plenitud que ni siquiera sabía que existía…

Las manos del ojigris vagan entonces por toda su espalda, reconociendo cada trozo de piel, acariciando sinuosamente cada centímetro en tanto su boca sigue concentrada en saborear y marcar cada palmo al frente, dejando que su lengua llene de saliva los pectorales de ese cuerpo delgado que arde ahora bajo su tacto… introduciéndose traviesa en el ombligo, imaginando cuán erótico será hacerlo más tarde con su intimidad y profanar su cavidad estrecha.

ChangMin se da cuenta entonces de que no ha participado en absoluto de aquél juego erótico de caricias y besos, y buscando la boca del ojigris lleva sus manos al cuerpo de su amante para deshacerse de su playera y deleitarse con sus bien formados músculos, sintiendo un chispazo eléctrico al recorrer con las yemas de sus dedos su pecho, demarcando cada línea de sus pectorales, presionando suavemente con sus dedos los pezones del japonés, sonriendo con lascivia al escuchar esos gemidos que nacen en su garganta, notando que es ahora Kenryu quien se queda quieto solo recibiendo sus atenciones… y se vuelve aún más irresistible y tentador el estar así con él, y poco le importa el hecho de que sea otro chico con quien está sintiendo lo que se supone debiera haber sentido con las varias chicas que poseyó…

Suspira cuando las manos del pelicastaño finalmente viajan a su entrepierna, que semidespierta resalta ya sobre su pantalón, observa el rostro de su amante y descubre en sus ojos el brillo del deseo y en su boca una sensual sonrisa que hace que se le erice por completo el vello de todo su cuerpo. Kenryu desabrocha el cinto e inmediatamente los jeans, aparta la ropa interior y toma entre sus manos la erección del morocho…

- ahh, ahh, Kenryu, mhh, mhh… - se muerde el labio inferior al momento en que la punta de su miembro es apresada por los dedos del ojigris, mientras la otra mano de éste sube y baja por su extensión presionando un poco más fuerte en su base… - aahhh, ahhh, mmhhh…

Ogazawara solo puede sonreír complacido por ver sus facciones llenas de gozo, el sudor comenzando a perlarse en su rostro, las mejillas fuertemente sonrojadas, los labios entreabiertos dejando escapar jadeos y gemidos cada vez más roncos, pasando su lengua por sus labios como quien saborea un rico manjar… Pero ChangMin no quiere ser el único en tal nivel de excitación, por lo que lleva sus propias manos al pantalón del ojigris, desabrochándoselos con algo de ansiedad, apartando la prenda interior de la misma manera que hicieran con él, y toma ese trozo de carne caliente y duro que parece haber estado más necesitado de atención de lo que esperaba…

- mhh, mhh, así Min, aahhh… - nunca sintió tal delicia al sentir otras manos sobre su erección, pero la calidez de esas que masajean con frenesí su palpitante miembro casi lo hacen sentir al borde del orgasmo a pesar de que apenas si ha comenzado… - mmhhh, ahh, Chang…Min ahhh…

Y ahí estaban los dos gimiendo ronco, demasiado excitados como para pensar en que la guardia personal del Príncipe Kim les escuche desde afuera del departamento, como para reparar en el hecho de que es solo sexo… tal vez el mejor de sus vidas, pero sexo al fin y al cabo… pero sentirse así, darle al otro tal placer les ha nublado los sentidos… y Kenryu para de pronto al sentir que no deben estar lejos del éxtasis, obliga a ChangMin a parar también, se funden en un beso más y luego lo hace bajar de sus caderas para caminar entre nuevas caricias y besos hasta su habitación. El morocho cae sobre la cama, e inmediatamente siente cómo sus jeans y ropa interior son casi arrancados de su cuerpo y tirados por ahí en el suelo, y ve cómo el pelicastaño hace lo mismo con sus prendas…

- hubiera querido hacer eso… - suelta el morocho con la voz excitada…

- en la próxima… - y el solo decir eso le hace sentir extraño, porque nunca piensa siquiera en una segunda vez con algún amante, pero siente que con ChangMin pasaría la eternidad teniendo sexo…

Kenryu sube a la cama, recostándose sobre ChangMin besándose una vez más con súbita pasión, sintiendo el roce de sus erecciones arrancarles un gemido ahogado entre sus bocas fundidas en el beso… el morocho se mueve friccionando sus caderas contra las del ojigris, deseando obtener más de ese placer que instantes antes le fuera privado…

- ahh, ahh, mhhh… - gimen ambos, sus ardientes cuerpos se han cubierto ya de sudor y el cabello ha comenzado a pegárseles al rostro, y sumidos en esa danza erótica de caderas sienten nuevamente que de seguir así en cualquier momento liberarán sus semillas al alcanzar el éxtasis…

Pero Kenryu para otra vez, se levanta lo suficiente para que sus cuerpos no estén pegados, notando un respingo en ChangMin por su acto; le sonríe con lascivia y se acomoda entre sus piernas, tan solo para tomarle la cintura e instarla a que se gire quedando boca abajo, el morocho se extraña pero no se niega, está dispuesto a dejar que lo haga a su antojo, con tal de que le permita tener ya su orgasmo porque la entrepierna ha comenzado a dolerle… y se sabe de un momento a otro a cuatro patas sobre el colchón, la lengua del pelicastaño lame su entrada, y una mano de éste pide permiso a su boca de entrar en ella… comprende el mensaje y toma entre sus labios tres de sus dedos, chupándolos y lamiéndolos con lujuria al sentir nuevas oleadas de placer correr por su cuerpo por esa lengua que insiste en humedecer con su saliva su intimidad…

- ahh, ahh, mhh… - gime más fuerte cuando al haber liberado los dedos de su amante, éstos se dirigen a su intimidad…

Siente uno introducirse en su interior, y aunque duele, le causa demasiado morbo el hecho de sentir todavía aquélla lengua insistente lamiendo su intimidad… y aquél dedo comienza a moverse en su interior, entrando y saliendo con calma, como dándole tiempo de acostumbrarse a su intromisión, y no mucho después le acompaña un segundo intruso… duele un poco más, pero le gusta, siente la otra mano de Kenryu en su cóccix presionando un poco y eso ayuda a que su pasaje se dilate más fácilmente, entonces nota el tercer dedo invadir su cavidad y moverse en círculos en su interior, arrancándole más gemidos… y cuando esos dedos se apartan espera sentir la erección de su amante en su intimidad, pero a cambio vuelve a sentir su lengua entrando y lamiendo su interior, embistiendo contra él de forma tan erótica que le tiemblan las piernas…

Cuando Kenryu siente que está lo suficientemente húmedo, se aparta y se acomoda perfilando su miembro en la entrada de ChangMin, le toma las caderas con fuerza y lo penetra de una sola estocada…

- aahhh… - gime con dolor el morocho, y sus colmillos se revelan casi contra su voluntad al tiempo que arquea la espalda para inmediatamente encorvarla y agachar la cabeza, algunas lágrimas han escapado de sus ojos…

- estás bien?... – asustado por su salvajismo por adentrarse en su amante, el ojigris se recuesta sobre la espalda de éste para acercarse a besar su nuca con ternura…

- ahh… - pero el morocho solo pudo jadear y asentir con la cabeza, el punzante palpitar de su pasaje dolía y tenía que respirar profundo para acostumbrarse a su intromisión…

- lo siento… - llevó un camino de besos por sus hombros, depositándolos con ternura, volviendo a su nuca y pasando luego a sus mejillas, instándolo a girar su rostro para alcanzar sus ojos y besar sus lágrimas… hasta unirse a su boca en un beso más tranquilo y dulce…

- muévete ya… - pidió el morocho unos minutos después de toda esa dulzura, sintiendo todavía un escozor en su cavidad con las primeras estocadas del ojigris… - aahhh, ahh, mmhhh… - comenzando a disfrutar más tarde de su ritmo suave…

- aahhh, Min, ahh… eres demasiado estrecho… mmhhh, mhhh… - gimiendo ronco por esa deliciosa sensación de su miembro entrando y saliendo en aquella estrechez, el japonés no pensó siquiera en que era el primer hombre con que ChangMin hacía aquello…

- mmhhh, más fuerte… - su petición concedida con embestidas más profundas y rápidas… - ahh, ahh, así, Ken…mhh…ryu… aahhh…

Ogazawara se siente delirar envuelto en el placer de ese vaivén cadencioso que él ha impuesto, el chocar de caderas produciendo ese húmedo sonido erótico que los hace gemir más ronco y gritar de gozo. Las manos del ojigris tomando con fuerza la cintura del morocho, subiendo de vez en cuando a su espalda para acariciársela y sentir su piel caliente sudada contra su tacto… luego lleva una de sus manos al miembro de Shim, presionando la base para que no se corra antes que él…

- ahh, Ken, mhh, necesito… mmhhh, venirme ya, ahhh… - porque su erección dolía ante la necesidad de alcanzar su orgasmo con todo ese placer circulando por cada fibra de su cuerpo…

- mhh, espera, ahh, un poco Min… - porque quería venirse primero y poder hacer después lo que en esos momentos pasó por su mente…

Y continuó con su ritmo de embestidas alcanzando un frenético vaivén que lo transportó al orgasmo explotando en el interior de ChangMin, sintiendo cada músculo de su cuerpo tenso temblar con los espasmos de su éxtasis… pero no perdió tiempo, salió de su interior y pasando por entre las piernas del morocho, se recostó boca arriba alcanzando el miembro hinchado y necesitado de su amante, lo metió en su boca y succionó tan solo un par de veces para recibir con gusto su esencia tragándola por completo… entonces el morocho alcanzó su orgasmo y tembló como nunca después de terminar, porque en definitiva este placer nada tenía que ver con las veces en que fue él quien se introdujo en algún cuerpo femenino que poco lograba caldear sus sentidos… en cambio con Kenryu, había sido simplemente sensacional… el mejor sexo de toda su vida…

El japonés se impulsó con sus piernas más hacia arriba en el colchón, quedando a la altura del rostro del morocho, que sostenido apenas en sus manos continuaba en la misma posición en la que lo dejara, alcanzó sus labios dejando un corto beso sobre ellos…

- eres delicioso, sabías?... – pasó sus manos por los costados del morocho abrazándolo por la espalda, instándolo a recostarse sobre su pecho…

- me lo habían dicho, sí… - porque eso era cierto, todas las mujeres de su pasado siempre decían que aquello, y que era el mejor en la cama, entre otras palabras que está seguro debieron ser ciertas… sin afán de ser vanidoso, pero sabe lo que hace…

- no te lastimé demasiado, verdad?... – todavía arrepentido de la forma tan violente en que lo penetró, el japonés llevó su mano al trasero del morocho para acariciar su pasaje, todavía dilatado y mojado por su esencia…

- viviré… - era demasiado agradable estar en esa posición, sentir esos brazos cobijando su cuerpo, esas manos acariciando su desnudo cuerpo…

Unos minutos después ChangMin se puso de pie, buscó sus ropas y se vistió… siendo observado minuciosamente por Kenryu, que sonreía anonadado en su cuerpo, y sentía casi como si hubiera sido un sueño el haberlo hecho suyo hace apenas unos instantes, porque de pronto le parecía tan perfecto que…

- has pensado en vivir en algún otro lugar… - soltó de pronto el morocho, mirándole desde el frente, de pie…

- una noche de pasión y ya quieres llevarme contigo, ChangMin… - cuestionó con una sensualidad que hizo que el morocho sintiera calor otra vez…

- creo que no es seguro para ti quedarte…

- porqué?... – poniéndose de pie, notando cómo el morocho voltea hacia otra parte para no verle desnudo, el japonés también comenzó a vestirse…

- ya te dije que no estoy seguro, pero presiento que no debes quedarte… - dicho lo cual uno de sus guardias entró abruptamente en la habitación…

- lycans, Príncipe ChangMin, debemos irnos…

Afuera ya se escuchaba el rugir de licántropos y los peculiares gemidos de vampiros en combate… ChangMin ni siquiera pensó, solo tiró de Kenryu antes de saltar por la ventana cerca de seis pisos abajo, pero antes de caer de lleno en el suelo, el ojigris sintió cómo el morocho lo abrazaba para tomarlo entre sus brazos y evitar el impacto de su cuerpo humano contra la acera…

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Seúl, Corea
Palacio del Este (Changdeokgung)

Won Dae estaba muy enojado esperando por la llegada de sus hijos, la Sala Principal iluminada por antorchas de fuego crepitante que parecía avivar con la ira del Adalid… la primera en llegar fue su hija…

- cuándo demonios aprenderás a obedecerme!... – bramó con clara molestia…

- cuando dejes de ser tan amargado, papá… - conciente de que a pesar de toda esa furia que su padre pueda mostrar al final le recibirá con los brazos abiertos, la muchacha caminó hasta él sin inmutarse por sus gritos…

- la tregua entre clanes se ha roto, no es seguro que andes por ahí, y menos en otros países donde no puedo protegerte, Chae Yun… - suavizó sus expresiones cuando su hija se hincó ante él besándole el dorso de la mano para luego apoyar su rostro en su regazo…

- lo siento padre, pero me conoces, sabes que me aburro encerrada en éste enorme palacio… - las manos de su progenitor acariciando sus lacios cabellos…

Jaejoong entró por las enormes puertas de madera, caminando también hacia su padre, sabiendo que estaba por venir su explosión verbal acerca de sus responsabilidades como heredero del Clan…

- dónde te metes que nunca es fácil encontrarte, Jaejoong… - cuestionó con severidad, la Princesa solo volteó hacia su hermano para sonreírle, porque ella sabía bien dónde… o más bien con quién, se metía el pelioscuro…

- por ahí padre, pero no te preocupes, me defiendo mejor a solas que con esos tontos que tengo por guardia personal… - tomó asiento a lado de su padre, quien seguí sumiso ante la muchacha, acariciando su fina cabellera… era tal vez por el hecho de ser la viva imagen de su fallecida madre que la amaba tanto, que la protegía por sobre todas las cosas, que la consentía como no ha hecho con los varones…

- y ChangMin?... – preguntó Chae Yun, notando cómo la expresión de su padre cambiaba, tornándose más dura, sus ojos cruzados por un brillo de desprecio hacia el nombre de su hijo menor…

- ese… muchacho, cuándo aprenderá a respetarme… - masculló con la mandíbula fuertemente apretada…

………………………………………………

El menor de los Príncipes del Clan Kim estaba ante tres licántropos, ni uno solo de sus guardias vivo ya… Kenryu a sus espaldas, donde él lo obligara a permanecer contra el muro del Edifico de Departamentos…

- no es su pelea, Príncipe ChangMin, entréguenos al muchacho y le dejaremos vivir… - Darius, un corpulento hombre de tez clara, ojos azules y cabello rubio, permanecía frente a sus tres compañeros transformados ya en aquellas feroces bestias…

- hay muchos humanos más que pueden devorar, yo quiero esta presa para mí…

Por el silencio del hombre, y la determinación en sus ojos, el vampiro comprendió que algo más tenía Kenryu que interesaba a los lycan…












Darkness Deep cap especial 1(YooSu)
ACERCA DE CÓMO ENTRASTE EN MI VIDA… O FUI YO EN LA TUYA?

Seúl, Corea
Distrito Nowon-Gu. 1996

Situado en los límites territoriales de la capital, el barrio era un lugar pacífico, sin demasiado movimiento comercial, pero tan importante como todo el territorio de la metrópoli. Sus noches tranquilas se vieron frustradas a partir de un día de luna llena en que todo cambió… y se convirtió en una especie de leyenda urbana, porque nadie creía en los rumores que eran como historias sacadas de una sala cinematográfica… porque resultaba imposible pensar siquiera en salvajes bestias que cazan por el placer de matar… hombres-lobo sin pizca de naturaleza humana…

La familia Kim nunca se metió con nadie, el matrimonio solo tenía un hijo, y él era lo más sagrado que tenían y por ello siempre procuraron llevar una vida modesta, sin demasiadas ambiciones pero con objetivos claros en la vida… una vida que se marchitó demasiado pronto, sin tener la oportunidad de ver crecer a su hijo, sin poder acompañarle por el conflictivo camino de la vida adolescente, sin poder ofrecerle consejos cuando su corazón llegara a ser ocupado o lastimado… sin poder protegerlo…

Venían de regreso de una cena con unos amigos de los Sres. Kim, cuando al dirigirse a la puerta principal pasando por un jardín pequeño que la Sra. Kim mantenía vivo con sus cuidados… de entre las sombras de la noche aparecieron dos horrorosas bestias de pelaje oscuro, garras poderosas, ojos intimidantes y colmillos caninos que hicieron temblar de pánico a los adultos, quienes por mero instinto intentaron proteger a su hijo de tan solo 10 años…

……………………………………

Park Yoochun llevaba décadas tratando de mantener al límite de las poblaciones urbanas a los licántropos, pero resultaba casi imposible contenerlos, puesto que con cada año parecían ir tomando más confianza y ya no solo atacaban en las penumbras del anonimato.

Y se paseaba cada tanto por aquéllos linderos, porque había una mujer que le resultaba familiar, en cuyos ojos marrón veía lo que hace siglos perdió… y en su camino escuchó con su fino sentido auditivo los sollozos de una mujer suplicando con la voz cargada de miedo que no le hicieran daño a su hijo… y conocía esa voz…y pareciera que el resto de las personas en la calle no escucharan aquellos lamentos en medio de una silenciosa noche… o era que el miedo los consumía y decidían quedarse ocultos en el interior de sus hogares, creyéndoles un lugar seguro… como fuera, el muchacho apresuró sus pasos hacia allá, convirtiéndose en el camino en aquello que tanto odiaba… un lycan…

- tan solo es un niño… - fueron las últimas palabras angustiadas que salieran de labios de aquélla mujer que protegía con su cuerpo a su hijo, que impactado por tan sangrienta escena, tenía sus ojos abiertos de par en par, respiraba con dificultad y sollozaba shokeado…

La sangre en garras y hocico de los licántropos era la única prueba de tan brutal ataque… dos cuerpos sobre el jardín de verde pasto bañados por aquél líquido rojo… un pequeño incapaz de reaccionar, consumido por el temor, el dolor, la incredulidad…

Un tercer lycan rugiendo con fuerza estridente al ponerse delante del pequeño que no paraba de temblar y sollozar… una batalla de salvajes bestias en la que solo uno salió victorioso sin gran dificultad, porque cegado por el odio era más fuerte y ágil que aquéllos que sabe no son más que unos más de los tantos que últimamente han sido transformados. Cuando el lycan se giró hacia el niño, lo vio de rodillas en el suelo, presionando su cabeza mientras gritaba el nombre de sus padres… retrocedió hasta perderse en las sombras de la noche… un minuto después un joven de cerca de 23 años volvió…

- oye… - llamó con suavidad al niño, tomándolo por los hombros para atraer su atención…

- ayúdeme!... – suplicó apenas lo vio, porque era un humano y eso era suficiente para sentirse… seguro… - ayúdeme, por favor, mis papás… ellos… - tratando de hablar entre sollozos, con el cuerpo aún temblándole y deseando estar solo en la peor de las pesadillas…

- vamos… - el niño se dejó envolver por aquéllos brazos que cobijándole le cargaron con cuidado…

- mis papás… - volvió a murmurar el niño, negándose a sí mismo volver la vista hacia aquéllos cuerpos inertes que no podían ser sus progenitores… no podían… no debían… no quería saber que estaba solo… que en verdad…

- ellos están en un mejor lugar ahora… - escuchar esas palabras venir de ese joven que caminaba con él en sus brazos, solo consiguió desesperar al niño…

- no es cierto!… - y pataleó y se removió entre esos brazos, llorando amargamente, golpeando con sus puños el cuerpo del joven que no se inmutó, que le dejó desahogarse… porque sabía que su dolor nada calmaría…

- cómo te llamas?... – después de varias horas caminando sin rumbo fijo, de dejarle llorar, gritar y golpear; el joven preguntó, con el niño acurrucado en su regazo, los sollozos todavía saliendo de su boca, podía sentir su camisa empapada de llanto… sentado en un Parque a la luz de la luna llena en medio del frío de la madrugada por culminar… el joven respiraba controlando la necesidad de su bestia interna que clamaba por emerger una vez más y alimentarse… pero él no lo haría…

- Junsu… - respondió el niño, aferrándose un poco más a ese joven con quien se sentía seguro… porque estaba tan sereno, que quisiera poder tener su temple…

- hay algún lugar al que pueda llevarte, Junsu… - el pequeño negó con la cabeza, afianzando su agarre a él…

- solo les tenía a ellos… - murmura, conteniendo las lágrimas en sus pequeños ojos, con sus pupilas marrón ocultas por unos instantes bajo sus párpados… - cómo te llamas?

- ven, te llevaré a un lugar seguro… - evadiendo la pregunta, el chico se levantó aún con el niño entre sus brazos, pues parecía negarse a abandonar la seguridad que en él había encontrado…

Pero el niño levantó la vista, apartando su rostro del hombro del muchacho… y fue esa la primera vez que se encontró con aquéllas orbes oscuras tan penetrantes que le daban una sensación de calidez y seguridad que desde entonces supo no quería llegar a perder… pero que irónicamente, no volvió a ver desde esa noche…

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Corea del Norte.
Verano 2004

País montañoso recorrido por un sistema complejo de cordilleras que se extienden a través del territorio y que se separan entre ellas por valles estrechos y profundos… influido en su clima por la proximidad del continente, posee inviernos muy fríos, y veranos calurosos y húmedos; lo que favorece el desarrollo de bosques en montañas y valles… y eso, lo vuelve atractivo para licántropos salvajes que hacen de aquellas tierras sus guaridas… un excelente centro de entrenamiento para centinelas cazadores…

El grupo Sentinella era relativamente nuevo, un movimiento dirigido por hombres y mujeres que no superan los 40 años de edad. Comandados por Alexander, fundador y principal promotor económico de la organización, iban por el toda Asia reclutando jóvenes con el potencial para cargar con la responsabilidad que Sentinella representa: caza de vampiros y licántropos.

Y Kim Junsu fue uno de ellos… hace un año que recibe entrenamiento como centinela. Manejo de armamento especial para vampiros y lycans, uso de sus sentidos más allá de la agudeza humana, estrategias y técnicas de caza, y una infinidad de detalles que aprendió vehementemente cada día desde su reclutamiento… y hoy era ocasión para su primera misión…

Acompañado por un grupo de cinco muchachos más, uno de ellos con tres años de experiencia y el líder del equipo, se adentraron en los bosques nocturnos repletos de sonidos naturales y aroma a fresco rocío que ya empieza a formarse en las copas de los árboles… una hermosa luna llena en el firmamento… aullidos graves de lo que saben no son simples lobos…

Se dispersaron en los alrededores, procurando la comunicación a través de dispositivos satelitales que les permitían un amplio espectro de señal en escarpados territorios; Junsu se sentía nervioso pero al mismo tiempo excitado, la adrenalina tenía todos sus sentidos alerta y él tenía el deseo de acabar con tantos licántropos como le fuera posible, porque aún tenía pesadillas por las noches recordando el fatídico día en que sus padres fueron cruelmente masacrados por aquéllas bestias infernales… y lo recordaba vagamente también a él… al joven que lo salvara, que le llevara a aquélla mansión en Seúl en donde vivió hasta unirse al grupo Sentinella, ahí a donde aún podía volver de vez en cuando y sentir como su hogar, porque fue atendido y protegido por el mayordomo de aquél a quien no volvió a ver después de esa noche, de quien ni siquiera supo su nombre… aquél joven que al parecer vivía fuera del país y nunca visitaba su casa en tierras coreanas…

Escuchó el crujir de algunas ramas y hojas secas, por lo que inmediatamente cargó su arma y se colocó aquéllos binoculares infrarrojos que le permiten mejor visibilidad nocturna; miró todo a su alrededor, atento a cualquier movimiento… tres bestias cayeron desde las copas de los árboles al tiempo que otras dos llegaban a él desde los flancos, rodeándole rugiendo intimidantes ante él… el castaño tragó hondo… claro que estaba entrenado para esto, pero era la primera vez que se sentía amenazado por tantas criaturas sabiendo que sus compañeros no se encuentran lo suficientemente cerca como para apoyarlo…

Uno de los licántropos se lanzó con sus fauces directo a devorarle el cuello, pero Junsu fue rápido y disparó directo en el pecho de la bestia, que al sentir la plata esparcirse en su cuerpo a través del torrente sanguíneo una vez que la bala explotó al incrustarse en su corazón, se doblegó de dolor, aullando desesperado al percatarse de que aquél líquido metal le robaba la vida convirtiéndole en humano… en un simple cuerpo inerte al que la inmortalidad le abandonaba… los otros cuatro atacaron casi al mismo tiempo, intentando matar a ese muchacho que saben es un cazador de su raza… pero el castaño estaba demostrando habilidad y agilidad para esquivar los ataques, moviéndose tan rápido como podía entre el desnivelado suelo cubierto de hojas secas y raíces sobresalientes, rodeado de grandes árboles que servían de obstáculo para las bestias, pero que a la vez eran un peligroso laberinto en el que el castaño se iba adentrando…

Un lycan apareció de frente a él, cayendo con sus largas extremidades desde los altos ramajes, Junsu frenó e intentó disparar una vez más, pero la bestia lanzó un zarpazo obligándole a soltar el arma de balas de plata… pero el castaño no se dejó intimidar, y mientras retrocedía tomó la ballesta que llevaba en la espalda, equipada ya con un cartucho de flechas con punta expansiva de plata, lo que significaba que al incrustarse en su objetivo tendría el mismo mecanismo que una bala; disparó en un tiro certero, pero solo rozó el hombro de la bestia, que se movió sigilosa y veloz alejándose del castaño…

- necesito apoyo, estoy en el cuadrante norte de la zona de seguridad… - Kim se comunicó con sus compañeros… escuchando aliviado un “vamos para allá” en voz de su líder…

Pero se supo nuevamente rodeado por aquéllas bestias, y esquivando apenas zarpazos que alcanzaron a rasgar sus ropas, llegó hasta un claro bordeado por un río, la luna llena reflejada en aquellas aguas cristalinas. Kim dejó su ballesta en el suelo y tomó las armas de los costados de sus muslos, una en cada mano, disparando sin titubeo hacia las bestias que se aproximaban a él, acertando en dos de ellos que cayeron como el anterior doblegándose de dolor; pero ahora ya no solo quedaban dos sino que emergían otras tantas de entre los árboles…

- maldición!... – exclamó preocupado, presintiendo que no tendría la fuerza suficiente para contenerlos a todos por lo menos hasta que su apoyo llegara…

Y apareció de nueva cuenta aquél lycan, que colocándose frente a él habiendo salido desde su derecha, rugió con tal fuerza que el castaño tuvo que cubrirse los oídos, sin llegar a soltar sus armas. Junsu se quedó pasmado cuando vio que ese licántropo atacaba a todo aquél que se acercaba con la intención de matarlo… ese lycan… lo estaba defendiendo?

Una a una, cuatro bestias encontraron la muerte en las manos del lycan, garras cubiertas de sangre, a cada una les había roto la mandíbula sin miramiento alguno, después de haberles rasgado alguna parte del cuerpo… y habría sido más cruel de haber querido, pero esa parte humana que quedaba del lycan no quería mostrarse tan sangriento ante aquél muchacho… ante Junsu… ante el joven de 18 años que salvó cuando era un niño…

Y un último rugido les advirtió a otras bestias en los alrededores de que ese era su territorio y no permitiría que se hiciera movimiento alguno sin su consentimiento, porque entre licántropos hay jerarquías, y quedan expuestas en batallas sin tregua… y en ese momento, él había sido el claro vencedor…

Junsu tenía algunas manchas de sangre en sus ropajes blancos… pero no era suya, sino de aquéllas bestias… tal vez de ese lycan que aún le daba la espalda… que solo se giró un poco para cerciorarse de que estaba bien… y entonces el castaño lo vio… un oscuro mirar que hace tiempo no veía, tan similar a aquéllas orbes oscuras de hace ocho años… pero no tuvo oportunidad de nada, porque el licántropo rápidamente se alejó adentrándose una vez más en el bosque…

- sería imposible… - murmuró el muchacho, sintiendo una serie de sensaciones que no podía discernir… porque solo pensar en que aquél joven de ojos negros fuera un lycan… trastocaba sus pensamientos…

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Seúl, Corea
Distrito Jung-Gu. 2005
Mansión Park

Residencia moderna cimentada a las faldas del Cerro Namsan, con gran extensión y pocos habitantes… ocupada por el mayordomo JinHyuk, y en cada vez más esporádicas ocasiones, Junsu. De grandes columnas sosteniendo los altos techos, piso de mármol y escaleras de caoba, la estructura de la casa es ataviada por finos detalles esculpidos con dedicación, así como lámparas de selectos cristales y cuadros de importantes pintores…

Y de vez en cuando, sobre todo en ausencia del castaño, una persona más acude a aquél hogar… el dueño… Park Yoochun… de quien Junsu no sabe ni su nombre, porque JinHyuk siempre le dice que no está en su poder decirlo… luciendo ahora de 25 años, el chico de cabellos azabaches caminaba escaleras arriba rumbo a su alcoba, la más amplia y única que permanece cerrada con llave cuando él no se encuentra; lo que según el castaño, es la mayor parte del tiempo, pues en los cerca de nueve años que ha vivido ahí, nunca le ha visto, y siempre que ha cuestionado a JinHyuk sobre él, recibe la misma respuesta…

- es un hombre muy ocupado, Señor, tal vez un día pueda conocerle…

El pelinegro entró a su habitación, olía a flores… a aquéllas que eran las favoritas de su amor… de aquélla que perdió hace cerca de 400 años. Porque JinHyuk dejaba un ramo todas las mañanas en la mesita cerca de aquél ventanal, desde donde en ese momento se veía el azul del cielo tornándose oscuro lentamente conforme el sol se preparaba para ocultarse en el horizonte, y eran dejadas ahí por orden directa del propio pelinegro… porque no quería olvidar la promesa que le hiciera a su amada antes de morir…

Fue directo a un buró pegado al muro lateral, rebuscó entre los papeles en busca de uno en específico… cuando una pregunta hizo que algo en su interior se moviera inquieto…

- el joven Kim vendrá esta noche, se quedará a conocerle finalmente, Señor?... – JinHyuk, un hombre de aproximadamente 43 años, pelo entrecano, alto, vestido con ropa casual y un tono de voz calmado, estaba de pie en el umbral de la puerta…

- no… - respondió escuetamente… no entendía por qué se negaba tanto a presentarse personalmente ante el castaño… porque desde que lo salvara de aquél ataque lycan, él no había dudado en llevarle a su propia casa, aunque en el proceso él haya tenido que abandonarla y vivir en un departamento en la zona céntrica de la capital… era tal vez el solo hecho de saber que era un licántropo…

- el joven Kim pregunta siempre por usted, algún día tiene que llegar el momento de decirle la verdad… - insistió el mayordomo, que más que tal era como un amigo de ellos dos, un inmortal como Yoochun que le ha acompañado fielmente durante siglos… que ha cuidado de Junsu, ocultando su naturaleza tras tontos argumentos de cuidados alimenticios y demás… - el joven Kim no es ningún tonto, tarde o temprano puede saberlo por cuenta propia y entonces tal vez usted le pierda…

- perderle?... – inquirió sorprendido y molesto el pelinegro, olvidando su tarea de buscar aquél documento que le recordaba una fecha especial, sintiendo un calor en su vientre al intuir la intención de aquellas palabras…

- cuánto tiempo más cree poder ocultárselo a sí mismo, Señor, hace meses que usted le mira diferente…

- es un niño!… - acaso intentaba convencerse a sí mismo para no aceptar ese sentimiento que comenzara a nacer en su interior desde que notó que el castaño dejaba lentamente su apariencia infantil…

- es un muchacho… un descendiente de ella…

- basta!... – bramó auténticamente molesto… - no quiero volverte a escuchar decir tal idiotez, JinHyuk… - y salió molesto de su mansión, maldiciendo entre dientes que su amigo le conociera tanto… que le haya descubierto en algo que él intentaba evitar… pero se estaba volviendo casi imposible, porque lo protegía con demasiada necesidad de saberle a salvo, porque no ha podido evitar seguirle desde que se uniera al grupo Sentinella, porque procura estar al tanto de él personalmente… porque sus ojos traicioneros han recorrido su cuerpo con otra ansia…

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Lyon, Francia
Primavera 2007

Había sido una semana de caza muy productiva, y Junsu se sentía bastante tranquilo después de haber exterminado a una docena de licántropos durante esas noches de luna llena. Se sentía orgulloso de sí mismo, porque a sus tres años de ser un centinela, hoy era uno de los más reconocidos y experimentados… de los que participaban en misiones internacionales… y eso le encantaba porque siempre tenía oportunidad de conocer nuevos lugares… como éste…

Era un antro de lo más moderno, con un sonido espectacular y canciones que estaban sonando por todo el mundo… y eso le fascinaba, normalmente poco le importaba que sus compañeros le dejaran de lado por ir a ligar con alguna chica, porque para Junsu era suficiente adentrarse en la pista y dejarse envolver por la música que movía su cuerpo casi inconscientemente… pero esa noche, sus ojos se quedaron clavados en la figura de un muchacho pelinegro que llevaba jeans oscuros, camiseta blanca desabotonada a medio pecho, una cadena con un dije de jade, labios gruesos que le generaron un estremecimiento… y esos ojos oscuros que tanto le recordaron al joven aquél que le salvara años atrás…

Junsu llevaba un pantalón oscuro, una camisa clara a cuadros y un suéter de cuello V en tono rosado que lo hacía verse demasiado lindo, llevaba las mangas a tres cuartos y sonreía ampliamente… normalmente los chicos que van a antros o bares visten de forma seductora esperando atraer la atención, pero el castaño… bueno, él solía simplemente ponerse algo cómodo, nunca ha sido paciente para buscar ropa de moda o algo así… pero ese día se estaba arrepintiendo porque realmente quería acercarse a ese chico y entablar una conversación, y tal vez con un poco de suerte, besaría esos labios seductores de los que no ha podido apartar su vista a pesar de que el pelinegro ni siquiera le ha visto porque está al parecer muy a gusto con una chica que lleva un traje de cuero entallado a su voluptuosa figura femenina… y su sonrisa casi desapareció, porque no suele ser de los que van pensando en tener una noche de pasión con un hombre… sí, un hombre, porque descubrió que esa era su preferencia desde hace ya algunos años, cuando le gustó uno de sus compañeros y notó que a sus compañeras realmente solo las podía ver con ojos de amigos…

- bueno, será una noche más de mucho bailar… - suspirando porque perdía la oportunidad de saber por lo menos cómo se escucha la voz de ese muchacho que sigue conversando con aquella chica que ahora le habla al oído y tiene su mano en la rodilla del pelinegro, el castaño regresó a la pista comenzando a moverse al ritmo de la música…

- lo siento, querida, pero no tengo tiempo para ti… - le dijo el pelinegro a la chica de cabellos teñidos, toda vez que se animaba a salir a divertirse, no faltaba una de esas que se le insinuaba directamente y sin rodeos…

Se levantó de su lugar ante la mirada sorprendida de la chica, sonriendo al notar que más miradas se posaban sobre su persona… claro que quería divertirse, pero antes tendría que embriagarse lo suficiente como para no saber de sí con claridad, porque de otro modo una aventura sería simplemente negada por su inconsciente… ahí donde el recuerdo de su amada reposa en lo más sagrado de sus pensamientos…

Y entonces lo vio… bailando con un ritmo demasiado sensual…

- Junsu… - murmuró entre labios, sintiendo su corazón latir violentamente contra su pecho… casi como si estuviera enamorado… y sus ojos recorrieron sin prisas ese cuerpo que se contorsionaba al compás de la música… demasiado embelesado con su figura, con sus movimientos tan naturales y despreocupados… con ese trasero que aceleró su pulso e hizo que cierta parte de su anatomía comenzara a despertar por las lujuriosas imágenes que se formaron en su mente…

El castaño de pronto sintió un escalofrío recorrerle la espina dorsal, como cuando eres fijamente observado… y se inquietó más no incómodamente, así que se limitó a mirar a su alrededor buscando a alguien que lo pudiera estar viendo de esa manera… y volvió a encontrarse con esas orbes que lo invitaban a acercarse… y se amplió su sonrisa al darse cuenta de que no le apartaba la mirada; no que Yoochun en realidad pudiera, porque apenas se topó con las pupilas marrón de Junsu, su cuerpo se quedó clavado en el mismo lugar…

Y sentían una conexión especial, una necesidad atrayente de estar juntos… casi como algo predestinado a lo que no iban a poder escapar por más que desearan. El castaño entonces paró de bailar y se acercó con pasos lentos pero seguros, al menos dentro de lo que sus nervios le permitían, porque realmente nunca ha ligado, ha sido abordado sin duda por chicas y chicos, ya un par de besos ha dado, pero nunca ha sido capaz de llegar a más, salvo una plática y un trago… pero con el pelinegro, sentía que era capaz de todo… de absolutamente todo… sonrió tontamente por sus pensamientos, se estaba comportando como si estuviera perdidamente enamorado de ese chico, cuando apenas le conoce, cuando ni siquiera conoce su nombre ni las intenciones que con él tenga… seguro que solo querrá llevárselo a algún hotel, tener sexo y después olvidarse de su existencia…

Pero quería eso…

Yoochun supo que estaba perdido cuando el calor del castaño lo envolvió al acercarse tanto a él… tanto que podía sentir que sus cuerpos se rozaban, que el aliento cálido de Junsu le golpeaba el rostro al pronunciar aquéllas palabras…

- tomamos un trago?... – el castaño se maldijo mentalmente por sonrojarse… porque sabía que el calorcito que siente en sus mejillas no es otra cosa que el carmesí instalado en ellas al atreverse a invitar al pelinegro, cuyos ojos se habían prendado de los suyos desde hace instantes y parecía no dar tregua a que se separaran…

- es lo único que me invitarás?... – murmuró en su oído con picardía, mientras una de sus manos ya se había posesionado de la cintura del castaño acercándolo por completo a su cuerpo, oliendo su aroma a colonia juvenil…

- me llamo Junsu… - soltó con un suspiro, sintiendo que le temblaba el cuerpo entero ante ese acercamiento, ante ese tono de voz tan varonil y seductor… Yoochun sonrió contra su cuello, donde ya sus labios comenzaron a acariciar en delicados roces…

- no pregunté tu nombre, Junsu… - y comprendió que había caído… que a pesar de todo, no se había alejado, y que ya su mano acariciaba sinuosamente la espalda del castaño… le resultaba incomprensible entender ahora porqué no se había alejado… porque cedía al deseo de sentirle cerca… de hacerlo suyo… de unirse un poco más a él, como si no fuera suficiente ser su guardián en secreto…

- eh?... – el castaño se sentía atontado, embriagado tal vez demasiado pronto por sus encantos, por sus caricias, por su voz, por esos suaves labios que ahora dejaban un suave mordisco en su mentón y subía hasta su boca rozándola con lentitud… el pelinegro volvió a sonreír, en verdad que parecía tan inocente, que casi se arrepintió de lo que estaba haciendo, pero se sentía tan bien, que continuó…

- que vayamos por el trago, Junsu… - susurró divertido, alejándose lo suficiente para tirar de él y caminar hasta el bar del antro… el castaño le siguió todo sonrojado, pero peculiarmente contento por sentir sus manos entrelazadas…

Iba a ser solo una aventura de una noche?

- me dirás tu nombre?... – cuestionó con una sonrisa, tomando de la bebida que el pelinegro pidiera para los dos… dulce y ligera…

Park se lo pensó unos momentos, realmente no quería que lo supiera, pero… hasta cuándo iba a soportar mantenerse en secreto para él… y sin embargo, decirle así tan de golpe, en un país lejos de su mansión, del hogar de ambos que en realidad no han compartido, que es Park Yoochun… cómo explicarle todo lo demás encadenado a ese secreto… aunque, Kim no sabe ciertamente que él es quien es, cierto?

- sabes, me recuerdas a alguien que conocí hace tiempo… - le interrumpió el castaño, demasiado concentrado en su vaso de licor, pero sin borrar esa dulce sonrisa de sus labios…

- a quién?... – el pelinegro le miraba de soslayo…

- tampoco me dijo su nombre… - respondió con un dejo de tristeza matizada en su voz… - y en verdad no lo recuerdo muy bien, es como… - rió, con esa peculiar manera de hacerlo, como nunca ha escuchado a nadie más hacerlo… - lo siento, ya me iba a poner a contarte cosas que seguro no te interesan en lo absoluto… vamos a otro lugar?...

Ok… el castaño le estaba insinuando que quería ESO con él… pero si solo tiene 20 años!… bueno, esa es edad suficiente, y quién sabe, vale que lo mantiene vigilado por su seguridad, porque es su tesoro y no quiere que nada le pase, pero más de una ocasión ha escapado de sus dominios, a pesar de que dentro del grupo Sentinella le encargó a uno de sus compañeros que le mantuviera al tanto del chico…

- me llamo Yoochun… - y fue tal vez por una necesidad afable de no ser una especie de conquistador, que terminó por decirle su nombre… aunque aquello no estuviera dentro de sus planes, aunque le pudiera significar demasiados problemas al joven centinela si descubría toda la historia detrás de su identidad…

- Yoochun… - repitió el castaño entre labios, sonriendo feliz de saber su nombre… y volvió a clavar sus ojos marrón en aquéllas penetrantes orbes… cálidas, casi como si le revelaran cariño… - iremos a otro lugar?...

- no… - dijo con seriedad, notando que el castaño dejaba de sonreír ampliamente, aunque sus labios se mantenían ligeramente curvados, pero bajó su mirada murmurando algo que no alcanzó a escuchar… o tal vez no quiso hacerlo… - vamos a conocernos un poco antes, Junsu… - suavizó su tono, sonriendo hacia él, sin poder evitar que su sonrisa resultara encantadora para el castaño, que ante eso no evitó que su propia sonrisa se ensanchara una vez más…

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Seúl, Corea
Invierno 2008

Ningún caso había tenido intentar no verle una y otra vez cada tanto desde hace meses que se “conocieran” en Francia, porque una vez que dijeron que ambos vivían en Seúl, nada pudo hacer para negarse a tener algunas charlas tomando un café o salir al cine… o que sus labios se encontraran en un primer beso aquella tarde… y haber vuelto a probarlos más de una vez cada que volvían a encontrarse… besos que iban adquiriendo esos tintes de pasión que saben van en busca de algo más… de una necesidad de sentirse… de amarse… de unirse…

……………………………………

Distrito Yongsan-Gu
Barrio Itaewon
Departamento de Yoochun

Ubicado en uno de los Edificios de la zona turística más occidental de la capital, el departamento del pelinegro era típico de un soltero adinerado pero modesto. Porque no tenía grandes lujos ni muebles demasiado extravagantes, aunque era amplio y el mobiliario de finos materiales…

Era la primera vez que el castaño estaba ahí… y no había tenido tiempo de registrar detalles porque los besos que Yoochun le daba desde que entraron le tenía ocupado… la idea de la cita había sido salir a bailar a algún antro, pero todo se había visto frustrado cuando lo besó casi involuntariamente estando a bordo de su auto… demasiado lujoso para el castaño, es que él no podía ir por la vida con un Audi plateado como el de su… amigo, novio, amante? Todas las noches se preguntaba qué exactamente era para el pelinegro, es decir, él no va por ahí besándose con todo muchacho que se le atraviesa… y espera Yoochun no sea así… pero de todos modos nunca se ha atrevido a preguntar sobre eso…

El caso es que después de ese beso, Junsu no pudo evitar que aquéllas palabras salieran de sus labios…

- hazme tuyo… - con un tono tan erótico que el pelinegro no pudo reprimir más ese deseo, sonriendo con sensualidad hacia un castaño que ahora atinaba a sonrojarse violentamente mientras se mordía el labio inferior y veía que el pelinegro aceleraba al ver la luz verde del semáforo culpable de que sus bocas se uniesen en un beso…

Y habían terminado por volver al departamento del pelinegro, donde justo ahora sus ropas eran despojadas lentamente de su cuerpo, estremeciéndose por esos dedos que se resbalan por sus costados arrancando suspiros y jadeos cada segundo más excitados de su boca… participando al deshacerse de la molesta camiseta del pelinegro para admirar su torso… sus músculos perfectos, tan apetecibles como todo en Yoochun para él… y cerró los ojos cuando el pelinegro lo abrazó pegándose a él, dejándole sentir el calor de sus cuerpos unidos… cerca ya de la cama, unos pasos más allá del umbral de la habitación…

- Junsu ah… - murmuró en su oído, tomando un poco de consciencia de lo que están a punto de hacer, temblando como hace tiempo no lo hacía al contacto con otra piel… el pecho desnudo del castaño estaba pegado al suyo y percibía la descontrolada respiración del chico en sus movimientos subiendo y bajando agitado… - hay algo que debes saber de mí… - porque de pronto se había sentido incapaz de tomarlo sobre un montón de secretos sobre su persona… y prefería que saliera corriendo ahora de ahí al saber la verdad, que incluso le diera muerte… sonrió de medio lado con algo de ironía, porque si lo piensa, morir en manos del castaño sería casi una bendición para él…

- qué cosa?... – preguntó con la poca lucidez que le quedaban a sus sentidos, sintiendo un vacío en el estómago al ser separado por el pelinegro, caminando lejos de él, ambos en pantalón y con el rostro teñido de carmesí producto de la excitación…

- quién soy en verdad… - comenzó, recargándose en el filo de un buró en el muro, mirándole de frente, sumamente serio, la excitación abandonándolos lentamente… el castaño no lo interrumpió, no que pudiera cuando sentía que la respiración se le alteraba ahora del nervio, presintiendo que tal vez lo que escuche no le será de total agrado… - me llamo Park Yoochun… soy el dueño de la mansión en la que has estado viviendo desde que tienes 10 años… - Kim abrió los ojos desmesuradamente… eso era imposible… - soy el chico que te llevó ahí hace ya 12 años…

- pero… per… - las piernas le flaquearon, porque ese chico era demasiado joven, y siempre recordó con certeza que quien le salvara ahora debía tener por lo menos unos 35 años… y Yoochun tenía 25, se lo había dicho… entonces… solo había una forma de aparentar juventud imperecedera…

- soy un lycan, Junsu… - y un balde de agua fría cayó sobre el castaño, que terminó por doblegarse de la impresión dejándose caer en el piso de la habitación, con los ojos vacíos… el recuerdo le venía ahora claramente, como si lo hubieran puesto en standby hasta ese día… - y tú un centinela…

- eras tú… - murmuró de pronto, mirando detenidamente al pelinegro… - el que me salvó en Corea del Norte hace cuatro años, el mismo que me ha salvado algunas veces desde entonces, ese licántropo de ojos penetrantes como las penumbras de la noche, el que ruge con ira y mata a los suyos… eres tú, Yoochun… por eso me resultaste familiar desde que te vi en Francia…

- Junsu… - el pelinegro lo llamó porque tuvo la impresión de que el castaño no le estaba dando la importancia que debía… - no lo entiendes? Tu deber es exterminarme…

- no haré tal cosa… tú… tú no eres una amenaza para mí o el grupo Sentinella, tú eres diferente, yo te conozco… - soltó aún sentado en el suelo, viendo hacia arriba al pelinegro…

- me conoces?... – sonrió de medio lado con un dejo de ironía… - cómo sabes si no te he mentido, si no…

- porque puedo verlo en tus ojos… - interrumpió, poniéndose de pie, acercándose sin duda alguna a él… - porque en todos estos años, tú no has hecho otra cosa que cuidar de mí, de un simple mortal, de un centinela; porque como yo, les odias, no sé tus motivos para ello, pero es claro puesto que veo la ira en tu mirada y en tus actos cuando te has enfrentado a ellos, Yoochun… yo te quiero… - sonrojo, un calor en su estómago… el pelinegro mirándole con sorpresa, porque ciertamente no esperaba escuchar esas palabras… - no me importa si eres un licántropo, yo quiero estar contigo…

- no creo que tengas idea de la magnitud de tus propias palabras, Junsu… - trató de zafarse, porque no había querido involucrarse tanto con el muchacho… pero era tarde ya… lo fue tal vez desde que lo salvó hace doce años…

- la tengo… - murmuró sonriendo con seguridad, quedando a escasos centímetros del pelinegro… - pero sé que deseas esto tanto como yo, dejemos que pase, mañana ya veremos si funciona o no… - impidiéndole decir una sola palabra más al pelinegro, Junsu lo besó… con ternura, respondiendo luego a la pasión que Yoochun comenzó a dejar sobre sus labios, recorriendo una vez más su cuerpo con caricias suaves…

Y fue conducido hacia la cama, donde fue recostado con suavidad, suspiró una y otra vez mientras el pelinegro bajaba con sus labios por su cuello, pasando por su clavícula y entreteniéndose en su pecho en tanto sus manos ya desabrochaban sus jeans… se sentía avergonzado porque era su primera vez… pero más que nada excitado y contento de que Yoochun lo tome… que importa si es un lycan, lo hace sentir especial y querido, aún cuando nunca se lo ha dicho, aún cuando todo puede ser un fatal error… Junsu solo quiere saberse poseído por él…

El pelinegro desciende con sus besos hasta los pectorales del castaño, músculos bien formados por el entrenamiento como centinela, y desliza los pantalones con todo y ropa interior, relamiéndose los labios al ver el despierto miembro de su amante al descubierto… el castaño cierra los ojos avergonzado y sumiso a las atenciones que el pelinegro comienza a dejar sobre su entrepierna masajeándola lentamente de arriba a abajo…

- ahh, Chunnie… - gime quedito, tomando entre sus manos las cobijas de la cama cuando la lengua del pelinegro lame toda su extensión mandándole esas corrientes eléctricas exquisitas que nada tienen que hacer contra el placer que llegó a proporcionarse al masturbarse…

- esto era lo que querías, verdad, Junsu… - sonriendo con picardía, el pelinegro se apartó para deshacerse de sus prendas… el castaño levanta un poco la cabeza para admirarlo al desnudo, era imposible enrojecer más, pero sentía que le ardía el rostro… - iré con cuidado… - asegura con ternura al posicionarse sobre él y retomar besos y caricias, gimiendo entre un beso cuando sus erecciones se rozaron en aquélla posición…

Era la primera vez que estaba con un hombre, era la primera vez que se mostraba desnudo ante otros ojos que no fueran los suyos, era la primera vez de todo, de los besos lujuriosos y caricias candentes… de ese punzante dolor al sentir un dedo colarse en su intimidad, de esos labios cobijando los suyos con dulzura y que conseguían distraerlo un poco de toda aquella incomodidad en su entrada… y fueron minutos de dulces besos y palabras morbosas en su oído que solo Yoochun era capaz de decir, porque siempre le pareció que era un chico así, demasiado seductor y ardiente… como el fuego crepitante de una llama…

Y cuando le penetró lentamente, escondió su rostro bajo el mentón del pelinegro, abrazándose a él con fuerza porque era demasiado grande para su estrecho pasaje, que aunque dilatado, seguía siendo pequeño para su hombría… lo sintió deslizarse hasta el fondo, empujando sus caderas con suavidad, susurrándole al oído, tomando su cintura con gentileza… quedándose quieto al llegar al tope… el castaño dejó caer su cabeza en la almohada, con los ojos cerrados y respirando laboriosamente, sus piernas flexionadas y abiertas descansaban en ese ángulo a los costados del pelinegro, que se dedicó a acariciar su torso y lamer sus pezones mientras aguarda a que el dolor pase lo suficiente para moverse… y reveló sus uñas un poco para deslizarlas por su piel cubierta ya de sudor, sonriendo suavemente al escuchar esas casi imperceptible sonrisas escapar de labios del castaño cuando pasaba por sus costados en donde le generaba cosquillitas…

Un par de minutos después, Junsu le indicó que estaba listo, y Yoochun comenzó a embestirlo, con una suavidad delirante que el pelinegro ansiaba poder dejar para moverse con algo más de pasión, porque ese fuego que quemaba su interior lo iba a volver loco… pero sabía que esa era la primera vez del castaño, sabía que debía ser tierno, porque no quería lastimarlo con su deseo instintivo…

- aahhh, ahh, mhh, Yoo…chun… mmhhh… - pero los gemidos del castaño poco ayudaban a su autocontrol… y menos cuando sus piernas se enroscaron a su cintura presionando su trasero impulsándose, orillándolo a moverse más rápido… - ahh, ahh, así, mhh…

- aahhh, Junsu… mmhhh, mhh, ahh… - el pelinegro finalmente se abandonó a sus deseos, embistiendo con fuerza contra el castaño, sintiendo cómo su intimidad presionaba su virilidad, y levantó el trasero de Junsu un poco más tomándole las caderas con fuerza y dejando estocadas profundas…

- ahh, Chun… ahh, ahh… - el castaño sentía que estaba a punto del desmayo por el placer que corría por su cuerpo, sentía la fuerza con que sus caderas eran empujadas y chocaban contra el pelinegro enterrándose profundamente en aquélla erección caliente que le estaba transportando tal vez demasiado rápido al orgasmo…

Y sintió que era impulsado más al frente, consiguiendo que quedara sentado sobre las caderas del pelinegro, e inmediatamente lo abrazó rodeando sus hombros aferrándose a su espalda, sus piernas alrededor de su cintura aún, sus caderas seguían siendo movidas por la fuerza sobrehumana de Yoochun, volviendo de sus movimientos un vaivén casi salvaje, sus sentidos impregnados de su calor, de su aroma a sudor, perfume y sexo, de sus gemidos roncos, de sus murmullos, de sus besos lujuriosos… su miembro preso entre ellos se friccionaba dándole ese doble placer que tanto deseó sentir prácticamente desde que lo conoció…

Hasta que finalmente sintió ese calor concentrándose en su bajo vientre, y fue nuevamente recostado sobre el colchón, embestido con la misma rapidez y profundidad, escuchando esos mismos gemidos roncos y recibiendo de esos besos apasionados que Yoochun no dejó de entregarle; tomando su miembro entre sus manos para bombearlo al ritmo de sus estocadas… y explotó, antes que él, porque su placer había sido demasiado para aguantar un segundo más, y lanzó un grito de placer mientras su cuerpo tembloroso era sacudido por el orgasmo y el pelinegro lo atravesaba en una última estocada en la que sintió que se descargaba en su interior y gemía su nombre en su oído, quedando casi recostado sobre él…

Junsu sonrió ampliamente al sentirse cobijado por esos brazos que lo instaron a recostarse sobre su pecho, mientras Yoochun abandonaba su interior con cuidado… había sido solo sexo?... No… porque había alcanzado una gloria que creyó olvidada hace siglos…

- porqué me salvaste, Yoochun?... – cuestionó después de algunos minutos de cómodo silencio, lo que había tardado en recobrar el tono muscular y el ritmo cardíaco y de respiración normal… todavía saboreando el sabor de los labios del pelinegro que había quedado impregnado en los suyos, todavía con esa calidez en su intimidad que la esencia de su amante dejara en ella… abrazado con aprehensión por él, apretándolo inconscientemente un poco más al escuchar esa pregunta, pero sin llegar a responderla…

Porque no estaba seguro del motivo, porque hubiera querido poder salvar también a su madre… porque tal vez JinHyuk tenía razón, y la respuesta se encontraba en la historia encadenada a su linaje… a Ella…

Y desde entonces mantuvieron esa relación clandestina sabiendo quienes son en verdad… un centinela enamorado de un lycan… un licántropo redescubriendo tal vez el amor en un mortal… y no puede decirse claramente quién entró en la vida de quién, porque desde que sus destinos se cruzaran, sus miradas ya los habían atado, tal vez por la eternidad…
















Darkness Deep cap especial 2(YunJae)
ACERCA DE CÓMO ENTRASTE EN MI VIDA… O FUI YO EN LA TUYA?

Seúl, Corea
Palacio del Este (Changdeokgung)
1971

Recargado en el arco de madera del Puente que atraviesa el pequeño canal de agua cristalina de uno de los Jardines de todo el Palacio, Kim Jaejoong observaba la brillante Luna en el firmamento… es uno de los Príncipes del Clan de vampiros más poderoso de toda Asia, dominaban en el país desde hace ya muchos años, sabe que es su destino tomar el puesto de Adalid cuando su padre Won Dae así lo decida, lo que seguro será pronto, puesto que se ha empeñado en irle mostrando cómo debe comportarse al estar frente al Consejo de Sangre, las virtudes de las que goza, las intrigas de las que formará parte y de las que al mismo tiempo sacará provecho, le ha ido indicando de quiénes debe cuidarse y quienes lamerán su mano por un poco de seguridad… porque el mundo de vampiros es un territorio lleno de secretos e historias que permanecen en el anonimato para mantener un supuesto control de jerarquías… como si no supiera parte de eso, porque está seguro que detrás de la muerte de su madre, Hye Yong, hace no más de un año, hay un gran secreto que su padre conoce y se ha negado en rotundo a revelar, pero que le carcome las entrañas y queda al descubierto cada que su mirada se posa en su hermano ChangMin, como si él fuera culpable de la sombra de dolor que cayó sobre sus ojos cuando la hermosa mujer murió…

- pensando otra vez en la inmortalidad del cangrejo… - escuchó la voz medio burlona de su hermana Chae Yun, que llegaba sonriendo con ese hastío que le invade cada que se encuentra encerrada en el Castillo…

- no conseguiste salir esta noche?... – el pelioscuro le regresó una sonrisa entre burlona y compadecida, porque sabe que a su hermana nada le gusta estar en el Castillo, sobre todo desde que su madre falleciera…

- papá dice que no debo, el Consejo de Sangre se ha reunido para establecer una tregua entre clanes de vampiros y lycans… - se apoyó recargando su espalda y en el puente… - así que mientras se efectúa o rechaza, afuera no es seguro para nadie, y ya sabes cómo me trata desde que mamá murió, como si fuera un ave que solo busca volar lejos de él…

- Te Ama… - fue la justificación que el pelioscuro dio para la actitud de su padre con su hermana…

- también te tiene a ti y a ChangMin, se supone que nos ama a los tres, porqué es que solo conmigo se empeña en tratarme como un tesoro que le pueden robar si salgo… - resopló con frustración… su hermano no dijo nada… - siempre que menciono a ChangMin, la molestia le cruza el rostro, sabes por qué?...

- no… - y si ellos se han dado cuenta… ahora comprenden por qué el menor de los varones se ha ido recluyendo poco a poco, evitando al máximo a su padre, a menos que éste lo llame… - voy a salir… - soltó de pronto…

- contradecirás la orden de papá?... – genuinamente sorprendida, la Princesa miró a su hermano con un dejo de preocupación, sabe cuán poderoso es, pero…

- como si fuera la primera vez que lo haré… - murmuró sonriendo con diversión, antes de caminar hacia el otro lado perdiéndose rápidamente entre los Jardines…

……………………………………………

Por esos años se sucedió la llamada Guerra Fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética, de ese hecho que interesaba a pocos y que ocultaba intereses político-económicos, en los que tal vez haya también intereses de los clanes de vampiros que gobiernan aquéllos lares del mundo; fueron también años de la psicodelia, del nacimiento de la música disco, de todos esos aspectos que importaban a los jóvenes y en los que se envolvían para ignorar los hechos internacionales que saben impactará contra sus futuros, era tiempo de vivir la vida, de hacer y deshacer por el placer de disfrutar, preocupándose intrínsecamente… y los jóvenes vampiros no escaparon a eso…

Jaejoong también acudía a esas Discotecas en donde la música de moda le permitía sacar por instantes a su familia de sus pensamientos, de olvidar por momentos su propio futuro, de dejar de lado las palabras de su padre recordándole quién era y lo que TENÍA que hacer por el Clan Kim, que seguía luchando por obtener el poderío sobre otros clanes de vampiros en Asia.

Y muchas veces se enfrascó en relaciones que nada le dejaban, porque solo quería el placer de sus noches apasionadas, convirtiéndolas en burdas aventuras que incluso idiotizaban sus sentidos por la influencia de sustancias que circulaban por su organismo. Pero entonces lo vio por primera vez… a ese chico de tez morena que sonreía endiabladamente sexy hacia cualquiera en el lugar, como si sus ojos claros estuvieran analizando algo…

Y sonrió ampliamente al verlo sacar un arma estilo metralleta, disparando al por mayor a todo su alrededor, porque ahí había en su mayoría vampiros, transformados, no puros como el Príncipe Kim… y no movió ni un músculo, sentado en ese sofá de cuero color rojo intenso, mientras veía cómo todos los mortales gritaban y corrían espantados, y los vampiros trataban de escapar o enfrentarle mostrando sus colmillos y gimiendo con ese peculiar tono casi gatuno…

- Diurno… - murmuró el pelioscuro, porque hace unos meses que se escucha hablar de él, de un muchacho que caza vampiros y se ha escabullido a todo intento de los clanes coreanos por darle muerte, sabiendo realmente poco de ese que se ha convertido en una preocupación más para su padre… - pero es realmente guapo… - su lengua pasando por sus labios…

El Diurno sacó un arma más, disparando sin miramiento alguno a los vampiros que quedaban en el local, seguro de que aquéllos que han conseguido huir ahora serán blanco más tarde de sus balas o cuchillas… y peinó la zona asegurándose de que los pocos que quedaban en el lugar fueran simples mortales espantados que habían sido incapaces de moverse por el temor, resguardados bajo la mesa o agachados pegados a algún muro… pero también estaba él, ese chico de nívea piel y cabellos oscuros, de ojos negros y labios rojos…

- hermoso… - porque fue la palabra que casi inconscientemente saltó a sus pensamientos y escapó de su boca, esa que curvada en una coqueta sonrisa ya deseaba sentir aquéllos carnosos labios… - un vampiro más… - pero era su misión de vida exterminarlos… porque uno de ellos le dio un futuro que no deseaba desde que estaba en el vientre de su madre, fue marcado con un destino retorcido que ensombreció su mundo más de lo que ya está…

El moreno caminó hasta el pelioscuro, ambos se miraban profundamente, sonriéndose de aquélla misma sensual manera, lamiéndose los labios en un gesto inconsciente por probar los del otro… atracción sexual? Definitivamente, porque una de las características de la raza vampira reside en esa pasión subyacente a absolutamente todos sus deseos, a esa sensualidad desbordante y la necesidad innata de satisfacer sus más primitivos instintos…

- si vas a matarme, dime por lo menos tu nombre, Diurno, para llevarme en la muerte la identidad de un hombre tan atractivo y valiente… - la voz del Príncipe Kim se deslizó con picardía, moviéndose un poco en su lugar, recargándose en el respaldo del sofá, sus manos extendidas apoyadas a los costados, su mirada brillante y esa sonrisa que no ha apartado de sus labios…

- flirteas conmigo, acaso?... – el moreno se sentó en la pequeña mesa ratonera frente al pelioscuro, admirando esas largas piernas bajo el pantalón acampanado que le da una atrayente figura estilizada, masculina pero exquisita…

- servirá en algo que lo haga?... – enarcó una ceja con un toque más coqueto, se sacó el calzado llevando su pie derecho al izquierdo del moreno, acariciando sinuosamente deslizándose hacia arriba, el calor emanando de ambos cuerpos…

- eres del clan Kim, no es así?... – sentía que ese pie que sigue ascendiendo en su cuerpo le hacía temblar ligeramente, pero no le importaba, le estaba gustando esa sensación… jamás se había sentido tan atraído por otro chico, pero es que Él…

- Jaejoong, el Príncipe heredero, el rango salvará mi vida? Diurno… - ya su pierna había alcanzado la ingle del moreno, y se disponía a presionar insinuantemente esa zona cuando el Diurno le tomó ese pie y lo pasó por su cintura mientras se inclinaba sobre el pelioscuro quedando casi pegadas las caderas de ambos, muy cerca de su rostro…

- por ahora, porque no pienso iniciar una guerra contra tu clan cuando el Adalid sostiene una Asamblea con el Consejo de Sangre, y soy uno de sus puntos de debate, Jaejoong… - los labios del pelioscuro rozaron los suyos cuando éste se empinó buscando besarlo, sintió que se le turbaron los sentidos por ese sencillo toque… pero no cedió… se apartó listo para abandonar el local y continuar con su cacería de la noche…

- dime tu nombre, Diurno, déjame soñarte en el día y perderme en el mundo de Morfeo siendo tuyo… - el pelioscuro se puso también de pie, mirando esa varonil espalda que quisiera recorrer con sus manos…

- en otra ocasión tal vez, Jaejoong…

*********************

Taegu, Corea
1983

Capital de la Provincia de Kyongsang Septentrional, y una de las zonas más importantes de toda Corea, sede actual del Consejo de Sangre, mismo que se ha estado moviendo constantemente en los últimos años por todo el planeta, volviendo cada tanto a tierras asiáticas, evadiendo al máximo China, pero a la vez permaneciendo lo más cerca posible… porque es dominio internacional que Zhang Yiang ha vuelto del país asiático territorio lycan…

Y el Diurno estaba ahí por una simple razón… le habían convencido de asistir a una reunión para formar una alianza con él y redirigir sus intenciones hacia la persecución de licántropos, que apoye a la causa ahora y dejarán de seguirle como un enemigo de los vampiros…

Pero se había negado absolutamente…

Y seguía siendo uno de los principales enemigos de las castas de vampiros…

Pero eso era lo que menos le preocupaba ahora…

Hacía tanto que evitaba todo acercamiento posible con Él, porque le molestaba la idea de sentirse atraído tan irresistiblemente hacia su persona, por eso había permanecido una década fuera del país, se había ido por el mundo cazando vampiros en otros países… y ahora, por una jugada del destino tal vez, estaba ahí, de nueva cuenta ante Jaejoong… y sus miradas permanecían conectadas mientras se perdía en esa figura masculina que despierta sus más bajos instintos…

Era un pecado… y no hablaba exactamente del hecho de que se encontraran en un Templo, entre veladoras que alumbraban ese casi desolado lugar, con algunas imágenes que representaban las creencias humanas… en los que él dejó de creer hace mucho tiempo cuando su verdadera naturaleza salió a flote y sintió por vez primera la necesidad de saciar su sed de sangre… no, no hablaba de eso cuando sentía que pecaba… era el ver al pelioscuro recargado en aquella mesa cubierta por un mantel blanco, con las piernas semiabiertas y la camisa desabotonada, era el que sus ojos se perdieran en ese torso desnudo que era tocado con calma por aquellas manos delicadas que pertenecían a la criatura nocturna más hermosa que ha visto en toda su vida… era sentirse excitado por ver a Jaejoong autosatisfaciéndose con suaves caricias que dejaba en su pecho, blanco como la porcelana… en esos montecitos que lucían duros ya de tanto contacto, erguidos deseosos de ser devorados por unos labios… sus labios…

Y se quedaba solo contemplando la escena, demasiado absorto en ver cómo se autoerotizaba como para moverse de su lugar, ni siquiera pensaba en ese momento en que habían llegado hasta ahí después de que le siguiera de cerca esperando la oportunidad de… Diablos! Ni siquiera lo sabe, había pasado por su cabeza el secuestrarlo y amedrentar al Clan Kim que pesaba ahora un tanto más en el Consejo de Sangre y le pudieran dejar en paz, pero después todos sus sentidos solo le mandaban hacerlo suyo… y ahora teniéndolo ante él… solo puede observar, excitarse y llevar sus manos a sus propios pantalones para alcanzar su ya duro miembro y masajearse lentamente… tal como ya Jaejoong lo hace en ese instante…

- mhh, ahh, Diurno… - gemía el Príncipe Kim, consciente de que frente a él, a unos pocos metros, sentado en una de las bancas, el moreno le observa con lujuriosa mirada…

Y su mano acelera solo un poco el ritmo de los masajes que deja sobre su propia erección, sintiéndole caliente y duro, hinchado y necesitado de sentir otro tacto… la lengua del moreno deslizándose por toda su extensión sería la gloria misma… y cerró los ojos imaginando aquello… la forma en que aquella boca se movería por todo su miembro proporcionándole el placer más exquisito posible… El moreno le escuchaba gemir sin pena alguna, pronunciando ese apelativo con que le han identificado entre los vampiros… deseando que fuera su nombre el que escuchara en esos rojos labios que de vez en cuando son mordidos por su dueño, ahogando gritos de placer, pero con las facciones del gozo bien marcadas en su perfecto rostro…

- aahhh, más… mhh, más Diurno, ahh… - e insistía en gemir pensando en que ahora las caricias se perderían por su cuerpo y su intimidad sería ocupada por la virilidad de aquél que frente a él se muerde con fuerza los labios para no gritar también su nombre…

Y el ritmo de las manos de ambos en su propia entrepierna alcanza el límite, movimientos frenéticos que consigue acercarlos cada segundo más al orgasmo, pueden sentir ese líquido preseminal quedarse entre sus manos, haciendo del deslice de estas algo más húmedo y erótico…

- mmhhh… - gime ronco el pelioscuro al sentir el semen bañar su mano y arqueó la espalda al sentir esos ricos temblores de su orgasmo, respira agitadamente y lleva unas gotas de sudor en la frente y el pecho…

Abre los ojos y se encuentra con el moreno sonriéndole con sensualidad maliciosa, puede ver el líquido blanquecino en una de sus manos, porque ha terminado igual que él, tan cerca y se habían masturbado pensando en el otro cuando lo tenían a su entera disposición… podía resultar patético, pero había sido una de sus mejores sesiones de masturbación… El Diurno se puso de pie, con todo y los pantalones desabrochados, se acercó hasta el pelioscuro, que permanecía en donde mismo, sintiendo su respiración más regular…

- Jung Yunho… - se presentó a pocos centímetros de distancia, viendo con picardía la esencia del Príncipe Kim aún sobre su entrepierna y en una de sus manos… - gime la próxima mi nombre, Jaejoong… - se acercó y beso sus labios… un beso lujurioso en el que sus lenguas se enredaron desesperadas por un contacto que hace años habían deseado, danzando en un frenético movimiento húmedo, y cuando el aliento les faltó se separaron con un hilillo de saliva quedando entre sus labios…

- puedo gemirlo ahora si lo deseas, Yunho?... – llevó sus manos a la playera del moreno, resbalando hasta los bordes (dejando en el camino un poco de rastros de su semilla) pero justo ahí el moreno las tomó apartándolas de su cuerpo…

- hoy ya no es posible… - una persona entraba por los portones del Templo, haciendo ese ruido fuerte de las enormes y viejas puertas al abrirse en el silencio de la noche… - a menos que seas un pervertido exhibicionista que gusta de hacerlo delante de su propia hermana… - y antes de que la Princesa pudiera llegar a verle, el moreno trepó con impresionante velocidad a una segunda planta que daba a las escaleras del campanario… el pelioscuro se había apresurado a ajustar sus pantalones y medio limpiar la esencia que aun quedaba en su mano…

- papá te busca, vamos a volver ya a Seúl… - Chae Yun vio que su hermano estaba algo extraño… nervioso? No exactamente… divertido? Como cuando acaba de encontrar algo nuevo con lo que jugar… - necesitas más que un rápido encuentro con tu propia mano para satisfacer el deseo, hermano… - el pelioscuro le miró un tanto avergonzado… podía ser que su hermana se haya dado cuenta?... – no tengo 15 y definitivamente no soy nada inocente, sé que estabas masturbándote…

- no tenías que ser tan directa, Chae Yun… - de cualquier forma, era bastante incómodo que se lo hiciera saber con todas las palabras…

- y tú deberías serlo, si tienes ganas de sexo, hay muchas que se entregarían a ti con solo una mirada de tu parte, Jaejoong…

- <.pero yo solo quiero a Yunho.>…

*********************

Seúl, Corea
Distrito Gangnam-Gu
1992

Hacía años que se encontraban cada tanto, pero siempre que realmente presentían que podían escaparse por ahí y tener ese encuentro que palpita en sus cuerpos con deseo fogoso… algo terminaba por imposibilitárselos… Jaejoong era enviado por el Adalid Won Dae a otros países, acompañándole en supuestas y necesarias reuniones por el futuro del Clan Kim… o Yunho se veía obligado a moverse por la persecución fiera que se ha sostenido por él, porque es ahora peor que los licántropos de Corea que también mantienen esa lucha de poderes desde mediados de siglo contra los vampiros…

Era frustrante…

Demasiado para soportarlo, lo único que querían era sentir el cuerpo del otro contra el propio, gemir mucho y compartir placer…

Pero este podía ser el día en que por fin pudieran estar juntos… se habían visto caminando por la calle como dos personas comunes y corrientes que buscan un poco de diversión para espabilar el estrés de una pesada semana de trabajo, iban por aceras contrarias pero en el mismo sentido… Jaejoong miró a su guardia personal, tendría que encontrar la forma de perderlos y poder acercarse a Yunho sin que lo notaran… como su padre se fuera a enterar, se le armaría la grande… y el Diurno solo se ocupaba de seguir cada movimiento del pelioscuro, que sonreía radiante hacia él y fingía estar de lo más entretenido observando los varios lugares por los que iban pasando, aún era temprano por la noche por lo que la vida nocturna de la región estaba en pleno…

Jaejoong vio que había un Hotel cerca, y un antro en el que podía meterse, siempre le seguían, pero en cuanto los ojos de sus guardias encontraban alguna deliciosa presa, era relativamente fácil perdérseles si él mismo arrastraba a alguna o algunas mujeres con él… y lo hizo, se fue directo a la mejor zona del club, peinó la zona e identificó a las más hermosas, se acercó a dos de ellas y les habló al oído, un par de minutos después ya caminaba fuera con cada una de esas chicas caminando a su lado, sonriendo tontamente…

Yunho le vio y al instante quiso matar a esas muchachas, porque sabía perfectamente lo que vendría ahora, está seguro de que de hecho Jaejoong siendo un vampiro satisface su deseo carnal a menudo con la primer mujer (o tal vez hasta hombre) que se le atraviesa… y eso hizo que algo rugiera en su interior… pero se calmó cuando vio que las chicas subían a un taxi y asentían a lo que el pelioscuro les decía… luego esperó pacientemente recargado en el muro de uno de los locales de la acera de enfrente a que Jae llegara hasta él…

- ellas creen que llegaré en unos minutos al Hotel… - sonrió sensualmente… - pero claro está, espero que me tengas ocupado toda la noche…

- toda la noche?... – el moreno comenzó a caminar hacia la derecha, como si regresara sobre sus propios pasos, atento a si veía salir a la guardia personal del Príncipe que camina a su lado…

- bueno, al menos casi toda, lo que me dé margen suficiente para volver a casa y no ser pulverizado por los rayos del sol…

Y pocos minutos después entraron a un Hotel no muy lujoso, ingresaron en la habitación que el moreno pidió y comenzaron a besarse, suspirando entre los labios por esa exquisita sensación del dulzor fulgurante de la boca del otro danzando con la propia… sintiendo el calor abrasador envolverlos al instante… tanto tiempo reprimiendo el deseo…

Las manos de los dos se movieron ansiosas apartando las ropas de su amante, y cada prenda quedó tirada en el suelo esos pocos pasos mientras caen sobre la cama, con Jaejoong sobre el cuerpo de Yunho, besando sin cesar sus labios, apartándose por fin para perderse cuesta abajo lamiendo su cuello con su caliente saliva…

- ahh, ahh, mhh, Jae… - arrancando esos primeros jadeos del moreno, sintiendo su caliente piel bajo sus dedos que han resbalado ya por sus hombros y memorizando cada detalles de los músculos de sus brazos…

- deseaba tanto esto… - murmura seductor, levantándose un poco para tener mejor acceso a su torso y llenarlo de sus insinuantes caricias… sentado sobre las caderas del moreno, con sus semidespiertas erecciones una junto a la otra…

Un peculiar contraste de pieles, ardiente blancura que se funde con el tono más bronceado del Diurno… y el moreno sonríe al notar que el pelioscuro se entretiene en sus pectorales, delineando el trazo de cada uno, jugando al deslizar sus uñas por su piel…

- no vamos muy lento así?... – cuestiona con voz ronca, llevando sus manos a la entrepierna del pelioscuro para comenzar a masajear…

- quiero disfrutarlo… - y esas palabras fueron su condena minutos más tarde, cuando estaba bajo el cuerpo del moreno y éste le hacía el sexo oral mas tortuoso del mundo… - aahhh, Yunho, más rápido… - pedía casi desesperado, porque su amante llevaba minutos solo acariciando con lentitud su erección, que erguido y duro dolía necesitado de caricias más frenéticas o de su boca succionando…

- dijiste que querías disfrutarlo, Jae… - sonrió con maldad, viendo que una vez más el pelioscuro llevaba sus manos hacia su entrepierna buscando darse placer él solo… - no me obligues a atarte… - murmuró pícaro, tomando las manos de su amante, por tanto apartándolas de su erección, y las llevó por sobre la cabeza del pelioscuro, sujetándolas con fuerza con una de sus manos, para poder llevar la otra nuevamente a atender ese trozo de carne caliente e hinchado…

- ahh, eres malo, Yunho… - aún así gemía, porque en verdad lo estaba disfrutando, era un placer muy diferente, y aunque estaba odiándolo por no ir más rápido, también sabía que el moreno tenía alguna sorpresa placentera para él bajo la manga…

- pero te gustan los chicos malos, no?... – notó que en un gesto desesperado la naturaleza vampira del pelioscuro se reveló, se le desarrollaron los colmillos, las uñas en sus manos crecieron un tanto más, los ojos se le tornaron azules, y su fuerza se incrementó, con lo que consiguió liberarse de su agarre e invertir posiciones…

- no debiste provocarme tanto, Yunho… - llevó una de sus manos a la entrepierna del moreno y la otra a la propia, masajeando con fuerza ambas… - mhh, mhh, ahh, ahh…

- aahhh, mmhhh, ahh, ahh, Jae, mhh… - el moreno lo dejó hacer por unos momentos, porque después de todo lo hacía muy bien, eso no estaba en tela de duda, sentir esas calientes manos en su erección, escuchando esos eróticos gemidos…

Pero claro, el moreno también quiere dejar en claro quién manda en esa aventura, por lo que no mucho después, cuando ha sentido que estarán próximos a descargarse, hace uso de su propia condición vampira y vuelve a ser un poco más fuerte que el pelioscuro, aparta las manos de sus erecciones y las ata dejándolas por sobre la cabeza de Jae con su cinto habiéndolo tomado en un movimiento muy rápido del suelo donde se encuentran sus ropas tiradas…

- qué es lo que pretendes… - cuestiona con la voz alterada, un tanto sorprendido pero también muy curioso de lo que el moreno quiera hacer con él…

- mantenerte ocupado casi toda la noche… - responde con sensualidad, acercándose a su oído para morderlo suavemente… - te voy a torturar de placer… - y susurrar en él con voz ronca, haciendo que por primera vez el pelioscuro se estremezca bajo su cuerpo…

Y luego Jae siente que algo es atado en la base de su miembro… un cordel que servía para mantener las cortinas abiertas… y no es ignorante, sabe para qué es eso… y la idea no le asusta… por el contrario, le genera más morbo y excitación… se había vuelto masoquista?

Yunho vuelve a su cuello lamiéndolo con paciencia, disfrutando de ese sabor a dulce mezclado con sudor, de esos suaves jadeos que el Príncipe Kim comienza a soltar por sus atenciones… y sus manos vagan libres por todo su torso, concentrándose en sus pezones, presionándolos un poco para dejarles endurecidos… y baja lentamente por su cuello, chupando en su clavícula para dejarle la zona rojiza, una marca que pueda ver por lo menos unos días cuando se vea ante un espejo, por que los vampiros puros pueden tener esa facultad, y no son exactamente los muertos vivientes en que se convierten los infectados, aquellos a quienes llaman vampiros transformados que tampoco tienen su misma fuerza o habilidad.

Y llega hasta su pezón derecho, sopla su cálido aliento notando cómo se eriza la piel alrededor y escucha el suspiro de Jaejoong, quien ya no pudo evitar mantener los ojos cerrados disfrutando de todas y cada una de las sensaciones que recorren su cuerpo por causa del moreno. Y lame con cuidado, como si se tratara de un dulce que temes que se acabe, dando luego un suave mordisco, sintiendo la palpitante erección del pelioscuro rozar contra la suya cuando eleva un poco las caderas y gime ronco por ese nuevo contacto…

El Diurno sonríe de medio lado, complacido por sus reacciones, y continúa con su “tortura”, va al otro botón y lo chupa presionándolo con sus labios, Jae se arquea nuevamente… desciende con lamidas y besos húmedos hasta sus pectorales, sus manos permanecen quietas en el colchón, aunque sin duda su propia entrepierna clamaba por un poco de atención, pero si hacía sufrir al pelioscuro, él tendría que hacer también… era eso tan sadomasoquista como es escuchaba?

El pelioscuro intentaba mover sus manos para llevarlas a su miembro que dolía cada segundo más excitado, pero era imposible, porque cuando el moreno advirtió lo que pretendía y viendo que no era suficiente haberlas atado pero libres para moverse dentro de ciertos límites, tomó su playera y con ella las ató a uno de los barrotes en el respaldo de la cama…

- sin trampas, Jae… - susurró con voz sexy… alterando otro poquito los ya erráticos sentidos del pelioscuro…

Y volvió a su tarea de saborear cada recoveco de su cuerpo, paseando sus manos sin tapujo alguno por cada centímetro de su piel, pasándolas por debajo de él hasta apretarle el trasero y jugar con uno de sus dedos en la entrada del Príncipe Kim, sin llegar a introducirse aún, viendo extasiado cómo se movía inquieto y gemía deseoso de que lo hiciera de una buena vez…

- ahh, Yunho, ya no aguanto, por favor… - y que el pidiera las cosas ya era mucho decir, porque nunca pedía, tomaba o exigía y se le era entregado…

- qué cosa, Jaejoong… - murmura con su voz varonil, ronca, excitada, haciendo círculos en torno a su intimidad, acariciando con su mano libre su erección de manera furtiva…

- házmelo… - gime, luchando contra el amarre tan fuerte que el moreno hizo sobre sus manos, sintiendo que se lastima la piel por la fuerza con que tira…

- que te haga el qué, Jaejoong… - en serio que disfrutaba ver como se contorsionaba en busca del placer que solo parecía estar prometiéndole con sus caricias…

- que me la metas, carajo!... – soltó frustrado, molesto tal vez, demasiado excitado y ansioso por sentirse tomado por el moreno… tanto que ni medía las palabras que salían de sus rojos labios…

- que te meta qué… - pero el Diurno sonrió tanto más divertido, picando en el orgullo de un excitado vampiro que está seguro de seguir así logrará librarse del agarre de sus manos…

- joder! Yunho… - abrió los ojos clavándolos en las pupilas de un tono aun oscuro del moreno… buen punto, porqué sus ojos no se tornaban azules siendo un vampiro? Bueno, ya luego podría preguntar eso, ahora no tenía tiempo ni neuronas para ello…

- impaciente… - murmura antes de sacar su mano de debajo del trasero del pelioscuro, llevando sus dedos a la boca de éste… sonríe ampliamente al sentir la ansiedad con que son chupados y lamidos hasta dejarlos llenos de esa saliva caliente…

- mmhhh… - el pelioscuro se arquea nuevamente cuando un primer dedo entra en su cavidad anal… realmente, hacía mucho que no estaba con un hombre, y se obligó a no pensar en eso ahora, porque duele… y la preparación de su intimidad también, pero es mayor el morbo y el placer, la necesidad de liberarse…

Yunho vuelve a sus labios para besarle y distraerlo un poco, solo un poco de esa intromisión, y la que le sigue al agregar uno a uno sus otros dos dedos, moviéndolos más rápido y en círculos cuando ya ese pasaje se ha dilatado favorablemente… y entonces, antes de que el pelioscuro se lo pida, acerca su muy necesitado miembro a su entrada, empujando con algo de ansiedad hasta sentirse totalmente dentro de ese cuerpo candente…

- ahh… - gimen los dos, encontrándose en un apasionado beso mientras el pelioscuro mueve sus caderas indicándole que no quiere esperar…

- te podría lastimar… - advierte el moreno, porque sabe que es demasiado pronto moverse cuando su pasaje tan estrecho todavía palpita por su intromisión…

- solo muévete, Yunho… - casi suplicó el pelioscuro, tanta excitación por cada fibra de su ser, sentía que le lastimaba más eso…

Y el Diurno obedeció, moviéndose lentamente dentro y fuera, penetrando con suavidad al Príncipe Kim, viendo que se formaban esos gestos incómodos en su rostro, que gemía con un dejo de dolor, pero a la vez empujaba acompañando su vaivén, haciéndolo de hecho un poco más rápido, orillándolo a él a acelerar, tal vez con demasiada fuerza y prontitud porque sintió algo húmedo mojar su erección, y definitivamente no era su esencia aún…

- porqué paras… - le pregunta con voz ansiosa y entrecortada…

- porque te he lastimado, Jae… - un dejo de culpabilidad y preocupación se desliza en su tono de voz, pero siente que las piernas del pelioscuro se enredan en su cintura…

- sanaré rápido, te necesito, Yunho… - esas palabras calaron hondo en alguna parte que se supone hace más que latir bombeando sangre por todo su cuerpo… su corazón… y eso tal vez no era amor… pero era algo que hacía que sintiera la necesidad de darle a ese ser bajo su cuerpo todo lo que le pidiera… salían a colación sus debilidades humanas ahora? La capacidad de sentir emociones?

El moreno retomó las embestidas, acelerando rápidamente, gimiendo por el placer que corre por sus venas al sentirse tan gozoso teniendo sexo con otro hombre, muchas veces en sus años como caza-vampiros llegó a encontrarse parejas gay en plena faena antes de darles muerte… y eso de alguna manera le había generado morbo, pero nunca se había sentido tan abnegado en placer como ahora, porque las mujeres que han pasado por su vida eran entregas casi vacías de puro deseo carnal…

- aahhh, Jae, mmhhh, ahh, ahh, ahh…

- más fuerte Yunho, mhh, mhh, ahh, ahh…

Y Jaejoong sintió que de sus muñecas también brotaba un poco de sangre por las heridas que la fricción del cinto dejaba en ellas al inconscientemente estar tirando deseoso de llevar sus manos a alguna parte del cuerpo del moreno y acariciar su caliente piel… dejando que solo sus labios puedan disfrutar un poco de aquello, besando y lamiendo lo que queda a su alcance, gimiendo cada vez mas ronco… y Yunho se sentía en alguna dimensión paralela en la que solo existía el placer de ser uno con el pelioscuro, llevando ese vaivén de caderas a un ritmo frenético de estocadas, el ruido del respaldo de la cama nada tenía que hacer contra los gritos de gozo que liberaban sin importarles (porque no eran conscientes de ello) que alguien los estuviera escuchando más allá de esas cuatro paredes…

- Yun…ahh…no… necesito, aahhh, correrme… - porque el cordel que seguía presionando la base de su erección le impedía tal cosa, y eso era algo que le dolía… placenteramente…

- ahh, ahh, ya casi, mhh, Jae… - quería que terminaran juntos, y si lo retiraba ahora el pelioscuro se correría inmediatamente… así que aceleró un poco más si es que eso era posible…

Sintiendo ese calor en el bajo vientre que le indicaba que estaba muy cerca del éxtasis, llevó una mano al miembro de Jae, en verdad estaba muy caliente e hinchado, con algo de dificultad pues estaba demasiado sumido en el ritmo de sus penetraciones, consiguió deshacer el nudo del cordel, masajeó un poco se trozo de carne y a los segundos su mano fue bañado por su semilla, al tiempo en que él se derramaba en el interior del pelioscuro, ambos gimiendo ronco, arqueando la espalda, temblando por los espasmos del orgasmo…

- eres delicioso… - el moreno lamió el semen de su mano… aun al medio de las piernas del pelioscuro… aún dentro de él…

- yo también quiero probarte… - sintió que le moreno abandonaba su interior, la punta de su erección tenía un poco de su semilla… - suéltame…

El moreno llevó sus manos a los amarres, liberando primero el de su playera y luego el del cinto, viendo con un dejo de arrepentimiento las heridas de sus muñecas; pero el Príncipe parecía no estar preocupado en absoluto por ello, porque inmediatamente se movió hasta alcanzar el descargado miembro del Diurno y lamer la semilla que había quedado en él…

- sí, también sabes delicioso, Yunho… - el moreno pensó entonces que sería imposible encontrar a alguien más hermoso y seductor que él…

- aun es temprano… - soltó el moreno al ver la hora en su reloj de muñeca… única prenda que continuaba en su cuerpo…

- pero esta vez, nada de cordeles ni amarres… - lamió sus muñecas, el sabor de su sangre no despertaba su sed, pero ver el cuello del moreno sí que hizo que le naciera el deseo de probar la suya…

- ni lo pienses… - porque el moreno comprendió su mirada, y no podía permitírselo…

- porqué no… - el pelioscuro hizo un puchero… algo adorable después de tanto fuego? Bueno, le sentaba bien, aunque definitivamente lo prefería sensual…

- a menos que quieras morir… - el otro le miró sin comprender… - muchos vampiros han muerto al morderme, mi sangre tiene un efecto similar al anticoagulante con la sangre de los vampiros…

- vale, entonces solo tengamos sexo otra vez… - no deteniéndose a pensar demasiado ahora en eso, el pelioscuro volvió a sus labios, besándolo con súbita pasión, como si no acabaran de tener un muy buen polvo ya…

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Seúl, Corea
Distrito Yongsan-Gu
Hogar de Jung Yunho
2000

Hacía ya años que tenían sus encuentros clandestinos, cada vez les era más fácil encontrarse sin que nadie se diera cuenta, iban tomando experiencia en ello, y el Adalid del Clan Kim no estaba nada contento, porque tal vez una parte de él presentía lo que pasaba, pero ocupado de mantener en pie la tregua entre vampiros y licántropos le quedaba poco tiempo para encargarse de asuntos de familia… y eso Jaejoong lo aprovechaba muy bien… pero Yunho trataba de alejarse, porque sabe de buena fuente que si Won Dae se entera de la relación de amantes que han estado manteniendo, ya no solo querrá darle muerte por ser el Diurno, sino por meterse con su primogénito…

- debemos dejar de vernos, Jae… - acostados en la cama de su habitación de aquel Edificio viejo pero que es su cuartel general, el moreno soltó aquello con seriedad, acababan de tener una de sus tantas sesiones de buen sexo, pero sentía que una angustia crecía en su interior al pensar en que a la vez se arriesgan demasiado, tentando su suerte…

- lo sé… - porque él también era consciente de la situación… pero resultaba realmente complicado simplemente renunciar a esa relación, a ese placer avasallador con que se entregaban cada que se veían… pero, era solo sexo?

Y aunque desde entonces han hecho hasta lo imposible por no ceder a la tentación de intimar, alejándose conscientemente al saber que el otro está cerca, viajando y perdiéndose en lugares apartados por meses enteros… tal vez la unión de dos vampiros pueda ser un respiro para los clanes… o tal vez su condena… saberlo? Tal vez en un futuro no muy lejano, cuando Génesis reaparezca en el mundo terrenal…













Darkness Deep cap 3
GÉNESIS



Tokyo, Japón
Distrito Shinjaku

Kenryu parpadeó confundido un par de veces… esos sujetos parecían tener toda la intención de hacer lo que fuera con tal de llevarle consigo… y ChangMin también parecía dispuesto a todo con tal de protegerle… la pregunta que rondaba en su mente era… Porqué?

- no queremos una pelea contra el clan Kim, Príncipe ChangMin, déjenos llevar al muchacho y no tendremos problema alguno… - Darius tenía su orden, y Yiang es inteligente, sabe que no es momento aún de establecer un duelo contra uno de los clanes de vampiros más fuertes del continente asiático, no cuando Won Dae tiene tanto poder sobre el Consejo de Sangre ahora que ha ascendido como Líder del mismo…

- ya te dije, ésta presa es mía… - manteniéndose firme, el morocho maquinó en su mente los movimientos a realizar para salir vivo de ahí y proteger a Ogazawara… pero…

- muérdeme… - escuchó el susurro venir a su espalda, donde el pelicastaño estaba preso entre él y la pared… Kenryu no sabía demasiado, pero a su parecer 4 a 1 era una desventaja considerable, y no iba a permitir que ChangMin se arriesgara por su causa…

- estás loco… - atinó a decir entre dientes el morocho, viendo con sus ojos azules cómo aquéllas bestias se impacientaban tras Darius y parecían esperar una sola señal de ataque para lanzarse sobre él…

El lycan notó algo raro entre ellos dos, no podía ver claramente al japonés, porque se ocultaba muy bien tras del Príncipe, pero alcanzaba a notar en los ojos de ambos una intención que no le convenía… afinó su oído pero nada podía escuchar, la distancia no era demasiada pero supuso que Kenryu inconscientemente podría estar generando ese sonido agudo que comenzaba a molestar en sus oídos, como en los de los licántropos que rugían con ansiedad a su espalda. ChangMin clavó sus ojos vampirescos en los del ojigris cuando éste dio un paso delante suyo pasándole por un lado, llevaba solo el pantalón, puesto que no había terminado de vestirse cuando fue advertido por su guardia y saltaron por el ventanal varios pisos desde arriba…

- si me muerdes tenemos una oportunidad, sino, los dos pereceremos… - dando la espalda casi en su totalidad a los licántropos, el japonés murmuró hacia el morocho, colocándose luego frente a él pero dándole la espalda… y un excelente acceso a su cuello…

- no soy tan débil, podré solo… - pero el morocho se negaba… no quería otorgarle con sus colmillos una vida eterna sin la oportunidad de volver a ver la luz del día… eso que él nunca ha podido pero sí deseado y soñado por siglos…

- es eso… o me entrego a ellos… - el pelicastaño dio un paso más hacia el frente… las bestias rugiendo con un poco más de fuerza… una mano tomándolo por el brazo jalándolo hacia atrás…

- los quiero vivos… - fue todo lo que Darius dijo antes de que los licántropos se lanzaran sobre los dos al tiempo en que ChangMin clavaba sus colmillos en el cuello de Kenryu y succionaba un par de veces, la sangre que probara le supo diferente, un sabor agridulce que hubiera querido poder saborear, el ojigris sintió una corriente eléctrica viajar por su espina dorsal cuando esos colmillos se clavaron en su cuello… y por un segundo gimió sintiendo un peculiar placer al sentir esas succiones… pero las bestias los obligaron a salir de ese mundo de ilusión en el que por instantes se habían sumergido, y que solo les dejó una sensación de que se pertenecerían de una u otra forma para siempre…

Y ChangMin tuvo que soltarlo y lanzarlo hacia atrás consiguiendo que impactara con fuerza contra el muro, mientras se enfrentaba contra las tres bestias impidiéndoles llegar hasta él, moviéndose con gran velocidad, rasgando con sus filosas uñas la gruesa piel de las bestias manchando sus oscuros pelajes con el rojo sangre de sus dueños; y lanzaba golpes en conocidos puntos débiles de los lycan, bajo el corazón y en los costados… y si lo conseguía, golpeaba con toda la fuerza posible sus mandíbulas. Ogazawara instintivamente se había llevado una mano a la mordida presionando la hemorragia, ahí donde la sangre… su sangre, seguía brotando, al tiempo en que sentía como si una sustancia entrara en su torrente sanguíneo haciendo hervir cada célula de su cuerpo…

- maldición!... – maldijo por lo bajo Darius, viendo con un dejo de temor la transformación de Kenryu, porque tal vez Yiang no quería que el descendiente de Génesis fuera infectado…

El pelicastaño cayó totalmente al suelo, comenzó a contorsionarse por el dolor que quema cada fibra de su ser, y en su interior todo su organismo mutaba… en algo que ni siquiera ChangMin previó… porque su transformación no era como la de cualquier otro a que hayan infectado… porque le parecía que ese algo especial que notara en sus ojos, era parte de esto… de lo que todavía le resulta en un misterio… el ojigris gritaba sin poderlo evitar, ahora sus músculos parecían estar endureciéndose y su estructura ósea modificándose, su corazón bombeaba más rápido y sus colmillos comenzaron a crecer… hasta que la vista se le nubló y perdió noción de todo a su alrededor, lo último que escuchó fue a ChangMin gritando su nombre y rugiendo como un vampiro enardecido…

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Kiev, Ucrania

Situado al Este de Europa, es un país con grandes recursos económicos, historia rica en hechos que han marcado precedente para la constitución de grandes potencias como Rusia. Posee un paisaje dominado por estepas y praderas, en el extremo sur se levantan tres cordilleras montañosas que originan costas altas y abruptas, veranos calurosos e inviernos fríos y secos con temperaturas que descienden hasta -40º C; y colinda con el Mar Negro.

Saliendo del Banco Nacional de Ucrania, una mujer que llevaba un maletín en la mano, con aproximadamente 32 años de edad, cortos cabellos lacios teñidos en tono violeta, vestida con un atuendo de cuero entallado a su cuerpo, abrigo de piel color blanco; ojos color lila, muy seguramente pupilentes, y una sonrisa atrayente, caminó contoneando sus caderas hasta un auto lujoso en color negro; la ventana de la puerta trasera fue bajada por su ocupante…

- tienes el dinero?... – un hombre de más de 50 años preguntó…

- lo tengo… pero antes de entregártelo, quiero que me lleves hasta Él… - la mujer se hizo a un lado mientras la puerta era abierta, luego subió a bordo y tomó asiento a lado del hombre…

- no hay muchos clanes que aún crean en su existencia…

- no hay muchos vampiros que sepan de dónde provienen… llévame hasta Maximus y decidiré por cuenta propia si de hecho sigues con vida… - el hombre sacó un arma del costado debajo de su pulcro traje gris, pero la mujer se movió mucho más rápido y le quebró la mano de un solo movimiento, haciéndose a la vez de la pistola… - sé que Yiang ha seguido mi línea de sangre… - la velocidad de la marcha bajando… - sigue conduciendo… - advirtió al conductor al frente… el hombre a su lado se quejaba por el dolor de la fractura, pero no dijo nada… no iba a arriesgarse a que los rumores fueran ciertos y ella fuera el origen de todo… porque nadie se metería con una híbrida… la única existente con las fortalezas de licántropos y vampiros… la que se dice, dio vida a Constantine Tudor y Jintao Zhang… - también sé que el Adalid Won Dae busca el dominio de los clanes de vampiros, que comanda ahora el Consejo de Sangre, pero cegado por la traición de la que fue presa por parte de quien más amaba le hará cometer grandes errores… sé que todos creen saber muchas cosas, pero de hecho no tienen idea de nada… - su penetrante vista clavada en un medallón que lleva bajo su vestimenta… - no saben lo que están a punto de hacer…

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Hong Kong, China
Mansión Zhang

El amanecer ya había despuntado, Darius y sus hombres llegaron con Kenryu y ChangMin a la lujosa mansión de Yiang, se encontraban dentro de camionetas cerradas recubiertas de material grueso y completamente oscuras, para evitar así que cualquier rayo de sol pudiera colarse por la mínima rendija y llegar a ocasionarles la muerte.

Yiang sonrió victorioso cuando el cuerpo inconsciente de Kenryu fue asegurado con grilletes de cromo a una camilla de metal en una sala blanca de piso negro y equipo clínico… Darius siguió con la mirada los movimientos de Zhang, seguía preocupado, en cuanto su Jefe viera las marcas de los colmillos… tal vez le daría muerte…

- respira tranquilo, amigo… - el lycan volteó hacia el chico de ojos azules… - ésta vez te salvaste a pesar de haber fallado en la misión que se te encomendara… - se acercó hasta Ogazawara, llevó sus manos a ojos del japonés y levantó los párpados para comprobar que sus pupilas eran azules, podía ver también los colmillos debajo de sus labios… - mordido por un vampiro, corre por sus venas sangre Real… el Dr. Anderson tenía razón, es un híbrido, un descendiente de Génesis… mi fuente de supremacía…

Darius se preguntó mentalmente porqué estaba tan seguro, después de todo Kenryu fue mordido pero no expuesto al sol, ni ha despertado tampoco así que no sabe si la transformación en vampiro fue un éxito, o qué exactamente fue lo que pasó con él pues hasta el lycan vio la forma en que se retorció de dolor mientras el efecto de la sustancia vampira entraba y se adhería a su organismo…

Dejando por un momento a sus doctores para comenzar a analizar la sangre del ojigris, Yiang caminó hasta la otra camilla, donde ChangMin descansaba dormido por un sedante que le administrara Darius.

- es enorme el parecido con ella… - sonrió maliciosamente… - me pregunto si en algo le importará a tu padre el que seas mi prisionero…

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Seúl, Corea
Palacio del Este (Changdeokgung)

La noticia llegó rápidamente a Won Dae, a pesar de que debiera dormir tal como sus hijos lo hacen, siendo que el alba ya ha despuntado, guarecido por los imponentes muros de su palacio, y el sistema de seguridad que le protege de los rayos de sol, el Adalid bramó cuando uno de sus lacayos le entregó aquél mensaje de parte de Zhang Yiang…

- prepara un equipo, y que los Príncipes no sepan de esto, no quiero que Jaejoong o Chae Yun se involucren, yo mismo traeré de vuelta a ChangMin…

- sí, Mi Lord… - su lacayo hizo una reverencia y luego salió de la Sala Principal dando vuelta a la derecha en el pasillo…

- cómo demonios terminaste en manos de Yiang, ChangMin… - el Adalid miraba fijo hacia ningún punto en específico al frente, sentado en su Silla, sus fríos ojos oscuros se tornaron azules cuando la ira reveló su naturaleza vampira… - eres incontenible como tu madre, y solo por su recuerdo he cuidado de ti dándote mi apellido y los favores de mi familia, pero si un día has de morir, será bajo mi propia mano… - se levantó con el semblante cruzado de enojo y anduvo fuera…

Perdiéndose por la izquierda en el pasillo, subiendo por las escaleras virando a la derecha en la bifurcación hasta llegar a su Alcoba, en donde comenzó a prepararse para una batalla contra Yiang si era necesario, una espada en la espalda, armas con balas de plata en su cintura, un chaleco especialmente diseñado con un metal que no puede ser fácilmente atravesado por las garras de licántropos… una peligrosa salida en plena luz de día…

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Seúl, Corea
Distrito Gangseo-Gu
Palacio Sentinella
Ala Norte, Sala de Interrogatorio

El Dr. Gustav Anderson no ha dicho palabra alguna a las preguntas que Marek (líder del grupo táctico de caza) y Gerard Howleth (el canadiense que parece no tener buena relación con Junsu) le hacían desde que fuera puesto bajo su custodia…

- algo muy importante debió investigar para Yiang si no ha hablado… - el castaño solo observaba en la pantalla de plasma en una habitación al otro lado de la Sala de Interrogatorio, la cámara dentro de ésta mandaba la señal directamente y el resto de los centinelas podía observar y escuchar...

- es historiador, para vampiros y lycans el pasado tiene gran importancia, pudo investigar cualquier cosa para él, cualquiera que pueda hacerlo más poderoso e indestructible… - opinó otro de sus compañeros, Jared, de nacionalidad croata, chico alto de 27 años, tez morena clara, ojos negros, cabello oscuro y de carácter firme… - recordemos que la inmortalidad de ambas razas es una especie de ilusión porque tienen sus debilidades, las que nosotros conocemos, las que ellos mismos conocen del otro…

- debe haber alguna forma de hacerlo hablar, o de otra manera Yiang seguirá llevándonos un paso adelante… - Roxanna, francesa de 25 años, especialista en armamento bioquímico…

- pues nos lleva algo de ventaja, la droga de la verdad no hizo efecto, Gustav Anderson consumió antes un fármaco que contrarresta los efectos, hasta que su organismo no haya desechado la mínima toxina, me parece que seguiremos en donde mismo… - Nínive, 30 años, originaria de El Cairo, es doctora con especialidad en hematología, egiptóloga, y una de las más inteligentes del equipo táctico de centinelas… se le ha relacionado sentimentalmente con Alexander, el fundador del grupo Sentinella…

- pero el tiempo juega en nuestra contra, si los rumores que circulan son ciertos, una guerra entre lycans y vampiros está muy próxima… - Junsu se mordió el labio al recordarlo… un solo nombre en su mente… <.Yoochun.>…

- no sería eso favorable para nosotros, después de todo nuestro objetivo es exterminarlos, no?... – Jared planteó la realidad… pero tal vez más de un centinela tiene intereses especiales entre alguna de las dos razas de criaturas nocturnas… el castaño hizo lo posible por no mostrar la mínima inquietud ante sus palabras… no viniendo de él, porque el croata fue después de todo una persona muy importante recién se integrara al grupo Sentinella… había sido, su primer enamoramiento…

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Distrito Jung-Gu. 2005
Mansión Park

JinHyuk sacaba una de las tantas balas incrustadas en el cuerpo de Yoochun, había sido una noche más de caza de licántropos, pero cada día parecían mejor armados y más decididos a luchar por su propia sobrevivencia…

- tuvo suerte de que esos lycans no tuvieran balas de plata, Señor… - el sonido de la bala siendo dejada sobre una charola de metal sacó al pelinegro de sus pensamientos…

- no fue solo suerte, fue ignorancia de esos sujetos, cada noche los lycans se multiplican con mayor rapidez pero no tienen idea de lo que son en realidad, les embriaga la repentina fuerza y poder y se olvidan por completo de su propia seguridad, tengo la impresión de que Yiang intenta formar un ejército, o bien los ha convertido en peones que pueden ser exterminados mientras prepara al verdadero frente de batalla…

- qué es lo que piensa hacer ahora, Señor?...

- primero, proteger a Junsu… - poco le importaba el dolor de las heridas de bala, de esa aguja suturando cada una de ellas, sus terminales nerviosas estaban acostumbradas a ese dolor… no así su corazón a la sola idea de llegar a perder al castaño… era su tesoro, lo más preciado de su vida en siglos…

- me temo que el joven Kim no se lo dejará tan fácil, disfruta mucho de lo que hace siendo un centinela, Señor…

- de una u otra forma, Junsu no será parte de ésta batalla, la tregua entre licántropos y vampiros fue rota hace unos días, los rumores de una guerra son fuertes… y más me preocupa el que se crea que hay un descendiente de Génesis, si eso es verdad y alguno de los clanes de vampiros o lycans lo encuentra… - cerró los ojos, no queriendo pensar en eso… pero era inevitable, ya varias veces ha visto el daño que una guerra entre criaturas nocturnas deja a su paso… ya en una perdió lo más importante de su existencia… no estaba dispuesto a pasar por ello otra vez… - debo impedir el nacimiento de una raza superior… - sin importarle que en su hombro izquierdo aún hubiera una bala, el pelinegro se puso de pie, colocándose inmediatamente una camisa… - viajaré a China, le haré una visita personal a Yiang…

- después de tantos años? Tanto desea proteger al joven Kim que va a ir a meterse a la boca del lobo?… - más literal no podía ser el comentario de JinHyuk… - sabe que no tiene la fuerza para derrotarlo, Señor…

- no puedo esperar… - <.Junsu.>

………………………………………

Palacio Sentinella

Junsu sintió un vuelvo en el estómago y luego su corazón comenzó a latir de prisa… no por una emoción romántica… sino por angustia… y solo por una persona su corazón podría latir de aquella desesperada manera, como advirtiéndole un mal presagio…

- a dónde vas?... – Jared lo vio ponerse de pie y disponerse a salir de la Sala en donde se encontraban antes… hacía tiempo que lo notaba diferente, al principio no le dio importancia, pero hace unas semanas se ha hecho más evidente… y eso le preocupa…

- tengo algo que hacer, volveré más tarde… - el castaño tomó su chaleco antibalas y sus armas, caminando fuera sin escuchar las voces de sus demás compañeros… Jared poniéndose de pie…

- déjalo, tenemos algo más importante que hacer… - apenas Marek venía saliendo de la Sala de Interrogatorio sin haber conseguido sacarle una sola palabra al Dr. Anderson, cuando vio que Kim se marchaba, pero no se lo permitió al croata… - he recibido una llamada de una fuente confidencial, Won Dae sale a China, hay que viajar, Nínive y tú vendrán conmigo… el resto, no se va de aquí hasta que Gustav haya hablado…

- Sí Señor!... – los ojos del croata se perdieron por un segundo por el pasillo por donde el castaño hubiera salido con pasos apresurados…

- <.qué es lo que te preocupó tanto así de repente, Junsu.>… - pero solo pudo seguir al líder y a Nínive por el otro lado del corredor…

………………………………………………

Distrito Yongsan-Gu

Yunho estaba en una tienda esotérica, ahí era a donde iba cada semana a abastecerse de algunas sustancias naturales que le servían para preparar una poción que le permitía resistirse a la sed de sangre por lapsos largos de tiempo, y no tener que buscar noche a noche un Banco de Sangre de la que robarse litros minuciosamente analizados por él antes de consumirlo… porque a pesar de todo, aún cuando es inmune a la debilidad más primitiva de los vampiros y puede exponerse al sol, es su sed la que más le recuerda cada día cuán vampiro es…

- lo mismo de siempre?... – el dueño del local le conoce de hace años, el moreno le salvó de tener el mismo destino de muchos antes de ser mordido por un vampiro, y desde entonces se han vuelto casi amigos, conocidos que se apoyan de manera poco común, ofreciéndose de vez en cuando información o favores que les mantienen a ambos en cierto anonimato…

- así es… - el Diurno le vio entrar en una habitación tras una cortina de brillantes cuentas colgando de hilos multicolores… y mientras aguardaba por su regreso, dejó que su vista recorriera la mercancía en el lugar, había cosas ahí que se relacionaban con los vampiros, como collares de ajo, cruces de plata, botellas de agua bendita, y estacas, en su mayoría de madera, tal como la creencia popular señala son para la caza de vampiros… y era curioso que siendo uno, aquello más bien le generara burla y sonriera divertido al toparse con uno de los tantos libros de perfectos ignorantes que nunca en su vida se han topado con un vampiro pero que aseguran, conocen sus más recónditos secretos…

- la gente normal no tiene idea, y me convierto en un estafador al aprovecharme de su ignorancia, pero… - el hombre volvió con unas cuantas botellas de distintas sustancias en viscosidades diferentes… - ya sabes lo que se dice, negocios son negocios… - las dejó sobre el vitral del mueble, el moreno se acercó para verificar que era lo que necesitaba, no era que dudara del hombre, no irrefutablemente, era más una costumbre por necesidad…

- no me importa realmente, sabes lo que pienso, si las personas se dejan envolver por todo lo que leen o escuchan, no se convierten en mi problema a menos que sean infectados… - el moreno metió todas esas botellas en un bolso negro que se echó al hombro… - sabes algo nuevo?

- lo mismo que tú, los rumores son iguales en cada calle y callejón de la ciudad, pero puedo asegurarte que los antros se han vuelto la principal fuente de alimento para los clanes de vampiros, y que el Adalid del Clan Kim ha decretado que nadie debe morir por la infección de la condición vampira…

- cuál es el motivo?...

- según se dice… quiere tener un ejército de vampiros, poblar tanto como pueda la capital, y el país entero…

- tener un contingente de vampiros desechables para proteger a la realeza… - el moreno sonrió con un dejo de admiración… - es un plan sin duda astuto, pero dudo que sea el único con tal idea…

- no te has centrado nunca en los licántropos, no tienes fuentes de información, Diurno, nada confiable…

- jamás he confiado en nadie… - aseguró, haciéndole saber de esa manera que incluso él ha sido solo un vehículo para sus necesidades, que no le ha confiado nunca información importante, que ha sacado provecho y lo seguirá haciendo… porque el Diurno, no confía ni en su propia sombra… - y jamás he dejado un trabajo a medias, si exterminar vampiros significa acabar con licántropos, no dudes que los cazaré con la misma determinación…

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Hong Kong, China
Mansión Zhang
ChangMin despertó encontrándose inmediatamente en las penumbras de la misma sala en que Kenryu, al parecer no había sido movido de ahí hacia otra parte, pero lo que más le extrañó fue que estuvieran solos, a pesar de la oscuridad podía ver claramente al pelicastaño quien estaba inconsciente, podía notar desde su lugar asegurado con grilletes y amarres a la camilla, que la sangre de Ogazawara estaba siendo extraída gota a gota de su organismo… se movió con fuerza tratando de liberarse, pero no tenía la fuerza suficiente, se sentía débil y eso era muy probablemente porque la noche anterior no se había alimentado por haber estado con el pelicastaño…

- mierda!... – maldijo por lo bajo… cerrando los ojos cuando una luz fue encendida y molestó sus ojos poco acostumbrados a tal luminosidad…

- buenos días, Príncipe ChangMin… - Yiang caminó hasta él apareciendo por la puerta… - qué tal ha dormido… - sentándose a su lado, mirándole con sorna en los labios…

- qué es lo que quieres!... – inquirió claramente molesto, no era nada bueno saberse prisionero del lycan más poderoso del mundo entero…

- en realidad, lo que quiero ya lo tengo… - dirigió su mirada hacia el ojigris… - tú fuiste un extra muy interesante y que llegó por voluntad propia…

- qué es lo que quieres de Kenryu!… - seguía tirando de sus manos con fuerza, con un poco de suerte tal vez lograría liberarse y salir de ahí con vida…

- me parece que no está en posición de hacer preguntas, Príncipe ChangMin, recuerde usted con quién y bajo qué condiciones está… - el lycan seguí sonriendo con burla, podía ver la fuerza con la que tironeaba el Príncipe vampiro, pero eso solo conseguía que se sintiera más divertido…

- y qué es lo que pretendes conmigo, Yiang?...

- tu padre viene para acá, pretendo usarte como carnada para tener un interesante encuentro con él… - el morocho abrió los ojos con sorpresa… no era buena noticia exactamente saber eso, porque hace muchos años que su padre no le mira con cariño… tal vez nunca de hecho, pero solo se dio cuenta a la muerte de su madre… - no lo sabes, cierto? Sobre tu madre...

- qué cosa?... – porque aunque hubiera intentado no mostrarla, la sorpresa se había matizado muy bien en su rostro, qué podía saber un lycan de su familia?…

- creo que será más interesante hablar de ello cuando Won Dae haya llegado, supongo yo no tardará demasiado, tiene los recursos para moverse con rapidez por aire y tierra, seguro que no tarda en llegar… - dicho lo cual, el lycan se puso de pie y caminó fuera de la Sala…

ChangMin ya no pudo hacer nada más que esperar, porque cuando volvió a tirar de sus manos sintió una descarga eléctrica, que literalmente, hizo que se sacudiera de dolor por los voltios que circularon por su cuerpo… acaso planeaba freírlo?

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Seúl, Corea
Distrito Yongsan-Gu
Barrio Itaewon
Departamento de Yoochun

Junsu fue directo ahí en busca del pelinegro, la angustia que golpeaba contra su pecho no ha menguado ni un poco desde hace poco más de una hora que salió del Palacio Sentinella. Aparcó su auto en el estacionamiento, subiendo de inmediato hasta el departamento de Park…

- Yoochun… - sonriendo casi aliviado al verlo cuando abrió la puerta, metiendo unas armas en un bolso medianamente grande, después de todo tiene llave propia desde que en algún punto de su clandestina relación el pelinegro le diera un duplicado…

- Junsu!... – el pelinegro no se quedó atrás en sensación al ver al castaño, caminando hasta él y estrechándolo en un fuerte abrazo… - iba a buscarte en cuanto saliera de aquí…

- para qué, qué planeas hacer, Yoochun ah… - miró con preocupación el bolso que ahora descansaba en el sofá de la estancia…

- no tengo tiempo para demasiadas explicaciones, pero necesito que hagas algo por mí… - las pupilas castañas del centinela prendadas de sus oscuras orbes… - debes dejar el grupo Sentinella por un tiempo…

- qué!... – iba a continuar con su réplica cuando un beso lo distrajo y luego el pelinegro continuó hablando…

- hay muchas, muchas cosas que no sabes, que ningún centinela sabe, ni siquiera Alexander que fundó el grupo… - los ojos marrón del castaño se abrieron con temor… - escucha…

- no me gusta cómo suena lo que estás diciendo, Yoochun ah… - el castaño se aferró al pelinegro, enterrando su rostro en su pecho… - no me gusta la opresión que siento en mi corazón… - soltó con su voz amortiguada por la posición en que se encontraba…

- necesito saber que te quedarás fuera por un tiempo, hasta que vuelva a ti… - siguió hablando, acariciando suavemente la espalda del castaño… - de otra manera no podré irme tranquilo pensando en que saldrás a una misión en la que no podré estar cerca para protegerte, Junsu ah…

- soy un centinela, sé cuidarme… - había un dejo de resentimiento en el tono de su voz… pero aún así no cedía ni un ápice en la fuerza de su abrazo…

- yo lo sé, pero nunca han estado en medio de una batalla, las fuerzas que se enfrentan son mucho más poderosas que las de aquéllos a los que has estado cazando, Junsu ah, no son simples licántropos recién transformados que ni siquiera conocen todo el potencial del que somos capaces, sobre todo los lycans puros…

- si quieres protegerme y que me aleje del grupo Sentinella, solo lo haré si me llevas contigo… - fue ahora el pelinegro, quien separándolo de su pecho, le miró con temor y sorpresa…

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Palacio del Este (Changdeokgung)

Jaejoong y Chae Yun dormían casi plácidamente, pero aún en sus sueños, los Príncipes se sentían intranquilos, y sus imágenes oníricas se veían perturbadas por escenas de algo que no estaban seguros de cómo había llegado ahí, porque eran como recuerdos vividos por su madre… por la Reina Hye Yong, y veían entre memorias distorsionadas cual película dañada por el tiempo, lo que parecía ser el motivo por el cual su padre Won Dae miraba con cierto desprecio a ChangMin, porqué decía su nombre con resentimiento, porqué sus ojos nunca le han visto con cariño, porque siendo su hermano, parece casi un extraño al que se ve obligado a ofrecer una morada segura…

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Kiev, Ucrania

La mujer de cabellos violeta llegó hasta La Catedral de San Andrés, majestuosa estructura sede de la religión católica que se levanta hacia el centro de la capital ucraniana…

- irónico, uno de los principales símbolos de protección contra toda criatura nocturna considerada obra del demonio o espíritus oscuros, hogar de uno de los más antiguos vampiros de la historia… - habiéndose bajado del auto, Génesis caminó dentro de la Iglesia, el sonido de sus pasos retumbaba por el golpeteo de los tacones de sus botas de cuero… - Maximus, el vampiro número uno después de Constantine, amante de Lianna, la hija favorita de Jintao… aquél que los ocultara de mí, su propia madre… - la mujer caminó hasta el Confesionario, y ahí, una puerta secreta le llevaría hasta una antecámara subterránea donde se supone se encuentra el que busca…









Darkness Deep cap 4
EL PRECIO DE LA TRAICIÓN

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Kiev, Ucrania
Catedral de San Andrés

Génesis sintió que su corazón aceleró cuando su mano tomó el picaporte de la puerta de esa antecámara subterránea, pero no había tiempo para dudas ni titubeos; Maximus no debía representarle más que su fuente de respuestas para cuestionamientos que han surgido a lo largo de décadas desde la repentina desaparición de Constantine y Jintao… pero aún Ella, híbrida poderosa, origen del nacimiento en la Tierra de vampiros y licántropos; madre de los primeros de cada raza, le tenía sumo respeto al vampiro… a su segundo hijo…

El crujir de la vieja madera gruesa resonó en toda la cámara cuando la puerta fue abierta por Génesis, el olor a humedad y cera gastada impregnado en el aire al interior, la tenue luz de las velas en el candelabro sobre una mesa rectangular iluminaba aquel lugar, que salvo por ese mueble y la cantidad de libros ordenados en las estanterías pegadas a los cuatro muros de la sala, no había más nada ahí dentro… un solo hombre sentado a la mesa, su vista recorriendo las líneas de un antiguo libro de hojas de papiro, un escrito en lengua itálica que narra la historia de la gran batalla del vampiro número uno, Constantine; y el primer gran lycan, Jintao… una historia… que él mismo escribió, que presenció con sus ojos verde esmeralda tan finos y profundos que era imposible no llegar a perderse en ellos, esos que hacían juego con sus cabellos oscuros delineados por un mechón blanco en el costado izquierdo, un hombre realmente varonil, atractivo… pero también muy decidido, lo suficientemente poderoso para intimidar… lo suficientemente inteligente para saber cuándo callar, permanecer oculto y aguardar el momento indicado para realizar aquello que desee…

- esperaba que llegaras, madre… - y esa voz tan masculina que haría erizar el vello de la fémina más fría y calculadora… - las cosas no andan bien con Yiang de nuevo, verdad?

- tiene a Kenryu, hace mucho tiempo que no existía otro como yo, pero este muchacho es inexperto y muy joven, podría darle lo que Yiang quiere… - Génesis caminó hasta Maximus, inclinándose a su lado para leer aquello que tenía tan entretenido al vampiro… - buscas la manera de destruir a los tuyos? Hijo mío, cuándo entenderás que somos inmortales susceptibles a más cosas de las que quisiéramos aceptar… cuándo dejarás de buscar entre líneas una respuesta que tienes ante tus ojos?

- han pasado siglos, Génesis, y nunca has tenido la determinación de destruirnos… porque en el fondo ambicionas lo mismo que todos… más poder…

- por eso fue que emboscaste a tus propios hermanos, por eso fue que escondiste a Constantine y Jintao de mí?... – la mujer gruñó mostrando sus colmillos, sus ojos retadores inyectados de furia… - o fue la rabia al ver cómo Jintao era capaz de asesinar a su propia hija antes que permitir la aberración que habían comenzado, concibiendo juntos un hijo… eras su tío! Y ella una lycan con futuro, hace tiempo que podíamos haber dominado el mundo, Maximus, pero llegaste a arruinarlo todo por algo tan estúpido como el amor!

- Lianna no era mi sobrina, aún cuando Jintao nació por tus poderes, no circula una gota de tu sangre por sus venas… - el vampiro apretaba la mandíbula con fuerza, conteniendo ese deseo latente de siglos atrás por enfrentarse a su propia madre…

- fueron mis palabras las que le dieron vida a una de las criaturas nocturnas más imponentes y fieras…

- fue tu maldición, Génesis; la que lanzaste sobre la esposa de aquél terrateniente que no sucumbió ante tus encantos… - el vampiro se puso de pie, acercándose a la mujer con paso firme, penetrando con sus ojos los de ella, mostrando esa furia que ruge por emerger… ese sentimiento que hace que la mujer no se atreva a iniciar una lucha contra Maximus… - pero te maravillaste cuando viste lo que habías creado por tu propio enojo, cuando viste esa bestia mitad hombre mitad lobo con más poder y fuerza de la que pudiste darle a otras tantas criaturas que perecían demasiado rápido y no desarrollaban un ápice de inteligencia… te regocijaste en tu propia maldad cuando te diste cuenta de que Constantine podía infectar su propia maldición y contagiar a la humanidad; y creíste que podrías gobernar cuando descubriste que ambas criaturas eran más poderosas que todo lo conocido por el hombre… pero jamás pensaste que no serían capaces de vivir en los mismos terrenos, que serían salvajemente territoriales, y entonces solo te hiciste a un lado, esperando el momento en que las fuerzas pudieran conciliarse, pero viste igual que yo, la ambición más grande en las entrañas de Yiang, y es por eso que buscas desesperadamente a Constantine y Jintao, porque solo ellos pueden ayudarte a recuperar todos tus dones mágicos… pero ahora temes que Kenryu haya nacido con aquello que más temes… tus propias habilidades…

- has osado jugar con fuego, hijo mío… - bufó molesta, encarando por vez primera al otro… - pero no te daré el gusto de ver que otro de mis hijos me traicione…

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Hong Kong, China
Mansión Zhang

Won Dae no escatimó en precaución, llegó directamente hasta ahí, con todo ese enojo marcado en cada línea de su rostro, exterminando sin miramiento alguno a los varios licántropos que le hicieron frente mientras se adentraba en la Mansión, llevaba un traje especial que le permitía moverse en plena luz de día, pero que sabía no le ofrecería protección por más de una hora expuesto a los rayos del sol por delicados que fueran; así que dirigiendo a un grupo de vampiros de su entera confianza, llegó más rápido de lo que esperaba hasta la habitación donde Yiang estaba…

Por cierto, muy bien acompañado, sentado en un sofá de piel en color blanco, el lycan llevaba el torso desnudo, los pantalones desabrochados, una chica succionando con premura su erección, otra lamiendo su pecho y jugando con su ombligo, mientras una tercera sentada a su lado disfrutaba de sus dedos entrando y saliendo de su intimidad tan húmeda que el Adalid podía escuchar ese particular sonido de su excitación…

- si quieres puedes unirte, las orgías nunca han sido un problema para mí… - Zhang reía divertido y muy complacido con las atenciones que estaba recibiendo, con esas tres chicas gimiendo su nombre, dispuestas a cumplir con absolutamente todas sus fantasías… era la gran ventaja de las licántropos impuras, obedecían con suma facilidad, sumisas siempre a su palabra…

- no me interesa tener sexo banal con un montón de mujeres que prácticamente no tienen consciencia de su existencia…

- pero hacen el mejor sexo del mundo, no importa cómo lo quieras, ellas lo hacen… - Yiang tenía una mirada especialmente perversa… matizada de maldad, esa que le ha dado el reconocimiento como el lycan más sanguinario e inteligente de todos los tiempos…

Apartó su mano de aquella intimidad femenina y lamió sensualmente algo de la humedad que en sus dedos había quedado, de inmediato las tres chicas se acercaron a esa mano para lamer también, las lenguas de las tres se encontraban entre sí, por lo que terminaron compartiendo besos candentes sin importarles en absoluto ese visitante que se mantenía impávido ante la escena… más bien vulgar pero que, para qué negarlo, ha visto demasiadas veces en su vida, participado de ellas en numerosas ocasiones sobre todo en sus años de juventud… Zhang se puso de pie, Won Dae creyó que saldrían para hablar de ChangMin… pero por el contrario, el lycan simplemente tomó las caderas de una de la chica penetrándola de espaldas, arrancándole sonoros gemidos mientras la embestía con fuerza, las otras dos mientras tanto se daban placer mutuamente, atendiendo de vez en cuando a su tercera compañera dándose más de esos lujuriosos besos que caldeaban un poco más la lujuria de Yiang… el Adalid apartó la vista y salió de la sala, escuchando la risa burlona del lycan…

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Shangai, China
Aeropuerto Internacional

Volver a China también significaba volverla a ver. Era que debía tener una debilidad por los vampiros, y aunque no es igual a su atracción por Jaejoong, Ella era su segunda debilidad, la única mujer con que ha sentido gran placer… la Princesa Yin Zhenli… Yunho caminaba con un porte seguro, los lentes oscuros y su peculiar forma de vestir, con aquellos pantalones oscuros y camisetas de estampados dark, conseguían atraer la mirada de propios y extraños, el sonido de sus pasos resonaba por el peso de sus botas, y sus ojos café miraban detenidamente a través de sus lentes negros, esperando reconocer entre las personas a algún licántropo… o quizá sin darse cuenta añoraba ver aquella silueta femenina aparecer entre los tumultos que iban y venían por los pasillos…

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Palacio del Clan Yin

Situada en las costas de la china oriental, la ciudad es una de las más importantes del país… y sede del único Clan de Vampiros con presencia en la gran extensión del tercer país mas grande de toda Asia…

El Clan Yin… estirpe de guerreros inquebrantables que no han cedido nunca ante el poder de Zhang Yiang, conservando poder sobre el territorio oriental de china, enfrentándose en numerosas ocasiones a brigadas de licántropos enviados por Yiang… los que siempre han encontrado el mismo fin, la muerte, segura, lenta y dolorosa…

Y la Princesa Zhenli era de las más aguerridas conocidas entre los clanes de vampiros, siempre aprendiendo de los mejores alrededor del mundo, preparándose para el momento en que su turno de reinar llegue y tener el temple y la inteligencia necesaria para continuar con aquél poderío que con esmero su linaje ha ganado…

Pero como todo ser capaz de sentir, tenía una debilidad… Jung Yunho…

Y al haber recibido la noticia de que viajaría, ella no había podido evitar emocionarse y alistarse para recibirle… y darle la bienvenida muy a su estilo… partiendo casi a hurtadillas de su hogar, porque conoce bien a su madre, y sabe no le será de total agrado saber que tiene su historia con el Diurno… y menos, que desea continuar aquél episodio de sus vidas en el que pudo ser completamente suya…

……flashback……

Yin Zhenli es una chica de estatura promedio, tez blanca como la porcelana, ojos negros profundos como la noche, cabello oscuro como una cortina de hebras oscuras que cae más debajo de sus caderas, labios rojos en una eterna sonrisa sensual, cuerpo bien torneado y grandes habilidades en combate cuerpo a cuerpo… mismas, que no dudó en usar contra aquél que entre los suyos es conocido como el Diurno, y que se atrevía a pisar su territorio con la intención de exterminar a tantos como pudiera…

Pero aquello no le resultó fácil al Diurno, porque aún cuando consiguió infiltrarse en uno de los Edificios del Clan Yin matando a varios vampiros que se alimentaban ocultos entre las oscuras habitaciones de aquel lugar, al llegar a una de las salas más amplias, se topó por primera vez con Ella…

- no crees que es demasiado irónico que siendo un vampiro solo te dediques a matarnos?... – la chica llevaba un traje que resaltaba muy bien sus atributos femeninos, no era demasiado voluptuosa, pero tampoco desproporcionada… tenía un cuerpo delgado, ágil y fuerte… y más determinación que muchos que ha enfrentado…

- alguien debe hacer el trabajo sucio, y los humanos comunes y corrientes pueden llegar a ser muy torpes… - el moreno sonreía divertido al ver que la vampiro no se intimidaba ante su presencia, que por el contrario, le retaba con una mirada más bien seductora mientras desenfundaba un par de espadas, de filo poderoso y una curva exacta que las volvía más mortales que ningún otro sable… propias del estilo chino de una de las artes marciales más antiguas…

- concuerdo en eso contigo, pero no deja de ser irónico; eres como una maldición para nosotros, pero he de admitir, el vampiro más apuesto que he conocido… - la pelinegra se lanzó segura contra el moreno, quien desenfundando su katana contuvo las cuchillas de esas espadas que confiadas habían arremetido con fuerza contra su persona… - me gustan los chicos fuertes y peligrosos… - murmuró con sensualidad, relamiéndose esos labios rojos que atrajeron la atención del moreno…

- a mí también… - soltó con burla el Diurno, recordando uno de aquéllos encuentros que tuviera con el Príncipe Jaejoong… a quien hace meses no ve… por voluntad propia…

- es que no has intentado conocerme, Yunho… - la Princesa Yin dio un salto hacia atrás blandiendo sus espadas en un movimiento grácil y certero que rasgó el cinto del moreno cayendo partido en dos al suelo… - soy muy buena consejera en la intimidad…

- parece que necesito consejos?... – el moreno regresó el ataque, moviéndose con habilidad esquivó las espadas de la pelinegra, cortando entonces aquel traje a la altura de los hombros, la ligera tela se abrió dejando al descubierto su nívea piel, suave y tersa podía jurarlo…

- sí, porque teniéndome a mí no tendrías necesidad de nadie más… - mas movimientos de espadas por parte de uno y otro que iba dejando al descubierto una porción mas de piel, desnudándose lentamente en aquel intercambio de miradas lascivas y seducción natural que parecía tener química…

- eres un poco vanidosa, Zhenli… - las espadas de la chica pasaron a cada lado de su cintura, cortando los jeans que cayeron en cuatro partes al suelo, dejándole tan solo en bóxers; y a la vez, la chica muy cerca de él, sus cuerpos casi pegados, ambos respirando tranquilamente, sonriendo con coquetería…

Yunho movió su mano derecha portadora de la espada hacia la espalda de la chica, pasándola con sigilo y sorprendente precisión por debajo de las prendas de la ropa interior de ella, rozando apenas con su frío la caliente piel femenina, haciéndola temblar suavemente en la misma posición, frente a él; despreocupada por el hecho de estar ahora completamente desnuda ante el moreno… el sonido de sus espadas al caer sobre el suelo no fue suficiente para inmutar a ninguno de los dos…

- me tomarás ahora, Yunho?... – de manera sensual, llevó sus brazos al cuello del Diurno, pegándose por completo a un semidesnudo moreno que no se movió ni un milímetro, mirando detenidamente esos ojos negros que tenían un brillo que le hipnotizaba…

Zhenli sonrió un poco más al darse cuenta de que no la estaba rechazando; así que se acercó lentamente a su boca, sintiéndose feliz cuando el propio Yunho terminó por acortar la distancia apoderándose de sus labios en un beso apasionado que ella devolvió con la misma intensidad, sintiendo contra su vientre cómo la entrepierna del moreno crecía conforme ella deslizaba sus manos por su espalda y enredaban sus lenguas con lujuria…

Y las manos del moreno se fueron veloces a los muslos femeninos para acariciarlos unos instantes antes de agarrarlos con fuerza para instar a la chica a abrazarle con sus piernas rodeando sus caderas, y caminó con ella todavía compartiendo de esos besos candentes hasta que la recargó contra un muro, su erección ya era prominente y solo podía pensar en poseerla y marcarla con su esencia… así que deshaciéndose de su bóxer, el moreno volvió a levantarla en vilo mientras la penetraba y se daba cuenta de cuán excitada estaba ya, comenzando a embestirla con pasión, gimiendo ambos sin tapujo alguno, acompasándose fácilmente en el ritmo perfecto que los hacía casi gritar de placer, y las manos del moreno no dudaron en moverse por su pecho, acariciando esa piel que le parecía suave como la seda y delicada como el pétalo de una rosa… pero si era sincero consigo mismo, aquello era solo sexo… de lo mejor que ha probado en sus largas décadas de vida…

Y fue que por vez primera disfrutó verdaderamente el poseer un cuerpo femenino… pero aunque quisiera, no podía sacar de sus pensamientos la experiencia que solo con Jae podía sentir… porque con el pelioscuro, hacía el amor…

……flashback……

La chica sonrió ampliamente al recordar aquella primera vez que pudo sentir todo ese calor con Yunho, y no pudo evitar lanzar un suspiro al saber que no fue la única vez que tuvieron sexo, porque compartieron la misma cama en varias ocasiones más, siempre escondiéndose porque no había clan de vampiros que no quisiera la cabeza del Diurno, pero a ella en nada le importaba ignorar aquellos mandatos sagrados que el Consejo de Sangre decretara desde hace muchos años sobre dar muerte al Diurno… ella le amaba, y por él estaba dispuesto a muchas cosas… no le importaba ir contra que y quien fuera con tal de apoyarle… y tal vez, ganarse ese corazón que sabe no le pertenece…

Se encontraron en uno de esos lugares que alguna vez fue escondite de sus entregas apasionadas… y apenas se vieron, fue inevitable que ella buscara ansiosa un beso… uno que Yunho respondió casi de inmediato, y que sus labios fueran tan delicados y suaves solo le hacía recordar porqué hace tiempo le hipnotizó su presencia, porqué se relacionó con ella hasta haber sentido un cariño especial por la Princesa… porque aun recordaba con agrado lo mucho que sus manos habían gozado al recorrer y memorizar cada detalle de su blanca piel, de su cuerpo femenino que casi podía volcar su corazón… de no ser porque aún latía presuroso por Jaejoong…

- has venido por algo muy diferente esta vez, Yunho… - y es que la chica sabía bien que su objetivo esa ocasión eran lycans, no vampiros…

- tengo mis motivos, y te agradeceré no cuestiones al respecto… - porque en el fondo sus intereses seguían teniendo el mismo fin… aunque Jae y Zhenli podrían hacer que replantee sus metas… jamás podría hacer algo que los pusiera en riesgo, los apreciaba demasiado…

- de acuerdo, pero debes saber, Yunho, que cazar licántropos no es sencillo, y Zhang Yiang es la bestia más astuta de todas, siglos han transcurrido y nunca nadie, ni licántropo ni vampiro, ni mortal, ha podido siquiera herirlo…

- pues ya sabes lo que se dice, para todo hay una primera vez…

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Seúl, Corea
Aeropuerto Internacional de Seúl

El vuelo de Yoochun había despegado ya con destino a Hong Kong… todavía no estaba seguro de haber tomado la decisión más adecuada… pero Junsu iba sentado a su lado, su rostro apoyado en su hombro mientras trata de relajarse con los ojos cerrados y sus manos permanecen entrelazadas… al final, el castaño había ganado, y llevarlo consigo había sido la única alternativa que le había dejado para ponerle a salvo… aunque aquello le sonara por demás irónico, cómo rayos iba a estar mejor a su lado que lejos de él! pero le había convencido, porque había sido suficiente que le mirara con esas pupilas marrón que en nada habían podido esconder el miedo de separarse, para que él mismo comprendiera su temor de perderle y no poder estar a su lado para protegerle; para que resolviera mantenerle lo más cerca posible de sí y asegurarse de que nada ni nadie pueda dañarlo… no a Él… porque aún dolía recordar el haberla perdido a Ella, y no haber hecho nada más que observar su muerte en el más cruel día de su existencia…

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Hong, Kong. China
Mansión Zhang

Yiang finalmente salió de aquélla habitación, tan solo con el pantalón puesto, pero el torso al descubierto, aun perlado en sudor; oliendo claramente a sexo, sonriendo satisfecho (por el momento) y listo para divertirse ante la reunión de padre e hijo…

- perdona la demora, las chicas tenían mucha energía… - Won Dae rompió la mandíbula de otro licántropo que tarde intentaban contenerlo y obligarle a retirarse de la morada de su Jefe, el cuerpo cayó apilado sobre otros tantos más que encontraron el mismo destino, y que no había sido más que un pasatiempo para el Adalid mientras aguardaba por el lycan…

- entrégame a ChangMin y me iré sin matar a uno solo más de los tuyos… - y es que aunque Yiang era de temer, le conocía la inteligencia y sabía que no se enfrascaría ahora en una batalla contra él… no cuando seguramente aún tiene detalles que ultimar en cualquier plan que tenga ideado para exterminar a los vampiros e imponer su voluntad gobernando todo ser humano en el planeta, mortales, vampiros y licántropos…

- por supuesto, solo le daba hospedaje mientras su padre se aparecía, pero sabes que descubrí mientras charlaba “amablemente” con tu querido hijo… - ambos caminaban tranquilamente por unos pasillos hasta llegar a aquella sala donde el Príncipe ChangMin aun continuaba atado a aquella camilla… - que no sabe la verdadera historia del porqué su padre no le quiere como a sus otros dos hijos… - chasqueó la lengua mientras se apresuraba a sentarse a lado del morocho y le obligaba a despertar golpeando sus mejillas con algo de fuerza con la palma de su mano…

- qué le has dicho?... – cuestionó molesto el Adalid, viendo el claro estado demacrado del morocho, estaba más pálido de lo normal, débil por la falta de alimento y las descargas eléctricas que cada tanto aún eran mandadas sobre su cuerpo…

- nada, quería que llegaras y darte la oportunidad de que tú mismo se lo expliques…

- padre… - murmuró apenas el morocho, abriendo con dificultad los ojos, sintiendo cómo la luz en la sala lastimaba sus pupilas…

- sobre cómo verdaderamente murió su madre, tu amada Hye Yong… - el lycan amplió una sonrisa malévola, los ojos del vampiro fueron directo al morocho, el odio refulgía sin reserva en sus pupilas azuladas…

- no es de tu incumbencia lo que pasa o deja de pasar en mi familia, así que solo entrégamelo, Yiang, aún no es momento de nuestra batalla… - gruñó entre dientes, apartando su vista del cuerpo de ChangMin, queriendo evitar que aquellos dolorosos recuerdos volvieran a su mente… fallando en el intento…

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Seúl, Corea
Palacio del Este (Changdeokgung)
1970

Hacía mucho tiempo que Won Dae y Hye Yong no tenían aquella misma comunicación, ahora eran más comunes las discusiones por todo, ahora la Reina salía sola más a menudo, cazando licántropos casi sin descanso, como un pasatiempo que alejaba la tensión que su condición como esposa del Adalid le generaba desde que el amor que se tenían había desaparecido… cuando ella se enamoró de alguien más y no pudo evitar relacionarse sentimental y sexualmente con Él… con Lee Hyun, un integrante del Consejo de Sangre, el segundo al mando en la cadena de jerarquía…

El padre biológico de ChangMin…

Al que Won Dae mató sin miramiento a la primera oportunidad que tuvo en una batalla de las tantas que desataron contra licántropos salvajes, pudiendo así atribuir su muerte a un ataque lycan cuando fue su espada la que atravesó el corazón del hombre… porque tuvo que aguantarse el saber lo que su Reina y su mano derecha habían estado viviendo a sus espaldas por muchos años, porque fue solo por casualidad que los encontrara aquella noche envueltos entre sábanas de la cama de aquella habitación en una vieja villa, cuando el país aun no se consolidaba y pertenecía a los países asiáticos más poderosos como China, Japón y Rusia; y los clanes de vampiros se ocultaban con mayor discreción que en la actualidad, pero seguían haciéndose de lugares importantes en las altas esferas de los gobiernos nacionales e internacionales…

Recuerda la ira que se apoderó de su cuerpo al escucharlos gemir sin darse cuenta de que los había descubierto… al ver cómo su esposa se retorcía de placer bajo el cuerpo de quien incluso podría haber llegado a considerar un amigo…

- cómo se atrevieron!... – bramó finalmente, haciendo que los amantes se sobresaltaran y buscaran demasiado tarde separarse y cubrir sus desnudos cuerpos con aquellas sábanas que seguro estaban calientes por el calor de sus ocupantes…

- Won Dae… - intentó hablar Lee Hyun pero el Adalid no le prestó atención, quería matarlo ahí mismo con sus manos…

vístete!... – ordenó a su esposa, alejándose de la puerta que le mostrara la más cruda realidad… porque él la amaba, más que a nada en el mundo… y por ello, la perdonó… por ello cayó la traición que hubiese costado la vida de la Reina pues acababa de cometer uno de los delitos más graves contra el líder del clan…

Pero no lo perdonó a él… tal vez en realidad nunca los perdonó, pero prefirió conservar a su esposa a su lado aun cuando nunca más volvieron a hacer el amor a pesar de que seguían teniendo sexo… aún cuando Chae Yun fue concebida en esos años en que ya no había amor entre ambos…

Pero Won Dae solo podía culparlo a él, Lee Hyun era el responsable de todo, de que su matrimonio se hubiera visto fracturado demasiado pronto para gusto del Adalid, de que tuviera que mentir y callar respecto al nacimiento del segundo Príncipe, al que llamaron ChangMin a petición de Hye Yong, aun cuando sabía que no era suyo, que no corría por sus venas sangre Real… que era el fruto bastardo de aquella relación clandestina que por años mantuvieron a sus espaldas… pero que Hye Yong quiso tener a cualquier precio…

- no lo tendrás! Ese niño no es mío, te embarazaste de tu amante, así que debes deshacerte de él!... – encerrados en sus aposentos, el Adalid y la Reina discutían ahora que a sus cuatro meses de gestación, Hye Yong no había podido ocultar más su estado…

- no lo haré! Este bebé es mío y voy a tenerlo…

- es un bastardo!!...

- es MI hijo, fruto del amor… - aseguró la Reina, mirándolo con seguridad, encarándolo de frente… - y si me obligas a perderlo, nunca más volverás a tocarme, hablaré con la verdad y aceptaré el castigo que se impone por la infidelidad que cometí…

- morirías por ese bebé?... – el Adalid sentía como algo quemaba en su interior, como lo que creyó sería eterno como ellos mismos, había muerto hace años sin que él hubiera siquiera imaginado que así era…

- sí… - respondió sin dudar…

Sabiendo cuánto la amaba Won Dae… incapaz de hacer nada que la lastimara, siempre la había cuidado como a su más preciado tesoro… y eso en algún tiempo la hizo sentir feliz, Jaejoong era el fruto de aquel amor que una vez compartieron, pero que fue agotándose con el pasar de los años cuando sin darse cuenta, Won Dae priorizó su responsabilidad como Adalid sobre la de ser esposo y padre, porque había ido cambiando lenta pero efectivamente dejando de ser aquél hombre romántico y apasionado que la enamoró de verdad recién comenzaran su relación, aun cuando se unieron hace algunas décadas formando uno de los matrimonios más sólidos y poderosos entre los clanes de vampiros, perfilándose como el sucesor de todo el poder de lo que más tarde se convirtió en Corea…

Alejándola hacia la soledad primero… dejándole caer en los brazos de otro y entregar su corazón a Lee Hyun cuando después de un tiempo, cuando Jaejoong tenía esa apariencia mortal de un niño pequeño necesitado de cariño, la Reina clamaba también por un poco de su atención, que al ser negada porque siempre era más importante una reunión con el Consejo de Sangre o una batalla salvaje contra licántropos en alguna región de Asia, fue susceptible de los cortejos que Lee Hyun iniciara… y que terminó en la concepción de ChangMin…

- ese bebé vendrá a este mundo, como mi hijo, pero jamás le trataré como tal, no dejará de ser el vástago de tu traición, Hye Yong…

- estará revestido por las bondades del Clan y te asegurarás de que viva y sea protegido como Jaejoong, porque siendo hijo mío aún lleva sangre Real en sus venas…

- pero nunca lo amaré…

- le bastará con el amor que yo le tengo, como le ha bastado a Jaejoong… - el Adalid replicó, una y otra vez por un tiempo, pero nada de lo que dijera importó, la determinación era una de las mayores virtudes de la Reina… y aún entonces se decidió a hacer lo posible por evitar que su hijo, su auténtico hijo llegara a tener una buena relación con aquel bastardo que crecía en el vientre de su esposa…

Y así ChangMin llegó al mundo siendo despreciado desde el primer llanto que soltara al salir del vientre de su madre, cuando el Adalid lo miró por vez primera con desprecio y tuvo que fingir una sonrisa de felicidad por un segundo varón en el Clan Kim anunciándolo como el segundo heredero… pero nada pudo hacer cuando el pequeño Jaejoong miró con enorme amor a su pequeño hermanito, cuando le miró con aquella radiante sonrisa y comenzó a jugar con las manitas de ChangMin, hablándole con aquellas primeras palabras de lo unidos que serían desde entonces… y así fue, y más creció su ira contra el bebé que inocente en todo el asunto, llegaba a estirar sus bracitos hacia él buscando un abrazo, un mimo como los que le eran entregados a Jaejoong… los que nunca llegaron…

Y Chae Yun fue concebida en una noche de sexo banal en el que ya ninguno de los dos podía sentir otra cosa que no fuera tristeza, decepción e ira… entregándose en encuentros en los que lo que sobraba era culpa, remordimiento y soledad… en los que los besos eran furiosos y las caricias bruscas… en los que lo único que resonaba eran gemidos vulgares y un anhelo porque las cosas hubieran sido diferentes… porque a fin de cuentas ambos sabían que eran sus hijos los que pagarían las cuentas de sus errores…

ChangMin el que más…

Cuando Hye Yong murió en una de sus salidas de caza… con aquella misma espada que matara a Lee Hyun… empuñada en la misma mano… pero incrustada en su cuerpo por equivocación, pues había sido su objetivo herir a Yiang, pero éste había sido más rápido y había sido fácil tomar a la Reina y usarla como escudo…

Y fue entonces cuando descubrieron ambos esa otra parte de la verdad que no conocían… Lee Hyun se había vendido al lycan asegurándole que seduciría a la Reina y terminaría por obtener aquél libro que custodiado por la familia de la Reina contenía uno de los más grandes secretos de la historia de vampiros y licántropos… el que no pudo obtener… el que aún no ha sido revelado…

Un libro que todas las noches Hye Yong leyera como un cuento a sus hijos, uno que quemó al haber comenzado a tener aquéllos presentimientos de mal augurio cada que salía a cazar… porque había sido como presentir su muerte… una historia que los tres Príncipes saben de memoria… pero que tal vez no recordarán hasta que sea el momento adecuado…

Y sin embargo al final, Won Dae había perdido a la mujer que amaba… y nunca pudo ver en ChangMin un hijo, porque con solo verlo y a pesar de las facciones que de su madre pudiera tener… era más fuerte el peso del recuerdo de la traición…

……flashback……

*********************

Hong, Kong. China
Mansión Zhang

ChangMin succionó con ansia de aquella ampolleta de sangre que Won Dae le entregó una vez que abordaron en la camioneta que los llevaría de regreso al aeropuerto y de ahí hasta Corea… y cuando el morocho recobró un poco de energía y vio a su padre sentado a su lado, no pudo evitar que una sonrisa se curvara en sus labios, porque de pronto saber que había ido personalmente en su búsqueda le había hecho sentir amado… como nunca antes sintió… pero casi de inmediato recordó a Kenryu…

- aún no podemos irnos, padre… - el Adalid volvió a estremecerse al ser llamado así por el morocho, pero el chico no se percató de esa dura mirada que parecía nunca dejaría de atisbarse en sus ojos…

- Yiang te liberó, no hay ningún otro motivo por el cual quedarnos…

- pero… - cómo explicarle sobre Kenryu?... – él tiene a un chico ahí dentro!... – el Adalid le miró sin comprender la gravedad del asunto, poco le importaba a quien tuviera, por él que se metiera con quien le venga en gana… - no sé porqué, pero parece que es de vital importancia para él, y por tanto para nosotros…

- nos vamos y no se habla más…

ChangMin frunció el ceño… y sin pensarlo, sin tener en cuenta que los rayos del sol aun bañaban el exterior de esa camioneta especial y que sus ropas eran normales sin ningún tipo de protección por ofrecerle, su mano ya había tomado la manija para abrir e ir en ayuda de Ogazawara…










Darkness Deep cap 5
DOMINIOS


*****

Hong Kong, China
Mansión Zhang

- qué demonios intentas!... – Won Dae jaló al morocho por el hombro lanzándolo hacia atrás hasta que topó contra el respaldo del asiento, evitando apenas que la puerta fuera abierta y los rayos del sol le hubieran consumido… y por un segundo, una de las más grandes angustias atrapó el corazón del vampiro… un corazón que creía había perdido toda razón de vida cuando su reina muriera por su propia mano… el que latía solo por su querida Chae Yun, porque su hija era la viva imagen de su fallecida esposa…

- tenemos que volver, padre!... – el morocho seguía forcejeando con el Adalid tratando de salir de esa camioneta que seguía avanzando sin detenerse a su voz casi suplicante…

- he dicho que no me llames así… - su mano ejerciendo fuerza en el cuello del príncipe… tal vez demasiada pues ChangMin comenzaba a sentir cómo le faltaba la respiración… y no pudo evitar que sus ojos se aguaran al darse cuenta de que el brillo en los ojos de su padre seguía siendo de rencor hacia su persona… de que le seguía odiando por algo que no comprendía… por un pecado que ni siquiera recordaba haber cometido…

Y el sonido de un alarido hizo que Won Dae soltara al morocho para inmediatamente mirar por la ventana polarizada hacia el exterior, viendo a aquélla figura humana que distinguió apenas como una silueta pero a quien perseguían tantos lycan como parecía haber en la mansión… más no quiso siquiera detenerse a averiguar, era problema de Yiang y no suyo, su objetivo en tierras chinas estaba cumplido, ahora solo debía volver a Corea… o presentía que incluso podría encontrar la muerte en territorio lycan…

ChangMin intentó salir de nuevo porque había conocido bien ese aroma al pelicastaño que se había quedado prendado en sus sentidos… porque se le había erizado el vello de la piel al escuchar un rugido que le pareció era un llamado de desconcierto venir de Ogazawara… pero una vez más el Adalid le obligó a permanecer quieto dentro de la camioneta…

Kenryu miró hacia atrás desde aquél alto muro en que estaba parado, distinguiendo con increíble facilidad a pesar de la distancia, a ChangMin tosiendo a bordo de aquella camioneta en el asiento trasero… tuvo el impulso de volver sobre sus pasos y ayudarle… pero tenía hambre, sed… una necesidad acuciante de satisfacer un deseo que circulaba por sus venas y había hecho que su cuerpo se transformara en algo que ni siquiera podía describir… pero que le recordaba demasiado bien a todas aquéllas películas de fantasía y terror donde una criatura se transformaba en un animal salvaje de piel oscura y facciones indefinidas entre humanas o animales… sus colmillos eran grandes y filosos, como lo eran las uñas de los dedos de sus manos que bien podrían cortar metal… y sus sentidos, podía jurar que estaban tanto más agudos de cualquier persona o animal que pudiera pensar… y saltó al otro lado cuando los licántropos parecían darle alcance y escuchó el rugido claramente enojado de ese tal Yiang resonando cientos de metros a la redonda… poco le importó, su hambre y sed eran su prioridad ahora… aunque una parte de él, tal vez el ápice humano que le quedaba en el cuerpo, gritaba porque volviera y ayudara al Príncipe ChangMin…

………………………………………

- se puede saber cómo demonios fue que escapó… - Yiang lanzó una mesa de metal a un lado, levantándola con facilidad y mirando con enojo a esos guardias que se supone debían custodiar a Ogazawara…

- se soltó de pronto, Señor, los amarres no le resultaron un problema, y… - uno de los licántropos se explicaba viendo con sumo temor aquellos ojos rasgados bañados en furia… - mató a tres de nosotros en un parpadeo, fue imposible contenerlo…

- más vale que lo traigas de vuelta… - se dirigió esa vez a Darius, el mismo que lo hubiera llevado ahí junto con ChangMin… - y lo quiero vivo… - amenazó, enterrando su mano en el pecho de ese vasallo que no había retenido al híbrido minutos atrás, su mano llena de sangre hizo tragar hondo a Darius y retroceder atemorizados a otros licántropos que se encontraban en la sala…

Zhang Yiang era de temer cuando se enojaba… rugió una vez más antes de que todos se movieran y comenzaran a distribuirse por la mansión en busca de… por el momento de conservar la vida, luego, de alguna manera traer a Ogazawara de vuelta…

Darius hizo una venia antes de salir a toda prisa de la sala y comenzar a organizar una brigada de búsqueda y captura de Kenryu Ogazawara. O su vida misma acabaría en manos de su Jefe…

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Seúl, Corea
Palacio del Este (Changdeokgung)

La noche apenas comenzaba, pero Jaejoong sabía que algo no andaba bien… y no era solo por el hecho de que ahora se venía a enterar de que su padre había partido a quién sabe dónde por quién sabe qué motivo exactamente, pero que obviamente tenía todo que ver con la prevalencia del Clan Kim entre los dominios de linajes vampiros… tampoco era exactamente por la ausencia de ChangMin, después de todo, aquello era bastante más común de lo que pareciera, él mismo se ha ausentado semanas enteras del Palacio…

Había algo más… algo que le inquietaba de sobremanera el corazón y la mente… algo… que bombardeaba sus pensamientos con recuerdos de Jung Yunho… del Diurno, a quien no ha visto hace algunos días, pero ansía encontrarse de nuevo… como hace aún más tiempo no siente…

- algo marcha mal… - escuchó la voz de su hermana, que mirando por el ventanal de uno de los largos pasillos del Palacio, estaba absorta en el tono rojizo de la luna llena… - huele a muerte… para las criaturas nocturnas…

- voy a salir… - el pelioscuro anunció, caminando hacia la derecha rumbo a su alcoba por algunas cosas que presiente necesitará…

- no te dejarán salir del Palacio, nuestro padre ha dado la orden estricta de mantenernos aquí… - le advirtió Chae Yun, hacía unos minutos que había intentado salir a pasear por ahí, pero la habían retenido por mandato del Adalid…

- jamás me ha detenido una orden de papá… - sonrió Jaejoong, seguro de que de una u otra forma, esa noche tiene que encontrarse con Yunho…

Porque era el Diurno quien tenía intranquilo su corazón…

Y eso de alguna manera incluso le molestaba… porque no se supone debiera sentir aquello por nadie… pero el moreno era… era… alguien que le hacía sentir tal vez amor… y una parte de él le gritaba que luchara por ello…

Que arriesgarse podría valer la eternidad…

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Hong Kong, China
En uno de los principales Antros de caza para lycans…

Tal vez era el ambiente tan erótico del antro, o el calor que se sentía al desprenderse de todas esas personas que bailaban al ritmo de aquél sonido que más parecía una melodía sensual invitándoles a todos al desenfreno… ó podía ser el estar tan juntos en medio de la pista atiborrada de cuerpos que parecían hipnotizados por el encanto de la música… ó quizá esos movimientos cadenciosos que el castaño realizaba logrando que sus caderas rozaran provocativamente las suyas… ó simplemente la temperatura que se le subía con increíble facilidad tratándose de Junsu… lo que fuera, Yoochun estaba excitado y dispuesto a liberar ese deseo sin represiones… aunque de entrada la idea de estar ahí no fuera esa, sino la búsqueda de una Princesa vampira que pertenecía a la única familia con poder en el país… pero Yin Zhenli parecía haber desaparecido ahora de las prioridades de Yoochun…

El lycan llevó su mano a la espalda del centinela atrayéndolo completamente a su cuerpo, llevando inmediatamente sus ansiosos labios a la dulce piel expuesta de su cuello, lamiendo y succionando hasta dejar la huella rojiza de su marca…

- mhh, Chun… - gimió el castaño, su cuerpo aún se movía al compás de la música, pero no con la misma intensidad puesto que las manos del pelinegro le abrazaban con recelo… pero sus caderas seguían friccionando las del pelinegro…

- te deseo… - murmuró varonil, sus manos moviéndose decididas hasta el trasero de su amante, presionando con fuerza, sintiendo en el movimiento cómo las caderas de ambos se unían y sus erecciones comenzaban a despertar… bueno, la de él hace rato que había tomado ventaja…

- Chun, aquí no, por favor… - pero una mano del pelinegro se escabulló al frente, desabrochando con sorprendente agilidad y velocidad su cinto y jeans… - por favor, Chunnie, mhh… - más Park ya había metido descaradamente su mano entre su ropa interior, comenzando a masajear su miembro de una forma tan deliciosa que ya solo pudo jadear mientras escondía su rostro ruborizado contra el cuello y hombro del lycan… - mhh, ahh, ahhh…

Junsu terminó llevando sus manos al cuello de Yoochun, sosteniéndose y permaneciendo cerca del pelinegro, quien sonriendo con picardía no paraba de estimular ese trozo de carne hirviendo de excitación… ya solo las personas en torno a ellos bailaban con candor, el sonido estridente de la música seguía resonando en el antro, los rayos láser se posaban cada tanto sobre ellos desplegándose por todo el lugar con sus parpadeantes luces verdes… y por un momento hasta parecía que la escena avanzaba en cámara lenta por la sensualidad desbordante de ambos…

Yoochun sintió su duro miembro molestar entre sus pantalones, por lo que apartando la mano que tenía en el trasero del castaño (y sintiendo cómo el centinela afianzaba su agarre como temiendo caer por el intenso placer que estaba sintiendo) la llevó a sus pantalones para desabrocharlos y exponer su prominente erección, sin atenderla, llevando nuevamente su mano a la espalda del castaño, filtrándola por debajo de su polera acariciando sinuosamente toda su piel…

- aahhh, aahhh, Dios!... – gemía más fuerte, notando la cercanía del calor del sexo de su amante… se movió dando a entender que llevaría una de sus manos ahí para atenderlo…

- no… - pero el lycan lo detuvo murmurando ronco en su oído, haciendo más frenéticos los movimientos que hacía sobre la entrepierna de su amante, logrando que arqueara la espalda y echara un poco su cabeza hacia atrás, mordiendo su labio apenas para no gritar pero lanzando un gemido más ronco… - ya me liberaré después, Junsu… - el castaño notando ese brillo de lujuria en sus oscuras orbes…

- mmhhh, Chunnie… - y volvió a esconder su rostro contra el cuello del pelinegro cuando sus dedos comenzaron a jugar con la punta de su erección y la mano que estuviera en su espalda viajara hacia su torso subiendo con sutil toque hasta sus pezones, presionándolos entre sus dedos hasta dejarlos completamente duros… - ahh, ahh, ahh…

Yoochun le apartó de su cuello para poder atacar su boca y devorarla en un fogoso beso, una lucha sin cuartel entre sus ansiosas lenguas, un hilillo de saliva que denotó la pasión quemante que los envolvía… la mano del pelinegro volviendo a su trasero…

- separa tus piernas, Junsu… - el castaño mirándole con toda la vergüenza del mundo, gemidos todavía escapando de sus labios pues su miembro no ha dejado de ser atendido, era típico en él, se excitaba todo avergonzado, pero era algo que le resultaba particularmente erótico a Park… - tranquilo, no voy a tomarte aquí, no hoy… - una sonrisa pervertida… un deseo irrefrenable de seguir hasta donde quisiera… el centinela separando sus piernas…

La mano del pelinegro filtrándose de alguna manera entre sus pantalones y ropa interior… dos dedos entrando de una en su intimidad… un gemido de dolor, las manos del castaño aferrándose al cuello del lycan, una lágrima rodando por su mejilla fusionándose con las perlas de sudor… movimientos lentos en su interior de dentro hacia fuera en su intimidad, los masajes precisos en su erección… el placer envolviéndolo rápidamente otra vez…

- mhh, mhh, más Chun, ahh…

- y luego te quejas de que soy pervertido… - murmuró en su oído al tiempo que agregaba el tercer dedo, incrementaba el ritmo de su otra mano y lamía el cuello del castaño, arrancándole gemidos sonoros que morían entre el escándalo de las vibraciones sonoras de la música…

El sudor perlándose en ambos, Yoochun sintiendo cómo su virilidad crecía al límite y clamaba por atención, pero no podía aún, antes quería llevar al máximo a su amante; la humedad en su miembro le estaba inundando el sentido del olfato, mareándole e incrementando su propia excitación…

Junsu comenzó a sentir cómo temblaba por todo ése placer, no pudiendo evitar cerrar sus ojos y echar la cabeza hacia atrás cada que Yoochun metía sus dedos con fuerza… el calor en el bajo vientre… una última presión por toda su extensión concentrándose en la punta, una última embestida profunda de sus dedos… el castaño arqueando la espalda, echando la cabeza hacia atrás con un gran gemido que igual se perdió en la música, su semilla bañando la mano del pelinegro, cuyos ojos lujuriosos se deleitaron con su imagen… su rostro bañado en sudor, los ojos cerrados, sus sonrosados labios entreabiertos gimiendo, las luces láser cubriendo su cuerpo… uno de los orgasmos más deliciosos y pervertidos que pudiera recordar…

Y antes de que los nublados sentidos del centinela, o los espasmos del éxtasis terminaran de recorrer su cuerpo, ya se encontraba de espaldas contra un muro, desnudo de la cintura para abajo, sus piernas rodeando las caderas del pelinegro, las manos de éste en sus costados apoyadas en la pared sosteniéndolo…

- eres perfecto, Junsu… - una profunda embestida que hizo gritar al castaño al sentir su caliente palpitar dentro… - mmhhh… - la delirante sensación de sentir su erecto miembro abrazado por aquél estrecho pasaje…

Y sin aguardar el pelinegro comenzó a embestirlo con fuerza, sus caderas chocando frenéticamente contra la intimidad del centinela haciendo un sonido húmedo que se dejaba oír en la oscuridad del callejón en la parte trasera del antro, un débil rayo de esa luna rojiza bañando con su luz plateada ambos cuerpos…

- mhh, mhh, Su… aahhh, delicioso, mhh…

- más Chunnie, más… mmhhh, mhhh…

Las uñas del lycan creciendo, clavándose en el muro mientras seguía empujando sus caderas estampándolas contra el trasero de su amante con más fuerza, su miembro entrando y saliendo completamente cada segundo con más precisión; ése roce extasiante que le enloquecía al sentir la calidez de su pasaje rodeándolo… no podía haber criatura más exquisita que el castaño para él…

Y se deleitaba una y otra vez con la imagen de su amante, con esos rasgos de gozo que tan claros quedaban expuestos en las facciones de su rostro. Y dejó sobre su cuerpo esas estocadas profundas que se sucedían en intervalos de segundos, porque arremetía con fuerza contra su intimidad tocando aquél punto en lo más recóndito de su pasaje que hacía gritar de placer al castaño, y arquear acentuadamente la espalda mientras su cabeza queda apoyada en el muro pero la postura hace que se pegue tanto más al cuerpo del pelinegro comprimiendo su erección a la vez que la propia queda atrapada entre sus cuerpos. Y Yoochun se pierde en ésa gota de sudor que resbala por el contorno del rostro de Junsu, en esa manera de cerrar los ojos y morderse el labio después de gemir…

- me excitas tanto… - aseguró con voz ronca, volviendo a salir de su pasaje para regresar a él penetrándolo con tal fuerza que el castaño creía que llegaba más allá de todas las ocasiones pasadas… y le gustaba, le fascinaba esa presión, esa pasión desenfrenada con que lo estaba tomando en ése preciso instante…

- mmhhh… - gimió el castaño aferrándose desesperado con brazos y piernas al cuerpo de Yoochun, arqueando nuevamente la espalda y perdiéndose en esas oleadas de placer que lo arrastraban a un mundo de lujuria y pasión casi sin límites; salvo los de esa realidad que solo palpaba al sentir el calor del pelinegro volviendo a él con embestidas un poco más rápidas e igual de certeras…

El líquido preseminal hacía de sus estocadas movimientos más húmedos y placenteros… y todas esas corrientes eléctricas que mandaba a Junsu habían conseguido que su miembro despertara otra vez al límite… y una idea aún más erótica cruzó su mente al escuchar aquélla petición…

- mhh, quiero, ahh, tu sabor, Chun, mhh… - saliendo de su interior y liberando sus manos del muro, donde quedaron las huellas de sus dedos al cuartear un poco el concreto, le tomó las caderas al castaño para girarlo con agilidad y dejarlo en posición frente a su hinchado y húmedo miembro, aún de pie… aunque en el movimiento no hubiera evitado que sus uñas rasgaran la piel de su amante, quien gimió un poco de dolor, más de excitación al sentir una gota de sangre resbalar por sus costados…

Y por la postura, con las piernas del castaño descansando en parte flexionadas sobre los hombros del pelinegro, la erección del centinela quedó a disposición de su boca. Junsu apoyó sus manos en los muslos de su amante al tiempo que metía en su boca su miembro comenzando a chupar y succionar…

- mhh, mhh, así Su, así… - disfrutaba de sus atenciones, entonces él comenzó a dejar furtivas lamidas sobre la virilidad del castaño…

- ahh, Chun, hazlo ya… - dejando la masculinidad del pelinegro, el castaño casi suplicó por atención y no solo esas furtivas lamidas que le estaban desesperando…

- que modales, Su… - sonrió divertido, sintiendo cómo su amante temblaba de deseo… y tal vez por la posición, aunque igual puede asegurar que la sangre no se le ha ido a la cabeza… no a esa cabeza, pues está concentrada en ese manjar que sigue torturando con simples lamidas…

- ahh, Chunnie, por favor… - suplicó dejando un beso que intentó ser cariñoso, en la punta del miembro del pelinegro, pero que fue un gesto por demás erótico que solo consiguió que el lycan sintiera que podría correrse ya mismo…

- así me gusta… - y engulló la erección del castaño, sintiendo cómo al tiempo Junsu tragaba de nueva cuenta la suya y succionaba con fuerza… - mhh, ahh, sigue Su, mmhhh…

Y cada tanto liberaban la entrepierna del otro para hablar entre gemidos haciéndose saber lo mucho que estaban disfrutando de ése momento… hasta que ése conocido calor se concentró en el bajo vientre de cada uno, cuando sintieron que el final estaba a una succión de alcanzarlos… y Yoochun presionó con sus labios toda la extensión del miembro de su amante recibiendo con gusto su recompensa, ese líquido blanquecino que tragó con maestría saboreando hasta la última gota; mientras sentía cómo Junsu hacía lo propio con su erección, tragando tanto como pudo pero no logrando evitar que su miembro liberado quedara bañado por algunas gotas de semen que se apuró en lamer hasta dejarle completamente limpio…

Los temblores eran la prueba clara de otro orgasmo, tan delicioso como el anterior… y aún con esos espasmos recorriendo su cuerpo, el pelinegro volvió a girar al castaño para recargarle nuevamente contra el muro notando cómo le cuesta sostenerse por cuenta propia, abrazándolo entonces por la cintura brindándole soporte, tomando las piernas del centinela para posicionarlas en torno a sus caderas… solía conseguir aquello, dejarlo tan agotado que apenas si podía mantener los ojos abiertos…

Llevó sus manos a esos rasguños que ocasionó antes, donde la sangre ya estaba seca, se agachó para llegar ahí y lamió ese sabor cromado que en realidad solo le enloquecía un poquito más… y es que amaba cada sabor de Junsu, desde su esencia, su sudor, hasta su sangre o la mezcla que pudiera ofrecerle de olores y sabores… loco? Salvaje? Bestial? Bueno, era un licántropo a fin de cuentas…

Y disfrutaba de ese sabor único de la esencia de Junsu, relamiéndose los labios sabiendo que aquello provocaría que el castaño le bese compartiendo entonces sus sabores… cuando escuchó ese alarido a lo lejos… conocía muy bien ese sonido…

- vuelve al hotel… - le dijo con seriedad, bajándole al piso y recogiendo rápidamente sus ropas para que se vista… acomodando sus propias ropas…

- no tengo que hacerlo, te puedo ayudar… - hurgó entre sus ropas antes de ponérselas, pero se dio cuenta de que no llevaba una sola arma consigo… aún cuando recuerda que llevaba un par de pistolas de balas de plata… - mis… - un beso rápido…

- las tiene JinHyuk, te estará esperando en el estacionamiento, él te llevará al hotel, cuídate, el camino puede ser peligroso, yo te veré más tarde…

Vio que Junsu iba a replicar nuevamente, por lo que no tuvo más remedio que golpearle en la base de la nuca para dejarle inconsciente, lo tomó en brazos y lo llevó hasta el estacionamiento, donde ya su amigo aguardaba pues conocía muy bien a Park, el castaño fue recostado en el asiento trasero del auto, cubriendo su desnudes apenas por la gabardina del propio Yoochun…

- ir tras Yiang ahora es casi suicida… - le dijo el hombre cuando el pelinegro cerraba la puerta trasera del auto…

- no iré concretamente tras él ahora, pero presiento que algo le tiene muy enojado, necesito saber qué es, puede serme de mucha utilidad… - no era exactamente que las necesitara, pero se colocó varias fundas con armas en el cuerpo, a saber, en la cintura, costados, muslos y espalda… armas que el propio Junsu había llevado…

- ese alarido fue demasiado amenazante, es claro que se enfrenta a alguien y que ha salido victorioso pero no está nada contento…

- ya te dije, iré con cuidado… - su mirada deteniéndose en el castaño acostado en el interior del auto… - no es como si me pudiera dar el lujo de morir ahora… - sonrió con cariño… con un dejo de temor y culpa… aún la recordaba demasiado y ello le regresaba ese dolor que le oprimía el pecho y se incrementaba de solo pensar que su Junsu llegara a correr la misma suerte… - no dejaré que pase de nuevo… - porque tenía la determinación de protegerle al precio que fuera…

………………………………………

Yunho corría por esas calles que conocía bien aunque no tanto como la chica que corría delante suyo con una agilidad envidiable… y es que ahora no tenía más opción que dejarse guiar por la Princesa Yin mientras siguen la pista de ese alarido que podría jurar se escuchó en toda China…

- si Yiang es tan poderoso entre los clanes de lycans, quién crees que podría enfrentarle y enfurecerle tanto… - cuestionó el Diurno mientras saltaban por aquél muro hacia lo que parecía ser las ruinas de una villa abandonada hace muchos años…

- a Zhang Yiang no necesitas enfrentarle siendo superior para enfurecerle, basta con que interfieras en sus planes para que se enoje… - la chica disminuyó su velocidad pasando lentamente por detrás de unos arbustos viendo con sus ojos vampirescos un grupo de licántropos salvajes a más de 50 metros, y que parecían haber salido huyendo lejos del alcance de Yiang…

- no dicen que es inteligente, frío y calculador?… - el moreno ya estaba planeando sus movimientos para darles muerte a aquél grupo de licántropos que según veía no rebasaban la cantidad de 12…

- ha estado pasando algo que le tiene inquieto, se rumora que existe una criatura denominada híbrida pues tiene las habilidades de vampiros y licántropos, una criatura mucho más poderosa que los propios Constantine y Jintao…

- una criatura híbrida? Qué tan fuerte es el rumor?... – ambos vampiros se movieron con sigilo avanzando en silencio hacia aquéllos licántropos…

- tan fuerte que se dice estuvo en su mansión pero escapó; y ahora encontrarlo y tenerlo de nuevo bajo su custodia es prioridad de Yiang… - la chica paró a menos de 20 metros de distancia de los licántropos… bestias que comenzaban a olfatear el aire presintiendo la presencia de extraños en sus dominios…

- qué tan confiable es la información que te ofrecen?... – un arma de balas de plata en cada mano, apuntando con frialdad a dos de aquéllas bestias que comenzaban a moverse inquietas y aullar a la luna…

- de primera mano, sucede algo con Yiang y yo lo sé en minutos… - sonrió orgullosa y segura la Princesa… - piensas matarlos a todos tu solo?... – coqueteó…

- si quieres algo de diversión, no me hubieras traído… - le devolvió la sonrisa con un guiño por demás coqueto que hizo que la chica ampliara su propia sonrisa…

Y desenfundando sus katanas, la Princesa Yin se movió con velocidad recorriendo esos pocos metros que los separaban de las bestias, y se movió con la gracia del viento y la precisión de un águila acertando con sus espadas a cada una de las bestias, torturándolas un poco con esas hojas filosas que tenían un recubrimiento de plata y hacía aullar con dolor a los licántropos salvajes, antes de que le permitiera a Yunho llegar con calma y acertarles un solo disparo a la altura del corazón, provocándoles la muerte…

Excepto a uno, al que notaron más ágil… al que tendrían que interrogar para saber un poco más del enojo de Yiang…

………………………………………

Mansión Zhang

El lycan entró azotando las puertas de cada pasillo por el que iba pasando… estaba furioso… Kenryu Ogazawara había escapado en sus narices… y lo que es peor… Génesis le estaba buscando para darle su protección… lo que sabía significaba también una sola cosa…

Sabía cómo dar con Constantine y Jintao…

Y para ello necesitaba del híbrido, porque Génesis con su magnífico poder e inmortalidad, no podía romper su propio sello… pero sí un descendiente de ella, un híbrido puro, sin la maldad ni la ambición que circula por las venas de la híbrida…

Y rematando, Maximus también había abandonado el anonimato y la autoreclusión… resultado? Problemas y obstáculos para sus propios planes…

………………………………………

Won Dae llegó con ChangMin a la única casa que nunca querría haber tenido que pisar, pero que era su mejor opción por seguridad…

El Palacio del Clan Yin…

- bienvenido, Adalid… - la Reina, de nombre Shen Liu, mujer hermosa que ha dirigido al clan desde la muerte de su esposo, recibió con agrado y hospitalidad a su congénere…

- le agradezco su recibimiento… - y es que el Consejo de Sangre hace tiempo que no consideraba al Clan Yin en sus protocolos y planeaciones de la comunión vampira…

- veo que el Príncipe está muy débil, puede con confianza llevarlo a una de las alcobas que tenemos para huéspedes, y uno de nuestros sirvientes le llevara sangre de la mejor para que se alimente… - la mujer, de ojos grandes negros y sonrisa amable, le indicó a una muchacha que estaba tras de ella que los llevara hasta unos aposentos…

Won Dae solo agradeció haciendo una reverencia, para luego seguir a la muchacha en silencio, con ChangMin caminando apoyado en su hombro en total silencio… sabía bien que no era solo por la debilidad por la falta de alimentación… sino también por cómo le había tratado un par de horas atrás cuando le sacara de la Mansión Zhang…

Además, ChangMin estaba preocupado por Kenryu, pero no tenía fuerza suficiente para enfrentarse a su padre y salir en busca del ojigris… estaba cansado, adolorido por el trato que Yiang le diera en su mansión, con hambre… y la sensación de que más que nunca su padre le odiaba…. En verdad le odiaba…

Shen Liu cuestionó a uno de sus guardias por el paradero de su hija, a lo que vino a enterarse de que había salido a cazar lycans…

- a cazar? Presiento que algo traes entre manos, hija mía…

………………………………………

No habían conseguido nada útil del licántropo, pero tenían claro que Yiang no iba a tolerar un solo error en todo aquél que le servía… así que Yunho y la Princesa Yin continuaron su camino, atravesaron la villa y llegaron a la cima de una montaña no muy alta, pero desde donde podía verse claramente la ciudad, y más allá, la Mansión de Yiang…

- qué tan complicado puede ser atravesar sus murallas?... – preguntó el Diurno…

- tan complicado como que ningún vampiro que no haya sido invitado ha salido vivo de ahí… - aseguró la chica… - bueno, dado que no hemos tenido demasiado éxito hasta el momento, te parece si te muestro más de mi barrio?... – sonrisa seductora…

- creo que necesito eso… - correspondió con un guiño… sabiendo que estaba jugando con fuego… porque sabe bien que no está enamorado de Zhenli, pero le gusta tanto, que no puede evitar comportarse de aquélla manera con ella…

………………………………………

Yoochun había matado a varios licántropos en su camino hasta el lugar exacto de donde sabe escuchó venir el alarido de Yiang… pero no había encontrado realmente nada que le dijera lo que había pasado o con quién… y sin embargo había en el aire una sensación de peligro que incluso a él le erizaba el vello manteniéndole en alerta…

- la luna está roja… - miró en todas direcciones pero solo se encontró con más oscuridad… - algo está por despertar…

Y transformándose en lycan, Park comenzó a moverse más adentro en aquel territorio que se tornaba boscoso…

………………………………………

JinHyuk había dejado a Junsu sobre la cama de esa habitación en una casa grande pero que no llamaba demasiado la atención por ostentosa, ahí donde se encontraban relativamente seguros… pero sabía que en cuanto el castaño despertara, querría ir donde su amante… vamos, hace tiempo que desea pensar que son novios, pero jamás Yoochun le ha pedido ser pareja, así que en realidad, no son más que amantes…

Y lo que el hombre presintió sucedió, pues apenas Junsu recobró la conciencia y notó dónde estaba y la ausencia del pelinegro, saltó de la cama buscando sus armas sin dar con ellas, e intentó abrir la puerta pero estaba bajo llave, y la maldita ventana igual…

- mierda!... – bufó molesto, forcejeando con la puerta sin obtener buenos resultados… hasta que decidió usar la fuerza y la pateó con fuerza… pero la puerta no cedió… - qué clase de lugar es éste que tiene puertas tan resistentes?...

Por supuesto, Yoochun se tomaba demasiado en serio la seguridad de Junsu… como la suya propia, y aunque China nunca ha sido su lugar favorito para visitar, hace lustros que construyó ese lugar, una casa de dos pisos no demasiado atrayente para evitar ser blanco de sospechas por parte de Yiang…

Desde afuera, JinHyuk escuchó durante varios minutos sonidos provenir desde la habitación principal… se notaba que Junsu quería salir… salir en ayuda de Yoochun…

- tal vez ésta vez Yoochun logre comprender que la mejor manera de proteger lo que ama, es dejándole ser libre… - y caminando a la segunda planta, el mayordomo deslizó una llave por debajo de la puerta del centinela…

Junsu no tardó ni medio minuto en abrir y salir corriendo escaleras abajo en busca de alguien a quién cuestionar sobre el paradero de su Yoochun… pero no encontró a nadie… pero su bolso negro estaba sobre esa mesa en el salón principal, por lo que se apuró en revisar las armas que estaban ahí para luego salir de la casa y llevarse el auto de la entrada, el que casualmente, tenía las llaves puestas como si hubieran dejado todo listo para él…

- Yoochun ah… - murmuró con tono preocupado al avanzar por la calle desierta, viendo en su reloj de muñeca que eran cerca de las tres de la mañana...

………………………………………

Jaejoong recién llegaba a tierras chinas, pero seguía teniendo ese mal presentimiento… y se acrecentó cuando al pasar por una de las calles principales y donde la vida nocturna estaba todavía en plenitud, vio a Yunho entrar en un antro claramente disfrazado pero que debía ser centro de reunión de vampiros, acompañado por una bella chica de cabellos oscuros…

Y sintió el repentino deseo de desaparecerla de la faz de la tierra porque no… NO le había agradado en absoluto que sonriera con tal confianza a SU Diurno… y por supuesto, menos gracia le causó ver al moreno tan cómodo a lado de esa chica…

- juro que la mato si es que ha tenido algo con Yunho… - gruñó entre dientes, mientras cruzaba la calle y les seguía el paso… apenas ingresó en el lugar pasando por pasillos desiertos antes de llegar a la entrada de lo que verdaderamente era aquél local, el Príncipe Kim se percató de que la chica no era una chica cualquiera… pues todos le mostraban respeto… el mismo que él recibe en su territorio… y bastó escuchar a una persona para saber que ella era… una Princesa…

La Princesa Yin Zhenli… del único clan de vampiros de China…

Y a ser posible, le cayó un poco peor cuando le vio tomar de la mano a Yunho y conducirlo por otra puerta… camino que no dudó en tomar siguiéndolos y dándose cuenta de que nadie le había prestado atención…

Entraron en un salón con equipo de vigilancia y almacenamiento de información… nadie más había ahí, pero Zhenli se acercó hasta unos computadores, tecleando algunos códigos desplegó sobre dos monitores imágenes de cámaras infrarrojas que les ofrecía una visión actual de las zonas aledañas a la mansión de Yiang…

- dijiste que quieres saber todo lo posible sobre Yiang, bueno, puedo mostrarte todo lo que mi familia ha aprendido de él durante décadas, pero debes saber que no hay demasiado que usar a nuestro favor…

- cualquier cosa puede ser útil, créeme, nunca sabes cuándo el más mínimo detalle puede ser la pieza clave en algo de vida o muerte… - la chica solo le sonrió… - no te meterás en problemas por mostrarme esto, no soy exactamente bienvenido entre ningún clan de vampiros…

- sé cuidarme sola…

- de tu propia madre?... – la chica evadiendo su mirada…

- necesitas esto y soy la única que puede ayudarte, no me has dicho cuáles son tus motivos para meterte con lycans, pero haré por ti todo lo que esté en mi poder, Yunho…

Y el Diurno supo que esos ojos le miraban con amor… como lo supo el propio Jaejoong pues ha notado ese brillo resplandecer a veces en sus propias pupilas… pero odió a la chica cuando se atrevió a recortar la distancia y besar a un moreno que algo dudoso, terminó correspondiendo con calma…

- <.ésta me la pagas, Yunho.>… - con los puños apretados, Jaejoong supo que ése no era momento ni lugar para una escena de celos… así que simplemente se dio la vuelta para salir del local…

Estaba enojado, le dolía el pecho y solo quería que el moreno estuviera a su lado… pero de pronto recordó también que alejarse había sido acuerdo mutuo… con todo y eso, era inevitable que se sintiera celoso… porque Jung Yunho era SUYO…











Darkness Deep cap 6
MOON



*********************

Hong Kong, China
Antro Vampiro

Jung Yunho estaba que reventaba de ira al contemplar aquélla escena… no solo por el hecho de no tener idea del motivo por el cual Jaejoong se encontraba en aquéllas tierras, lo cual de entrada le inquietaba de sobremanera… era… el ver al Príncipe vampiro saciando su sed de deseo en otros labios que no eran los suyos, devorando con lujuria a aquél chico que encantado se dejaba besar por un completo desconocido que lo había abordado de la nada hace cuestión de instantes, pero que era a ojos de cualquiera, el hombre más hermoso de la faz de la tierra…

El Diurno lanzó una maldición y apresuró sus pasos hasta ése lugar en el antro… Zhenli solo pudo observarle conociendo esa ira en los ojos del moreno, sabiendo que lo que había visto, sacaba la peor faceta de su persona…

- mejor lárgate!... – bufó el Diurno apenas separó al pelioscuro de aquél sujeto que todo atontado apenas si podía vislumbrarle con la vista nublada por el éxtasis de aquéllos labios rojos que ya no presionaban los suyos… - ahora!.. – gritó y apuntó con un arma directo en la cabeza de ése sujeto que reaccionando por fin caía en cuenta de la magnitud de la situación…

Y todo pavorido salió lejos del alcance de Yunho, mientras que las personas alrededor volvían a lo suyo pensando que aquello no era más que una disputa sin sentido entre bravucones o algo por el estilo… después de todo, la fama del Diurno es amplia, pero pocos, muy pocos pueden identificarle, salvo vampiros de altos mandos…

Jaejoong se limitaba a decir nada y tomar su propio camino fuera del antro con un bolso al hombro, sonriendo internamente al saber que Jung le sigue los pasos… pasos pesados y un aura que destella su enojo… sus celos…

Dentro del antro, la Princesa Yin suspiró al ver al Diurno salir detrás de ése atractivo chico que pudo reconocer como uno de los Príncipes del Clan Kim… después de todo, entre vampiros, las castas élite se reconocen con una instintiva naturalidad… y giró el rostro hacia un lado al sentir una peculiar mirada posada sobre ella… la mirada de un chico de ojos amielados que le sonreía suavemente desde la pista… invitándola con un movimiento a acompañarle a bailar con sensualidad… invitación que no negó, porque esos ojos de alguna manera le hipnotizaron.

………………………………………..

Jaejoong caminaba tranquilamente por todas esas calles oscuras en cuyas penumbras solo iba quedando el sonido casi inexistente de sus pasos… dejándole escuchar con claridad esa respiración impaciente de ése Yunho apenas contenido a sus espaldas… el pelioscuro pensaba que todas las cosas resultaban mejor cuando no se planeaban… hasta podía degustar el sabor de su venganza al sospechar que el moreno solo le seguía seguro de poder poseerlo y marcarlo una vez más como de su propiedad… pero no iba a permitírselo… le iba a demostrar en ése preciso instante que era mucho mejor que la Princesa Yin, y que ella en nada podría compararse con el placer que solo en su cuerpo… y su alma… podría encontrar…

Sonrió de medio lado al pensar en la serie de objetos que llevaba en ese bolso al hombro… objetos que en el propio antro había comprado… la de cosas que se pueden encontrar en lugares que son para el gusto y placer de criaturas nocturnas como los vampiros. Ése bolso, que de hecho, casi perdía en el antro por actuar impulsivamente y tener la idea de provocarle apenas lo viera bajar esas escaleras en compañía de esa que se había atrevido a besar los labios que solo deben ser suyos… y su sonrisa casi desapareció al pensar en todo lo que la Princesa no habrá tocado profanando palmos que son sus dominios… pero entonces su celo creció y solo pudo reafirmarse mentalmente la determinación de mostrarle al Diurno que con Kim Jaejoong, nadie… absolutamente NADIE, puede jugar…
Yunho iba metido en sus propios debrayes… controlando con esfuerzo esa ira por haber visto mancillados esos rojos labios que solo él quiere recorrer con su lengua y devorar con su boca… labios que ahora tenían mezclados otro sabor, otra saliva, otros deseos… los que moría por borrar con sus labios, y recordarle que desde la primera vez, ya nadie más que él tenía derecho de tomarlos… porque Jaejoong le pertenecía, a pesar de las circunstancias…

Y le siguió casi sin darse cuenta hasta ése templo budista cuyos grandes portones de madera se abrieron con un leve crujido permitiéndoles el paso a su interior matizado en cada detalle por esa peculiar cultura oriental.

Y en un abrir y cerrar de ojos, Jae tomó a Yunho por los hombros estampándolo con fuerza contra el muro lateral en una de las cámaras del Templo, alumbrado por cientos de velas y ataviado por figuras de la cultura budista… sus ojos cruzados por ese tono azul dejando al descubierto su naturaleza vampira…

- tú eres solo mío, grábate eso, Yunho… - le besó con brusquedad sintiendo empero cómo el moreno le respondía con el mismo fuego. E iba sintiendo el calor de su cuerpo aumentar con facilidad cuando las manos del Diurno se movieron sinuosas bajo su gabardina sacándole la camiseta de esos pantalones de cuero negro… entonces recordó que iba a vengarse, y haciendo presión con su cuerpo retuvo al moreno contra el muro, mientras sacaba ágilmente unas esposas de su bolso y las cerró en las muñecas del Diurno, un par en cada muñeca, por lo que ciertamente aún eran libres… - verás que soy mucho más que esa Princesa…

Y nada pudo hacer Yunho para impedir que sus brazos y piernas fueran encadenadas a unos pilares dejándole a entera disposición de Jaejoong, quien sonreía con lascivia y perversión al saber que había descontrolado lo suficiente al moreno para conseguir que bajara sus defensas… de otro modo, seguro que jamás hubiera podido someterlo hasta ése punto con tal facilidad…

- se puede saber que mierda hacías besándote con ése imbécil… - poco o nada importó al Diurno saberse encadenado… le podía más saber qué pasaba por la mente de Jae que tan entretenido había parecido entregado en aquél lujurioso beso… ya después encontraría el modo de liberarse…

- <.lo mismo que tú hacías besando a esa princesa.>… - fue su pensamiento inmediato, pero logró contenerse, mirar divertido a su presa y relamerse los labios sensualmente antes de pronunciar palabra… - celoso, Yunho?... – y deslizar su mano por el pecho del moreno… moreno que con temple aguantó ése gemido que retuvo en su garganta…

- no acabas de decir que soy solo tuyo… - sonrió con picardía… el pelioscuro reconociendo mentalmente que ése había sido un error… - entonces, tú debes ser solo mío, no Jaejoong?... – empuñó las cadenas tirando de ellas en un movimiento apenas perceptible que le permitió calibrar la fuerza que necesitaría para doblegar los grilletes…

- depende… - dio un par de pasos atrás, retomando esa sonrisa sensual… - vas a ser solo mío?... – sus manos retirando lentamente la gabardina para dejarla caer al suelo… - soy egoísta y no me gusta compartir, ni siquiera con Princesas de mi raza… - tomó el primer botón de su camiseta sacándolo del ojal con la lentitud más tortuosa que el Diurno pueda recordar…

Porque era un gesto sensual que ése erótico Jaejoong realizaba mostrando poco a poco su blanca piel, ése pecho delineado por los músculos perfectos que Yunho se sabe de memoria… que tocó muchas veces pero que hace meses no ha podido saborear… no desde que acordaran ese distanciamiento intencionado en el que habían procurado la seguridad del otro…

Pero no consiguiendo olvidar ése deseo libidinoso que los une…

Ése que matizado en las pupilas de ambos sólo fue alimentando un sentimiento que oculto en sus corazones parecía ganar un trozo más de conciencia saliendo a flote en esos celos posesivos, en esas miradas y sonrisas cargadas de mucho más que solo deseo o lujuria…. En ésos movimientos casi involuntarios que ejecutaban en busca del otro que les abrasaba la piel impregnándose en ella como más que una atracción apasionada sin restricciones…

Tiró una vez más de las cadenas en cuanto la camiseta de Jaejoong cayó al suelo y le vio comenzando a tocarse con aquella lasciva sonrisa bailando en sus labios… rojos, atrayentes, deseables… como el más prohibido de los manjares del mundo. Pero demasiado prendido de aquélla figura perfecta, el Diurno no imprimió la fuerza suficiente para conseguir que los eslabones de las cadenas se rompieran…

- sé que quieres tocar, Yunho… - se movió sigiloso hacia el moreno, dejando sus cuerpos tan cerca que podían sentir su calor mezclándose, pero sin llegar a tocarse entre ellos, más una de sus manos descendiendo por su torso hasta llegar a sus pantalones…

- quiero hacer mucho más que tocar, Jaejoong… - sabía que la distancia era suficiente para besarlo si se estiraba todo cuanto las cadenas le permitían… pero solo sintió esa ráfaga silenciosa contra su rostro cuando el pelioscuro se apartó moviéndose con la agilidad de su naturaleza vampira… - fuck, Jae!... – maldijo sin poderse controlar, tirando una vez más de las cadenas sin tener éxito…

Seguía encadenado a merced de un molesto Príncipe vampiro que estaba decidido a torturarlo mostrándose ante él sin permitirle el mínimo contacto…

- sé que sí, Yunho… - su risa maliciosa marcada de sensualidad hizo eco en la sala del Templo, y ahora se encontraba sentado en las faldas de una figura de oro de más de tres metros de altura que representa a Buda en posición de flor de loto… - debiste tocar a tu princesa ya que tan fácil te ibas a calentar al verme… - y apartó los pantalones dejando al descubierto su erección semidespierta… Yunho se relamió los labios con su vista fija en ese trozo de carne que se erguía más y más conforme esos masajes lentos de arriba abajo que el pelioscuro se proporcionaba… y ni siquiera se dio cuenta de que Jaejoong no llevaba ropa interior y que ya se había sacado el calzado… - mhh, ahh, ahh… mmhhh…

Jaejoong mantenía los ojos semicerrados pero con su vista clavada en ése Yunho que todavía luchaba contra sus propios gemidos no queriendo ceder al control que el pelioscuro podía imponer sobre su persona. Cuando sintió su miembro lo suficientemente duro y caliente, apartó su mano para semi-incorporarse y poder sacarse los pantalones… notando en el brillo de esos ojos cafés del Diurno que eran movimientos que moría por estar realizando… volvió a recostarse contra el Buda abriendo considerablemente sus piernas y mostrándole su pequeño pasaje sin llegar a hacer más nada que permanecer ahí sintiendo cómo Yunho prácticamente le violaba con la mirada, escuchando ése tercer tirón sobre las cadenas que no cedieron…

Sonrió consciente de que ése ceño fruncido en el Diurno era consecuencia de su provocación. Se puso de pie y avanzó esos pocos metros que los separaban. Su bolso, que ya estaba a un lado unos pasos antes de quedar totalmente frente a Yunho, atrajo de nuevo su atención y yendo hacia él, sacó un objeto más… el moreno abrió los ojos con sorpresa al descubrir que se trataba de un vibrador… objeto de placer que Jaejoong no tardó en llevarse a la boca tragándolo lentamente… habría tal vez medio metro de distancia entre Yunho y él, por lo que sabía que aquello excitaría fácilmente al moreno…

El pelioscuro comenzó a chupar ese vibrador que se iba llenando de su saliva produciendo sonidos húmedos que estaban excitando rápidamente al Diurno… deseando que ésa boca haga aquéllos sensuales movimientos en su propio miembro… ése que ya endurecido molestaba atrapado entre sus ropas…

Y las malditas cadenas que no cedían!!

Se estaba desesperando…

Jaejoong se sacó el vibrador de la boca, tan solo para comenzar a lamerlo pasando con parsimonia a lo largo y ancho, dando golpecitos con su lengua en la punta… sabía, podía sentir, que Yunho comenzaba a gemir bajo deseando ser él quien reciba esas candentes caricias…

- quieres que te lo haga?... – caminó esos centímetros que restaban, con una mano comenzó a desabrochar el cinto del moreno… esa sonrisa sensual grabada en sus labios rojos…

- hazlo… - el tono de su voz no solo fue ronca y excitada, sino que sonó a orden… lo que el pelioscuro no tenía pensado cumplir hasta que le suplicara…

Más siguió con su acción, le sacó el cinto con sensualidad, pasándolo luego tras el cuello del moreno acercándose en lo que parecía ser un beso, pero apenas si sus alientos chocaron y ni un roce de labios permitió el Príncipe vampiro cuando alejó su rostro al tiempo que soltaba el cinto dejándolo en torno al cuello del Diurno y sus manos viajaban cuesta abajo por su pecho…

- Jae!!... – bufó ante el contacto inexistente, escuchando esa risa traviesa del pelioscuro que terminó de desabotonar el jean bajando luego el zipper, notando en el proceso lo excitado del moreno… - mhh… - arrancándole un gemido…

- me gusta el tamaño… -apartó bruscamente el bóxer apresando su virilidad…

- mmhhh… - gimió de nuevo Yunho… tirando por cuarta vez de las cadenas, pero no en un acto por librarse, sino por el espasmo que le corrió la espina dorsal ante el contacto…

- estás duro… - sonrió malicioso, comenzando a masajear suavemente toda su extensión… - y caliente… - la sangre que lo mantenía erguido casi podía ser sentida por su tacto…

- mhh, Jae… - movió sus caderas necesitando mayor contacto, pero en cuanto hizo tal movimiento, las manos del pelioscuro dejaron de rodearle… - qué carajo haces!!!... – inquirió molesto y desesperado al verle dar otra vez pasos atrás…

- te demuestro lo que puedes perderte por una princesa… - sonrió con picardía y volvió a sentarse en el Buda, chupando una vez más el vibrador…

Escena erótica que cortó toda réplica que el Diurno pudiera haber dicho, Jaejoong levantó una pierna sosteniéndola flexionada con una de sus manos, mientras que la otra mano llevó el objeto hasta su entrada, tanteando apenas su fruncida cavidad anal…

Yunho quiso gritar desesperado por ser él quien pudiera estar por poseer su pasaje, pero solo pudo rugir como fiera tirando con toda su fuerza de las cadenas, consiguiendo que el metal se estirara raspando los pilares generando roces que comenzaban a soltar polvo de la columna…

- mmhhh… - gimió Jae cuando comenzó a introducir el vibrador en su propia estrechez, sus paredes abriéndose para albergar ese objeto… - ahh… - y comenzar a moverlo dentro y fuera sin haber llegado antes al tope de su pasaje, adentrándolo cada vez más profundo… - aahhh, aahhh…

- <.gime mi nombre.>… - pensaba Yunho, al borde de la locura al ver esas facciones de gozo marcándose en el rostro del pelioscuro conforme ese maldito objeto iba tomando lo que era suyo… - <.¡mierda!.>… - tiró con tal fuerza que se lastimó las muñecas haciéndolas sangrar, igual que las palmas de sus manos que sujetaban las cadenas…

- ahh, sí, así… mhh, ahh… - seguía gimiendo el Príncipe vampiro, metiendo con algo de fuerza el objeto en su interior… sabiendo que Yunho podía ver perfectamente cada detalle, cómo se autopenetraba con el vibrador, las mejillas arrebatadas de carmesí producto de la excitación, esa pierna alzada que le mostraba su entrada profanada por lo que no era él… - mmhhh… - y saber que tenía al límite al Diurno era lo que realmente le tenía tan excitado, no ese objeto que seguía metiendo y sacando en su pasaje…

Yunho no lo soportó más… era su erección la que debía estar provocando todo placer en SU Jaejoong… reveló su naturaleza vampira, aunque sus ojos no cambiaran de color, y tiró por quinta vez de las cadenas, con más fuerza de la que el pelioscuro creía podía tener, porque los gruesos eslabones de sus manos finalmente se trozaron, solo los grilletes quedaron en sus muñecas. Y el Príncipe vampiro casi se asustó al ver que el Diurno liberaba sus piernas con facilidad y caminaba con velocidad sobrenatural hacia él, impidiéndole todo movimiento cuando lo apresó entre su cuerpo y el Buda…

- llegaste a mi límite, Jae… - soltó con voz ronca, besando con furia esos labios rojos que se dejaron tomar por los suyos mordiéndole sin piedad al separarse, hiriéndolos pero demasiado excitado y molesto como para reparar en sus acciones…

El pelioscuro no dijo nada, se lamió su propia sangre, sonriendo pícaramente mientras volvía a embestir contra su propio pasaje… entonces una mano del moreno se posó sobre la suya… creó que para retirar aquél objeto de su intimidad…

- aahhh!!!... – pero solo sintió cómo el vibrador casi quedaba tragado por su entrada, sintió un líquido resbalar y comprendió que se había desgarrado… pero al diablo! Era lo que quería, provocarlo, que lo tome… que comprenda que solo pueden pertenecerse entre ellos…

Que son el uno para el otro…

- no debiste provocarme… - y volvió a meter el objeto hasta el fondo, el pelioscuro gimió fuerte encorvando la espalda… - eres solo mío… - una embestida más… - y ahora voy a demostrarte que ni tú mismo con un simple objeto puedes darte el placer que yo te doy…

Apartó bruscamente el vibrador lanzándolo por ahí, se sacó los pantalones y su bóxer con urgencia, acomodándose de inmediato entre las piernas de Jaejoong penetrándolo de una con fuerza…

- Yunho!!... – gritó sofocado por el dolor y el placer de su intromisión… - mmhhh, aahhh… - gimiendo sin restricción en cuanto el moreno comenzó sus estocadas, rápidas, certeras, fuertes, profundas…

- mhh… que te quede claro, aahhh… que eres solo mío, mhhh… - sentir su hinchado miembro ser presionado y friccionado por esas calientes paredes era un placer enloquecedor que le mantenía al borde del abismo de la eternidad, de lo perdurable e increíble…

- aahhh, así Yunho… mmhhh, más, aahhh, fuerte!!... – imploró excitado, sintiendo ese falo enterrarse una y otra, y otra vez, quemando cada fibra de su ser… sus piernas enredándose en la cintura del moreno…

Arrastrándolos a un mundo de lujuria que nunca antes conocieran… a un placer que probaban juntos… y era muy probablemente eso lo mejor de todo el acto morboso y sadomasoquista… saber que como quiera que fuera… casi era como hacer el amor…

El movimiento de ambos cuerpos unidos era frenético, el Diurno tenía al Príncipe aferrado por las caderas, mientras que las manos de Jaejoong le abrazaban por la espalda arañando cada tanto su ardiente piel… heridas de las que iban resbalando finas gotas de sangre… pero aquello solo conseguía aumentar más (si es posible) su deseo, embistiendo con mayor ahínco contra la intimidad del pelioscuro, gimiendo más ronco, sintiendo todo ése calor abrasador acercándolo a cada segundo al borde del orgasmo…

- mhh, Jae… aahhh ¡Joder! mhh, que estrecho… - y es que a pesar de la actividad sexual que pudiera tener, el pelioscuro siempre le daba esa sensación de compresión… o quizá también era por su atributo fálico… como fuera, deliraba a un paso de la locura cada que se unía a él…

Y enterró sus propias uñas en la piel blanca del pelioscuro, haciéndole gritar más extasiado, consiguiendo que el propio Jaejoong deslizara sus largas y filosas uñas por su pecho ocasionándole nuevos cortes de los que al instante brotó roja sangre oscura… y fue cuando ambos explotaron con un grito de placer… porque no había nada como la esencia de cada uno adueñándose de alguna parte del cuerpo del otro…

Jaejoong dejó caer sus piernas, estaba cansado, pleno y todavía temblaba por los espasmos del orgasmo, sonreía complacido y respiraba agitado, con la piel todavía febril y cubierta de sudor…

Yunho se dejó caer sobre el Príncipe sin importarle más nada… sin siquiera abandonar su interior… solo quería permanecer un poco más así… solo un poco más…

Saberlo suyo… SUYO por completo…

Pero temiendo pronunciar ésas dos palabras que parecen grabadas con fuego en su mente… en cada uno de sus pensamientos… aún en aquéllos que Zhenli pudiera ocupar…

Porque nunca… con ningún otro hombre o mujer alguna, ha sentido lo que solo Jaejoong le provoca desde el primer instante en que sus miradas se cruzaran hace décadas…

Y cuando se incorpora moviéndose para abandonar su interior, es que se da cuenta de que una vez más todo ha sido lujuria salvaje, que le ha herido desgarrando su pasaje… que se ha enceguecido guiado por ese instinto de posesión que Jae le inspira orillándolo a tomarlo con fuerza como si así pretendiera grabarse en su alma…

¿Tanto costaba ser sincero y pronunciar esas palabras que ahora parecían agolparse en su garganta? Pero no podía… era un vampiro… el Diurno… un hombre inmortal que pereció incluso antes de nacer… con las fortalezas de los vampiros, y ninguna de las debilidades humanas… sin su capacidad de sentimientos…

- me ha gustado… - escucha de pronto la voz del Príncipe vampiro, quien le susurra al oído y muerde su lóbulo… ya la apariencia mortal le cubría nuevamente sus pupilas de un precioso tono oscuro… - me gusta que me lo hagas fuerte, Yunho… - le lame el cuello y casi el moreno puede jurar que se excitaría de nuevo si sigue así… siente cómo desciende y recuerda las heridas de su pecho…

- no!... – le detiene al saber que tiene intención de probar su sangre… - te he dicho que es mortal para ti, no intentes probarme, Jaejoong… - el pelioscuro sonríe asintiendo, pero consciente de que nunca podrá sacarse de la mente el deseo por la sangre del Diurno…

- algún día sé que probaré, Yunho… - y le lame sensualmente los labios, provocándole a besarlo…

- eres mío, recuérdalo bien, Jaejoong… - le besa apasionadamente, sintiendo esos labios rojos devorarlo sin reserva alguna…

- eso aún depende… - le separa comenzando a buscar sus ropas para vestirse… - de que tú seas solo mío y no vuelvas a ver a la Princesa Yin…

- lo siento pero no puedo hacer eso, Jaejoong… - y el pelioscuro siente que una estaca ha sido clavada en su corazón al escucharle decir esas palabras con seguridad, comenzando a vestirse sin mirarle una vez más…

Al final ¿lo de ellos si era solo sexo?

………………………………………..

- me miras de forma tal que siento que me conoces… - Zhenli se inquietó bajo esa mirada amielada como solo se ha sentido con el Diurno… eso era justo lo que le incomodaba de ese joven con el que ahora salía del antro…

- llegué a observarte mucho cuando ibas a la cascada de las montañas profundas del sur, cuando te sentabas en lo alto del peñasco a contemplar la luna… - la princesa recordaba muy bien aquéllos lugares que últimamente no visitaba… - pero, di un paso más de lo permitido y tu guardia me transformó… - el chico sonrió como si aquello hubiera sido de hecho algo esperado por él… como si hubiera conseguido algo deseado con anhelo…

- no me has dicho tu nombre, ni porqué es que me sigues, no es la primera vez que te veo cerca de donde estoy… - inquirió la princesa, caminando a lado de ése chico por los caminos escarpados que dan a su Palacio…

- me llamo Lee DongHae…

……flashbacks……


Le había visto por primera vez hace días caminar acompañada de algunas chicas que reían y canturreaban felices hablando de algo que no alcanzaba a escuchar pues iba por la acera frontal; sin embargo, sus ojos se habían quedado prendados de esa hermosa chica de largos y finos cabellos oscuros que ondeaban con el viento de la noche… su piel blanca como la nieve y labios rojos que incluso parecían tener brillo propio… o era simplemente que se había enamorado a primera vista? Porque desde aquélla primera noche, no había dejado de pensarle… porque la veía pasar todas las noches por su trabajo, un local de café que daba servicio hasta la madrugada… en la zona más activa del centro de la ciudad, donde antros y bares reunían a toda ésa gente que buscaba algún tipo de distracción de sus estresantes rutinas diarias…

Y se preguntaba si es que algún día ella le devolvería la mirada… si tal vez alguna de esas noches llegaría junto con sus amigas a tomar una tasa de café… o si él tendría el valor de abordarla y cuestionar por lo menos su nombre, y con un poco de suerte, obtener una cita para conocerse mejor…

Pero cada noche era lo mismo… solo la contemplaba al pasar…

- es una chica muy interesante, no eres el único que se pierde en su figura y desea algo más con ella… - le había dicho una de esas noches uno de sus compañeros de trabajo, palmeándole el hombro mientras ambos se apoyaban en la encimera de la barra del café, observando a través del ventanal a ese grupo de chicas pasar…

- sabes cómo se llama?... – poco le interesaron las palabras que dijera su compañero… después de todo no se sentía con derecho alguno de medir las frases con que se expresaran de esa chica de piel de luna…

- mh… sé que su apellido es Yin, y parece que es de una familia importante pero muy misteriosa… - el chico exhaló algo pesadamente, tal vez un poco aburrido de la tranquilidad del local… le apetecía más estar en un antro… - hay quienes dicen que es todo un peligro acercarse a ella, que solo puedes encontrar la muerte si la buscas…

- ah… - pero realmente aquélla advertencia le pareció más como una leyenda urbana, que algo que considerar por su seguridad… ahora solo le parecía que tenía algo a su favor… - Yin… - sabía su apellido…

………………………………………

Y conforme los días siguieron pasando, DongHae supo que nunca podría saber más nada de la chica si no se esforzaba por conocerla… pero pronto descubrió que solo por las noches podía complacerse con su belleza… y fue una noche de luna llena que por casualidad la vio pasar por uno de los escarpados caminos de las montañas del sur, a donde él había ido a cazar por hobbie, y sintió su corazón latir apresurado en su pecho creyendo que tal vez estaba tan enamorado que ya la soñaba, pues la vio caminar ágil como el viento, con ese vestido azul celeste que parecía solo como un juego de tiras de seda que cubrían su cuerpo y danzaban con el viento dándole una peculiar imagen seductora y misteriosa… y la siguió con la mirada hasta verle subir por el camino a lado de una de las cascadas de la zona y parar en uno de los peñascos sentándose en una roca a observar el cielo estrellado…

Y supo que no habría nunca imagen más encantadora que ésa… porque ahí estaba la chica de la que estaba enamorado, contemplando la luna llena en absoluto silencio, con su blanca piel brillando con la luz del astro plateado… con un mote de esos rayos de plata titilando en sus oscuras pupilas… y era tan encantador que parecía un sueño… tan perfecto e increíble como la magia misma…

Pero fue también esa la primera vez que escuchó un aullido a la distancia que rasgó los vientos e hizo que se le erizara la piel y la chica que estuviera tan tranquila en lo alto de la montaña, se pusiera de pie mirando a su alrededor como quien busca entre las penumbras, antes de salir corriendo con sorprendente agilidad perdiéndose entre los árboles y matorrales…

Más no fue la primera noche que le vio en ése sitio, pues desde entonces cada luna llena iba ahí con la esperanza de verla de nuevo y observarla con devoción como quien contempla la octava maravilla del mundo… cerca de medio año pasó hasta que se atrevió a acercarse a ella e intercambiar una palabra… pero apenas un par de metros avanzó cuesta arriba, unos sujetos le cerraron el paso sujetándole del cuello con fuerza cortándole la respiración… y vio por vez primera esas pupilas azules que no parecían naturales y esos colmillos sobresalir de entre labios de esos hombres, antes de escuchar un peculiar sonido como felino y un fino dolor nacer en su cuello para sentir cómo le succionaban la sangre y sus sentidos iban perdiendo noción de tiempo y espacio llevándolo a la inconsciencia…

Y solo supo que cuando volvió a abrir sus ojos, la noche parecía ser otra pues ya la luna no estaba redonda y enorme en el firmamento… le dolía el pecho a la altura del corazón… y tenía sed… mucha sed…

Sed de sangre…

Bastaron las horas de esa noche para comprender que aquello que parecía un sueño era ahora su realidad… y la cosa más inverosímil le había atrapado en sus telarañas de misterio…

Era un vampiro…

Igual que ella…

La Princesa Yin Zhenli…

Fue entonces, irónicamente, el chico más dichoso de la tierra, porque de alguna manera, sentía que ahora tenía más posibilidades de conocerla… y tal vez, si el destino es condescendiente con él… de amarla…

……flashbacks……

Zhenli le miró de arriba abajo con detenimiento… su nombre no le parecía en absoluto familiar… pero tenía un aura que le atraía… que le inspiraba confianza y un deseo irracional de conocerle… e iba más allá del obvio atractivo del joven de cabellos cobrizos y ojos amielados de expresión amable, labios carnosos y tez clara, sonrisa juguetona y personalidad pícara…

Era que tenía el deseo de conocerse mutuamente y explorar tal vez un mundo hasta ahora desconocido en partes por ella… porque solo conoce las penumbras de la noche, los límites de la fuerza y el poder, las hipocresías de la ambición… el temple de la oscuridad… el anhelo de la calidez de la luna… la utopía de una vida más allá de sus deberes como sucesora de su linaje…

- pero no me has dicho, qué es lo que quieres de mí, si eres un vampiro transformado y no pareces buscar venganza, qué es lo que buscas de mi o mi linaje…

- solo quiero conocerte… solo Te Quiero a ti… - respondió el de ojos amielados, sonriendo dulcemente sin atreverse a dar un paso más que pueda invadir el espacio personal de la princesa…

- me quieres?... – y en sus labios se curvó una sonrisa seductora, siendo ella quien se acercara al chico pegando sus cuerpos, llevando una de sus manos a la nuca de él acariciando sugestivamente sus cabellos cobrizos… - y exactamente, para qué me quieres, DongHae?... – acercó sus labios a los del chico… cerca, muy cerca… casi rozándolos…

- para amarte, Zhenli… - le miró con profundidad… consciente de cuán arriesgado era ser honesto… pero seguro de que en su pecho todavía late un corazón humano… un corazón enamorado…

La Princesa abrió los ojos con sorpresa e instintivamente dio un paso atrás alejándose del chico… aquéllas palabras… le habían intimidado más que la presencia de un licántropo acechándola…

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Palacio Yin

ChangMin por fin sentía que la fuerza había vuelto a su cuerpo, aunque el dolor en su pecho no se iba… porque recordaba de entre pensamientos borrosos, la dureza de su padre al sacarle de la Mansión Zhang, la ira cruzando sus pupilas cuando Yiang mencionara a su madre… la furia con que le había espetado que no le llamara padre… y esa mirada fría con que le observaba siempre…

Y ahora estaba encerrado en esa habitación sin poder salir… preocupado por Kenryu y solo… como se ha sentido cada noche desde hace tanto tiempo que no puede recordar cuánto ha pasado… porque ya Jaejoong poco le prestaba atención en comparación de sus épocas de niños… porque Chae Yun también comenzó a dedicarse más a su placer que a compartir algo de su humor con él…

Era estúpido y lo sabía, que añorara cariño como lo hace un niño abandonado por su madre… pero es que hasta donde puede recordar, solo cuando la Reina Hye Yong viviera, él podía decir que pudo ser feliz… después de su muerte… todo había cambiado radicalmente y nada de lo que pudiera haber hecho cambió la actitud de su padre hacia su persona… como no cambió el hecho de que sus propios hermanos se fueran alejando poco a poco de su vida… aún cuando todos vivieran bajo el mismo techo…

Y ahora… y eso lo hacía sentirse todavía más estúpido… presentía que en Kenryu podía encontrar algo de todo ese amor que hace tiempo no siente… porque tenían una conexión especial, puede sentirlo… porque el ojigris le inspiraba todas esas sensaciones que solo pudo soñar o leer en novelas fantásticas y demasiado humanas… emociones y sentimientos que él quería… porque estaba cansado de la soledad de su inmortalidad

- Kenryu… - y solo pudo murmurar su nombre mientras permanece de pie ante el ventanal de la alcoba donde permanece custodiado por la cuadrilla de vampiros que su padre conservaba y había apostado fuera con toda la intención de mantenerle a raya… viendo esa luna roja que parece solo traer mal augurio y provocarle una sensación avasallante de desconcierto por el paradero del híbrido…

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Caminaba por calles desconocidas, la mayoría desiertas de vida humana pues son ya más de las cuatro de la mañana… su sed aún es extrema y sus sentidos solo parecen ir en busca de sangre humana de la cual alimentarse… pero no quiere… porque aún quedan en su ser vestigios del mortal que fuera hasta antes de la noche en que ChangMin lo mordiera, y eran esos vestigios los que luchaban contra la bestia que parecía ganar terreno en su mente a cada minuto que pasaba…

Podía escuchar el mínimo sonido con increíble facilidad, y oler en el viento infinidad de esencias que le decían si había humanos, lycans o vampiros cerca y una vista que parecía indicarle por donde seguir el camino… porque de entre todos esos aromas, podía distinguir el del morocho llamándole a reencontrarse con él… y no muy lejos podía vislumbrar en lo alto de las montañas, un castillo que se levantaba imponente entre las sombras de la noche…

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Junsu no podría decir cómo fue que llegó hasta ese lugar… pero lo agradeció infinitamente en cuanto alcanzó a disparar una flecha de su ballesta acertando en el pecho de un licántropo que había estado por dar un golpe certero a un Yoochun que yacía de rodillas en el suelo y una serie de importantes heridas en el cuerpo…

Pero aún había más de esas bestias peludas que atacaban y él temía no tener la habilidad para proteger a su amante… pero lo daría todo por él…

Aún su vida si tenía que hacerlo…





Continuará……




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